ALMURIC, de Robert E. Howard, en La Biblioteca del Laberinto

Un nuevo número de La Biblioteca del Laberinto, y un nuevo volumen de la biblioteca completa de obras de Robert E. Howard que persigue publicar (y, poco a poco, lo va logrando)  Paco Arellano.  En este caso, recoge los pocos relatos de ficción que el autor tejano escribió con un componente científico a sus espaldas; si bien, el más conocido de ellos, Almuric (una de sus pocas novelas), utiliza ese recurso para enmascarar, o justificar, el fondo de fantasía épica que en realidad contiene, pues su protagonista accede a un planeta salvaje al estilo de los mundos de Edgard Rice Burroughs, tan en boga por entonces, o sus propias creaciones de Fantasía Heroica.

Almuric no es una obra desconocida en España, ya que el propio Arellano se encargó en su día (1987) de facilitárnosla (y traducirla) en aquella clásica colección Futurópolis, de Miraguano, que dirigía; y muchos recordamos con agrado aquella adaptación al cómic que realizaron Roy Thomas y Tim Conrad en las páginas de Epic.  Pero de aquello hace ya bastante tiempo; y junto a los demás relatos de este volumen, y el resto de los que nos ofrece Delirio, se trata de una ocasión única de ir completando la obra de Howard.

(Imágenes ampliables al picar sobre ellas) 

También se publica el nº 10 de la revista Delirio, de la misma editorial, dedicada a temas de Ciencia ficción y Fantasía, con el siguiente contenido:

NARRATIVA:
  • Espacio, John Buchan
  • Nekht Semerkeht, Robert E. Howard
  • El Delta de Radegonde, James Branch Cabell
  • Dagón, Avram Davidson
  • El oráculo de Shantoggua, Javier M. Lalanda
  • Los ángeles de la cólera, Nathalie Charles-Henneberg
  • Aventuras de Domingo González en su extraño viaje al mundo lunar, Francis Godwin
Además del portafolio ilustrado
  • El libro completo del viaje espacial, Virgil Finlay

JOHN CARTER DE MARTE. Un lujo en primicia mundial.

Retomar un blog que las circunstancias te han hecho tener abandonado un largo tiempo, obliga (o así lo pienso) a considerar el tema con el que hacerlo.  He considerado varios  (de entre los muchos que tengo pendiente y me gustaría incluir, otros quedarán para siempre en el olvido…), y por lo extraordinario del hecho, el esfuerzo editorial que supone, y como reconocimiento a un trabajo de muchos años (el de Paco Arellano), me he decidido por este acierto de La Biblioteca del Laberinto: John Carter de Marte, el cómic de John Coleman Burroughs, hijo de Edgard Rice Burroughs, creador del personaje y otros como Tarzán, en edición integral y primicia mundial.

La obra recoge todas las planchas publicadas en prensa dominical de United Features Syndicate desde 1941, reunidas por primera vez con su color original (más una labor de reconstrucción de aquellas que fueron publicadas en blanco y negro), con notas introductorias de El Nictálope y Javier Martín Lalanda.  90 maravillosas páginas a todo color en extraordinario papel satinado y tapa dura, en edición apaisada de 30 x 22, que convierten esta edición de lujo, limitada a muy pocos ejemplares, en una obra imprescindible para el coleccionista y/o aficionado irredento de los pulps.  Eso sí, por lógica algo cara (aunque nada, comparado con lo que valdrá en breve).

Se puede adquirir en librerías especializadas, o pidiéndola directamente a los editores (en bibliotecalaberinto@yahoo.es), lo que supone una ayuda a la extraordinaria labor de recopilación que vienen realizando (yo, con esfuerzo, ya lo he hecho).

La obra es un excelente broche añadido a la edición de las novelas originales del Ciclo Marciano de E.R.Burroughs, de las cuales ya han aparecido las tres primeras:  Una Princesa de Marte, Los Dioses de Marte y El Guerrero de Marte, con escogidas portadas (y láminas interiores el primero) del artista americano Frank E. Schoonover (1917), en el que se ve la escuela del maestro Howard Pyle.

(Picar sobre la imagen para ampliar)

Enlaces relacionados en este mismo blog:

Las aventuras del Preste Juan (Wan Tengri).

Continuando el artículo anterior sobre «La Biblioteca del Laberinto» y sus historias pulps,  nos hacemos eco ahora de los números 40 y 42 de la colección, con los que Francisco Arellano recupera y nos permite disponer en castellano de las historias de Wan Tengri, conocido también como el Preste Juan, de Norvell Wordsworth Page.

Un personaje, sin duda, nacido a la sombra de Conan, en 1939, una vez desaparecido éste (su autor), y con intención de ocupar su lugar.  Sólo que Norvell Page, prolífico escritor de The Spider (La Araña, un vigilante anti-crimen al estilo de La Sombra) bajo el pseudónimo de Grant Stockbridge, sólo escribió estas dos historias de fantasía épica, firmadas con su nombre real.

