LA HIJA DEL GIGANTE DE HIELO en BD (CONAN le Cimmérien, v.4)

No es una adaptación fiel al relato de Robert E. Howard. Por el contrario, es un intento de interpretar, ampliada, la historia que REH quiso y no pudo contar por el puritanismo de la época. Robin Recht, parte de los orígenes para construir un relato cargado de erotismo y muerte, con una Atali-Lolita encantadora, mediante la sucesión de unas imágenes impactantes en blanco y negro o color.

La Hija del Gigante de los Hielos fue el primer relato genuino de Conan que escribió Howard, en 1932 (El Fénix en la Espada había sido adaptado de un relato anterior del rey Kull, que fue rechazado y escrito de nuevo para el cimmerio, con un mayor compo-nente fantástico). Pero también fue rechazado por Farnsworth Wright, editor jefe de Weird Tales con la única justificación de que no le gustaba. Podemos imaginar por qué: la historia que cuenta, simplificando los hechos, bien puede ser la persecución por la nieve de un bárbaro a una joven a la que pretende violar; ni más, ni menos, y eso, en 1932 (incluso hoy) no está bien visto. Por supuesto, el relato es mucho más que eso; contiene un alto componente épico-onírico de gran hermosura, pero, simplificando, esa podría ser la mirada. La historia, idéntica salvo algunos cambios, entre ellos su prota-gonista, Amra de Akbitana, se publicó en uno de los primeros fanzines conocidos, The Fantasy Fan, con el título Gods of the North («Dioses del Norte»). El relato de Conan quedó traspapelado hasta 1950, que la descubre L.Sprague de Camp, quien la publica -reescrita-, en 1953. Hasta 1976 no se publicó la versión de Howard.

Los estudiosos de la obra de REH (Patrice Louinet, co-director de la colección Glénat, entre ellos),
siempre pendientes de detectar influencias en sus relatos (no olvidemos que era prácticamente un solitario, ávido de lecturas pero perdido en un pueblo de la América profunda), además de ver en Atali una concepción de las Valquirias de la mitología germana, que trasladan al Valhalla a los héroes caídos en batalla, especulan con que su nombre bien podría derivar del de Atalanta, personaje de la mitología griega que desafiaba a sus pretendientes a vencerla en una carrera cuya pérdida significaba la muerte. También en la leyenda de Daphne y Apolo, cambiando el sexo de sus protagonistas. Ambas historias las habría podido leer en «The Outline of Mythology«, de Thomas Bulfinch.

Sin embargo, en 2011, Brian Leno, colaborador habitual de The Cimmerian o REH: Two-Gun Raconteur, publicó en el nº 15 de esta revista un artículo en el que indicaba que el relato «The Lady of the Frozen North«, de Alan Forsyth (pseudonimo de Leonard Cline) aparecido en la revista pulp Ghost Stories en 1928, contenía puntos en común suficientes con la obra de Howard como para considerarla inspiración real de este relato de Conan (-1-).

Así las cosas, y salvo el combate inicial (de narración y puesta en escena excelentes en el original) y el encuentro final con sus aliados aesires, con sorpresa, la historia se limita al relato plano de la persecución de Atali entre la nieve por parte de Conan, con intenciones no del todo definidas ni claras, si no es violarla cuando la alcance, como triunfo y botín de guerra. Pero no es del cimmerio de quien parten esos sentimientos, es ella quien los provoca. Cuando aparece de repente, al terminar el combate a muerte con Heimdull, aún aturdido y agotado, sin saberla amiga o enemiga (sus cabellos son rojos y dorados a un tiempo) él la trata y le habla con naturalidad y contiene el deseo pese a que está desnuda; será ella quien le provoque y pinche, hiriendo sus sentimientos hasta despertar en él la adrenalina caída tras el combate y soliviantar su ánimo:

«Mi aldea está más allá de lo que puedes alcanzar, Conan de Cimmeria. ¿No me encuentras bella?… ¿Por qué no te pones en pie y me sigues? ¡Menudo guerrero, ahí postrado…! Date por vencido y muere en la nieve como los otros necios, Conan de cabellos negros. No puedes seguirme allá donde te guiaría…»

Robin Recht ahonda y profundiza en esta herida de forma mucho más libidinosa y descarada que Howard (ver textos traducidos en los dibujos).  Noventa años más tarde puede permitirse hacerlo, incluso en imágenes, algo que nunca hubiésemos imaginado encontrar en una adaptación «seria» de Conan, salvo que la realizase Milo Manara. Pero no traiciona ni rompe la idea original de REH. Al contrario, el tejano, se sentiría satisfecho, contento con su versión, tras la sorpresa inicial…

La Atali que dibuja y construye Recht es un encanto (a mí me encanta…), mezcla de ternura y provocación, inocencia y descaro, indecencia y suavidad; un retaco pecoso y adolescente, diminuta (no le llega a Conan al pecho; la imagen de ambos juntos, o la portada, son extraordinarias) al tiempo que detenta un gran poder (poder erótico, lo define Louinet).

