PRÍNCIPE VALIENTE. 1937. Sinopsis y viñeta.

Aprovechando que Planeta DeAgostini inicia la publicación de la obra Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo en volúmenes anuales, quisiera compartir con vosotros la admiración que siempre he sentido por el trabajo de Hal Foster, seleccionando una sola viñeta de cada año que me haya llamado especialmente la atención; trabajo arduo, sin duda, debido a la gran cantidad de ilustraciones magnífica que es posible encontrar en 52 páginas de este autor, cada una de las cuales es una pequeña obra maestra en sí misma, por la enorme calidad y trabajo artesano que contiene, como podréis comprobar.  Trabajo fácil también, porque, elija la que elija, tendré la certeza de haber acertado y contar con vuestra aprobación.

Sinopsis de la historia.  1937: «¿Quién es ese joven audaz que captura guerreros armados y mata monstruos?» (El Rey Arturo)

Durante este año Foster narró el inicio de las aventuras del Príncipe Valiente, hijo de Aguar, rey de la legendaria Thule, en Noruega, quien, acosado por sus enemigos, se ve obligado a huir con su familia hacia el mar, donde embarcan hasta las costas lejanas de Bretaña.  Tras un primer enfrentamiento con los semi-salvajes bretones, negocian con éstos la cesión de unos terrenos en la zona pantanosa de Fens, en el golfo de Wash.  Aún niño, Val inicia su formación como guerrero, aprende el uso del arco y otras armas, y desarrolla su ingenio y valor adentrándose en los pantanos en compañía de un chico bretón.  Un día, la bruja Horrit le predice un gran dolor; pero también un futuro junto a caballeros de armaduras relucientes, castillos y brillantes ejércitos; batallas, junto a un gran rey y su reina; viajes por el mundo, donde se enfrentará al unicornio, al dragón y al grifo, y a hombres con piel negra o amarilla… Cuando regresa al fuerte, días después, encontrará que su madre ha muerto.  Un año más tarde parte en busca del futuro predicho, con el beneplácito de Aguar.

Tras aprender la lucha con cayados y conocer a Sir Lancelot,  a quien querrá parecerse, doma unos caballos y se fabrica su propia armadura con cuero, dispuesto a convertirse en caballero.  En el camino encuentra a Sir Gawain, miembro de la mesa redonda, con quien comparte comida, derrota a otro caballero ladrón y, gracias al joven, vencen juntos al monstruoso dragón que amenaza a un pueblo.  Al llegar a Camelot, Gawain propicia que el Rey Arturo se fije en él y lo conozca, y entra al servicio del caballero como su escudero.  Juntos participarán en una aventura donde serán raptados por el Conde Baldón y Sir Gawain resulta herido, siendo el ingenio de Val quien propicia la huida.  Arturo interrumpe el torneo y parte con sus caballeros a luchar contra el conde desleal.

Cuando Iléne, una hermosa joven llega a Camelot solicitando ayuda y reparación para la afrenta sufrida en el castillo de sus padres, capturados por un Ogro, en la fortaleza sólo queda un caballero: Gawain, convaleciente de sus heridas, pero dispuesto a atender la petición.  En el camino son asaltados por el Caballero Rojo, por lo que, abierta la herida de su mentor, deberá ser Val quien lo derrote.  Después deja a Gawain e Iléne con un ermitaño, y el Príncipe Valiente se encamina sólo al castillo del ogro.  El año acaba apenas iniciado este enfrentamiento.

Nota curiosa:  Para derrotar al ogro con sus propias armas, Val se fabrica una máscara con la piel de un ave.  Años más tarde, Jack Kirby se basaría en ese diseño para crear su personaje el Demonio Etrigan, para DC comics, en homenaje a Hal Foster.

La Viñeta: El Torneo de la Reina de Diamantes.

Son muchas las viñetas de 1937 que podría haber elegido para comentar: la llegada a Camelot (plancha 19), el regreso triunfal de Arturo sobre los hombres del Norte (p. 23, que contiene también un hermoso picado desde las murallas de Camelot)… pero entre todas, por su grandiosidad y composición magna, me quedo con la del Torneo que encabeza la p. 38, de 30 de Octubre, y se reproduce al comienzo del artículo.  Observadla bien (picad sobre ella, para ampliarla en pestaña aparte).

