CONAN REY. La Ciudadela Escarlata.

Planeta de Agostini comics continúa ofreciéndonos la nueva versión de Conan en cómics que realiza Dark Horse.  Desde hace varios números, directamente como Novela Gráfica, formato que siempre he defendido y solicitado, no sólo porque añade un plus de calidad a unas muy buenas adaptaciones del personaje al medio gráfico y permiten su lectura completa, sino porque así fueron concebidas en origen, independiente a su primera publicación en forma de mini-serie y cuadernillos mensuales.

La que ahora nos presenta es la primera que Dark Horse realiza del reinado de Conan siguiendo los relatos originales de Robert E. Howard.  Y he de reconocer que Timothy Truman, un enamorado estudioso de la obra original (como demostró a lo largo de los casi cuatro años anteriores que se encargó de las series Conan y Conan el Cimmerio) realiza una magnífica adaptación del relato inicial y sigue fielmente la historia de Howard, al tiempo que le aporta un toque muy personal, basado en datos sugeridos por el propio autor tejano:

En la introducción al tomo, Truman nos confiesa que siempre le intrigó y atrajo aquella famosa carta que Howard escribió a P. Schuyler Miller en marzo de 1936, poco antes de quitarse la vida, donde ofrece aspectos de la vida del cimmerio complementarios a los descritos en sus relatos.  Allí indicaba que Conan reinó muchos años en Aquilonia, en un periodo turbulento e inquietante…  En otro momento, Howard confesó también tener la sensación de ser el propio cimmerio quien le trasladaba personalmente las historias de su vida, que él transcribía después; historias de guerrero, contadas en periodos de descanso junto a la lumbre, sin orden ni cronología…

Por ello, cuando Dark Horse le encarga la adaptación de las historias del reinado de Conan, decide utilizar al propio monarca, en un periodo avanzado de su reinado, como hilo conductor de la misma, y será el propio cimmerio, ya envejecido pero aún con un aspecto formidable (magníficamente representado por Giorello), quien narra en primera persona sus aventuras a un escriba nemedio (enviado por el consejero Publius para dejar registro de su regencia), dando origen así a las conocidas Crónicas Nemedias que nos han legado sus hazañas.  Este recurso será utilizado también en el segundo arco argumental que ambos adaptan, El Fénix en la Espada, cronológicamente anterior al actual (publicado recientemente en USA; ojalá se encarguen ambos de adaptar también La Hora del Dragón).

Gráficamente, la obra es impresionante; no sólo por esa excelente portada de Gerald Parel, sino también el interior, con  ilustraciones de un Giorello que continúa la progresión artística que demostrara en las series de juventud del bárbaro, que tan bien se adapta a su imagen clásica en cómic desde el cánon que marcaran Buscema y otros en Marvel, siguiendo la estela de Frazetta (y que tánto se echa en falta en las series más recientes de Dark Horse, desde que ambos las abandonaran para hacerse cargo de su época crepuscular).  El Conan de Giorello se adapta perfectamente a la edad que representa el personaje en cada instante: maduro y en pleno desarrollo muscular sobre los 40, cuando transcurren los hechos; robusto, pero sin perder el tono, unos 20 años después, mientras los narra al escriba, dotado de una serenidad imponente que le han aportado los años (en este caso, también de una barba poblada, concesión -quizás inconsciente- a la propuesta de un denostado hoy -con razón- Lyon Sprague de Camp en su Conan de Las Islas).  Sus ilustraciones, con un aceptable desarrollo de planos cambiantes, reflejan fuerza en cada una de las viñetas, pues ya sean éstas pequeñas, medianas, a un tercio, página completa o doble página, aparecen todas cargadas de detalles que acompañan a las figuras; sus rostros reflejan emociones; sus escenas de batallas transmiten acción, reviven ejércitos numerosos de muchos «extras»; sus escenas de populacho crean sensación de muchedumbre; y las de interior, las que apenas contienen figuras, son generosas en detalles complementarios.  Todo ello aderezado por José Villarrubia con colores en claroscuros donde dominan tonos sombríos y crepusculares, en los que no escapan pequeños detalles de colorido vivo como iluminación en contraste, y una sorprendente fidelidad también a los pequeños detalles del relato original, como esa planta infernal que mantiene confinado a Pelias.