Ligera, vaporosa, evanescente; no corre sobre la nieve al saltar: flota y se eleva sobre ella como un elfo. La provocación para que Conan la siga es indecente, viciosa, la de una meretriz que, en un cuerpo adolescente como el suyo la convierte en Lolita de cabellos ardientes: descarada y directa a su hombría en momentos álgidos, seductora y de mirada sensual en las treguas; hasta acabar infantil, lanzando una bola de nieve a su rostro…

Ella es, sin duda, la verdadera protagonista del cómic, quien desplaza a Conan en el papel principal por deseo de Robin Recht,  demiurgo completo de una obra en la que interpreta todos sus papeles: adaptación, dibujo y color. Y lo hace de forma compro-metida: no sólo adapta el relato de Howard, lo amplía y engrandece hasta elevarlo a historia mitológica del Nordheim, recreándose en las imágenes y, dado el caso, en el color, un juego de azules y blancos del cielo y la nieve y el rojo de la sangre, entre los que entremezcla el negro del miedo.

Para ello, antecede el relato con 18 páginas en las que, por un lado, sitúa a Atali y sus pensamientos como introducción (en una doble página extraordinaria) y, por otro, la vorágine de sangre y muerte en que se convierte el enfrentamiento entre Aesires y Vanires en la llanura helada. No es hasta la página 19 que se inicia el enfrentamiento entre Conan y Heimdull, Jarl del clan de los lobos. Y, salvo en diálogos, no hay «narrador omnipresente» en la historia, son los pensamientos de la diosa-niña quien nos conducen por ella.

Esta es, pues, la historia de Atali la diosa, hija del primero y más grande de los gigante, Ymir, cuya sangre creó el mundo de los hombres, y ella cumple su misión de conducir a los héroes hasta el Odroerir, el pico más alto de las montañas:

«Y yo, Atali, debo llevarte ahora ante de él. Pues quien cae con las armas en la mano no muere realmente. No desaparece en la nada como el rico o el cobarde. Está invitado al banquete de mi padre».

Allí esperan sus hermanos, gigantes de hielo hijos de Ymir, también que, en esta ocasión, no portan cota de malla ni conforman la imagen que tan bien definió Frazzetta y permanece en nuestra memoria, sino que adoptan la forma de dos osos blancos enormes, gigantescos sin duda, que son quienes se encargan del héroe, rendido de agotamiento:

«Levantaos, hermanos míos, y tomad ahora su corazón, pues he oídos sus latidos y merece que lo depositemos, todavía humeante, en la mesa de nuestro padre para que lo devore».

Sólo que, esta vez, el héroe es un cimmerio poco dispuesto a rendirse.

El Conan de Robin Recht es grande, enorme en comparación con Atali. De rostro juvenil, como corresponde a la primera historia -también cronológica- del personaje, antes de viajar a la civilización, pero de espaldas amplias y poderosas; una figura que alcanza proporciones colosales cuando supera el agotamiento al que le somete la diosa, se levanta, al ritmo constante de sus latidos agónicos, vence a los gigantes y se convierte en el primer mortal que domina a esa Lolita de cabello rojos y dorados, que debe ser salvada, en última instancia, por su padre Ymir, el Gigante de los Hielos.

Robin Recht construye un cómic grandioso, con esas imágenes espectaculares a las que nos tiene acostumbrado en los álbumes de Elric (-2-).

Con libertad en recursos y medios, lejos de la esclavitud de un espacio limitado (es el único cómic de la serie con 80 páginas de historia [una historia simple, en realidad], frente a las 48 de los anteriores, aunque todos, se venden al mismo precio), se permite el lujo de describir la historia que quiere en la forma que desea, sin restricciones, recurriendo a viñetas enormes de una o dos páginas, o recreando un ejercicio de autosatisfacción sexual de la diosa, mientras el guerrero elegido (el cimmerio en este caso), engañado, lucha por su vida; ella alcanza el orgasmo justo cuando éste salva su vida.

De dibujo elegante al tiempo que personal, con un blanco y negro muy detallado, Recht estalla en una sinfonía única de tres colores, que él mismo añade. Una obra muy personal en todos los sentidos, muy en la línea fijada para esta colección (una obra = una aventura completa = una visión = un autor (o equipo de autores).

Como en números previos, la obra se ofrece en dos formatos:

  • edición estándar ,a color, 80 págs. 24×32 cms. 14,95 €
  • edición coleccionista, blanco y negro, 80 págs. a mayor tamaño: 28×36,8 cms. y tirada limitada, por 29,50 €.

