JUEGO DE TRONOS T7. Ep. 1: Rocadragon (en frases)

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«Cuando te pregunten qué pasó di que El Norte no olvida.  Di que el Invierno llegó a la casa Frey».  Arya Stark.

«Has visto al ejército de los muertos, al Rey de la Noche.  Viene a por nosotros.  A por todos».  Brandom Stark, a Ed el Penas.

«No necesito permiso para defender El Norte».  Lyanna Mormont.

«Esa es mi decisión.  Y mi decisión es definitiva».  Jon Nieve, Rey en el Norte, a Sansa Stark, ante la asamblea del Norte.

«Aprendí muchísimo de ella (Cersei)».  Sansa Stark, a Jon Nieve.

«Porque creen que Daenerys vencerá.  Nadie quiere estar en el bando de los perdedores.  Ahora mismo, parecemos ese bando».  Jaime Lannister, a Cersei.

«¿Crees que escuché a padre durante 40 años sin aprender nada?».  Cersei, reina, a Jaime.

«El camino más seguro al corazón de una mujer es un regalo, uno sin precio.  No regresaré a Desembarco del Rey hasta tenerlo para vos». Euron Greyjoy a Cersei.

«Voy a matar a la reina».  Arya Stark.

«¿Qué ha visto el Señor en mí…? No lo sé.  No sé qué querrá de mí…  Sólo sé una cosa: que me quiere vivo».  Beric Dondarrion a Sandor Clegane, «El Perro»

«Una montaña entera (de vidriagón)… bajo el suelo».  Samwel Tarly a Elí, en La Ciudadela.

«¿Comenzamos…?».  Danaerys Targaryen, en Rocadragón.

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AMBICIÓN A LA LUZ DE LA LUNA La obra más personal de ROBERT E.HOWARD

«Todo es fútil… todo ha acabado, encended pués la pira…

El festín ha terminado y las lámparas expiran»

 

El 11 de junio de 1936, Robert Ervin Howard, el más grande escritor de aventuras fantásticas de los pulp, maestro e inspirador de casi todos los autores de género y admirado desde entonces por una legión inagotable de lectores en todo el mundo, «salió de la casa, entró en su auto (un Chevy del ’37) que estaba aparcado en el garaje, elevó las ventanillas y se disparó un tiro en el cerebro».  Estas últimas son palabras de su padre, el Dr. Isaac Mordecai Howard en carta a H.P.Lovecraft varios días después.

Su muerte, con 30 años, en la época en que comenzaba a ser conocido como escritor y era buscado por las editoriales, alcanzada la cumbre de su maestría como narrador, nos privó de un futuro de maravillas no escritas sobre las que hoy podemos especular; y gracias -en parte- a textos recogidos en esta selección, disponemos de información  suficiente para hacerlo.

Ambición a la Luz de la Luna y otros textos autobiográficos es en mi opinión -y sin miedo a equivocarme-, el libro publicado (no sólo en España) que mejor puede acercarnos a la vida de Robert E. Howard.  Porque se trata de su propia obra; son sus palabras y no las de otro las que nos describen y muestran sus sentimientos, sus neuras (que las tenía, y no pocas), sus pensamientos, amistades, ilusiones de escritor, su inagotable pasión por los libros («puedo decir con confianza que ningún hombre, por maduro que sea, ha amado más la lectura que yo.  Tenía que leer todo lo que llegaba a mis manos, y eso hacía…»). Una obra única, imprescindible para el estudioso o interesado en su vida (también su muerte), gracias a la excelente selección -y traducción- de escritos personales realizada por Javier Jiménez Barco, uno de los mayores entendidos no ya en su obra, sino en cualquier publicación pulp realizada en los USA de aquella época.  Y gracias también a GasMask Editores, una de esas pequeñas editoriales indepen-dientes que tanto están haciendo por revitalizar la literatura de género, en este caso -y sólo por el momento- dedicada al ensayo.  Más tarde volveremos sobre ello.

Presentación de la obra en Málaga.  Con  Miguel Ángel Wolfville, su editor, y el que suscribe

Lo que nos ofrece este libro de GasMask Editores, es un amplio conjunto de escritos personales propios del autor tejano, cartas a y de editores o contertulios de género (H.P.Lovecraft, E.Hoffman Price…) que nos trasladan sus ilusiones y sueños; perfiles autobiográficos remitidos a revistas donde describe su vida y la de sus antepasados, pioneros en la conquista de Oeste americano y referencia indudable de muchos de sus personajes; y la novela Post Oaks and Sand Roughs, en la que vuelca, con simples cambios de nombre poco sofisticados e identificables con facilidad, su propia juventud y entorno, sus amistades, los muchos trabajos para salir adelante, los sueños, sus esperanzas y esfuerzos, continuas desilusiones y rechazos, las alegrías de un relato aceptado… No es una gran novela -ni por asomo-, pero contiene información relevante, impagable, sobre su vida de adolescente hasta los 22 años aproximadamente. También sobre su carácter y personalidad (de múltiples facetas, según E. Hoffman Price), y momentos o rasgos que traslada -quizá de forma inconsciente- a sus personajes:

Un ejemplo: hacia el final de la historia (1928), narra cómo a través de un amigo consigue un trabajo de contable en Renwood.  Éste le advierte que su jefe es un verdadero cerdo, un mal bicho que se aprovecha sexualmente de las chicas a quienes contrata, que han de consentir porque necesitan el trabajo.  Steve Costigan (él mismo, con el nombre de uno de sus personajes posteriores) se presenta muy elegante (siempre vestía desaliñado), con su mejor traje y con corbata, una hora tarde. El jefe, un personajillo rechoncho y cruel, con aires de superioridad, comienza a darle un sermón sobre compromiso, responsabilidad con la sociedad, donde ya surge la confrontación entre civilización y barbarie… el escritor le oye, con paciencia, hasta que no puede soportar más y salta sobre él.  La escena recuerda inevitablemente a esa otra al inicio de La Reina de la Costa Negra, cuando Conan es detenido y un juez pretende que traicione a sus compañeros con un sermón de similares características; el bárbaro atiende paciente aunque sin comprender; hasta que le amenaza con cárcel de por vida si no colabora, y él se rebela, ataca a los guardias que le retienen, recupera su espada y la hunde en el cráneo del juez, antes de iniciar el camino hacia Bêlit.  El escritor no llega a tanto… pero casi.

El relato Ambición a la Luz de la Luna es, para mí, el mejor de cuantos contiene la selección; una verdadera joya descriptiva, en la que se perfilan muchos aspectos, expresiones y contenidos de sus historias de aventuras, ciudades fantásticas, demonios antiguos, destellos sombríos, sueños de acero y fuego, tronos de oro, topacio y zafirosHoward y dos amigos exponen de noche, a la luz de la luna, sus deseos y ambiciones, los sueños etéreos de una vida deseada («Quiero jugar con lo desconocido y atreverme a tentar la ira de los dioses antiguos»). Con un final excepcional, de regreso a la realidad.

En Acerca de la lectura… y la escritura, Howard realiza un recorrido completo por sus aficiones literarias; y aunque confiesa ser «bastante limitado en mis gustos», a continuación presenta (pg.326) una extensa lista de autores que admira y lee con fruición, lista que coincide sin duda con muchas de las preferencias del grupo Barsoom en facebook.  También -algo que sabíamos- Howard se confiesa aquí un apasionado de la Historia, y ferviente defensor de la documentación y el realismo en sus relatos («No hay para mí trabajo más concienzudo que reescribir la historia con apariencia de ficción» pg.346).  Hay numerosos ejemplos de ello en sus escritos, pero animo al lector apasionado a comprobarlo conmigo en el post que en su día publiqué en estas mismas páginas tras la relectura de La Sombra del Buitre: Sonia la Roja. Ficción e historia real en la obra de R. E. Howard.

Sorprende, por lo inesperado, la defensa apasionada que realiza de Safo de Lesbos («la poetisa más grande que haya vivido jamás» pg.331).  Y esto nos lleva a analizar dos de esos clichés atribuidos al autor y obra, machismo y racismo, que gracias al contenido de esta selección (y pese a no ser esa la intención que persigue), permiten desmontar el tópico con facilidad, utilizando sus propios escritos:

Machismo. Es verdad que en muchos de sus relatos la mujer asume un rol de sumisión y dependencia de un varón.  Pero esa era la realidad de la época en que se ambientan sus escritos.  No se debe caer en la falsa tentación de analizar obras de casi cien años atrás con una mentalidad de hoy día; hay que ponerlas en su contexto y situación real. Y pese a todo, Howard demuestra en muchas ocasiones una mentalidad abierta, en cierto modo adelantada a su época.  No ya en su admiración por Safo antes comentada; en Post Oaks and Sand Roughs cita con tono peyorativo «¡Los derechos de las mujeres!» cuando comenta la explotación económica y sexual que sufren unas chicas contratadas sin otra posibilidad que la de someterse.  Y no hablemos ya del papel de sus personajes femeninos más famosos: Sonya «la Roja», de Rogatine, en La Sombra del Buitre, Valeria en Clavos Rojos, o Bêlit en La Reina de la Costa Negra; incluso Yasmina en El Pueblo del Círculo Negro, mujeres indómitas y guerreras, luchadoras incansables, con personalidad, que defienden su posición y derechos propios.  Por no hablar de Agnès de Chastillon, apodada «La Negra» aunque también pelirroja, quien en el S. XVI reniega de asumir su papel de sumisión a un marido impuesto de forma drástica, antes de convertirse en La Espadachina; un personaje bien desarrollado, escrito en primera persona para resaltar sus sentimientos, en tres relatos que no lograría vender en vida a ningún editor (¿por adelantados?) pero que sirven de inspiración a creaciones posteriores, como Jirel de Joiry, de Catherin L. Moore.  Otras escritoras de género como Leigh Brackett, Jessica Salmonson y Nancy Collins se declaran también admiradoras del personaje.