Una obra, en resumen, muy recomendable, tanto por su fidelidad a la historia como las aportaciones intermedias (las narraciones del rey al escriba, como nexo de unión entre los cuatro números de la miniserie, donde no faltan recuerdos a Rinaldo u otros personajes y situaciones conocidas) o final (un recuerdo emocionado a las propias palabras de Howard que le inspiraron, y su máquina de escribir, que constituye el mejor homenaje a un autor admirado); o las imágenes, verdaderos retablos de ilustraciones cargadas de detalles alrededor de la acción principal, que hacen disfrutar al aficionado a la buena narrativa gráfica secuencial, el buen cómic.  Si alguna pega le encuentro es no haberse recreado lo suficiente en esa escena final en la que el cuerpo de Tsotha-Lanti persigue al águila-Pelias que le ha arrebatado una parte importante (no entro en detalles, pero ya me entendéis), que constituye uno de esos finales sorprendentemente geniales a los que el tejano nos tiene acostumbrados.  Pero no resta méritos al conjunto.  Y, tal vez, ese homenaje final al autor lo hacía imposible.

Disfrutadla, pues, os lo recomiendo, mientras quedamos a la espera de El Fénix en la Espada.  El siguiente volumen que nos aguarda (ya anunciado, en breve), La Reina de la Costa Negra, con todo su atractivo innato, mantiene registros muy diferentes, sobre todo a nivel gráfico.

 

GLENN LORD in memoriam: RECUERDOS DE UN AGENTE DE HOWARD

El presente artículo apareció publicado originalmente en las páginas 24 y 25 de Berserkr, Fanzine de y sobre Fantasía Heroica, nº 6 (enero de 1987), dedicado a la memoria de Robert. E Howard, con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento.

Valga también, hoy, reproducido íntegramente, como homenaje particular a ese trabajador incansable, fan nº 1 del autor tejano que fue Glenn Lord, su albacea literario, fallecido el pasado 31 de diciembre (ver artículo previo en estas páginas pulsando aquí). 

Me enteré por primera vez de la existencia de Robert E. Howard hacia 1951, cuando Bradford M.Day, un corresponsal que vendía algunos libros, me recomendó SKULL-FACE & OTHERS.  Enseguida me fascinó; empecé a buscar otros títulos de Howard, pero el único que estaba en venta por aquel entonces era la edición de ‘Gnome Press’ de «Conan the Conqueror».

Algunos meses más tarde me incorporé al ejército, pues la guerra de Corea había estallado, y por eso sólo pude comprar los títulos de Conan de ‘Gnome Press’ a medida que fueron apareciendo.

Hacia 1956, como estaba muy influenciado por las colecciones de poesía de ‘Arkham House’ publicadas por Clark Ashton Smith y Lea Bodine Drake, tuve la idea de reunir y publicar toda la poesía de Howard en un volumen similar.  Dale Hart, un amigo y admirador desde hacía mucho tiempo, aprobó la idea y escribí a Oscar J. Friend, que era el agente de los herederos de Howard por aquel entonces, y compré los derechos de publicación de su poesía.  Desgraciadamente, Friend no pudo facilitar la mayoría de los poemas, por lo que comencé a comprar ediciones de ‘Weird Tales’ que contuviesen aquellos que me faltaban; también me ayudaron algunos aficionados que me enviaron los poemas que habían sido publicados en fanzines, tales como «The Fantasy Fan» y «The Phantagraf».  Estuve en la región de Brownwood-Cross Plain, donde poco pude obtener, pero sí conseguí la dirección de uno de los amigos de Howard, Norris R. Chambers, quien, como esperaba, había recibido algunos de sus poemas por correo.