Su estructura está pensada para destacar Camelot, fortaleza magnífica, que resalta a primera vista, al fondo, en el centro de la viñeta; y utiliza las diagonales para definir los diferentes planos de profundidad, repletos de detalles, personas y movimiento.  Así, en un primer nivel, en su ángulo inferior derecho, encontramos el motivo principal que se nos narra: la llegada de Valiente y Gawain herido, tras su huida de la trampa de Baldon, presentándose a caballo ante el pabellón real, donde un rey Arturo majestuoso (observad su porte sereno) detiene el torneo y centra su atención en los recién llegados, ante la reacciones diversas de quienes le rodean, unas aún centradas en el torneo, otras -especialmente mujeres- comentando entre ellas la inesperada presencia; o los caballeros a pie de terreno, que se acercan preocupados para ayudar a su compañero.  Un segundo nivel viene definido por la propia esencia del torneo, el enfrentamiento de dos contendientes, frenando en seco el galope sus caballos ante la interrupción del paje o senescal que interpone una bandera ante ellos, mientras otro permanece atento a las órdenes del rey.  Una tercera línea de detalle, centrada casi en horizontal para divergir en profundidad, nos ofrece la multitud de personas que asisten a la justa, espectadores o participantes, a caballo, en pie, o sentadas en el suelo; en una ampliación superior (las guardas del volumen) pueden contarse hasta 100 figuras o cabezas en este plano, sin considerar animales; ninguna de las cuales resulta igual a otra ni permanece estática, todas en postura diferenciada y natural, atentas a cuanto sucede, entablando conversaciones, o intentando controlar esa montura que se ha encabritado de pronto.  Tras ellas, las tiendas y pabellones de los caballeros, con pendones coloridos ondeando al viento, y el bosque de árboles que precede a la fortaleza.  Hasta cinco o seis niveles de profundidad pueden encontrarse en sus murallas escalonadas, conteniendo cada una de ellas construcciones enormes en su interior, hasta alcanzar la estructura central de cúpula dorada, supuesta residencia de Arturo y la Mesa Redonda.  Y aún más allá, las nubes; también en movimiento, sugerido por sus formas y alguna línea cinética que las acompaña.

Todo es movimiento en esta composición magnífica, increíble de realizar hoy día -salvo excepciones- y posible sólo gracias a utilizar unas planchas enormes como base (la ilustración ocupa media página), que puede ayudar a concebir la ingente labor artesana de su autor.  Un movimiento, además, natural y en nada forzado, de gestos y posturas serenas y espontáneas, fruto del dominio increíble que poseía sobre la figura humana y el paisaje.  Naturalismos y detalle, en base a líneas y sombras de contrastes suaves, sin apenas manchas, muy trabajadas.

Así era Hal Foster, el maestro: pura poesía en imágenes (y si una simple viñeta da para tanto, imaginad cuánto se consigue disfrutar contemplando todo un volumen, o la totalidad de su obra).

¡¡Larga vida al Príncipe Valiente y su creador!!, allá en el cielo de los cómics, o donde hoy se encuentre.

PRÍNCIPE VALIENTE, de Planeta. ¿Edición definitiva?

Como continuación-ampliación de la entrada anterior, pero ya con el primer volumen de la edición de Planeta en la mano, comento mis impresiones sobre la misma, en comparación a otras anteriores en español (*).

Aunque han existido otras, las más populares han sido:

  • 1972. Burulan. 96 fascículos recopilados en 8 tomos.  Contiene sólo la Época de Harold Foster.  Reeditados posteriormente en formato álbum de 48 páginas (tipo Blueberry o Asterix), a un tamaño de 318 x 235 mm.  Edición nostálgica, supervisada por Luis Gasca, pero poco respetuosa con el original, dado que faltan planchas, no publica «El Castillo Medieval», y con páginas remontadas.  El color, bastante desafortunado a veces, no sigue las pautas del original.  Se puede conseguir por internet a un precio entre 500 y 600 €.