Racismo.  Howard utiliza la raza como elemento diferenciador entre sus personajes, simplifica rasgos raciales y estereotipa clichés habituales de entonces como causa de motivación, choques entre culturas diferentes, enfrentamiento de grupos raciales que enmascaran aquel otro entre civilización y barbarie; pero nunca lo usa como elemento de supremacía de un grupo sobre el otro. No olvidemos cómo en más de una ocasi´n define raza avanzados en la antigua Atlántida a seres de piel oscura, mientras los de piel blanca son una raza inferior. Tampoco se puede negar que en varios relatos iniciales, en especial de terror, sus expresiones sean claramente racistas vistas con ojos de hoy. Pero no se debe trascender la época.  Y Howardun hombre de su época, era también un hombre con muchas facetas (E .Hoffman Price), y en constante evolución, reflejada en sus personajes (según comenta la experta en su vida y obra Patrice Louinet).  Así, Solomon Kane, puritano inglés, en Sombras Rojas, se hace «hermano de sangre» de N’Longa, un brujo africano. Conan comparte 3 años de su vida no sólo con Bêlit, sino con una tripulación negra; no debió ser mala su relación cuando, con el transcurrir del tiempo, se reencuentran y algunos de esos negros no dudan en apoyarle y seguirle de nuevo (La Hora del Dragón).  Podría citar varios episodios similares, pero para mí resulta concluyente su discurso (en carta a H.P.Lovecraft, pg.343) sobre Bran Mak Morn, el personaje con el que más se llegó a identificar; su interés era tal que le hacía «sentir descontento con mi apariencia nórdica y, si al crecer me hubiese convertido en el hombre que deseaba ser, ahora sería bajito, robusto, de miembros largos y fuertes, ojos negros, frente baja, mandíbula recia y cabellos negros y rizados…».

Nunca sabremos con certeza las razones reales que escondía su mente para decidir el suicidio.  Pero si en algún libro editado es posible encontrar pistas con las que hacerse una idea es éste, a partir de las muchas citas sobre el suicidio en sus escritos, la carta a August Derleth un mes antes (pg.357), o las confesiones de su padre, que lo intuía (en carta a Lovecraft tras el fallecimiento, pg.373).

De lo que sí estamos seguros es que no fue, como señala Lyon Sprague de Camp en su biografía Dark Valley Destiny (serializada en varios números del fanzine Weird Tales de Lhork, y publicada por Dolmen en 2005), porque quería a su madre con una devoción exagerada, prácticamente indicando que tendría dependencia de ella.

Nada en los escritos de Howard indican o dan pie a tal elucubración.  Cariño sentía por ella, pero igual por su padre (del que sospechaba que tampoco sobreviviría, tras la conmoción).  Pero no dependencia.  Tampoco se intuye algo así en One Who Walk Alone (1986), biografía de Novalyne Price Ellis en su relación con REH (no está traducida, pero sí la película El que camina solo, de 1996, con un excelente Vincent D’onoffrio como Bob Howard y Renée Zelwegger como Novalyne).  En ella, sí, Price describe a la madre como posesiva, protectora en exceso para con su hijo frente a cualquier “lagarta” que pudiera quitárselo (no está en casa, no puede ponerse, está trabajando…), pero no así Bob, quien la contradice y se opone -con suavidad- sin hacerle caso.  

También queda claro en esta edición de GasMask que la decisión de suicidarse no fue fruto de un impulso, en un momento concreto de debilidad, sino meditada, decidida con antelación, incluso pospuesta en varias ocasiones. Su padre lo intuía; le había dejado pistas suficientes, y estaba preparado para frenarle cuando su madre muriese; no casi dos días antes del óbito (en carta a Lovecraft).  Se equivocó.  Como dice textualmente: Bob Howard «nunca tuvo intención de ver morir a su madre».

Ya he dicho que Ambición a la Luz de La Luna, la selección de textos y cartas de Robert E. Howard que realiza y traduce Jiménez Barco, es su libro más personal, pues sin ser autobiografía, resulta la fuente más fidedigna a la que acudir para conocer al autor, ya que, salvo excepciones que la enriquecen, él mismo fue quien la escribió.

   Para terminar, permitidme unas palabras sobre GasMask Editores, una de esas pequeñas editoriales independientes que merecen el más grande de los respetos por el trabajo que realizan con precisión y seriedad, en este caso desde Málaga. Un proyecto personal de los hermanos Miguel Ángel y Javier Villalobos, centrado -por ahora- en el campo del ensayo. Las siete obras publicadas hasta el momento son reflejo nítido de una política editorial inteligente, basada en el trabajo pausado y la calidad de sus contenidos, que -como vaticiné cuando les conocí- deberá conducirles al éxito.  La presente obra sobre R.E. Howard, unida a las anteriores sobre H.P. Lovecraft y Arthur Conan Doyle, conforma un trío de ases impagable de autores clásicos del género.  El resto de su producción no le anda a la zaga (podéis acceder pulsando aquí, o la imagen de sello de abajo).

Un consejo: seguid su pista.  Aún nos tiene que dar muchas alegrías (y mi boca sigue sellada).

DARK FANTASIES. 16 relatos de Fantasía Oscura (y uno extra)

Ya la portada impresiona al verla.

Sorprendente. Seductora. Sugerente… Tierna e intrigante. Luminosa y oscura… sensual.  Aterradora con sólo imaginar ese abrazo en tu cuerpo, el beso que promete, la penetración que espera también en tu mente…  Fantasía Oscura.

Si la obra excelente de Tullius Heuer «As I wish» (Como deseo) resulta atractiva (yo no he podido evitar evocar El Ente -The Entity- de Sidney J. Furie, 1982), imaginad igual su interior: 16 relatos de confección impecable de oscuras fantasías, casi todos reconocidos con los mejores premios que otorga el Género Fantástico en el mundo (Hugo, Nebula, Word Fantasy, British SF, Locus, Sturgeon, Stoker, Sidewise); y pronto en España tras su publicación.  Relatos de distinta índole, confección y personajes, que nos acercan a los terrores y monstruos que pueblan nuestros sueños. Sólo que sin miedos, sin ese agobio sincrético del horror invisible que transforma el arquetipo en pesadilla; sin monstruos… o, mejor dicho, con monstruos cercanos, sensibles, que muestran iguales debilidades, ambiciones y miedos que tú, ser humano (ver referencia en post anterior aquí).