ALWAYS COMES EVENING -así iba a titularse la colección- fue concebida como auto-publicación, limitada a 350 ejemplares.  Sin embargo, cuando hube terminado mis investigaciones y comencé a buscar impresor y encuadernador, descubrí que los costes locales serían demasiado elevados para el precio por el que esperaba vender el libro.  Se me ocurrió mencionar este hecho a August Derleth y el sugirió un acuerdo mediante el cual ‘Arkham House’ publicaría el líbro, pagando yo los costes de imprenta y conservando los beneficios de su venta, menos un pequeño coste de manipulación.  Nos pareció aceptable, y así, ALWAYS COMES EVENING llegó a ser uno de los tres o cuatro títulos de ‘Arkham House’ cuyos costes de edición fueron suscritos por alguien que no era el editor.

Las investigaciones que había realizado acerca de ALWAYS COMES EVENING me llevaron a interesarme aún más por Howard y su obra desconocida -publicada mayormente en revistas de aventuras, deportes y del oeste- durante su vida.  Aquella fue una tarea laboriosa y lenta, dado que no existía bibliografía alguna de su obra, y muy pocos de aquellos ‘pulps‘ habían llegado a tener índice.  Sin embargo, fue de gran ayuda el que se conocieran los títulos de algunas revistas.  Los ‘pulps‘ eran mucho más baratos y fáciles de conseguir y acabé por comprar series de algunos títulos durante ciertos años; todo ello tuvo que ser adquirido por correo, por lo que no podía comprobarlo de antemano.

Algunos editores de ‘pulps‘ seguían publicando –‘Street Smith’, ‘Popular Publications’, y ‘Thrilling Publications’– y me enviaron la relación de historias de Howard publicadas por ellos.

Poco después de la publicación de ALWAYS COMES EVENING, conseguí un gran número de poemas no publicados y cartas de Harold Preece y August Derleth.  Como deseaba presentar algo sobre los indices que iba recibiendo, empecé un pequeño fanzine titulado The Howard Collector en 1961.  Se publicaron 18 números antes de que fuera interrumpido en 1973.

En 1963 murió Oscar J. Friend, el agente de Howard, y a finales de 1964 su viuda e hija decidieron cerrar la agencia.  Los herederos de Howard les pidieron que buscasen a alguien que se encargara de los derechos de publicación.  Preguntaron a L. Sprague de Camp, pero éste lo rechazó argumentando que estaba muy ocupado con su propia obra, y me recomendó a mí, como conocedor del tema y alguien muy cercano a los herederos, ya que éstos vivían también en Texas.  Por lo tanto, a principios de 1965, llegué a ser agente de las propiedades intelectuales de Howard.

Recibí de la agencia Friend unos treinta manuscritos no publicados, además de lo que parecía ser un inventario de las historias de Howard, conteniendo un gran porcentaje de obras que desconocía.  Recordé que E. Hoffman Price me había dicho años antes que había recibido del Dr. Howard, hacia 1944, un baúl lleno de «borradores» y que se los había prestado a un aficionado y escritor que conoció algún tiempo después.

Pero dicha persona insistió en que los había prestado al difunto Francis T. Laney, un famoso aficionado que había publicado un fanzine que era una primicia, ‘The Acolyte’, en los años 40.

Así quedó el asunto hasta que encontré una relación de historias y, de pronto, empecé a sospechar que aquellos «borradores» eran realmente manuscritos.  Entré de nuevo en contacto con este aficionado, identificándome como el agente de Howard, y ofreciendo una recompensa si podía localizar los papeles que faltaban.

¡Qué sorpresa!  Recibí de él una carta en la que me decía que acababa de ponerse en contacto con la mecanógrafa a la que se suponía que Laney había dejado los manuscritos para pasar a máquina.  Se acordó una recompensa -en realidad, una cantidad bastante pequeña- y recibí unas cajas con papeles en 1965 y 1966.  Más tarde, las cartas de Howard a H.P. Lovecraft vendrían de la misma fuente.

