CONAN, La Leyenda

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¿Quién me iba a decir a mí que con el paso del tiempo volvería a hablar de Conan en comics…?

Siempre pensé que cuando Roy Thomas dejó Marvel, la adaptación al comic de Conan el bárbaro, salvo honrosas excepciones, había muerto; y que desde entonces el personaje no sería más que una pobre explotación de la gallina de huevos de oro que fue en su día, y nadie quería matar (lo mismo que en las novelas, convertido ya en franquicia).  Me equivoqué.  Lo fue durante un tiempo; pero no para siempre.   Desde 2004, la editorial Dark Horse me ha demostrado que aún hay vida para el personaje, y es posible rehacer su adaptación al noveno arte, revitalizándolo incluso.

Partiendo de cero, exclusivamente desde los escritos y fragmentos originales de R.E.Howard, sin irrupciones externas, nuevos autores como Kurt Busiek, Mike Mignola o Timoty Thruman, con Cary Nord al dibujo, han reiniciado su historia.  Posiblemente no consigan hacerme olvidar a Roy Thomas y sus historias magníficas, ni el dibujo preciosista de Barry W. Smith, incluso a Buscema, pero tampoco los desmerecen; en algún caso, incluso los mejoran, aunque no sea cuestión de realizar comparaciones.  No en vano la serie se hizo acreedora al premio Eisner 2004 con su número inicial, al que han seguido otros por las magníficas portadas o el color.

Si R.E. Howard nos presentó al personaje a través de un en ensayo que era el retazo de unas Crónicas Nemedias (Sabe, oh Principe…) ese mismo argumento utiliza Busiek para narrar sus historias, a partir del descubrimiento -miles de años después, entre las ruinas de una Tarantia enterrada- de esas crónicas que confeccionaron los escribas nemedios, y que un príncipe conquistador hace reordenar y relatar a su visir.  Un visir que no parece cómodo con la tarea, y se revelará con el tiempo que no es quien aparenta…

Si en su momento las adaptaciones del cimmerio al comic, o Las Crónicas de Aquilonia fueron apartados destacados en Berserkr, no está mal que en este regreso dedique un tiempo a comentar su nueva concepción; algo que jamás pensé volvería a realizar.

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Antes que nada quiero dejar aquí mi curiosa experiencia con esta serie, porque seguro que a más de uno le ha pasado lo mismo:

Al principio, sus dibujos y enfoque para narrar historias grandiosas, con gran disponibilidad de espacio y recursos, me ilusionó; pero con el paso de los números su interés fue decayendo, quizás debido a la forma deslabazada en que se presentan los episodios originales, con numerosos cortes y saltos de secuencia narrativa.  Un defecto, sin duda, que unido a la política errática de su publicación en España, estuvo a punto de hacerme abandonar la serie.

Después descubrí que, pese a todo, Conan, la Leyenda, mantiene una estructura coherente, perfectamente pensada sobre arcos argumentales singulares, que contienen, cada uno de ellos, la adaptación de un relato significativo del propio Howard; y el resto, en muchos casos, prefacios y ampliaciones que lo complementan.

En los USA, al concluir cada uno de estos arcos, se han publicado recopilados en tomos de unas 150 páginas.  Y es ahí donde se encuentra la verdadera concepción de la mayoría de estas historias, y como en realidad se disfrutan.   Leídos así, en contínuo, los relatos adquieren una nueva dimensión narrativa, un contenido distinto del simple episodio o momento, para trascender al de novela.  Porque son eso: verdaderas novelas gráficas que permiten el desarrollo de buenas historias, bien narradas, con personajes definidos; sobre todo muy trabajadas, e incrustadas en los relatos originales de Howard, de quien conservan la esencia, que no es poco.  Algo similar a lo que hizo Thomas en su día, con mayor planificación y disponibilidad de medios ahora, y una experiencia previa, la suya, sobre la que basarse (algo que también cuenta, y se deja sentir, aunque algunos, comercialmente, no puedan reconocerlo).

Es de esperar que, en España, Planeta se decida a publicar estos tomos recopilando los arcos argumentales  (¿una vez finalice la primera serie?).  Si así fuera, recomiendo encarecidamente que os hagais con ellos y los saboreeis.

En caso contrario, en otros post iré a comentando cada uno de los mismos, para que quien quiera los agrupe por su cuenta.   El esfuerzo merece la pena.