Como complemento, las ediciones incluyen el consabido artículo de Patrice Louinet (2 páginas), donde ofrece valiosa información y anécdotas sobre la obra y el autor, en la época de su publicación, un portafolio de cuatro ilustraciones pintadas por el propio Recth, así como otra pintura homenaje al cimmerio, de Mathieu Lauffray. Y un prólogo excepcional de Michael Moorcock («La French Touch», al que nos hemos referido en otra ocasión), donde glosa las excelencias de Recht, encantado con su visión de Elric de Melniboné; también con esta de Conan el cimmerio.

Como en otras ocasiones, para la presentación de la obra, entre el 7 de diciembre de 2018 y 12 de Enero de 2019, la Huberty Breyne Gallery organizó una exposición con los originales de Robin Recht en blanco y negro. Para todo aquel que esté interesado, en la página web de la galería se ofrece la reproducción de, prácticamente, todas las planchas del álbum y otros dibujos adicionales.

NOTAS:

-1- Ver REH: Two-Gun Raconteur #15. verano de 2011, p.13-18 : “Atali, the Lady of Frozen Death” («Atali, la Dama de la Muerte helada»). Este artículo le valió, en 2012, a Brian Leno el tercer premio al mejor ensayo de la Fundación Robert E. Howard («Hyrkanian»).

-2- Robin Recht, nacido en 1974, es uno de los grandes autores actuales de la BD francesa. Su trabajo está prácticamente ligado a la Fantasía Heroica, tema que domina y le atrae especialmente, y los escenarios históricos. Sus primeras obras, un álbum de «El último ritual» (2002), y la serie de FH «Totendom«, Acto I (2005) y Acto 2 (2007), no han sido publicadas en España. Pero sí las siguientes, a partir de entonces: «El Tercer Testamento. Julius», recuperado recientemente por Yermo ediciones en dos integrales (X-2016 y II-2019), y los 3 álbumes (hasta el momento) de Elric «El Trono de Rubí», «Stormbringer» y «El Lobo Blanco», en la misma editorial.

MÁS ALLÁ DEL RÍO NEGRO en BD (Conan le Cimmérien, vol.3)

«La barbarie es el estado natural del hombre.  La civilización es antinatural, un capricho de las circunstancias. Y, en definitiva, siempre acabará triunfando».

Se trata de la adaptación de una de las últimas novelas de Conan que escribió Robert E. Howard, ya en su plena madurez como autor.  A decir de muchos aficionados y especialistas, su mejor relato; quizás, junto a Clavos Rojos.  Escrito sobre agosto de 1934, tras una racha de éxito personal (en esos momentos, encadena varios relatos vendidos; Conan es ya un personaje consolidado entre los lectores y lectoras) y sin necesidad económica que le acucie, decide escribir el relato que le pide el cuerpo, sin concesiones comerciales o sexuales (-1-), con un entorno que refleja sus inquietudes por aquella época (los primeros colonos americanos, que le son tan cercanos, enfrentados a los indios en la frontera de su propia tierra: Texas, Nuevo México…), y con el mensaje principal que siempre quiso transmitir, esta vez sin tapujos ni distracciones que atenúen su salvajismo: la barbarie natural, frente a la decadencia de la civilización. 

Y bien que lo consigue.

Más allá del Río Negro es una obra completa, contundente, donde el tejano nos muestra la personalidad más sombría y concentrada, silenciosa, del cimmerio, acorde a las circunstancias del relato.  Tan orgulloso se siente REH del resultado que así lo transmite a August Derleth  H.P.Lovecraft  en sendas cartas personales.  O -como recuerda Patrice Luinet, co-director de la colección-, se lo confiesa a Novalyne Price, en una de las conversaciones que recogió su amiga en su diario personal: «He escrito esta novela de forma experimental, para ver qué hacía Wright (editor de «Weird Tales«).  Tenía miedo de que no la aceptara, pero la ha comprado» (-2-)

La adaptación del relato a BD que realizan Mathieu Gabella y Anthony Jean (-3-) es, como el original, contundente, una adaptación muy fiel al relato de Robert E. Howard.  La pareja, cuyo trabajo conjunto se remonta a 2005, cuando deciden iniciar su andadura con La Licorne, una sola historia, una obra que, hasta el momento, contempla 4 álbumes (-4-), consigue recoger en las 48 páginas de la historia el ambiente opresivo de las selvas situadas entre el río del Trueno y el Negro, tierras pictas, la región de Conajohara, que los aquilonios empiezan a colonizar tras arrebatarla a sus dueños, al amparo del Fuerte Tuscelan, en la frontera del Rio Negro.  Los pictos, pequeños clanes y tribus dispersas, no lo pueden impedir si alguien no los une.  Y ese alguien será Zogar Sag, un picto ultrajado por los hombres del fuerte, que ha jurado venganza; también un mago, capaz de convocar demonios de los pantanos y bestias antiguas, que pueden desequilibrar la balanza a su favor.

