AL FILO DE LAS SOMBRAS. El Ángel de la Noche II.

«El asesino perfecto no tiene amigos, sino objetivos.  No tiene un nombre, sino mil rostros.  No tiene conciencia, sino una misión».

Ahora que está a punto de aparecer en España el tercer volumen de la trilogía «El Ángel de la Noche», de Brent Weeks, no es mal momento para comentar el volumen que le antecede:

Ante todo indicar que, aunque en libros diferentes, la historia es única, y «Al Filo de las Sombras» continúa la narración en el punto donde finaliza «El Camino…», sólo una semana después de aquellos acontecimientos:

Kylar Stern es ahora El Ángel de la Noche, poseedor del ka’kari oscuro y un poder que parece ilimitado, pero que no entiende, ni conoce su alcance; y Durzo Blint, su anterior poseedor, su mentor y maestro asesino, está muerto, ha desaparecido sin poder explicarle cómo usarlo.  Y sin él, con sus amigos también muertos o desaparecidos, en una Cenaria vencida y dominada por el invasor, Kylar siente que nada le ata allí, salvo Elene y Uly, y decide huir con ellas, abandonar el Camino de las Sombras y su vida de asesino, y consagrarse a fundar una familia.   Atrás quedan Jarl y Mamá K, dirigiendo el Sa’kagé, única fuerza capaz de organizarse en un reino desvastado.

Pero, aunque lo intenta, por Elene, continúa siendo El Ángel de la Noche, y suyo es el poder -el impulso- de impartir justicia.  Por ello, cuando corre la noticia de que su amigo Logan -heredero legítimo del trono usurpado- está vivo en la más horrible de las prisiones, Kylar adopta su decisión y, a costa de perder todo cuanto anhela -incluida su redención como asesino-, retoma el abandonado camino de las sombras, y regresa a Cenaria

«Al Filo de las Sombras» es la historia de la transición de Kylar entre uno y otro lado del camino, de sus dudas y pulsiones, y su decisión de continuar adelante (obligado más por las circunstancias que por convencimiento propio, al menos de inicio).  Pero no sólo su historia.  Es también una obra coral (sin muchas complicaciones), donde compartimos el destino y vivencias de diversos personajes, Elene, Jarl, Mamá K, Dorian (¡qué poco recibimos de él, y qué potencial tan enorme tiene…!  ¿quizás en el tercer volumen?), ahondando principalmente en dos: Viridiana Sovari, Vi, la pelirroja prostituta aprendiz de asesino, su rival y alma cercana, que sin embargo es más de lo que parece y menos de lo que quisiera ser; y Logan de Gyre, su amigo, noble de corazón y nacimiento, única esperanza del reino, quien deberá hundirse hasta lo más profundo y bajo de la humanidad antes de poder resurgir.  Como su pueblo.

Porque, más allá de personajes, de la magia o Talento que subyace y domina a las personas, Brent Weeks narra el despertar y toma de conciencia de un pueblo como tal, superando clases y prejuicios, palacios que ya no existen o callejones bastardos, en un país convertido en burdel donde el agresor campa a sus anchas.  Serán ellas, las meretrices, de profesión o circunstanciales, al amparo del Sa’kagé, quienes inicien la revuelta de la Nocta Hemata, la Noche de Sangre, que propicia la unidad de los cenarianos y su levantamiento contra el invasor.

En «Al Filo de las Sombras», Brent Weeks mantiene ese estilo narrativo dinámico y suelto que le caracteriza y hace ágil la lectura; el libro se dejar leer con facilidad.  Pero al tiempo que desarrolla su historia, Weeks siembra también las semillas de tramas que no se desarrollan hasta el siguiente volumen, lo que deja al lector con ganas de más, y el deseo de acometer una pronta la lectura de «Más allá de las Sombras» (cuyo avance os ofrecemos aquí al lado, con el widget que facilita la propia editorial).

Mas, como no todo ha de ser positivo, hay un aspecto que desconcierta y no me convenció demasiado: la personalidad (mas bien falta de ella) que presenta Kylar al principio del volumen, demasiado juvenil e insegura en su relación con Elene, demasiado inmadura en su incapacidad de asumir la nueva responsabilidad adquirida; aquello que decía Stan Lee de «todo poder conlleva una gran responsabilidad».  Pienso que con un enfoque en exceso inmaduro, adolescente (eso de abandonarlo todo…), dado el entorno que le rodea, a los suyos y al país, o los precedentes descritos en la novela anterior. Tal vez fuese algo necesario, para rebajar una ascensión a los poderes demasiado rápida y sin mentor (¿de momento?); o un reflejo inconsciente de fuentes previas (a Spiderman le costó la muerte de su tío Ben entenderlo; a Kylar la de un amigo y algo más); quizá sólo un intento de acercamiento a un público juvenil (aunque la serie, por otras descripciones y enfoques no lo es).  O seré yo, que me vuelvo demasiado exigente… ¿quién sabe?