El planteamiento inicial de Page para el personaje era bueno, y no carecía de posibilidades: tomar la figura mítica del Preste Juan, de fuerte arraigo popular entre los siglos XII y XVII, y al tiempo que le otorgaba un origen y narraba sus vicisitudes hasta alcanzar tan elevada posición, lo utilizaba como personaje de sus aventuras fantásticas.  Como digo, un buen planteamiento; interesante, pero poco aprovechado:

La tradición popular cristiana consideraba al Preste Juan un poderoso rey cristiano, patriarca, presbítero o sacerdote, de una supuesta nación aislada entre los reinos paganos e infieles de Oriente; descendiente de aquellos tres Reyes Magos que adoraron a Jesús en el pesebre y, como ellos, sabio, generoso y poseedor de innumerables riquezas y un gran ejército; en la Edad Media llegó a esperarse que acudiría con éste a Tierra Santa en ayuda de los cruzados, incluso algún Papa cruzó misivas y envió mensajeros en su busca… sin encontrarlo.  Situado inicialmente en la India, la invasión de los mongoles trasladaría el mito al Asia central, y de allí a tierras de Etiopía.  La tradición esotérica cristiana consideraba que fue a las tierras del Preste Juan donde Parsifal llevó el santo Grial.

Por otro lado, la leyenda podría tener cierta conexión con la realidad y algunos gobernantes keraitas (uno de los pueblos mongoles, convertido al cristianismo nestoriano), si se identifica el nombre de Preste Juan con el título de Wang Jan que algunos recibieron del emperador (Jan = Khan).

Para Page, sin embargo, el origen de la palabra Preste del personaje no provenía sin embargo del francés (prestre) y latín (presbyter), sino del griego, en una acepción que significaba «huracán».  Nuestro protagonista, un gigantesco escita pelirrojo del siglo I d.C, sería inicialmente gladiador en Alejandría, Egipto, que por su forma de actuar en el estadio se ganaría tal sobrenombre.  De allí partía hacia Oriente, llevando una vida aventurera que superaba a la de Conan en cuanto a víctimas, por tierras de India, Mongolia y China, dispuesto a hacer cumplir la profecía de un astrólogo que le vaticinó que ganaría tres reinos.  Así, Wan Tengri es la versión orientalizada del nombre Preste Juan, pues Tengri, en Asia, serían los espíritus feroces de los aires superiores, los huracanes: Huracán Juan.  Pese a todo, N.W. Page incluye también cierta motivación cristianizada en sus actos y sobrenombre: el guerrero porta al cuello un trozo de leño de la Vera Cruz, que le sirve como amuleto frente a las artes oscuras, y ha prometido a Christos miles de nuevos seguidores para su fe a cambio de que le ayude a forjar un imperio…  una extraña concepción del cristianismo, sin duda.

Personaje de elevada autoconfianza, Wan Tengri se presenta muy superior a hombres, bestias y magos, y posee un excesivo sentido del humor (?) que le hace reir y bromear continuamente en combate, lo que intimida al enemigo, e insufla valor en el camarada (al que no siempre respeta).  Sus dos historias son típicas de fantasía épica, con mezcla de magos y brujería, y a muchos les resultará entretenidas (algo largas quizás, pues por aquella época los relatos solían pagarse por palabras, y muchos quedaban ciertamente «inflados»).  Aunque al final lo abandone o pierda, en ambas aventuras conquistará un reino.  No queda constancia de que finalmente cumpliese la profecía de conquistar un tercero, pues Norvell W. Page no llegó a escribir su tercera historia…

Y, sí; por si a alguno le suenan los títulos, tanto «Vientos de Llama» como «Hijos del Dios Oso» fueron fácilmente adaptadas por Roy Thomas como historias de Conan para los cómics; la primera entre los nº 32 a 34 de Conan the barbarian, y la segunda del 109 al 112 de la misma serie (muy poco antes de abandonarla, en 1980,  justo cuando se cumplían los diez años desde su inicio).

R.E. HOWARD «completo», en La Biblioteca del Laberinto.

Con algo de retraso, recogemos la aparición del noveno volumen de la «obra completa(?)» de R.E. Howard que de forma progresiva, casi artesana, y muy digna de elogio,  Paco Arellano viene publicando en su «Biblioteca del Laberinto» (junto a muchas historias y autores de la época dorada de los pulps) [ver aquí referencias previas].  En esta ocasión se trata de su número 41: «Santuario de Buitres, y otras historias del viejo Oeste».

Pocas ocasiones tendremos de encontrar libros de Howard no relacionados con la fantasía heroica de espada y brujería; menos aún dedicados por completo al lejano oeste, como en este volúmen.  Los cuatro relatos/novelas cortas que incluye (entre ellas «Los Buitres de Wahpeton», según su autor «uno de los mejores relatos que he escrito jamás») son obras de la frontera, situadas en su Texas natal en una época algo anterior y menos civilizada, pero sus personajes -pistoleros- son también lobos solitarios, que comparten un código de honor -o actuación- personal y estricto, que guía sus pasos; el código de la frontera, no el de la «civitas«.  No son Conan, Kull, o Kane; pero algo de ellos se encuentra también en los Red Ghallinan, Buck Laramie, Bill McClanahanSteve Corcoran que protagonizan estas historias, como posibles reencarnaciones -en otro plano de espacio y tiempo, sin duda-, de un mismo campeón eterno, esta vez de R.E. Howard.