El libro se estructura en dos partes diferenciadas:

  • Dark Fantasies, 10 relatos de autores foráneos, casi todos norteamericanos, ganadores de los más importantes premios internacionales
  • Oscuras Fantasías, 6 relatos de autores españoles (o en español), de calidad semejante a los anteriores, que si aún no han obtenido premios por su novedad, no tardarán en tenerlos tras su publicación

En detalle, son los siguientes:

DARK FANTASIES.

1) – Hijas hambrientas de madres famélicas, de Alyssa Wong, (premios Nebula y World Fantasy 2016, nominado al Locus y Shirley Jackson).  El mito del vampiro, reconvertido en psíquico, devorador no de sangre sino de cuantos pensamientos crueles, horribles o viscosos puede contener una mente insana.  Pero no como el ser monstruoso, depredador, que es, sino con la naturalidad insegura de una adolescente que despierta al sexo en su pubertad; cuando tras el ansia del beber del otro aparece la culpa; el miedo solitario que desemboca en satisfacción…  Excelente.

2) – La hija del fabricante de ataúdes, de Angela Slatter (premio British Fantasy 2012).  Los fantasmas familiares de una mujer fabricante de ataúdes, conocedora de los ritos de transición que necesitan los vivos para alejar los espíritus de sus muertos, es el marco apropiado para construir una historia de venganza basada en el despecho y rencor de una relación lésbica no satisfecha… y para el mantenimiento económico del negocio familiar.

3) – Cuando termina, él la coge, de Eugie Foster, (nominado al Nebula en 2015). ¿Sabes eso de mezclar lo romántico y el horror, lo terrible con lo tierno, lo delicado y lo putrefacto…?  Una conjunción que impacta, conmueve, causa impresión.  Como Poe en Annabelle Lee…  ¿Hay algo más hermoso, delicado o tierno que una bailarina de ballet en un crescendo de la música, cuando eleva al aire su cuerpo frágil y lo mantiene segundos eternos suspendido en la quietud, hasta que él la coge…?  ¿algo más repulsivo que la carne descompuesta y putrefacta, corrompida por la infección? Una historia triste de amor imposible, melancólica y romántica.

4) – Cántame tus cicatrices, de Damien Angelica Walters (finalista del Bram Stoker 2016).  Sólo el título ya desgarra. También el interior: ¿Puede un cuerpo mutilado mantener la consciencia de sí mismo como ente propio? Más aún, ¿cada una de sus partes conserva recuerdos de su ser anterior?  Macabra y desgarradora historia de una joven retenida que lucha por ser ella misma en la plenitud de sus partes.  Hermoso canto tétrico a la libertad individual y un colectivo que no se deja reprimir.

5) – El mar de árboles, de Rachel Swirsky.  Daniel me hablaba en su visita reciente de Aokigahara (el mar de árboles) en Japón, a las orillas del Monte Fuji, conocido como el Bosque los Suicidas; el segundo lugar del mundo donde acude la gente a quitarse la vida.  Allí sucede este relato tenebroso y tierno sobre una joven que elige vivir en su interior, entre la atmósfera opresiva de sus muertos suicidados, sus yūrei de largos cabellos (fantasmas japoneses, muchos de suicidas) y sus onryō (fantasmas vengativos, a menudo de mujeres maltratadas), sus propios temores y miedos ajenos, o sus deseos…  Hasta un fantasma necesita amor físico, si no lo ha recibido en vida.

6.- La novia de Frankenstein, de Mike Resnick (finalista del Hugo en 2010).  Quizás el autor más conocido de la selección, Resnick desarrolla aquí un divertido relato cínico del periodo comprendido entre Frankenstein (mejor El Jovencito Frankenstein, de Mel Brooks) y La Novia de Frankenstein, de James Whale.  La transcripción de tres meses del supuesto diario de Elisabeth, esposa del buen doctor, donde ella da rienda suelta a sus opiniones críticas sobre el trabajo de Victor, su marido, su falta de vida en sociedad, su pequeño esbirro, Igor, o el monstruo horrible que ha creado.  «Como lo explicaría…  Es más feo que pegarle a un padre, apenas habla, para medirle el CI hace falta un microscopio y huele peor que Igor. ¿En ésto ha estado gastándose mi fortuna?».  El resto, lo mismo de genial.