Que yo recuerde, tardé varios meses en ordenar la cantidad de papeles, mal metidos en las cajas, muchos no numerados, copias, antiguos esquemas, apuntes, manuscritos sin terminar, historias escritas detrás de otras historias, etc…

Había poco trabajo como agente de Howard cuando empecé.  Pero el éxito de la serie Conan de ‘Lancer Books’, más tarde, en los años 60 (hay que decir que este proyecto ya había sido iniciado antes de que yo llegase a ser agente), marcó el inicio de las publicaciones de libros de Howard.  El fracaso de ‘Lancer‘ fue en cierto modo, malo durante un tiempo, pero quedó afortunadamente resuelto justo antes del auge, a mediados y finales de los 70.  Hoy, el «boom» ha decaido bastante, aunque la serie Conan sigue bien, así como la venta de las traducciones a otros idiomas.

Esta crónica no estaría completa sin mencionar Conan Properties, Inc., que fue creada en 1977 como holding propietario de todos los derechos sobre Conan, independientemente de quien fuera el autor de la historia.  Se observó que el personaje podía llegar a ser un gran negocio en sí, a través de libros, películas, derechos de venta, comics, etc… dada su alta cotización de poco después, así como al ser continuadas sus aventuras en nuevas obras.  Además, el hecho de que se halle localizada en Nueva York es muy ventajoso, puesto que la mayor parte de los posibles clientes tienen sus sedes y oficinas en esta ciudad.

 

HOMENAJE A GLENN LORD, albacea literario de REH.

Supe de su muerte con retraso, por una conversación perdida, hace cosa de un mes, pero en los foros habituales patrios poco o nada se ha comentado hasta ahora, o yo no me he dado cuenta.   Revisé entonces páginas atrasadas y confirmé que Glenn Lord, quien fuera albacea literario de la obra de Robert E. Howard falleció hace más de dos meses, a los 80 años de edad, el pasado día 31 de diciembre de 2011.

Entono el mea culpa, por no haber estado atento en su día, en este periodo que llevo un tanto desconectado…  y lamento con pesar que la muerte de alguien de tanta importancia en la transmisión de la obra y personajes del autor tejano, incluso miembro honorífico que fue del Círculo de Lhork en España,  me haya pasado tan desapercibida.  Pero así es la vida… o quizás la muerte.  Y no puedo dejar pasar más tiempo sin rendirle un mínimo recuerdo y homenaje.

Glen Lord fue la persona que más ha defendido y luchado por transmitir y dar a conocer las obras de Robert E. Howard, desde que un día, en 1951 accedió a la lectura de Skull-Face and others, y quedó enganchado a él.  Desde entonces dedicó su vida a coleccionar y recuperar toda su obra de ficción, poesía y cartas; entre ellas, cientos de relatos, poemas y fragmentos inéditos, escritos a máquina.  A partir de 1965 fue agente de la propiedad de Howard, y trabajó de forma incansable hasta conseguir llevar su trabajo de nuevo al público, a través de editoriales y agencias.

Publicó The Howard Collector (18 números entre 1961 y1973), donde incluye obras inéditas de Howard, junto a noticias, ensayos, referencias e índices, o reproducción de artículos antiguos.  En 1976 escribió El Último Celta: una  Bio-Bibliografía de Robert Ervin Howard, obra de referencia y culto sobre el autor, algo así como La Biblia para sus seguidores, y base de los múltiples ensayos y trabajos realizados posteriormente.  Desde 1978 fue director corporativo de Conan Properties.  En 1990, co-editó Robert E. Howard: Selected Letters: 1923-1930 (con Rusty Burke & Joshi ST), y en 1991, editó Robert E. Howard: Selected Letters: 1931-1936.

Recibió el Premio especial de la World Fantasy Convention en el año 1978; y fue invitado de honor en el Festival del Centenario de Robert E. Howard en Cross Plains Texas (2006), y la PulpCon 36 de 2007.