El Conan que dibuja Anthony Jean es también contundente, sombrío; refleja espléndidamente el carácter rudo, maduro, cínico y a vueltas de todo  y no por ello menos comprometido, del mercenario veterano en mil batallas que tan bien retrata Howard en su relato.  Un Conan que, según la nueva cronología «oficial» de Dale Ripppke tiene casi 35 años (unos 40 en la de Miller y Clark, que sigue deCamp (-5-)), y ha sido de todo en la vida (bromea con que sólo le falta ser rey).  Su imagen poco convencional con las sienes rapadas (tan a la moda hoy) podrá disgustar a unos y entusiasmar a otros, entre quienes me encuentro, pero fue una acción consciente del dibujante, admitida por los directores de la colección (Louinet uno de ellos), a quienes se la dedica y agradece en los créditos finales (-6-) que, además, no desentona ni con el cimmerio de REH en esta época de su vida, ni con la intención declarada para la colección de ofrecer en cada obra una nueva visión del personaje, por un autor diferente.  En este caso, como digo, aciertan de pleno, pues aporta frescura a un personaje ya muy manido tanto en imágenes como en aventuras impropias.

Algo menos conseguido puede quedar el otro protagonista de la historia, Balthus, el aquilonio de Tauran, verdadero trasunto del autor, en quien se refleja (junto a su perro Patch, como Segador) y con quien el lector puede identificarse  (no con Conan, demasiado elevado aquí, en su elemento, para un simple mortal).  No sé si su heroísmo y actitud heroica, su concepción como verdadero hombre de la frontera en el relato, queda suficientemente patente en BD tras el brindis en su honor del cimmerio, o ensombrecido por su figura. Pero no desentona, en ese ambiente opresivo de las selvas y eriales pictos, sombríos por cerrados y en una acción que transcurre de noche.

Más allá de cómo dibuja Jean la figura humana o su realismo, agrada la definición de página que utiliza la pareja, en composición individual -ninguna página doble al estilo de Brugeas y Toulhoat, como en el álbum anterior- en la que se intercalan y alternan de forma sucesiva viñetas horizontales o verticales, entre 6 y 10 por página que no por ello resultan sobrecargadas, gracias a un dibujo fino y puntillista que, en ocasiones, resulta grandioso: grandes espacios naturales, abiertos en planos generales y lejanos, al tiempo que opresivos, incluso asfixiantes, en la mayor cercanía del plano medio y americano.  Todo en el diseño genera una sensación de movimiento y dinámica; una acción que, lejos de utilizar las descripciones y narrativa de Howard -como hacía en abundancia Roy Thomas-, deja paso a una sucesión de viñetas mudas, sin palabras, en la que el propio dibujo, con cambios continuos en planos y enfoques, se erige en protagonista único de la acción y consigue un dinamismo extraordinario.  El resultado es excelente, a mi entender, hasta el punto de que, sin ser perfecto, lo considero el mejor álbum de los publicados hasta el momento.

Un álbum que, al igual que los anteriores, se ofrece en dos versiones, en edición estándar (a color, 64 págs. 24×32 cms. 14,95 €) y en edición coleccionista (blanco y negro, 64 págs. a mayor tamaño: 27,5×36,8 cms. y tirada limitada, por 29,50 €). Ambos incluyen el habitual artículo de Patrice Louinet: tres páginas en la que sitúa al lector en el contexto de la obra y Howard en el momento en que escribió el relato; una amplia galería de dibujos y estudios de personajes de Anthony Jean, y otra con sendas láminas de seis dibujantes: Mikaël Bourgouin, Laurence Baldetti, Cristophe Regnault, Yann Tisseron y Jean-Baptiste Andreade.

Tanto una versión como otra no desmerecen su contenido: en una, el trazo fino y sombreado detallista en blanco y negro de Jean resalta con fuerza; en otra, el color suave que él mismo aplica en tonos casi pasteles y distintos degradados, contrasta con las tintas sin ocultarlas. Para que podáis comprobarlo y decidir cuál os gusta más incluimos dos planchas en ambos formatos (se amplían al pinchar en ellas).

