Ya la portada impresiona al verla.
Sorprendente. Seductora. Sugerente… Tierna e intrigante. Luminosa y oscura… sensual. Aterradora con sólo imaginar ese abrazo en tu cuerpo, el beso que promete, la penetración que espera también en tu mente… Fantasía Oscura.
Si la obra excelente de Tullius Heuer «As I wish» (Como deseo) resulta atractiva (yo no he podido evitar evocar El Ente -The Entity- de Sidney J. Furie, 1982), imaginad igual su interior: 16 relatos de confección impecable de oscuras fantasías, casi todos reconocidos con los mejores premios que otorga el Género Fantástico en el mundo (Hugo, Nebula, Word Fantasy, British SF, Locus, Sturgeon, Stoker, Sidewise…); y pronto en España tras su publicación. Relatos de distinta índole, confección y personajes, que nos acercan a los terrores y monstruos que pueblan nuestros sueños. Sólo que sin miedos, sin ese agobio sincrético del horror invisible que transforma el arquetipo en pesadilla; sin monstruos… o, mejor dicho, con monstruos cercanos, sensibles, que muestran iguales debilidades, ambiciones y miedos que tú, ser humano (ver referencia en post anterior aquí).
El libro se estructura en dos partes diferenciadas:
- Dark Fantasies, 10 relatos de autores foráneos, casi todos norteamericanos, ganadores de los más importantes premios internacionales
- Oscuras Fantasías, 6 relatos de autores españoles (o en español), de calidad semejante a los anteriores, que si aún no han obtenido premios por su novedad, no tardarán en tenerlos tras su publicación
En detalle, son los siguientes:
DARK FANTASIES.
1) – Hijas hambrientas de madres famélicas, de Alyssa Wong, (premios Nebula y World Fantasy 2016, nominado al Locus y Shirley Jackson). El mito del vampiro, reconvertido en psíquico, devorador no de sangre sino de cuantos pensamientos crueles, horribles o viscosos puede contener una mente insana. Pero no como el ser monstruoso, depredador, que es, sino con la naturalidad insegura de una adolescente que despierta al sexo en su pubertad; cuando tras el ansia del beber del otro aparece la culpa; el miedo solitario que desemboca en satisfacción… Excelente.
2) – La hija del fabricante de ataúdes, de Angela Slatter (premio British Fantasy 2012). Los fantasmas familiares de una mujer fabricante de ataúdes, conocedora de los ritos de transición que necesitan los vivos para alejar los espíritus de sus muertos, es el marco apropiado para construir una historia de venganza basada en el despecho y rencor de una relación lésbica no satisfecha… y para el mantenimiento económico del negocio familiar.
3) – Cuando termina, él la coge, de Eugie Foster, (nominado al Nebula en 2015). ¿Sabes eso de mezclar lo romántico y el horror, lo terrible con lo tierno, lo delicado y lo putrefacto…? Una conjunción que impacta, conmueve, causa impresión. Como Poe en Annabelle Lee… ¿Hay algo más hermoso, delicado o tierno que una bailarina de ballet en un crescendo de la música, cuando eleva al aire su cuerpo frágil y lo mantiene segundos eternos suspendido en la quietud, hasta que él la coge…? ¿algo más repulsivo que la carne descompuesta y putrefacta, corrompida por la infección? Una historia triste de amor imposible, melancólica y romántica.
4) – Cántame tus cicatrices, de Damien Angelica Walters (finalista del Bram Stoker 2016). Sólo el título ya desgarra. También el interior: ¿Puede un cuerpo mutilado mantener la consciencia de sí mismo como ente propio? Más aún, ¿cada una de sus partes conserva recuerdos de su ser anterior? Macabra y desgarradora historia de una joven retenida que lucha por ser ella misma en la plenitud de sus partes. Hermoso canto tétrico a la libertad individual y un colectivo que no se deja reprimir.
5) – El mar de árboles, de Rachel Swirsky. Daniel me hablaba en su visita reciente de Aokigahara (el mar de árboles) en Japón, a las orillas del Monte Fuji, conocido como el Bosque los Suicidas; el segundo lugar del mundo donde acude la gente a quitarse la vida. Allí sucede este relato tenebroso y tierno sobre una joven que elige vivir en su interior, entre la atmósfera opresiva de sus muertos suicidados, sus yūrei de largos cabellos (fantasmas japoneses, muchos de suicidas) y sus onryō (fantasmas vengativos, a menudo de mujeres maltratadas), sus propios temores y miedos ajenos, o sus deseos… Hasta un fantasma necesita amor físico, si no lo ha recibido en vida.