A lo largo de su vida, colaboró y ofreció material a muchos fanzines de todo el mundo, entre ellos el mío: Berserkr, Fanzine de y sobre Fantasía Heroica, en cuyas páginas participó en un par de ocasiones:

  • En Berserkr nº 2 (julio, 1985), donde se publicó en primicia mundial el fragmento inédito (1400 palabras)  «Long, Long Ago…»  [«Hace mucho, mucho tiempo…» con la mediación y traducción de Javier M. Lalanda], perteneciente a su serie sobre Memoria Racial  (ver índice aquí).
  • En Berserkr nº 6 (enero, 1987), especial dedicado a R.E.Howard por el 50 aniversario de su muerte, donde apareció su artículo «Recuerdos de un agente de Howard».  Jamás le estaré lo suficientemente agradecido por ello (como a Javier, de nuevo, quien lo facilitó) (indice aquí), y que reproduzco en su honor, en copia facsímil (acceder pulsando aquí)

Desde aquí quiero rendirle este sentido y precipitado homenaje, y me sumo -con retraso, pero con sentimiento- a la tristeza de esa gran familia de aficionados que se duele por su fallecimiento, lamentando profundamente lo poco agradecido que hemos sido con su recuerdo.

Descansa en paz, Glenn Lord, trabajador incansable y admirado.

 Glenn Lord In Memoriam:

RECUERDOS DE UN AGENTE DE HOWARD, por Glenn Lord

reproducción facsímil de las páginas 24 y 25 de Berserkr, fanzine de y sobre Fantasía Heroica, nº 6 [enero, 1987]

KULL. EL REINO DE LAS SOMBRAS y otros en cómic

Panini Comics acaba de editar la versión española de Kull, El Reino de las Sombras,  volumen 1 de la nueva adaptación al cómic del personaje de R.E. Howard, precursor y alter-ego de Conan, que Dark Horse comenzó a finales de 2008, y que en alguna ocasión hemos citado en estas páginas.

El Reino de las Sombras adapta el relato original de REH de igual título, con elementos de otros, como ¡Con esta hacha, gobierno!: en la Era Thuria, miles de años antes de la Edad Hiboria de Conan, encontramos a Kull, un bárbaro de Atlantis, que sólo seis meses antes se ha hecho con el trono de la todopoderosa Valusia, tras derrocar al tirano rey Borma.  Más cómodo con la espada que con el cetro, dedica su tiempo ahora a labores de estado y reunificar el reino; y aunque es aceptado por los militares y el pueblo, cuenta con la oposición de un grupo de nobles que conspiran contra él.  En ese marco, recibe la visita de Ka-nu, representante de los salvajes pictos, quien le advierte que una conspiración mayor, la de la serpiente que habla, amenaza el reino y toda la humanidad, y le aconseja se ponga en manos de Brule, el asesino de la lanza, quien desde entonces se convierte en su mano derecha.

(Portadas de la serie, por Andy Brase y WillConrad) 

El volumen que Planeta presenta en formato libro-cómic, recoge los seis números de la serie que publicó Dark Horse entre noviembre de 2008 y mayo de 2009, recopilada más tarde en formato novela gráfica, hecho habitual en las series que dedica a personajes de Howard.   Los encargados de realizar la transcripcion del relato al noveno arte son unos poco conocidos, pero prometedores, Arvid Nelson (Rex Mundi) y Will Conrad, que tras pasar previamente por Marvel y DC,  han terminado realizando la miniserie Red Sonja vs. Thulsa Doom, para Dynamite; nuestro paisano José Villarrubia, colorista habitual de las series del cimmerio, mantiene su buen hacer en la ambientación.

(Todas las imágenes son ampliables)

El primero, cumple con la adaptación, con numerosas escenas de Kull en palacio, alternadas con la acción.  Sin embargo, voy destacar la labor del segundo al dibujo, pues utiliza ese estilo clásico que tan bien le va a los personajes bárbaros, recuperando su imagen realista, marca de fábrica en Marvel, con Buscema principalmente, y la propia Dark Horse con Busiek y Giorello, pero abandonada últimamente (incluso en las últimas series de Conan), a favor de un estilo experimental propio de editoriales independientes, que a mi entender desconecta con el lector.  Conrad dota a Kull de una personalidad propia, madura y serena, como corresponde a un soberano, tensa y plagada de las cicatrices del guerrero, que incluso en el parecido resulta distinto a Conan.  También la de Brule, el guerrero picto, que ya no mantiene esa imagen de piel roja americano y resulta un salvaje más creíble, de piel oscura como Howard describe a su raza.  Al tiempo, sabe dotar al entorno y fondos de sus viñetas de esa grandiosidad y detallismo que requiere la adaptación:

En resumen, una obra recomendable para el aficionado, que ya echaba en falta las adaptaciones de otros personajes de R.E. Howard.  De tener aceptación, no hay duda que Panini continuará la publicación de las dos nuevas series que existen del personaje (cuatro números cada una):  The Whitch Hate y The Cat an the Skull (con Delcardes y Thulsa Doom), esta última recién aparecida en USA por episodios, y prevista para julio su publicación como volumen único.