  • 1988. Ediciones B, Edición Histórica. 91 fascículos de 32 páginas, recopilados más tarde en 15 volúmenes (3-4 años cada uno).  Contiene las planchas de 1937 a 1992, por lo que incluye también parte del trabajo de John Cullen Murphy.  Tamaño: 300 x 210 mm.  Mucho más respetuosa con las planchas originales que la anterior, utiliza un coloreado variable, comenzando con Fantagraphic, pasando por la edición francesa de Zenda (en peor papel que ésta) y terminando con otro personalizado de Marta Cardona; en todo caso, no se disfruta del trazo base a tinta, demasiado oculto por el color.  Artículos de Javier Coma, y comentarios de Víctor Baringo.  La colección de 15 tomos puede adquirirse aún, por unos 300 euros.

  • 2006.  Edición de Manuel Caldas. Edición en castellano de una excelente restauración artesana, en blanco y negro, realizada en persona y con enorme pasión por el portugués Manuel Caldas, uno de los mayores conocedores y expertos mundiales en Foster y Val (nombre del fanzine que comenzó a publicar en 1998; recopilado después  en libro).  La edición española dispone de la traducción de Rafa Marín, quien vuelca en ella todo el cariño que profesa al personaje; también publica un artículo en cada uno de los 6 tomos editados hasta el momento (de los 22 previstos).  Cada volumen contiene 2 años de planchas en gran tamaño: 350 x 270 mm, y contiene numerosa documentación adicional.   La calidad del trabajo realizado hace que la obra de Caldas sea considerada por muchos la mejor edición mundial de la obra de Foster; eso sí, en glorioso blanco y negro.  Los volúmenes se pueden adquirir en la página web del autor, al precio de 25 € c/u,, aunque los dos primeros se encuentran agotados.

  • 2006. Planeta DeAgostini, Biblioteca Grandes del Cómic. 26 tomos, conteniendo cada uno dos años de la serie, hasta 1981 (los últimos seis tomos, por J.C. Murphy).  Tamaño inferior a los anteriores, 293 x 205 mm.  En sus primeros 3 tomos utiliza un colorido preciosista, obra de Adolfo García, si bien oscurece en exceso la tinta de H. Foster, que queda perdido tras él; a partir del 4º volumen pasan al de Fantagraphic Books, basado en los originales de prensa, que luce muy bien gracias a la calidad del papel, aunque continúa matando un tanto el pincel de su autor.  Artículo de Antoni Guiral, y comentarios de José M. Pallarés.  Hasta entonces, la mejor edición de la obra en castellano. Los 26 volúmenes se pueden adquirir por un precio inferior a los 200 €.

Una comparativa del trabajo de Foster entre ambas ediciones de 2006 puede obtenerse ampliando ambas páginas, picando aquí, y aquí.

  • 2011.  Planeta DeAgostini, Edición Coleccionista 1937-2011.  Es la que acaba de aparecer en el mercado.  Prevista en 75 tomos semanales, conteniendo cada uno las planchas de un año completo de la serie, desde sus orígenes al actual, al precio de 7,99 € c/u.  A excepción de la edición de Caldas, su tamaño es el mayor de cuantos se han publicado hasta el momento: 318 x 235 mm., en papel de cierta calidad, no brillante, y utilizando un colorido resmasterizado viñeta a viñeta basado en el original de su publicación en prensa (el de la edición alemana de Bocola Verlag, considerado por muchos el mejor conseguido hasta el momento).  Y aunque mantiene la traducción anterior de Jose Mª Pallarés (correcta, aunque suene raro eso de Espada Cantarina en vez de la Espada Cantante de siempre; ¿y Espada Cantora?), en esta ocasión utiliza una rotulación diferente, semejante también (aunque no manual) a la original.
  • Por lo observado en el único tomo publicado hasta el momento, el efecto final conseguido resulta bastante más atractivo que otros previos, pues la utilización de tonos pastel en los colores, similares a los iniciales, le confiere una transparencia en los mismos que facilita la apreciación y disfrute de las líneas bases de tinta y el genial trabajo a pincel de su creador.  Obsérvese si no la misma imagen de llegada a Camelot, comparada con las utilizadas antes para ediciones anteriores (cada una se abre en pestaña separada al picar sobre ellas, lo que facilita su visión):

Todo parece indicar, por tanto, que la editorial intenta mejorarse a sí misma en cada edición, acercándose al gusto y preferencias de los aficionados y seguidores de la obra.  La de Planeta no va a ser la edición definitiva de Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo en España (aún queda mucha obra, técnica y tiempo, por delante).  Hoy día, nada es definitivo.  Pero, por el momento y lo visto, me parece la más digna de llevar ese adjetivo de cuantas se han realizado, en color, hasta ahora; por supuesto, la más completa.

