No siempre he estado de acuerdo con las decisiones de Luis G. Prado, editor de Alamut y Bibliópolis, y este blog es testigo de ello, pero siempre he admirado su capacidad de publicar buenas obras de Fantasía en castellano; y entre todas ellas La Saga de Geralt de Rivia, por la que goza de mi agradecimiento eterno.
Recientemente inició en Alamut la publicación de Las Monarquías de Dios, una serie sorprendente de Paul Kearney de la que todas la críticas cuentan maravillas, e incluso llegan a compararla en parte con Canción de Hielo y Fuego, de Martin (en Westeros.org aunque a mí tales comparaciones me llevan a desconfiar…). La serie, ya terminada, consta de cinco volumenes:
- El viaje de Hawkwood
- Los Reyes Heréticos
- Las Guerras de Hierro
- El Segundo Imperio
- Naves del Oeste
de las cuales las dos primeras ya han sido publicadas por Alamut. Pero…
La crisis se ceba en todo, incluida la Fantasía y los esfuerzos editoriales, y ahora Luis lanza un grito desesperado de apoyo para continuar la publicación de las restantes: no puede hacerlo sin tener la garantía de que al menos se venderán 150 ejemplares de las mismas (¡qué lástima llegar a una situación como ésta, donde la publicación de una novela aclamada no tenga garantizado tal número!). Para ello, ha lanzado una oferta de suscripción a la serie, que podéis ver al completo en su blog, pulsando aquí. Si se alcanza tal número, la obra aparecería a la venta en librerías. De no hacerlo, los suscriptores tendrían garantizada las obras, en una edición a demanda exclusiva para ellos.
Yo aún no la he leído. Ni siquiera he adquirido los volúmenes; los tengo en cartera. Pero viendo una llamada como ésta, un grito tan desesperado y tan magnífica iniciativa, no he podido por menos que adquirir inmediatamente los dos volúmenes publicados, y enviado mi suscripción para los restantes. Un gesto de solidaridad y apoyo a una iniciativa de una editorial valiente, que no se puede desoír. Pero que, a qué negarlo, un gesto también que no esconde cierto punto de soberbia y egoísmo: en el peor de los casos, seré uno de los pocos privilegiados que goce de la edición de una serie en castellano que, con el tiempo, llegará a convertirse en incunable (o casi) y alcanzar un valor incalculable (aunque sea sentimental); seguro.
Desde aquí animo a todos a hacer lo mismo, y demostrar que los fans de la Fantasía Épica sabemos dar respuesta a las situaciones incómodas como éstas. Por el bien del género, y como apoyo a una editorial que nos ha hecho pasar (y debe seguir haciéndolo) momentos inolvidables.
En cuanto pueda, iré publicando reseñas de las novelas.