Curiosamente, de este álbum se ha editado por Bruno Graff una tercera versión, de lujo, con las siguientes características:
– Edición limitada a 300 ejemplares 
– Nuevas ilustraciones de portada (abajo) y contraportada
24 páginas adicionales en color no publicadas previamente
96 páginas en blanco y negro con el story-board y las planchas entintadas 
– La historia en color publicada en el álbum de Glénat 
– Un ex libris firmado por Anthony Jean

Eso sí, al módico precio de 109,00€ …

NOTAS:

  • -1-  Muy al contrario de lo ocurrido en sus inicios, sus primeras obras, como se ha comentado en la reseña anterior, para  El Coloso Negro.
  • -2- Sin duda, Farnsworth Wright era consciente de su calidad, pero no llegó a encontrarle suficiente «punch» comercial hacia sus lectores, pues publicó el relato dividido en dos números de WT (mayo y junio de 1935), y en ninguno le concedió portada (previamente, parecía abonado a las portadas «picantes» de Margaret Brundage).
  • -3- Fichas en Wikipedia de Mathieu Gabella, y Anthony Jean, autores desconocidos en España, excepto por su obra conjunta El Unicornio, a continuación. De este último incluimos aquí un enlace a su blog, donde se recoge un reportaje fotográfico sobre la exposición de planchas del álbum en la Galería 9ºArte, así como numerosas muestras de éstas.
  • -4- El Unicornio integral, publicado en España por Ponent Mon en 2018, en base al volumen francés de 2014, que reúne los 4 álbumes previos: 1 – El último templo de Asclepios (2006), 2 – Ad Naturam (2008), 3 – Las aguas negras de Venecia (2009) y 4 – El día del bautismo (2012).
  • -5- Miller y Clark sitúan a Conan en este relato con casi 40 años y poco antes de hacerse con el trono de Aquilonia; una solución factible, teniendo en cuenta que es mercenario de sus tropas en la frontera. Pero en el esquema original de la cronología que ambos remiten a Howard y éste acepta, no aparecen los últimos relatos que escribió, algunos sin publicar en ese momento; entre ellos, El Negro desconocido, íntimamente ligado a éste, y donde se ofrece información adicional:
    • DeCamp alteró después el relato a su conveniencia y lo publicó como El Tesoro de Tranicos, en el que, sin reparo alguno para cambiar su final, utiliza dicho tesoro (que no pueden conseguir en el original) para financiar la campaña de Conan contra Numédides.
    • En El Negro desconocido queda claro que tanto Zarono como Strom conocen a Conan, como capitán pirata de la Barachas. También se indica (capítulo V) que el hundimiento del Wastrell, el barco del que es capitán (tras El Estanque del Negro), acontece tres años antes de los hechos que
      aquí se narran. Conan tiene unos 32 años cuando pierde su barco.
    • Cierta información sobre un personaje que aparece en Lobos Más allá de la Frontera (fragmento incompleto de unos hechos que suceden mientras Conan asciende al trono de Aquilonia, y Miller y Clark no llegaron a conocer) y que recuerda los hechos de Conajohara siendo un niño hace pensar que han pasado 5-6 años desde entonces.
  • -6- «Gracias al equipo editorial, Benoit, Jean-David y Patrice, por confiar en este álbum y permitirme ofrecer un nuevo corte de pelo al cimmerio más conocido del planeta».

EL COLOSO NEGRO en BD (Conan le cimmérien, vol. 2)

La fuerza y juventud (no exenta de experiencia) del tandem Brugeas/Toulhoat consigue en la adaptación de EL COLOSO NEGRO una versión llamativa y vibrante, impactante en color y planos cinematográficos, de la sangrienta batalla en el desfiladero de Shamla, donde las fuerzas de Khoraja enfrentaron a las tropas de Natok el Velado

Publicado junto al nº 1 de la colección, «La Reine de la Côte Noire» (ver reseña aquí), ambos al mismo tiempo, a una vez, para incrementar el impacto mediático del lanzamiento oficial de la colección, el dibujo oscuro de Toulhoat servía, además, de contrapunto perfecto a ese otro, tan personal -casi de animación-, de Alary.

Este segundo volumen, «Le Colosse Noir«, adaptación del relato «El Coloso Negro» de Robert E. Howard, llama poderosamente la atención con una portada de impacto, por su composición y color, refrendada en su interior con un dibujo sombrío y oscuro, repleto de manchas propias del blanco y negro, que cuando recibe color lo hace, de forma intencionada, en una gama cromática reducida a fin de mantener el juego de sombras para el que está pensado.  El dibujo de Ronan Toulhoat, no es menos personal que el de Alary, aunque al menos no recuerda a Disney.  Evidentemente, no es Buscema; vaya esto por delante, para anticipar la inevitable comparación entre ambas adaptaciones (-1-) que, en este caso y salvando innegables diferencias de estilo, resiste el enfrentamiento con bastante dignidad, gracias al dinamismo de sus figuras, un admirable diseño y composición de viñetas, en el que destacan los dibujos a página doble o un tercio de la doble plancha, planos de enfoque variable y un impresionante diseño cinematográfico del que, imagino, no resulta ajeno Vincent Brugeas, su guionista, la otra mitad del equipo que ambos forman desde 2003 (-2-).

Primeras 4 páginas, en las que se narra la incursión de Shevatas en las ruinas de Kuthchemes.