Quien no la conozca o la tenga, que no dude en hacerse con ella (siempre se puede cortar tras la época de Foster, aunque la actual de Gianni/Schultz -más cercana al Fantasy- recobra un nuevo interés).  Los admiradores de la obra, y coleccionistas, seguro que consideran éste un buen momento para disfrutar de nuevo con la magia ilustrada de sus aventuras.

(*) Si quereis disfrutar de un trabajo mucho más amplio sobre las ediciones del Príncipe Valiente, os recomiendo el realizado por Mariano Bayona Estradera, que podeis encontrar en http://princevaliant.260mb.com/

PRÍNCIPE VALIENTE, de Harold R. Foster.

No puedo dejar de hacerme eco de la nueva edición de Planeta de Agostini de Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo, la obra épica (por contenido y en sí misma) del maestro Harold Foster.

Son varias las ediciones que Príncipe Valiente ha tenido en España, desde aquella mítica de BuruLan, de 1972, y volví a disfrutar con la de Tebeos S.A.Ediciones B en 1988, que, fascículo a fascículo, alcanzó a mostrarnos la época de John Cullen Murphy (sin comparación posible a la de Foster), si bien la intensidad del color maltrataba el genial trazo a pincel de su autor.  Desde hace años, en los foros de aficionados se comenta la necesidad de disponer de una edición digna de esta obra (para muchos, la obra maestra de los cómics).  Hace años, también, se oye la posibilidad de que Planeta de Agostini realice tal edición, pero no llegaba (en 2006 presentó una colección de tomos reducidos y nuevo color, de calidad, pero demasiado intenso aún para que destacase la tinta).   Sin embargo, existe una edición de Manuel Caldas, con traducción de Rafael Marín, (editorial Libros de Papel) que recomiendo a quien de verdad desee disfrutarlo.  Casi con toda seguridad, se trata de la mejor reproducción de la obra de Foster realizada hasta el momento; aunque exenta de color, «en glorioso blanco y negro».

PV 213, de Manuel Caldas. Picar sobre la imagen para acceder, y disfrutar a tamaño original.

¿Ha llegado el momento de una edición digna en color?.  Podría ser.  Eso, al menos, es lo que nos propone Planeta con esta colección, que califica de «definitiva«, en el 75 aniversario de publicación de la primera plancha de la serie (13 de Febrero de 1937).

La propuesta que se nos hace con esta colección parece atractiva: una edición integral de la obra desde su primera página hasta el presente; 75 tomos (aunque no a tamaño , uno por cada año, incluyendo hasta la plancha del 25-12-2011.  Toda la obra de su creador, Harold Foster (hasta 1970, aunque siguió realizando guiones y bocetos hasta 1979), y sus continuadores John Cullen Murphy y Gary Gianni (desde 2004, con guiones de Mark Schutlz, una época más atractiva y fantástica que la de Murphy).  Y, sobre todo, un color restaurado viñeta a viñeta a partir del original, mucho más luminoso y transparente, respetuoso con el dibujo base a tinta, y que permite disfrutar del mismo; al menos, eso parece a primera vista.  Hay una muestra de varias páginas del primer tomo aquí.

De confirmarse (aún no he podido comprobarlo realmente, papel en mano, y desconozco el origen de su realización -podría ser la edición alemana de Bocola-, pero todo parece indicarlo así), la propuesta es grandiosa -tanto como la obra de Foster-, y altamente recomendable para todo aquel que no disponga de la misma, o desee disfrutarla de nuevo en una edición digna.  Hace ya 30 años, en mis inicios, escribí en prensa un artículo (que aún conservo) titulado La Poética del Cómic, donde utilizaba Príncipe Valiente como ejemplo principal de mi exposición.  Ya en aquella época, la obra de Foster fue para mí obra maestra, de culto, y no he cambiado de opinión desde entonces.  El trazo maestro de su pincel a tinta; sus sombras, como grabados; su recreación de una edad media polifacética; el dominio maestro de la figura humana; la grandiosidad y realismo de escenas, construcciones y paisajes; su exquisita composición de viñetas y encuadres únicos; la profundidad de unos planos extensos, donde introduce numerosos personajes en movimiento, como extras de una gran producción cinematográfica; pero, sobre todo, la humanidad, fantasía e ingenio de sus historias que -junto a unas imágenes hermosas- convierten la narración en poesía a los ojos del lector, hacen de Príncipe Valiente en los días del Rey Arturo la mejor muestra y exponente del (nunca como aquí) bien llamado noveno arte.