6.- La novia de Frankenstein, de Mike Resnick (finalista del Hugo en 2010). Quizás el autor más conocido de la selección, Resnick desarrolla aquí un divertido relato cínico del periodo comprendido entre Frankenstein (mejor El Jovencito Frankenstein, de Mel Brooks) y La Novia de Frankenstein, de James Whale. La transcripción de tres meses del supuesto diario de Elisabeth, esposa del buen doctor, donde ella da rienda suelta a sus opiniones críticas sobre el trabajo de Victor, su marido, su falta de vida en sociedad, su pequeño esbirro, Igor, o el monstruo horrible que ha creado. «Como lo explicaría… Es más feo que pegarle a un padre, apenas habla, para medirle el CI hace falta un microscopio y huele peor que Igor. ¿En ésto ha estado gastándose mi fortuna?». El resto, lo mismo de genial.
7) – Magdala Amygdala, de Lucy A. Snyder (Premio Bram Stoker 2013). Una de zombies, diferente. No me gustan los zombies; así de rotundo… pero este sí. Nunca he soportado su estúpido andar tambaleante, imbécil, sin mente, en busca de carne y sesos… Bueno, eso es un Tipo 4: carne de disparo para los Swatt. Nuestra protago-nista es del Tipo 3, y no sabéis cómo cambia la cosa… Más allá del 1 o el 2, un Tipo 3 requiere de proteínas crudas, la dulce natilla de sesos…, que es difícil de conseguir. Pero con dinero, un trabajo fijo o un seguro a prueba de bombas, recibes las pastillas que compensan el ansia… Mas no evita percibir el miedo en otros, el temor al contagio, las continuas preguntas y revisiones médicas, la evaluación periódica de riesgos, el temor a perder el empleo y el seguro que te permiten mantener el estatus… Narrado en primera persona, el relato se convierte en la crónica de un enfermo casi terminal (recordad el SIDA en su época álgida), que percibe el rechazo de la sociedad, teme las consecuencias de su evolución y ve cómo cada día las pastillas resultan menos efectivas… y llega el ansia. Perturbador y siniestro. Más «normal» de lo que aparenta.
8) – Dale miel cuando la oigas gritar, de Maria Dahvana Headley (Finalista del Nebula 2013). El amor eterno, a primera vista, supera la razón; dos personas que lo sientan lucharán contra todo por consumarlo y ser feliz para siempre. Pero ¿qué ocurre cuando ella es la esposa de un mago, y él cónyuge de una bruja…? La cosa puede ponerse fea y acabar mal; más cuando ambos despechados se conocen y deciden unir sus poderes para contrarrestar y acabar con el mal de cuernos que les corroe. ¡Ay, amor, qué ciego eres a veces!
9) – Tu suffering nos protegerá, de Mercurio D. Rivera (Finalista del World Fantasy 2011). Un futuro distópico bastante desalentador para los emigrantes en EE.UU. (aunque posible ahora, con los planes de Trump): viven en barrios marginales entremezclados con más emigrantes de las guerras proxy; sudamericanos de todo tipo, chinos, pakistaníes, keniatas, filipinos… Edgar, un dominicano, conoce una extraña magia protectora, que en principio niega, pero termina sucumbiendo al beneficio innegable que se obtiene del sufrimiento de otros… Más que la historia en sí -que también-, lo que más atrae del relato es el ingenio en su lenguaje, fresco, cargado de chispa y creatividad, plagado de términos en spanglish y dejes latinos que lo enriquecen (Tu sufrimiento shall protect us es su título original) y obligan a destacar la brillante labor de traducción de Arrate Hidalgo y Maielis González (toda la obra goza de traducción de los mejores especialistas en el género). Recomiendo al lector el pequeño esfuerzo de leerlo como si escuchara una telenovela sudamericana. Disfrutará el doble.
10) – Corriente y remanso, de Caroline M. Yoachim. No es un relato, sino un cuento breve, muy breve, pero -como indica su antólogo y traductor- intenso e inteligente. Una historia ligera sobre la vida y la muerte, corriente y remanso; un amor imposible y sincero, narrado en una prosa serena que destila poesía en sus palabras. Hay belleza en la Fantasía, por muy Oscura que sea.
Extra) – El naturalista, de Maureen F. McHugh (Nominado al Locus 2011 – Sólo para quienes apoyaron el proyecto en origen y financiaron su realización). Otro mundo imperfecto, en el que a los presos los encierran en «reservas», zonas abandonadas de las ciudades, acotadas y cerradas, donde se organizan por su cuenta; sin bandas ni alianzas como en la cárcel… sólo con zombies. Uno de los reclusos se convierte en estudioso de estos seres, su forma de actuar, sus costumbres… como animales, hasta deducir que sólo hacen lo que les dicta su naturaleza.
