En unos días salen a la venta dos volúmenes de cómic en formato libro, o novelas gráficas, como me gusta llamarlas, sobre temas o personajes de Fantasía épica, editados ambos por Planeta de Agostini: El volumen 12 de Conan: El Trono de Aquilonia, y el primero de la adaptación al cómic de la eterna saga de Robert Jordan, La Rueda del Tiempo: Nueva Primavera.
Si Roy Thomas siempre ha sido un aliciente, el episodio que narra es uno de los que más se aleja de la premisa inicial de Dark Horse para esta nueva adaptación al cómic del cimmerio: prescindir de todo aquello sobre el personaje que no parta del propio Howard y presentar nuevas historias basada sólo en sus escritos; si en todos los volúmenes restantes existe al menos un relato, fragmento, o poema original del tejano, y el resto construido a su alrededor, en los dos volúmenes encargados a Thomas (éste y el anterior, El Camino de los Reyes) no ocurre así: todo es nuevo, utilizado como relleno para cubrir el hueco y la transición física del cimmerio desde el mar de Vilayet hasta el puerto de Argos, donde embarca hacia Bêlit. Gráficamente, tampoco Hawthorne destaca, y se aleja de esa imagen clásica del bárbaro que se mantiene en el imaginario colectivo de los seguidores del personaje en cómic…
Tengo curiosidad por La Rueda del Tiempo, serie famosa del fallecido Robert Jordan que nunca continué en literatura debido a su extensión, 15 tomos (20 en edición española) el último terminado por Brandon Sanderson recientemente (algo así como lo que muchos temen que ocurra con Canción de Hielo y Fuego…). Veremos qué nos depara.