No quiero dejar sin citar la traducción de Óscar Mariscal, cuya pasión por el autor y obra queda patente en la presentación novelada que realiza a la edición, donde nos narra situaciones de REH que no son del dominio general o no todos recuerdan, como esa pasión confesada (a August Derleth) por el western serio, al que incluso pensó en dedicarse por completo en 1934, abandonando otros personajes.

No lo hizo, y los amantes de la Fantasía Heroica salimos ganando.

Pero si alguien quiere saber de primera mano por qué Lovecraft le adjudicó a Howard el apelativo de Bob «dos pistolas», éste es vuestro libro.

Robert E. Howard. La Biblioteca del Laberinto.

El Reino de las Sombras y otras historias de un exiliado de la Atlántida es el título de la séptima entrega dedicada a R.E.Howard de La Biblioteca del Laberinto, colección en la que Francisco Arellano, editor mítico y compañero de Círculo, se dispone recuperar la obra completa del escritor tejano.

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El volumen recopila  los relatos y poemas que Robert Ervin Howard dedicó al Rey Kull; doce textos en total, todos ellos notables y dos excepcionales, en opinión de Jacques Bergier, que prologa la obra.   Son muchos los críticos que encuentras entre los episodios de Kull de Atlantis parte de la mejor literatura que realizara el autor de Cross Plain.

El Reino de las Sombras, que da nombre al libro, fue el primer relato sobre el atlante escrito por Howard.  Apareció publicado entre las páginas míticas de Weird Tales en agosto de 1929, tres años antes que el primero de  Conan el bárbaro, su mayor éxito, cuyas raíces beben en este personaje.

Todo interesado en el cimmerio debería conocer también su primera encarnación, aquella en la que se basa, el Rey Kull, y para ello este volumen es el indicado.  Pero si, además, desea introducirse en el resto de personajes creados por R. E. Howard, La Biblioteca del Laberinto le ofrece ahora la mejor oportunidad de hacerlo, pues ha iniciado y tiene la intención de publicar toda su obra (algunos de cuyos relatos fueron readaptados a historias del bárbaro, bien en literatura o, sobre todo, a cómic, por Roy Thomas).  Los títulos de la colección publicados hasta el momento son (en orden inverso):

El Señor de Samarcanda y otros relatos históricos.  Con la primera selección de relatos de corte histórico, al estilo de Walter Scott, ambientados en la caída del Imperio Romano de Occidente y la llegada de los bárbaros, aventuras en las cruzadas, o con guerreros norteños.  Prólogo de Luis Alberto de Cuenca.

El Valle Perdido de Iskander.  Primera parte del ciclo de aventuras de Francis Xavier Gordon, El Borak; un antiguo pistolero de El Paso, convertido en justiciero en las tierras de Asia cercana, como un nativo  más frente a la opresión de Occidente; como lo fue Lawrence de Arabia, pero en Afganistán.  Tesoros escondidos, adoradores diabólicos y mucho más…  Con ilustraciones de Mike W. Kaluta.

Callejones en Tinieblas y otras historias.  Protagonizadas por Dennis Morgan, marinero y púgil de segunda clase, torpe, patán y camorrista, que solventa todas sus disputas y aventuras a base de puñetazos.  Un ciclo menor dentro de la obra de Howard.

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Espadas de Shahrazar, y otras historias orientales. Entre las que encontramos las de Kirby O’Donnell, aventurero americano que actúa entre los kurdos frente a espías internacionales.  Su aventura «El Dios Manchado de Sangre«, fue re-adaptada por DeCamp como historia del cimmerio.

Sangre en el Desierto y otras aventuras de mar y tierra.  Con el ciclo primerizo de aventuras de Wild Bill Clanton (escritas con el seudónimo de Sam Walser), y otras del pirata Terence Vulmea, también re-adaptadas («Espadas de la Hermandad Roja», y «La Venganza de Vulmea el Negro»), cuyo ciclo se cierra con este y el anterior volumen.  Prólogo de Eugenio Fraile.

Espadachinas.  Interesante primer volumen de la serie, que recopila las historias de mujeres guerreras de Howard.  Incluye las tres historias de Agnes de Chastillon, también conocida como Agnes la Negra, Agnes de la Fere, o La Espadachina, en la Francia del S.XVI; «La sombra del buitre» (la aventura original de Sonya la Roja de Rogatino, algo diferente de la adaptada a Conan) y una aventura de Helen Tavrel, acompañando al pirata Vulmea el Negro.

También, como complemento altamente recomendable, se acaba de publicar Cuando cantan las Espadas, una nueva edición de la obra imprescindible «La Canción de las Espadas» (1983).  En ella, Javier Martín Lalanda, uno de los mayores especialistas sobre el escritor tejano (y uno de los propulsores de Berserkr en su día), realiza un recorrido por toda su obra y personajes, ahora ampliada, revisada y puesta al día.   Lo antes dicho: imprescindible.