El Conan de Brugeas y Toulhoat es oscuro, sombrío como la descripción que de él se hace en las Crónicas Nemedias, muy personal, y de imagen distinta a la que estamos acostumbrados; su pelo es negro sí, aunque rizado, lejos de aquella melena que Howard describe lisa en La Reina de la Costa Negra y otros relatos; tampoco es el gigante que imaginamos, puesto que las proporciones de los cuerpos de Toulhoat se acercan más al canon de 7 cabezas que de de 8 habitual (-3-).  Pese a todo, es un Conan en toda regla; una representación excelente del personaje que imaginó su creador para este relato, cuya adaptación es bastante buena; tanto o más que las realizadas por el gran Roy Thomas (-4-).

Salvando rizos (como Momoa…), el personaje se comporta como hace el cimmerio en el relato de Howard, en una adaptación muy fiel al original, en la que sólo introduce pequeños cambios en el orden de narrar acontecimientos (flashback de las apariciones de Natok Yasmela) que no afectan a la historia, y algún añadido (lógico, si se piensa bien), como ortos dos mercenarios, Bran y Kane, colegas y compañeros de bebidas, mujeres y batallas.  Aparte de eso, nada falta en la narración de unos hechos que, mediante el dibujo y muchos silencios, son recreados sin escatimar páginas para describir acontecimientos.

Desde inicios (ver primeras páginas de Shevatas en Kutchemes) el diseño a doble plancha, con viñeta de 1/3 de ancho, se vuelve dominante en una gran proporción, para destacar escenas majestuosas o sobre las que llamar la atención.

Pero es a partir de la llegada del ejército al Paso de Shamla donde alcanza su auge, para mostrar una perspectiva grandiosa que, junto a la movilidad y dinamismo de las figuras y caballos generan una sensación de movimiento que es de agradecer.

Es ese nerviosismo que Toulhoat confiesa le domina cuando quiere comunicar al lector la fuerza e intensidad de un personaje o historia.  A partir de ahí, también, pero la narración, la batalla en el último tercio del volumen, se transforma en una epopeya épica ilustrada de movimientos y rojos, acción, sangre y flechas que surcan el cielo y lo ensombrecen, furia, desconcierto, frenesí, matanza, y carnicería en exceso.

El lector de cómic sabe disfrutar estos momentos, cuánto más si es aficionado al personaje del cimmerio.

Es este un cómic pensado para blanco y negro.  La densidad de las tintas y sombras así lo definen; tal es el estilo del propio autor, que se confiesa un fanático declarado del b/n. y así concibe las imágenes en su primer pensamiento.

Pero el color no lo desmerece; al contrario, le otorga una dimensión diferente, otra mirada.  En la medida que es el propio dibujante quien lo concibe y aplica, sabe cuándo va a apoyar la tinta o no, completar el dibujo, o comple-mentarlo.  En este caso, con predomi-nio de los tonos rojos y distintos matices de arena.  Como dice, es otra faceta, y dos placeres en realidad. Cada uno que opine según sus gustos y preferencias, que opciones hay para ambos:

Como el resto de la colección, Glénat ofrece «Le Colosse Noir»  en dos versiones:

  • A todo color.           72 págs. 24    x 32 cms.
  • En blanco y negro. 72 págs. 27,5 x 36,8 cms. siendo ésta última edición de coleccionista, de tamaño superior  y tirada limitada a 1000 ejemplares.

Como complemento a las 64 páginas de la BD, incluye 6 láminas con la versión del personaje de otros dibujantes: Yoann Guillo, Djet, Julien Carette, Julien Télo, Thibaud de Rochebrune, y Alexis Sentenac.  Y, por supuesto, el artículo que pone obra y autor en situación y tiempo, a cargo del entendido Patrice Louinet.

En él cuenta cómo «La Máscara de Fu Manchú«, de Sax Rohmer pudo ser referente para Natok, el Velado.  También que las dificultades financieras que atravesaba Weird Tales llevó a F. Wraight, su redactor jefe a ser más permisivo en materia sexual.  Fue cuando contrató a Margaret Brundage para dibujar las portadas, una especialista en desnudos femeninos.  REH acababa de vender «La Reina de la Costa Negra«, el relato con el que había llegado más lejos en cuanto a desnudos y sexualidad, elementos que incrementaba las ventas de libros.  También pasaba dificultades económicas… y se subió a ese carro.  Pronto comentaría con uno de sus mejores amigos: «Uno de los últimos relatos que he vendido termina con una relación sexual, en lugar de la masacre habitual… Creo que el individuo medio tiene en su interior el deseo secreto de ser un aventurero valiente que se dedica al beber, luchar y violar«.

En una versión previa del relato (inédita) Conan rechaza la proposición de Yasmela y le pide que se vista para regresar con las tropas.  No fue ese el final publicado… ni el de esta adaptación.