Y otros personajes del autor tejano, como el puritano Solomon Kane, uno de los más queridos por sus seguidores.

Añadidos:

Dark Horse, además de las nuevas series del personaje, y al igual que hace con Conan, reedita también las adaptaciones de los antiguos episodios de Marvel, en volúmenes recopilatorios cargados de nostalgia, y dos formatos:

  • La Espada Salvaje de Kull.  Recoge en dos volúmenes (375 y 448 págs.) todos los episodios del personaje publicados en blanco y negro, en las revistas Relatos Salvajes, La Espada Salvaje de Conan, Kull y los Bárbaros, Marvel Preview o Aventuras Bizarras.
  • Las Crónicas de Kull.  Cinco volúmenes hasta el momento, con los episodios a color aparecidos en las series regulares del personaje:

Y, para terminar, os dejamos la imagen del excelente busto del Rey Kull que el escultor Tony Cipriano realizó para Dark Horse Deluxe como merchandising del personaje.  Una interpretación poderosa y real del atlante, siguiendo el diseño de Andy Brase para la portada del nº 1 de la serie.

¡¡ Por esta hacha, yo gobierno !!

CONAN La Leyenda, Edición Integral Volumen 2: ______________ EL DIOS DEL CUENCO y otras historias

Planeta de Agostini continúa y sigue los pasos de la edición original americana de CONAN por Dark Horse y nos presenta CONAN La Leyenda: El Dios del Cuenco y otras Historias en castellano, en formato libro y tapa dura, tal y como fue concebido en origen, un volumen único conteniendo un arco argumental completo, y dentro de éste una historia (o fragmento) original de Robert E. Howard.

No voy a insistir en las bondades de una serie que, en el formato que ahora se presenta, un volumen único, contiene toda la fuerza y calidad que llevaron a sus autores a ser nominados al premio Eisner, que Kurt Busiek obtuvo ; ambos consiguieron la revitalización completa de un personaje que parecía definitivamente muerto por agotamiento y ellos recuperaron con éxito, acercando su imagen más a la de su origen y pensamientos de su autor, R.E. Howard, en una apuesta editorial que supuso su regreso como serie de cómic (también al cine, por extensión).

Este volumen 2 no es el mejor de la serie, pero contiene momentos inolvidables: una transición bien argumentada del paso del cimmerio desde el norte sombrío, donde transcurren las aventuras del primer volumen («La hija del Gigante Helado y otras Historias«), a las ciudades civilizadas del sur, en este caso Brythunia, donde Conan se inicia como ladrón y deja muestras de esa astucia y agilidad mental que caracterizan al personaje de REH (y se le niega en el cine, en la versión Schwazenegger) , o la introducción de un nuevo personaje de concepción genial: Janissa la Enviudadora, cuyo nombre en castellano tal vez no transmita igual fuerza que el original (WidowMaker), que Busiek tal vez concibió como sustituta de Red Sonja en esta nueva etapa (nadie puede sustraerse al pasado).  Pero, sobre todo, una adaptación más fiel del relato original de Howard «El dios del cuenco«, manteniendo y ampliando los caracteres originales.  Y la introducción en la serie de Thot-Amón.

El volumen incluye los números 0 (presentación), 7 (parte final), y del 9 al 14, donde transcurre la historia en Nemedia, y se narra su traslado a Corinthia.  No hay un salto de continuidad, pues el 8 pertenece a la juventud de Conan, que Busiek fue introduciendo cada ciertos números, recopilada más tarde también, en ese volumen magnífico, que ya hemos comentado, «Nacido en el campo de Batalla«.

La dicho, un volumen que no debe faltar en la biblioteca del buen aficionado, en formato novela gráfica de lujo.