OSCURAS FANTASÍAS.
11) – Antemusa Bar & Club, de Víctor Selles. Sorprendente alegoría sobre el abuso, tráfico y prostitución de mujeres, la trata de blancas de nuestra sociedad, a partir de la utilización de sirenas en diferentes países emergentes del mundo, conocidos por la laxitud de sus leyes. Todos los estándares y tópicos del comercio sexual sobre mujeres (y hombres jóvenes) reproducidos en las sirenas (o tritones) de forma extrañamente natural y cercana. Lástima que a las mujeres esclavas de nuestro mundo nadie vaya a devolverles su canto, como a las sirenas…
12) – Profundo, profundo en la roca, de Ferran Varela. La magia eterna que procede de la naturaleza, el poder que subsiste profundo en la tierra y se manifiesta a través de espíritus protectores, es la fuente de esta hermosa historia de amor y entrega, que requiere un sacrificio humano para salvación de muchos.
13) – Cuchara de plata, de Alfredo Álamo. Esta es una historia de magia de barrio, la más simple y poderosa, la que surge de la inviolabilidad de un trato, una promesa que se ha de cumplir. Álamo reconstruye su propio barrio, El Cabanyal, en Valencia, como un mundo de cuento, en el que dominan las ratas, con una ciudad secreta subterránea en su interior y sitios a los que no conviene acercase. Recuerda a Gaiman, sí; pero no puedo sino acordarme de Emilio Carrere y su Torre de los Siete Jorobados.
14) – Humo y espejos, de Elia Barceló. No podía faltar en esta antología la más internacional de nuestras autoras de literatura de género. Y un teatro decimonónico en París, sorprendente y misterioso, en el que se representan sesiones especiales de magia (esa magia clásica de los escenarios), es el marco en el que se produce la desaparición de uno de los miembros de una pareja de recién casados. La reacción del otro, su impotencia y miedo, su desesperación, resultan tan efectivos y vívidos como descorazonador su mensaje.
15.- Los reyes muertos, de Teresa P. Mira de Echeverria. El abuelo vendía sus historias en esas esferas, resabio de los viejos tiempos; «historias tejidas a mano», escritas en cristal y vapor por un humano, no una máquina. La de Los Reyes muertos de Aer le había impresionado. ¿Por qué esa burbuja de cristal era diferente a otras que antes le había comprado? «Te advierto que jamás podrás salir de sus límites sin antes haber cambiado profundamente». Y se estaba cumpliendo.
16.- Habba Habé, de Ludo Bermejo. Queda para el final un cuento que no es relato sino novela corta por su extensión, pero «bocatto di cardinale». Ambientada en Fernando Poo (hoy Bioko), la isla que fue provincia española de ultramar en Guinea hasta 1968, entre sus selvas majestuosas y plantaciones de cacao, la acción discurre a caballo de dos momentos del tiempo en Casa Paredes, la vieja plantación en la que Marta pasó su niñez y a la que regresa, años después, a depositar las cenizas de su padre fallecido; una casa plagada de recuerdos que cobran vida con ella, de nuevo: su amiga Alicia, Don Ramón, el mayordomo Jonás, Imbali, el niño artista al que cortaron la lengua… y las supersticiones. Los nativos la evitan y llaman Habba Habé, el Lugar Maldito, por lo ocurrido años atrás durante la fiesta de la cosecha… Fantasmas del ayer, casas encantadas, misterios, dudas, secretos no confesados, sentimientos perdidos, amor, nostalgia, traiciones sin resolver… recreados con increíble maestría y realismo en una ambientación colonial asfixiante, donde el lector se sumerge con naturalidad, para compartir recuerdos vivos que desean regresar del pasado y quedarse. Espléndido Bermejo.
Si no te atraen estos esbozos no sé qué más decir para interesarte por esta selección de relatos, una de las más satisfactorias y novedosas que he encontrado en los últimos años. Quizás añadir que, a la calidad de las obras, se une la traducción excelente de los mejores especialista, conocedores del género fantástico en nuestro país. Y un detalle curioso, no poco importante: Si te fijas, la mayoría de sus autores son mujeres; como mujeres son casi todas sus protagonistas. Si el mundo, hoy, es gracias a las mujeres, la Fantasía también. Por oscura que sea.
Te mereces su disfrute.