7) – Magdala Amygdala, de Lucy A. Snyder (Premio Bram Stoker 2013).  Una de zombies, diferente.  No me gustan los zombies; así de rotundo… pero este sí. Nunca he soportado su estúpido andar tambaleante, imbécil, sin mente, en busca de carne y sesos… Bueno, eso es un Tipo 4: carne de disparo para los Swatt.  Nuestra protago-nista es del Tipo 3, y no sabéis cómo cambia la cosa…  Más allá del 1 o  el 2, un Tipo 3 requiere de proteínas crudas, la dulce natilla de sesos…, que es difícil de conseguir. Pero con dinero, un trabajo fijo o un seguro a prueba de bombas, recibes las pastillas que compensan el ansia… Mas no evita percibir el miedo en otros, el temor al contagio, las continuas preguntas y revisiones médicas, la evaluación periódica de riesgos, el temor a perder el empleo y el seguro que te permiten mantener el estatus… Narrado en primera persona, el relato se convierte en la crónica de un enfermo casi terminal (recordad el SIDA en su época álgida), que percibe el rechazo de la sociedad, teme las consecuencias de su evolución y ve cómo cada día las pastillas resultan menos efectivas… y llega el ansia.  Perturbador y siniestro.  Más «normal» de lo que aparenta.

8) – Dale miel cuando la oigas gritar, de Maria Dahvana Headley (Finalista del Nebula 2013).  El amor eterno, a primera vista, supera la razón; dos personas que lo sientan lucharán contra todo por consumarlo y ser feliz para siempre.  Pero ¿qué ocurre cuando ella es la esposa de un mago, y él cónyuge de una bruja…? La cosa puede ponerse fea y acabar mal; más cuando ambos despechados se conocen y deciden unir sus poderes para contrarrestar y acabar con el mal de cuernos que les corroe.  ¡Ay, amor, qué ciego eres a veces!

9) – Tu suffering nos protegerá, de Mercurio D. Rivera (Finalista del World Fantasy 2011).  Un futuro distópico bastante desalentador para los emigrantes en EE.UU. (aunque posible ahora, con los planes de Trump): viven en barrios marginales entremezclados con más emigrantes de las guerras proxy; sudamericanos de todo tipo, chinos, pakistaníes, keniatas, filipinos…  Edgar, un dominicano, conoce una extraña magia protectora, que en principio niega, pero termina sucumbiendo al beneficio innegable que se obtiene del sufrimiento de otros…  Más que la historia en sí -que también-, lo que más atrae del relato es el ingenio en su lenguaje, fresco, cargado de chispa y creatividad, plagado de términos en spanglish y dejes latinos que lo enriquecen (Tu sufrimiento shall protect us es su título original) y obligan a destacar la brillante labor de traducción de Arrate HidalgoMaielis González (toda la obra goza de traducción de los mejores especialistas en el género).  Recomiendo al lector el pequeño esfuerzo de leerlo como si escuchara una telenovela sudamericana. Disfrutará el doble.

10) – Corriente y remanso, de Caroline M. Yoachim.  No es un relato, sino un cuento breve, muy breve, pero -como indica su antólogo y traductor- intenso e inteligente. Una historia ligera sobre la vida y la muerte, corriente y remanso; un amor imposible y sincero, narrado en una prosa serena que destila poesía en sus palabras.  Hay belleza en la Fantasía, por muy Oscura que sea.

Extra) – El naturalista, de Maureen F. McHugh (Nominado al Locus 2011 – Sólo para quienes apoyaron el proyecto en origen y financiaron su realización).  Otro mundo imperfecto, en el que a los presos los encierran en «reservas», zonas abandonadas de las ciudades, acotadas y cerradas, donde se organizan por su cuenta; sin bandas ni alianzas como en la cárcel… sólo con zombies.  Uno de los reclusos se convierte en estudioso de estos seres, su forma de actuar, sus costumbres… como animales, hasta deducir que sólo hacen lo que les dicta su naturaleza.

OSCURAS FANTASÍAS.

11) – Antemusa Bar & Club, de Víctor Selles. Sorprendente alegoría sobre el abuso, tráfico y prostitución de mujeres, la trata de blancas de nuestra sociedad, a partir de la utilización de sirenas en diferentes países emergentes del mundo, conocidos por la laxitud de sus leyes. Todos los estándares y tópicos del comercio sexual sobre mujeres (y hombres jóvenes) reproducidos en las sirenas (o tritones) de forma extrañamente natural y cercana. Lástima que a las mujeres esclavas de nuestro mundo nadie vaya a devolverles su canto, como a las sirenas…

12) – Profundo, profundo en la roca, de Ferran Varela. La magia eterna que procede de la naturaleza, el poder que subsiste profundo en la tierra y se manifiesta a través de espíritus protectores, es la fuente de esta hermosa historia de amor y entrega, que requiere un sacrificio humano para salvación de muchos.

13) – Cuchara de plata, de Alfredo Álamo. Esta es una historia de magia de barrio, la más simple y poderosa, la que surge de la inviolabilidad de un trato, una promesa que se ha de cumplir.  Álamo reconstruye su propio barrio, El Cabanyal, en Valencia, como un mundo de cuento, en el que dominan las ratas, con una ciudad secreta subterránea en su interior y sitios a los que no conviene acercase.  Recuerda a Gaiman, sí; pero no puedo sino acordarme de Emilio Carrere y su Torre de los Siete Jorobados.

14) – Humo y espejos, de Elia Barceló.  No podía faltar en esta antología la más internacional de nuestras autoras de literatura de género.  Y un teatro decimonónico en París, sorprendente y misterioso, en el que se representan sesiones especiales de magia (esa magia clásica de los escenarios), es el marco en el que se produce la desaparición de uno de los miembros de una pareja de recién casados.  La reacción del otro, su impotencia y miedo, su desesperación, resultan tan efectivos y vívidos como descorazonador su mensaje.