Quedan sólo cinco días para la publicación en España del último volumen de la trilogía; todo un lujo para el sufrido lector de series de Fantasía, acostumbrado -en otros casos- a largas esperas para poder completarlas.

PD:  Como noticia de última hora, comentar que Brent Weeks fue en su día finalista al David Gemmell Legend Award por «El Camino de las Sombras».  Su última novela «El Prisma Negro», primer volumen de la nueva serie «El Portador de la Luz», ha sido nominada en enero candidata al premio que se concede este año.

EL CAMINO DE LAS SOMBRAS. De Brent Weeks.

Debe ser grande codearte con autores consagrados en tu primer libro («El Camino de las Sombras»), convertirte en autor revelación con tu trilogía («El Ángel de la Noche», publicada de un tirón y en 10 idiomas), y pasar a nº 1 en las listas Locus de Best-Sellers con tu segunda creación («El Prima Negro»).  Así debe sentirse Brent Weeks actualmente…

«El asesino perfecto no tiene amigos, sino objetivos».

Y un Ejecutor lo es.  Si alguien se convierte en su objetivo pasa a ser llamado muriente, porque más tarde o temprano la muerte le alcanza: un contrato firmado por un ejecutor es una sentencia.  Como Sentencia se llama la espada del mejor Ejecutor, Durzo Blint, respetado y contratado tanto por la nobleza como el Sa’kagé, la organización criminal que mueve los hilos e intereses reales en la ciudad de Cenaria.

En La Madriguera, esa parte de la ciudad que no pisan lo nobles, la vida es dura, no tiene valor.  La única forma de defenderla entre la miseria y el miedo es seiendo más temido de lo que temes, ganarte el respeto matando antes de que te maten.  Y Azoth, con 11 años, tiene claro su futuro: quiere ser el aprendiz de Durzo Blint.  Sólo que Blint no acepta aprendices…  Y aunque lo hiciera, convertirse en el mejor asesino del mundo requiere pagar un precio que no todos pueden, el adiestramiento más duro, olvidar cuanto se creía y tenía hasta entonces y comenzar de nuevo bajo otra identidad, manejarse de igual forma entre las intrigas de nobleza y parias…  convertirse en un caminante de las sombras.

Kylar, que antes fue Azoth, acepta el reto de Durzo Blint y se adentra en esa senda; se forma, y avanza hasta ponerse a su altura, hasta alcanzar su bautizo de sangre…, su primera muerte, su primera duda.  «La vida no tiene sentido.  La vida está vacía.  Cuando quitamos una vida no arrebatamos nada de valor».

«El Camino de las Sombras» es, más que la historia de la iniciación de Kylar Stern como asesino de élite, la de su formación como persona, comenzando desde cero; moldeada en el crisol de una nueva familia, noble no sólo de título, donde conforma su verdadera personalidad, sus amistades reales, sus sentimientos… que a veces chocan con su instrucción paralela como ejecutor.  Porque Kylar es bueno, muy bueno; aprende con el mejor, y puede que algún día él mismo llegue a serlo…  si poseyese el Talento, esa cuota de magia que muchos pueden canalizar y en un ejecutor resulta casi imprescindible, pero que en él no funciona, no puede usar… ni lo hará jamás.  ¿Por qué entonces Durzo Blint lo eligió como aprendiz?  ¿Qué otro tipo de Talento posee Kylar?

Y es que la obra de Brent Weeks, sin complicar demasiado las tramas, tampoco es una historia plana.  En ella encontramos magia (muy leve al principio, aunque ganando peso conforme avanza la trilogía), misterio y, sobre todo, intrigas, económicas y políticas, tanto en alta sociedad como en los bajos fondos, donde en verdad se forja la economía cenaria.  En unos focos de poder que, conforme se desarrollan los hechos, ven agrandados sus límites geográficos hasta trascender el país y alcanzar otros reinos, como Khalidor, que pretende forjar un imperio conquistando la decadente Cenaria.

