Bueno, al parecer, metí la pata y me toca rectificar.
Es lo que ocurre cuando se vuelcan opiniones personales demasiado rápido, antes de disponer de toda la información; uno de los principales problemas de internet, sin duda (y, por extensión, de todos los medios, aunque la inmediatez de éste lo facilite). Llegado el caso, siempre está la solución elegante de reconocer el fallo y rectificar (algo que no se estila demasiado, pero que a mi no me cuesta hacer, como veis).
Viene ésto al caso de que en notas anteriores sobre La Dama del Lago de Sapkowski, último volumen de La saga de Geralt de Rivia (una de las mejores y más atractivas series de fantasía publicadas últimamente), cuya aparición en España se demoraba tres años, comenté que su publicación en dos volúmenes me parecía una estrategia de marketing editorial para mantener la atención del lector durante más tiempo y, de paso, obtener mayores beneficios económicos con un nuevo volumen; y parece que no es así.
Jose Mª Faraldo, traductor de la serie, y uno de los verdaderos artífices de su éxito en España, por su aporte personal a la adaptación del lenguaje renovador de Sapkowski (en perfecta sincronía y colaboración con el autor, que le reconoce el mérito, como hacemos los aficionados), se responsabiliza personalmente del retraso, debido a una saturación profesional sufrida últimamente, que le ha impedido cumplir sus compromisos (¡chapeau!,por el gesto también). Es lo que adujo Bibliópolis/Alamut en un principio, y ahora comenta el propio Jose María en una entrevista, muy extensa e interesante, aparecida hace unos días en FantasyMundo, que desde aquí recomiendo a todos (con sólo pinchar el enlace).
De sus palabras deduzco que no sólo carecía de razón en mi comentario, y realicé una afirmación gratuita (que rectifico), sino que, además, como lector, debería agraceder a la editorial que nos presente la obra dividida en dos partes, a fin de minimizar su ya dilatado retraso de aparición, adelantándolo unos meses. Reconozco que Sapkowski/Geralt puede tener el efecto de una droga, cuya dosis periódica necesitamos, y Bibliópolis/Alamut nos la ha facilitado (aunque no nos cure de ella, y nos deje enganchados).
Supongo que ese mi último deseo, insatisfecho por varios años, de conocer el final de una Saga que admiro me pudo, y, como digo, metí la pata; en un comentario tal vez desacertado, aunque, reconozcámoslo, no exento de cierta lógica. Con todo, prefiero «mojarme» y dar marcha atrás si procede, como es el caso (y no se trata de difamación, o algo lesivo para los intereses de nadie, sino una opinión personal, un comentario) que no opinar.
Así que rectifico, y la saco; y espero no haber molestado. Como dijo el castizo a la dama:
«Si con meterla he ofendío, señora, con sacarla no hay na perdío«