15.- Los reyes muertos, de Teresa P. Mira de Echeverria.  El abuelo vendía sus historias en esas esferas, resabio de los viejos tiempos; «historias tejidas a mano», escritas en cristal y vapor por un humano, no una máquina.  La de Los Reyes muertos de Aer le había impresionado. ¿Por qué esa burbuja de cristal era diferente a otras que antes le había comprado? «Te advierto que jamás podrás salir de sus límites sin antes haber cambiado profundamente». Y se estaba cumpliendo.

16.- Habba Habé, de Ludo Bermejo.  Queda para el final un cuento que no es relato sino novela corta por su extensión, pero «bocatto di cardinale».  Ambientada en Fernando Poo (hoy Bioko), la isla que fue provincia española de ultramar en Guinea hasta 1968, entre sus selvas majestuosas y plantaciones de cacao, la acción discurre a caballo de dos momentos del tiempo en Casa Paredes, la vieja plantación en la que Marta pasó su niñez y a la que regresa, años después, a depositar las cenizas de su padre fallecido; una casa plagada de recuerdos que cobran vida con ella, de nuevo: su amiga Alicia, Don Ramón, el mayordomo Jonás, Imbali, el niño artista al que cortaron la lengua… y las supersticiones.  Los nativos la evitan y llaman Habba Habé, el Lugar Maldito, por lo ocurrido años atrás durante la fiesta de la cosecha… Fantasmas del ayer, casas encantadas, misterios, dudas, secretos no confesados, sentimientos perdidos, amor, nostalgia, traiciones sin resolver… recreados con increíble maestría y realismo en una ambientación colonial asfixiante, donde el lector se sumerge con naturalidad, para compartir recuerdos vivos que desean regresar del pasado y quedarse.  Espléndido Bermejo.

 Si no te atraen estos esbozos no sé qué más decir para interesarte por esta selección de relatos, una de las más satisfactorias y novedosas que he encontrado en los últimos años.  Quizás añadir que, a la calidad de las obras, se une la traducción excelente de los mejores especialista, conocedores del género fantástico en nuestro país.  Y un detalle curioso, no poco importante:  Si te fijas, la mayoría de sus autores son mujeres; como mujeres son casi todas sus protagonistas.  Si el mundo, hoy, es gracias a las mujeres, la Fantasía también.  Por oscura que sea.

Te mereces su disfrute.

DARK FANTASIES. Antología magnífica de Fantasía Oscura.

No siempre me han atraído las antologías.  Puede que al principio, cuando comenzaba a leer, por aquello de ampliar la base de autores y estilos.  Después, salvo excepciones (hay autores cuyo dominio del relato le hace mejor en distancias cortas), he preferido el desarrollo amplio de personajes y situaciones que permite la extensión de una novela. Sin embargo, desde hace un tiempo, vuelvo a disfrutar de las selecciones, las antologías de autores diversos, incluso relatos de un solo autor que domine el género; cosas de la edad, supongo.  También del abrir la mente a una concisión de ideas, disfrutar del impacto súbito del concepto, la genialidad de lo breve, la obtención de múltiples desarrollos en el mismo espacio que uno solo; sin desdeñar la opción alterna. Todo depende del autor, o autores seleccionados.  Y, en especial, del antólogo, su conocimiento, visión y acierto; del cariño que pone al hacerlo.

No voy a descubrir ahora a Mariano Villarreal.  Lo hice hace tiempo, con su impagable elenco de noticias, comentarios y reseñas de Literatura Fantástica, un clásico imprescindible para el aficionado al género; y, más tarde, en esa aventura de Novaficción desde el primer volumen, Terra Nova, allá en 2012, un clásico hoy, no ya por su contenido, sino por haber iniciado un camino que con Dark Fantasies alcanza ahora su séptimo paso, repleto de éxitos.  No en vano, al abrumador bagaje de premios internacionales que ennoblecen cada selección (Hugo, Nebula, Word Fantasy, British SF, Locus, Sturgeon, Stoker, Sidewise…), han de añadirse hasta 12 premios Ignotus de la AEFCFT de un total de 34 nominaciones (aún no elegidos los de este año, correspondientes a 2016), entre los cuales destaca el de Mejor Antología de los años 2013, 2014, 2015 (¿y 2016?).  Este es el escenario previo sobre el que nace Dark Fantasies, con parecido bagaje internacional a los anteriores y, para mí, candidato indiscutible al Ignotus de 2017.  ¿Por qué?  Sólo hay que analizar su contenido.

Pero antes de entrar en materia, ¿qué tipo de Fantasía Oscura, Dark Fantasy, nos vamos a encontrar?  Porque hay varias, según quien opine.

El tema de las etiquetas en el género fantástico es algo digno de estudio.  Últimamente asistimos a una proliferación de las mismas que abusan de términos de nuevo cuño,(con intención de potenciar un sub-género o autor y diferenciarlo de lo que se ha hecho antes, por motivos de marketing y promoción).  En líneas generales, la Fantasía Oscura viene a ser aquella zona del Género Fantástico que utiliza en su concepción el «horror sobrenatural» (algo más allá de la compresión humana), para diferenciarlo del «horror natural» (intrínseco al ser humano), de forma que obras con vampiros, zombies, fantasmas u hombres lobos (por acudir a los clásicos) serían Fantasía Oscura, mientras que Jack el Destripador, La Matanza de Texas o un atentado terrorista en cualquier capital serían Horror (por desgracia, por habitual, hoy un crimen de violencia de género no sorprende, ni genera miedo; pero también lo es…). En fin, etiquetas y más etiquetas, como digo…  Antes todo se englobaba, simplificado, bajo el subgénero de Terror (Cosas veredes, amigo Sancho...).