PV 301, en edición de Manuel Caldas. Pinchar sobre la imagen para ver a tamaño original

En todo caso, el éxito de la obra no es tanto fruto del virtuosismo (que también) como de su labor artesana.  Foster fue, ante todo, un trabajador, un verdadero artesano del dibujo (se cuenta que dedicaba más de 50 horas para realizar una página semanal), basado en una extensa documentación que otorga a su obra un realismo mágico al tiempo que detallismo preciosista; algo que puede apreciarse en el más mínimo detalle que compone cada uno de los aspectos de sus viñetas, verdaderas ilustraciones semejantes a grabados de Durero, mucho más que simples dibujos de historietas; anatomía, vestimentas, armas, paisajes, arquitectura… el más simple detalle de los infinitos que adornan cada una de sus viñetas son fiel reflejo de la época que narra, una Edad Media ecléctica y amplia, a veces demasiado variable en el tiempo.

Fue, además, el precursor del cómic adulto.  No sólo a partir de un dibujo naturalista (ya utilizado antes en su adaptación al cómic de la obra de Burroughs, Tarzán de los Monos), que rompía con la tradición caricaturesca de los cartoons, sino introduciendo unos guiones sólidos, basados también en el realismo, que huían del característico estilo satírico habitual por entonces; y protagonistas muy humanos, dotados de vida real dentro de una fantasía medieval, pero también de problemas corrientes, incluso demasiados actualizados para su época.  Personajes cercanos, tanto al autor como al lector.

El éxito de la serie fue inmediato; tanto que su estela se mantiene, aún hoy, inalterable en las páginas dominicales de prensa del King Features Sindicate.  La influencia de Foster, inmensa; tanto en autores como en personajes (sin ir más lejos, nuestro Capitán Trueno, entre muchos otros).  La presencia del personaje, eterna; en diversos medios y adaptaciones, la más conocida de todas esa versión en cine dirigida por Henry Hathaway en 1954, con Robert Vagner dando vida a Val.

Reproducción del poster belga de la película de 1954. ¿No os recuerda su estética a la de los cuadernillos del Capitán Trueno?

Se podría hablar mucho sobre Príncipe Valiente y Hal Foster.  Pero sería para repetir de nuevo que para muchos siguen -y seguirán- siendo la obra maestra del cómic, y su inolvidable autor.  Así lo pienso.  Así lo pensamos muchos; y somos legión.

LA CHICA MECÁNICA, una Distopía de Paolo Bacigalupi.

Tras un tiempo de retiro voluntario de obras de Ciencia Ficción, para la lectura de este verano dudaba entre elegir una novela de aquellos maestros clásicos de tan grato recuerdo en su día (Asimov, Bradbury, Clark, Dick, Anderson, Aldiss, Pohl, Heinlein, Lessing, Wyndham… una lista enorme), o alguien de nuevo cuño, desconocido (pero premiado), que me abriese nuevas puertas de conocimiento.  Alguien decidió por mí, cuando me recomendó La Chica Mecánica, de Bacigalupi, novela premiada como pocas últimamente, de estilo cercano (nada de space-opera o mundos lejanos) y sugerente, con un cierto ambiente y personajes a lo Blade Runner, obra de culto personal… (ver más sobre autor y premios en la entrada previa de hace un mes).

¿Ha sido una buena elección?  Aún no lo sé.  Pero no me arrepiento de su lectura.

De lo que sí estoy seguro es que La Chica Mecánica no es -como indicaba entonces- uno de esos libros para el verano, lectura agradable con la que pasar un buen rato en vacaciones.  Se trata de una Distopía, término acuñado por John Stuart Mill (filósofo, político, y uno de los padres de la economía) en el siglo XIX en contraposición al de Utopía, para definir una sociedad ficticia -normalmente en un futuro cercano- opuesta a la ideal, donde la manipulación del hombre conduce al totalitarismo y control sobre los individuos en aras a un pretendido bien común; un concepto ya utilizado en la (ciencia) ficción por Orwell (1984), Huxley (Un Mundo Feliz), Pohl (Mercaderes del Espacio), o Bradbury (Farenheit 451), entre otros.