 

NOTAS:

-1- La adaptación de Marvel, por Roy Thomas y John Buscema fue una de las primeras historias publicadas en «Savage Sword of Conan» («Relatos Salvajes nº 8, 2º de Conan) con tintas de Alfredo Alcalá. El resultado fue espectacular, y así ha quedado en la memoria de los aficionados, que lo recuerdan con gran cariño.

-2- Compañeros de estudios y aventuras, en 2003 decidieron realizar cómics juntos.  De esta colaboración han surgido la saga «Block 109» (5 tomos autoconclusivos), una ucronía de guerra mundial en la que Alemania domina el mundo sin Hitler, asesinado; «Chaos Theam» (2012), 4 álbumes y dibujos animados de S; y los éxitos de crítica y público «Le Roy des Ribauds» (2015), de formato histórico (París medieval, 1194) e «Ira Dei» (2018), normandos, bizantinos y vikingos en la Sicilia de 1040, con un estilo muy similar al del álbum que nos ocupa.

En España no hay publicado nada de Brugeas, y sólo algunas portadas o colaboraciones de Toulhoat, como en «Sherlock Holmes Society«, o el tomo 3 de «Elric» (fuente: Tebeosfera).  Por si alguno quiere ver más sobre el dibujante, dejamos aquí su cuenta en Instagram.

-3- Un canon de 7 cabezas es el del Doriforo, de Policleto (siglo V a.C.).   Actualmente, el más real y utilizado es el de cabezas, más esbelto, como el de Lisipo (siglo IV a.C.) y su Apoxyomenos (es el que utiliza Buscema en su adaptación, por ejemplo). El canon de 8 cabezas y media, o superior, se reserva para los dioses, como el de Leocares (s. IV a.C.) en su Apolo de Belvedere, ).

-4- Posiblemente, mejor que las de Thomas, por cuanto es conocida por todos su excesiva literalidad a los textos de Howard, que originaba repeticiones entre lo narrado y lo descrito en las viñetas.

 

ELRIC: el Trono de Rubí. Versión gráfica definitiva del personaje

Ficha ELRIC 1 - El Trono de Rubí

Cuando un personaje te gusta, cuando una obra tiene calidad suficiente para traspasar fronteras de tiempo y lectores hasta alcanzar el reconocimiento general de ellos y la crítica, también te gusta que su encarnación a imágenes (ya sea en el 7º arte, el cine, o en el 9º, el cómic) tenga también calidad suficiente como para identificarte con ella, sentirla tuya.

Así ocurre con Elric, El Trono de Rubí, primer volumen de la nueva adaptación al cómic de la Saga más conocida de Michael Moorcock, que publica Editions Glénat en Francia y Yermo Ediciones en España, y que es, sin duda, la versión gráfica definitiva del personaje.  No es que yo lo diga (que también); es la opinión del propio autor, en su prólogo a la obra:

«He visto algunas interpretaciones visuales de Elric realmente magníficas… y siempre me ha costado escoger mi preferida. Hasta ahora. Entre todas las adaptaciones gráficas de las historias de Elric, hay una muy cercana a la visión original del personaje.  Es la que tienes en tus manos.»

Con tales palabras de presentación, se corre el riesgo de elevar mucho el listón, crear tantas expectativas, que el aficionado que accede a la obra podría llevarse una decepción al contemplarla.  No es el caso.  O no ha sido mi caso, al menos.

Porque ¿qué es Elric: El Trono de Rubí, qué encontramos en este volumen?

Dragones

De inicios, una nueva adaptación al cómic de la novela Elric de Melniboné, que da comienzo a la serie; en concreto, su primera mitad, porque es imposible condensar en formato álbum europeo (46 planchas) toda la intensidad de la obra (la adaptación anterior de P. Craig Russell, en formato cómic-book USA, ocupó 6 números, unas 180 páginas).  Esto hace que el álbum se nos haga un tanto corto, escaso, que deseemos más…y no porque su adaptación elimine partes o episodios de la novela, sino lo contrario: considero que el guión de Julien Blondel es excelente, condensa de forma exquisita el contenido original al espacio requerido, y mantiene una intensidad narrativa que, al finalizar su lectura, te hace pedir más… Una adaptación que, siendo fiel a la novela original, introduce -con el consentimiento de Moorcock (él mismo no ha dudado en modificar una obra previa del ciclo para coordinarla con otra posterior, o a la concepción del multiverso)-, pequeños cambios en la historia que la enriquecen, actualizan, y le dan una visión acorde a los tiempos que corren, más de 40 años después de su creación.