Así las cosas, tampoco el término o etiqueta ayuda a catalogar sin lugar a dudas el contenido de la selección; pues siguiendo esa premisa, tan Fantasía Oscura sería el Solomon Kane de R.E. Howard como la última de La Momia, de reciente estreno, o La Guerra de la Doble Muerte de Alejandro Castroguer.  Por lo que parece, el término fue acuñado por K.E.Wagner, aplicado a sus relatos de Kane (un guerrero espadachín estilo Conan, inmortal, errante, inteligente, instruido y bastante amoral); y, por extensión, se ha utilizado con esa Fantasía Heroica más sucia, realista o violenta que, hoy, con el transcurrir de los tiempos deviene en llamarse Grimdark (…más etiquetas veredes, amigo Sancho).  Otros lo asocian directamente al subgénero de Terror.

Para mí -y es opinión personal-, más allá de etiquetas y mezclas inter-géneros hoy tan habituales, lo que podría distinguir la Fantasía Oscura moderna de la Ficción de Terror (si tan necesaria fuera esa distinción) es su enfoque de los personajes y mitos que utiliza, sobre los que basa y concibe su historia: en el Terror (gótico, victoriano o moderno) el componente primordial es el miedo (en cualquiera de las tres acepciones propuestas por Noël Caroll en su libro The Philosophy of Horror: horror, terror y repulsión) y sus monstruos (sobrenaturales -los clásicos-, fabricados por el hombre -Frankenstein-, o de origen espacial -Alien-; incluso humanos) son el enemigo, la encarnación del Mal. En la Fantasía Oscura, sin abandonar el arquetipo, se pierde esa concepción maniquea: ya no existen buenos ni malos; el monstruo forma parte de la historia, como elemento de fondo o primordial, cuando no se convierte en protagonista innegable de la misma.  Y el lector, frente al miedo o repulsión anterior, lo contempla con naturalidad, como uno más, algo sustancial al entorno; y participa de sus vivencias, pensamientos, sensaciones, sentimientos o miedos (a veces, de la propia humanidad).  Pero vamos, eso también lo vivimos en Entrevista con el Vampiro de Anne Rice, o el mismo Frankenstein de Mary Shelley.  (En resumen, amigo Sancho, las etiquetas son modas que nos ha tocado vivir…)

Volviendo a la pregunta de antes: quienes hemos seguido a Mariano Villarreal sabemos que le gusta el término (etiqueta) Ficción Especulativa (ya sea aplicado a la Fantasía, Ciencia Ficción o Terror) con un enfoque cercano en el tiempo, que permita imaginar -especular- sobre cosas que pueden pasar en nuestro entorno más próximo. Ahí tenemos la respuesta: Dark Fantasies compila 16 relatos (17 para los que apoyamos la iniciativa en sus inicios) de Ficción Especulativa Oscura de extra-ordinaria calidad, divididos en dos partes bien diferenciadas:

  • Dark Fantasies, 10 relatos de autores foráneos, casi todos norteamericanos, ganadores de los más importantes premios internacionales
  • Oscuras Fantasías, 6 relatos de autores españoles (o en español), de calidad semejante a los anteriores, que si aún no han obtenido premios por su novedad, no tardarán en tenerlos tras su publicación

Y este es otro de los aciertos y atractivos de la antología que confecciona Mariano Villarreal en Sportula (en este y los volúmenes previos de Nova Ficción): el disponer a la par autores extranjeros de renombre y premiados en el mercado anglosajón con otros que escriben en castellano, pero cuyas obras (os lo aseguro, y lo podéis comprobar personalmente) tienen igual calidad que los anteriores.  Su publicación conjunta ofrece una visibilidad que de otra forma se antoja imposible; abre puertas difíciles de alcanzar por otros medios, y la posibilidad de que -en el futuro- el mercado español de Género Fantástico sea considerado en el exterior -nosotros ya lo sabemos- tan rico como el anglosajón; al menos, digno de ser tenido en cuenta.

No puedo sino aplaudir esta iniciativa y apoyarla sin ambages ni cortapisas; pues no es apoyo a un autor o una obra, ni siquiera a su compilador o una editorial, sino a una oportunidad inmejorable de potenciar el Género Fantástico en castellano, tanto a nivel interno como en el exterior.

De su contenido hablaré en otra entrada (y la TerMal, si procede). La tienes aquí.

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO y JUEGO DE TRONOS: spin off’s y reivindicación necesaria

Parece que últimamente todo el mundo critica a G.R.R. Martin, su obra Canción de Hielo y Fuego y, por extensión, la serie televisiva Juego de Tronos, que la adapta (más o menos).  Y es posible que motivos no falten para hacerlo, debido a la desidia y poco respeto que el autor demuestra hacia sus lectores, por el tiempo que tarda en continuar sus escritos (en este punto, me adhiero).  Sin embargo, cuando la crítica se realiza de forma gratuita y sin criterio, me enerva.  Esta mañana me he llegado a enfadar (con cariño) por lo comentado en un grupo de wathsapp sobre la serie Juego de Tronos, principalmente porque se realizaron comentarios gratuitos, sin haber leído los libros ni visto la serie.  Como mi respuesta en el grupo sería extensa, me decido a hacerla por este medio, de forma un tanto privada, pero también en público.