El futuro que plantea Bacigalupi (un siglo XXII tremendamente cercano) es aterrador, por lo identificable que resulta con una plausible evolución del nuestro (ninguno lo viviremos, pero sí nuestros descendientes; y no lejanos).  Un mundo donde el combustible fósil se ha agotado prácticamente sin disponer de energías alternativas, como la solar o eólica (un fallo de planteamiento, quizás), y se vive un retroceso tecnológico; al igual que se han extinguido especies animales y agotado los recursos alimenticios básicos, sustituidos ahora por semillas transgénicas, origen a su vez de nuevas plagas para las que el organismo humano no está preparado; donde los regímenes políticos han cambiado (el imperio americano caído, la unión europea dispersa -¿ha estado alguna vez unida de verdad?-), y son las grandes multinacionales genéticas y bio-alimentarias las que dominan el mundo (igual que «el mercado» condiciona la política actual…).

En ese entorno de retroceso industrial, rascacielos inservibles y en ruinas, recursos reinventados (ordenadores a pedales, motores de muelles percutores, ventiladores a cuerda, luz de gas…), y neoseres, criaturas creadas mediante ingeniería genética (gatos chessire que se volatilizan en el aire, como en el país de las maravillas; grandes mamuts, recreados como fuente de tracción mecánica «a sangre») Thailandia es un reducto agrícola que resiste frente al poder exterior.  Poseedora de reservas ecológicas propias, semillas no mutadas ni infectas, codiciadas por las grandes multinacionales farangs (extranjeros, occidentales), que mantiene espías camuflados de directores de fábricas o embajadores para conseguirlas, ofreciendo a cambio avances tecnológicos o cuanto sea necesario (la reunión de farangs en un garito en ruinas rebautizado «Sir Francis Drake», bebiendo whisky sin hielo, con trajes de lino blanco, es toda una imagen que rememora la época colonial de principios de siglo pasado). Thailandia, una monarquía vigilada regentada por la reina-niña, con dos ministerios principales, ambos al mando de generales enfrentados entre sí: el de Medio Ambiente con sus camisas blancas, fuerza policial creada para preservar su independencia ecológica, y el de Comercio, partidario de la integración con la tecnología farang, partícipes ambos en un juego de lealtades enfrentadas, sobornos comunes, y espías mutuos; un país empobrecido, al borde del enfrentamiento civil, y la amenaza siempre de un nuevo golpe militar (alentado, como no, por las multinacionales).

En ese entorno, también, deambulan los personajes: creaciones de todo tipo, origen y entorno social.  Anderson Lake, directivo de AgriGen, que peina los mercados y calles en busca de nuevas semillas, hasta que encuentra a Emiko; Hock Seng, el tarjeta amarilla a su servicio, antiguo pirata y traficante chino, que busca la forma de recuperar su viejo estatus; Jaidee, capitán de los camisas blancas, luchador idealista por la independencia de su país, que defiende hasta el extremo, incluso por encima de su familia; o Kanya, su segunda al mando, siempre seria y circunspecta por un conflicto de lealtades que mantiene desde su niñez; Carlyle, el traficante farang; o los generales Akkarat y Pracha en los ministerios… Y Emiko, la heechy-keechy, la chica-mecánica, neoser biogenético creado por los japoneses como chica de compañía de alto standing, abandonada después en Thailandia cuando su billete de vuelta resulta más caro que adquirir una nueva.  Sin papeles en un país que niega los avances tecno-genéticos, y condicionada en origen para obedecer y servir, se ve obligada desde entonces a dar placer y diversión exótica en un tugurio, mientras sueña con esa ciudad en la selva donde otros neoseres como ella viven libres…  Será Emiko, llevada a límites extremos en su humanidad recreada, quien desencadene los acontecimientos que otros aprovechan para romper el difícil equilibrio de intereses que mantiene estable la situación del país…  Pero mientras ocurre, su tristeza infinita queda reflejada en esta secuencia de vídeo dirigido por Guillermo del Toro:

La Chica Mecánica (The Windup Girl) es una novela extraña.  Como antes digo, podría no ser la mejor lectura para unas vacaciones de verano, pero no me arrepiento de haberla escogido; ahora, rememorando para esta reseña su historia y los sentimientos, agradezco a Mónica su recomendación.