Y, fuera de continuidad:

  • La Corona Manchada de Sangre
  • Y algún episodio de Conan Rey

BERSERKR, fanzine de y sobre Fantasía Heroica

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1984.  El panorama de la Literatura Fantástica en España dista mucho del actual.  Aunque los conceptos Ciencia Ficción y Terror se encuentran claramente diferenciados a nivel editorial, la Fantasía, el «Fantasy» (por englobar en un sólo término los diferentes subgéneros que lo integran) no existe como tal; las pocas publicaciones que aparecen lo han hecho bajo colecciones de SF, con honrosas excepciones que confirman esa regla.  Sólo el cómic, y más en concreto Conan, destacan de alguna forma en ese panorama desalentador.  Y por poco: Vértice, la editorial que publicaba Marvel en España, había desaparecido, y Planeta Comics, su heredera, tardaba en conseguir sus derechos.  Los aficionados acogimos agradecidos la aparición de «La Espada Salvaje…», y el nuevo enfoque que se le da (a pesar de los muchos errores cometidos), con un mayor acercamiento al cliente, la creación de un club del lector, o la presencia de opiniones y comentarios en la propia revista.

Es en ese entorno, donde propongo como idea la creación de una revista o fanzine, que profundizase en la historia del cimmerio.  Inmediatamente, contacta conmigo Eugenio Fraile, quien no sólo me anima y se suma a la idea, sino que propone avanzar en ella, ampliada al género de Fantasía Heroica.   Eugenio, a su vez, ya estaba en contacto con Javier Martín Lalanda, posiblemente quien más sabía de R.E.Howard en España por aquel entonces, autor de esa pequeña joya que fue La Canción de las Espadas; y entre los tres pergeñamos la idea definitiva de crear BERSERKR.  Porque, eso sí, fue un parto compartido, en el que Eugenio puso el corazón, Javier la cabeza, y ese toque de distinción que consiguió hacer especial el fanzine desde su primer número, y Manuel Berlanga el brazo ejecutor.  Después tomaría las riendas, y llegaron muchos más; pero es justo decir que sin ellos, sin su apoyo, ilusiones y experiencia,  BERSERKR, fanzine de y sobre Fantasía Heroica, no hubiese existido.

Como no hubiese continuado sin  las críticas de/a Mariano Ayuso en La Espada Salvaje de Conan, donde la revista se dio a conocer; o el apoyo desinteresado de los compañeros del Círculo de las Espadas, librerías especializadas, y otros colegas editores de fanzines ya existentes, entre los que no puedo dejar de citar a Miguel Ángel Martínez, «Fandom», «Space Opera»; Joan Manel Ortiz y Ricard de la Casa, «Tránsito»; Juan José Parera, «Maser», Alejo Cuervo, «Gigamesh»… y tantos otros que me dejo en el tintero de la memoria, o surgieron posteriormente.

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Poco a poco, con su apoyo y la participación principal de Javier, Eugenio y la mía propia, Berserkr se iría consolidando.  Después sus páginas se llenarían con firmas de renombre, atraídas por la fuerza con que irrumpió en el mercado fan-editorial, como el propio Glen Lord, albacea literario de R.E. Howard, que ofreció una artículo específico para el número homenaje a su 50 aniversario; Luis Alberto de Cuenca, sin el impresionante bagaje que arrastra hoy a sus espaldas, pero ya por entonces articulista conocido y miembro de CSIC;  Juan Carlos Planell, autor conocido y articulista; Mariella Bernacchi, quien dio inicio a la colaboración internacional… o Juan C. García Herranz, Juan Soñador, poeta excelso de corazón enorme, que en paz descanse.  No quiero olvidarme del apoyo y colaboración recibida por Jose Modesto Aparicio, o el colectivo Viñetas de Málaga, del que me enorgullece haber formado parte un tiempo.

Con todos ellos, y otros muchos que sería imposible citar aquí, pero que aparecerán reflejados en los próximos post dedicados a cada número, Bersekr se hizo realidad.  La gran calidad de sus contenidos y firmas, los relatos de fantasía en español, la enorme ilusión que destilaba y un diseño y maquetación únicos y artesanos (recordad: en aquella época,  no había ordenadores ni editores de textos, y todo se hizo a mano) consiguieron que abriese un hueco en el panorama español de lo fantástico, y su recuerdo aún perdure en la memoria de muchos.

Es debido a ese recuerdo que muchos me manifiestan aún hoy, que he decidido evocarlo ahora.  In memoriam.