Escena

Elric estudio

En la parte gráfica, El Trono de Rubí es una obra impactante.  En su inicio, grandes imágenes a página completa, de fuerza rotunda y claroscuros marcados, nos introducen de golpe en la civilización decadente, inmoral, depravada y cruel de Melniboné, el antiguo imperio que dominó el mundo durante 10.000 años y perdió su mando en los últimos 500; en la hermosa Imrryr, la Ciudad de los Sueños, capital de la Isla del Dragón, centro del mundo conocido, y en quien la gobierna, Elric, 428º descendiente directo del primer Emperador Brujo aliado del Caos que creó la dinastía; un hombre (aunque no del todo humano) poderoso, hechicero, erudito y letrado, pero atormentado y con dudas, pues desprecia aunque tolera la depravación que le rodea, inherente a su pueblo; un hombre débil también, albino y enfermo de nacimiento, que necesita magia y sangre vertida para mantener su vigor, hechizos y sacrificios en ceremonias, que en esta adaptación oficia la propia Cymoril.

Elric Oscuro

Y ese es uno de los cambios que introduce Julien Blondel, con aquiescencia de Moockock: un papel más activo de la mujer, un tanto difusa en la novela original.  Así, la huida romántica de ambos amantes a una cueva escondida junto al mar en la novela, se cambia aquí por una ceremonia sangrienta en un manantial natural, donde la Cymoril hechicera mantiene y limpia la sangre maldita de Elric a base de un lujurioso sacrificio sangriento de vírgenes humanas, acorde a la naturaleza vil y depravada de los melniboneses.

Depravación

Y esa es otra de las características, y el mayor acierto gráfico de la obra, que tanto ha agradado a su autor: la representación decadente del imperio de Melniboné (Moorcock, un anarquista romántico desde su juventud, siempre quiso representar en su obra una alegoría de aquellos viejos imperios británico y germano-nazi -o el más moderno estadounidense- dominantes del mundo, dominadores del Caos, que a él le hubiese gustado destruir; y destruye La Ciudad de los Sueños, de la mano de Elric).  En una conjunción no frecuente en Europa, tres dibujantes, Didier Poli a los lápices, Robin Recht en la tinta, y Jean Bastide que da color y dispone de libertad completa para realizar los retoques que sean necesarios, obtienen para Elric un desarrollo gráfico sorprendente, de imágenes rotundas, oscuras y nítidas a un tiempo, y tremendo impacto para el lector.  Con un estilo realista, y en unas planchas que necesariamente han de huir de aquellos experimentos oníricos que tan bien sabía componer P.Craig Russell, y comprimir numerosas viñetas donde recoger el intenso contenido de la novela, Poli mantiene la tensión narrativa con planos contrapuestos y focos cambiantes, picados y contrapicados que se suceden e intercalan entre planos generales frente a primeros y primerísimos planos, sin que falten viñetas grandiosas de sorprendente realismo; todo ello remarcado por unas tintas y colores en claroscuros que otorgan profundidad a una puesta en escena espectacular.

Straasha

La conjunción de autores adquiere estilo propio, aunque no exento de influencias, que no dudan en reconocer: la grandiosidad de Druillet, combinada con un estilo narrativo clásico -en el que personalmente he encontrado tintes de Bilal y Giraud– o el detallismo de Laufray; la incorporación de imaginería gótica y sadomaso-quista, o el fetichismo de Clive Baker, hacen que de su mano los melnibonenses adquieran tintes maligno y recuerden a los cenobitas de Hellraiser; Yyrkon se ve poderoso, y el Doctor Burlón aterra…

Yyrkoon

Sus dioses no adoptan ya rasgos parecidos a humanos, sino que recuerdan a horrendos mitos lovecraftianos, como el terrorífico Aaven’kar que conjura Yyrkkon, o Straasha, señor de los océanos, un remedo pulposo de Cthulu sin miembros humanos, con cohorte de medusas… Y para representar a Arioch se decantan por la imagen más espeluznante de cuantas transmiten maldad:un tierno infante, de hermoso rostro que se transforma.

AAvenkar

Y aunque no aparece en el volumen (aún no es hora), una parte importante de la serie será Stormbringer (Tormentosa, de nuevo, qué le vamos a hacer…). Enlazando con una entrada anterior de este blog sobre sus visiones, en la nueva serie su imagen no será estática, sino cambiante, en función del estado en que se encuentre (en reposo, ávida, en combate, o saciada) según se muestra en un estudio preliminar sobre el arma y el personaje.  Confieso que me gusta la idea, sí.

Elric y Stormbringer - Estudio

En resumen: una obra altamente recomendable, que viene a representar la imagen definitiva de un personaje siempre atractivo. Un solo defecto le encuen-tro: al ritmo normal de publicación, tendremos que esperar un año para disponer de su continuación, 16 años para completar las 8 novelas del canon central del personaje. A no ser que la unión de tres dibujantes consiga acelerar el proceso…

El Trono de Rubí recorte