Al tiempo que desarrolla tramas, Weeks construye unos personajes curiosos, variopintos, bien esbozados, como el Conde DrakeLogan de Gyre entre la nobleza, Mama K, o Jarl en los bajos fondos.  Y sobre todos ellos Durzo, maestro omnipresente en la vida de Kylar, que se revelará más de lo que parece, aunque comience a desvelar secretos cuando ya no queda tiempo para hacerlo.  O esos tres personajes misteriosos (alguno no tanto), Dorian, Feir, Solon, cargados de poder, que participan poco en los hechos (¿de momento?…), pero que bien podrían merecer el protagonismo de una serie…

Sin embargo, de destacar algún aspecto sobre otros, en «El Camino de las Sombras» me quedo con la estrategia, la planificación de ilusiones, el uso de los sentimientos para conseguir un fin.  Actos que Brent Weeks utiliza y pone tanto en manos de Durzo como en Mama K, y sublima en Garoth Ursuul, que sabe contener su invasión y no actuar sin agitar antes los hilos de poder real de la ciudad; y cuando lo hace, cuando los maneja, las marionetas que mueve son las suyas… Una estrategia que Weeks define desde inicios, sin que el lector -o los personajes- nos percatemos de ella hasta que nos la muestra, al final, cuando todo se desencadena, en forma de actuaciones previstas y bien orquestadas que se desarrollan con precisión milimétrica.  Y con ellas llega la acción desenfrenada,  la crueldad inherente a toda invasión; al tiempo que las respuestas, aunque no sean las que necesitamos saber.  Y Kylar, convertido ya en Ángel de la Noche, descubrirá que no tiene a nadie que se las pueda ofrecer…

Portadas de otras ediciones de The Way of Shadows

«El Camino de las Sombras», de Brent Weeks, es una obra amena de fantasía épica, escrita de forma ágil y sin complicaciones, cuya lectura entretiene; se deja leer bien a pesar del tamaño, y -algo importante en una trilogía- te deja con ganas de continuar leyendo el segundo volumen.

«Al Filo de las Sombras» se encuentra disponible en librerías desde noviembre, y el tercero, «Más Allá de las Sombras», lo estará el mes que viene.  Toda una suerte para el lector, dados los tiempos que corren y vistas otras experiencias cercanas.

Trilogía EL ÁNGEL DE LA NOCHE, de Brent Weeks.

El Ángel de la Noche es una trilogía de Fantasía épica de Brent Weeks que en su momento dio bastante que hablar.  Su autor,  un desconocido en 2008, consiguió que su primer volumen, El Camino de las Sombras, quedara finalista del premio David Gemmel Legend Award frente a un elenco de autores ya consagrados, Sapkowski entre ellos.  Hoy se le considera autor revelación, y ha sido traducido a 10 idiomas.

Plaza&Janés es la encargada de su publicación en España.  Y lo hace apostando fuerte: las tres novelas (casi 2.000 páginas) de forma consecutiva (septiembre, noviembre, y  en febrero el último), lo que garantiza una lectura completa de la serie sin esperas entre medio; algo que en los tiempos que corren, y visto lo que ocurre en otras sagas, es bastante de agradecer.

Las portadas son atractivas (un reclamo para muchos), mientras las críticas destacan su rimo narrativo en las escenas de acción, el realismo de la historia y la complejidad de sus personajes; pero el buen aficionado se ha acostumbrado a no dejarse guiar por un envoltorio o palabras bonitas, y prefiere decidir él mismo hojeando su contenido.  También ahí la editorial se moja y permite hacerlo desde casa, con las primeras 37 páginas, en este caso de Al filo de las Sombras, su segundo volumen, recién aparecido (acompañamos el lector BIC Media extraído de su web):

La historia que nos narra es la de una iniciación, la de un joven.  Más no en la magia, que es lo tradicional, sino como ejecutor, un asesino de élite (están de moda las historias de asesinos de élite) en un mundo de intrigas palaciegas y callejones bastardos, de familias nobles y partidas miserables; en lo alto y lo más bajo de la sociedad, sitios ambos donde los hilos del poder se mueven bajo la traición y el engaño.  Un mundo donde, para sobrevivir, un joven de las calles, un paria de la sociedad, deberá aprender a seguir El Camino de las Sombras.

El asesino perfecto no tiene amigos, sino objetivos; no tiene nombre, sino mil rostros; no tiene conciencia, sino una misión…

Suena atractivo.  He comenzado a leerla.  Las críticas y opiniones -puedes verlas por ahí- son todas bastante positivas.  Veréis la mía en estas páginas.