A mí -lo sabéis si habéis seguido este blog- las novelas de Canción de Hielo y Fuego me engancharon tanto que, en 2010, tras la tercera, llegué a afirmar por aquí que si J.R.R. Tolkien fue el mejor escritor de Fantasía del siglo XX, G.R.R. Martin lo es, sin duda, del XXI.  Por la obra que comentamos (mucho mejor que Sueño del Fevre, que ya me encantó), con un desarrollo de personajes increíbles, historias complejas, batallas, intrigas palaciegas, luchas de familias (basada en la historia inglesa de los York y los LancasterStark y Lannister en las novelas-) y un punto de fantasía, no demasiado extenso, que las engrandece (podéis leer las reseñas realizadas entonces aquí  y aquí).

Hoy, siete años después de aquello, seguiría pensando lo mismo si el éxito mediático de entonces no hubiese descontrolado la mente del autor, llevándole a crear más y más subtramas y personajes (casi todos excelentes), querer desarrollar tanto la historia como para abarcar los Siete Reinos, construir un universo tan amplio que le ha llevado a perderse en el infinito de su propia gloria…  Le va a costar recuperar la trama inicial, escrita e ideada desde un inicio; una trama que hubiese resultado magnífica, toda una obra de arte, de haberla culminado en los 4 volúmenes iniciales (3 de origen).  Ahora todo el mundo la sabe, no va a sorprender a nadie; y él se ve incapaz de cerrar en condiciones todas las subtramas abiertas…  Y a sus seguidores nos tiene aburridos; hastiados de tanta espera.

Respecto a Juego de Tronos, su adaptación a TV, afirmo rotundamente que es la mejor serie de Fantasía Épica que se haya rodado nunca; costará superarla.  Está a nivel de cualquier serie histórica conocida (Roma, Los Tudor…), con un componente adulto y serio, sucio, en las relaciones personales, incluido el sexo, pero con un punto fantástico que la convierte en única.  Nunca se han creado unos muertos vivientes tan terroríficos como Los Otros; nunca unos dragones han llegado a poseer tanta vida…  Ningún aficionado al género debería perdérsela.

No sólo adapta con fidelidad la obra (bueno, hasta donde puede), sino que en algunos aspectos corrige la dispersión de Martin.  Sus productores han realizado un trabajo enorme (con participación inicial del escritor, aunque después han debido seguir por su cuenta).  Conocen el final y varias ideas intermedias, y llegarán al mismo puerto que las novelas (si éstas lo hacen algún día), pero por caminos diferentes desde la 6ª temporada.  Tiene fallos, por supuesto.  El desarrollo de tramas y personajes es menos profundo que en los libros (en algún caso, como Dorne, Doran Martel y las Serpientes de Arena, resulta doloroso).  Siempre pasa.  Pero también eso ha resultado una ventaja, pues al restringir tramas para que el espectador no se pierda, han eliminado buena parte de la gran dispersión del autor.

Y no es verdad que se vayan a quedar sin presupuesto.  Al contrario.  Si en las primeras temporadas se echaron en falta desarrollos mayores en movimientos de masas y batallas debido a la falta de presupuesto (que ya era alto para una serie de TV), en las últimas, tras el éxito, resulta espectacular, se corrige y amplía, y desarrolla el CGI hasta límites increíbles.  Os recomiendo ver sólo un episodio, el noveno de cada temporada, donde la espectacularidad es grandiosa.  Y en la última, T6, “La Batalla de los Bastardos”, donde se recrea la mejor batalla medieval que haya visto jamás, incluido el cine.  Si después de eso no os engancháis a la serie es que no os gusta la épica, ni la fantasía, ni una buena historia.

Respecto a los spin off (algo casi esperado dado que se trata de la serie de mayor éxito de público de la historia de HBO), van a ser 5, no 4 como se anunció inicialmente, donde no aparecerá ninguno de los personajes actuales. George R.R. Martin va a participar en todos, como ha anunciado en su blog. Ya ha trabajado con los respectivos guio-nistas, todos ellos de renombre: Max Borenstein (Kong: La Isla Calavera), Jane Goldman (X-Men: Primera generación), Brian Helgeland (L.A. Confidential) y Carly Wray (Mad Men).  No se conoce aún el quinto, pero si es del cariz de los anteriores, ¡wow!

Lo que deberá esperar para más adelante es la adaptación de “Los cuentos de Dunk y Egg” (historias que transcurren en el mismo mundo de Poniente, unos 80 años antes que éstas). Martin confiesa no querer que le pase como con la serie principal.  Tiene pensado escribir varios episodios más de la pareja, y no se grabará nada -una nueva serie completa- hasta que los termine (¿…?).  Pero ya podéis abonaros a la misma cuando se haga:  son pura aventura e historias de un caballero andante y su escudero, centradas en los dos personajes principales, sin tanta dispersión, con el grandioso colorido de los torneos medievales y algo de política de trasfondo.  Si no los conocéis, tardáis en buscar el libro “El caballero de los siete reinos” que recoge los tres primeros cuentos.  O cualquiera de sus adaptaciones al cómic.  Os encantarán.