Bacigalupi utiliza un estilo de lectura fácil, lineal, cómodo para el lector; típico de un Best Seller. Quizás al comienzo, mientras te sitúas y haces con los personajes, resulta lento y un tanto confuso (tampoco ayuda la narración en tercera persona del presente, que contribuye poco a meterte en situación); después todo fluye, sin contrastes ni apenas flashbacks al pasado, sin intrigas profundas ni misterios que desentrañar (más allá de Gi Bu Sen); sólo el desarrollo secuencial de una historia a través del punto de vista de sus protagonistas, hasta el desenlace final. No se trata, pues, de una obra brillante, de esas que dejan una sensación placentera y alta satisfacción tras su lectura (no es El Nombre del Viento, de Rothfuss, para entendernos; ni Blade Runner [Sueñan los androides… de P.K. Dick], con quien tendría líneas en común), pero contiene algo que tampoco deja indiferente.  Quizás esa sensación de normalidad en un mundo post-apocalíptico y transmutado como el que describe; o puede que esos sentimientos intensos generados por una chica sin alma...

Así las cosas, La Chica Mecánica ¿se hace acreedora a tantos premios como ha obtenido?

No me considero ahora experto en el tema, ni he leído -por ejemplo- The City & The City, de China Meiville, con quien comparte el Hugo.  Pero si alguien me preguntara si recomiendo su lectura, diría que sí.

Que juzgue por sí mismo.  Será siempre la mejor opinión.

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO – Calendario 2012 JOHN PICACIO

Bueno, pues aquí está el Calendario 2012, obra de John Picacio.  Acaba de llegarme, vía Amazon Uk, y lo estoy disfrutando.  Y aunque las imágenes ya se encuentran por internet, quiero compartirlas con vosotros, en una visión de conjunto de las mismas.  Eso no significa que no os recomiende haceros con él, para disfrutar al completo y con detalle de sus ilustraciones, y su visión magnífica de los personajes:

Las ilustraciones, en orden de reproducción, corresponden a:

  • Jon Nieve y Fantasma, de la Guardia de la Noche, con El Muro al fondo.
  • Daenerys Targaryen, majestuosa sobre Plata, Reina de dragones en el exilio.
  • Robb Stark, el joven lobo, Rey en el Norte.
  • Arya Stark, con Aguja, en una de sus interpretaciones más logradas (¡que mirada y gesto expresivos!)
  • Tyrion Lannister en la Batalla de Aguasnegras; más león que nunca con esa extraña barba larga.
  • Melisandre, la Sacerdotisa Roja, hermosa y sensual; peligrosa.
  • Jaime Lannister, el Matarreyes, a caballo.  El calendario reproduce su imagen a doble página.
  • La Montaña vs. La Vívora Roja. Gregor Clegane y Oberyn Martell, enfrentados en duelo personal.
  • Sansa Stark, impresionada ante el rostro deforme de El Perro.
  • Fantasmagórica imagen de Los Otros, acechando más allá de El Muro.
  • Lord Eddard Stark, señor de Invernalia, con Hielo.  Serenidad y nobleza en el Bosque de los antiguos dioses.
  • Bran Stark, sin miedo a las alturas, reclama su visión.

John Picacio es un excelente ilustrador, especializado en temas de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror; y, como podéis comprobar, una magnífica elección para la confección de este Calendario.  La fuerza de su hiperrealismo se adapta a la perfección a la historia de G.R.R. Martin, y personalmente me maravilla la gran expresividad que confiere a los rostros de sus personajes, donde consigue captar y transmitirnos su personalidad.   Galardonado con numerosos premios (Locus, Chesley, Horror Guild) y múltiples nominaciones (seis años seguidos al Hugo, como Mejor Artista Profesional, entre otros), sus ilustraciones adornan las portadas de prácticamente todas las editoriales importantes, y son recogidas en la selección anual de «Lo mejor del Arte Fantástico Contemporáneo».  Además de esta visión personal de Canción de Hielo y Fuego, en temas de Fantasía Heroica destaca su elección para ilustrar las portadas e interior de la nueva edición de libros de Elric de Melniboné, por Del Rey.

Podeis disfrutar de más ilustraciones en su sitio web: www.johnpicacio.com