WEIRD TALES DE LHORK 36, ya disponible

WT LHORK

Desde ayer se encuentra disponible en formato digital el nº 36 de la revista más longeva del panorama fantástico español: Wheird Tales de Lhork, que edita el Círculo de Lhork.

En esta ocasión, incluye una impresionante portada del dibujante de moda, José Baixauli, y un interesante contenido, que reproducimos a continuación:

WT LHORK 36

SUMARIO
Editorial
Bárbaros y hecheros hispanos: la espada y brujería en los bolsilibros pulp. Eugenio Fraile La Ossa
Espadas en la frontera. Eugenio Fraile La Ossa
El Conde de Saint Germain. ¿Estafador, vividor o iluminado inmortal? José Francisco Sastre García
El Aterrador Tacto de la Muerte. Robert E. Howard
Fantasmas del mar.  José Francisco Sastre García
Dos metros de tierra flamenca. Antonio Villegas González
Hammer films: fascinados por los vampiros. David Bardisa
Harry Potter: Magia para todas las edades (2ª parte).  Eva Sastre García
Kirowan y Conrad: detectives de lo oculto. Javier Jiménez 
“Delirio” Premio Ignotus 2013 a la mejor revistaEugenio Fraile La Ossa
Libros recomendados y novedades editoriales. Eugenio Fraile La Ossa
Podéis descargarla, en formato PDF, en la página del Círculo de Lhork, o pulsando directamente sobre la imagen de portada.

UMBERTO ECO: Historia de las Tierras y los Lugares Legendarios

Ficha ECO HTLL

Leer a Umberto Eco es siempre un placer.  Tanto en su faceta de novelista (El Nombre de la Rosa, El péndulo de Foucault, El Cementerio de Praga…) como en su papel de ensayista sobre temas diversos, entre los que prefiero aquellos relacionados con la comunicación y cultura popular, de la que él se declara admirador ferviente (Apocalípticos e Integrados, El Signo de los Tres: Dupin Holmes, Pierce…); o, como en este caso, los sitios donde transcurren las leyendas más importantes de la humanidad.

En Historia de la tierra y los lugares legendarios, Eco nos propone un recorrido por los principales mitos y leyendas soñados e imaginados por el hombre, desde el principio de los tiempos hasta la época moderna; pero sin detenerse en ellos, en sus historias (que las recuerda), sino en los sitios y lugares que los albergaron y generaron quimeras, utopías o ilusiones, porque mucha gente ha creído realmente que existen o han existido en alguna parte.  Desde las tierras de Homero, la Biblia, o las Antípodas; Atlántida, Lemuria y Mu; Última Thule o Hiperbórea; Utopía y Jauja; la Tierra Hueca del interior o el mito de los Polos y Agartha; hasta Carcasona o Rennes-le-Château, Shangri-La, Xanadú o el Aleph de su admirado Borges, sólo por destacar algunos ejemplos.  Tanto tierras imaginadas que nunca existieron (o no se encontraron) pero que pudieron ser, como lugares reales que, por imaginación o interés, entraron en la leyenda.

Antípodas

Las antípodas,  según Cosmas Indicopleustes

El Último sueño de Arturo

El Último sueño de Arturo, de Sir E. Burne_Jones

Y es que la ilusión, la quimera o el mito, la posibilidad de un más allá distinto a lo conocido es algo inherente al hombre, más allá de la época que le haya tocado vivir; y su búsqueda, su percepción o descubrimiento, su conquista y posesión, uno de los resortes que ha movido -y mueve- al mundo a avanzar.  Y el enfoque de esas tierras y lugares entonces soñadas ha sido muy dispar: desde la creación poética como exaltación del hombre, a la parábola para ilustrar; del esoterismo, religión u ocultismo, para explicar lo desconocido y crear doctrinas, al interés económico e imperialista; desde el afán por conocer, a la imaginación de soñar nuevos mundos, ya sean infiernos o paraísos…  Y todo ello compendia en este volumen Umberto Eco.

Y al hacerlo, junto a su descripción y recuerdo, el escritor italiano acompaña cada capítulo de una recopilación de textos originales donde se crea o analiza esa tierra o lugar mítico; una colección extensa de lecturas y escritos tan dispares como los de Platón o Aristóteles, Marco Polo, Dante o San Agustín; Julio Verne, Tomás Moro, Colón, Nietzsche, Burroughs o De Camp; Mdme.Blavastky, Chrétien de Troyes, Stephen Hawking, Bram Stoker, o los Hermanos Grimm… Más de un centenar de autores que concurren unidos en esta verdadera antología de textos sobre tierras soñadas.

Piri Reis

Mapa del almirante Piri Reis,                        1513

Thule

Thule, en Carta Marina de Olaus Magnus,            1539

 

          Pero si, con lo dicho, alguien imaginase un volumen insoportable, difícil de digerir, nada más alejado de la realidad: la obra resulta amena y muy ligera, de lectura amable; no ya por la prosa ágil de su autor, sino por una profusión de ilustraciones magníficas y a todo color que la acompañan: imágenes, pinturas y grabados de consagrados artistas de todas las épocas que compartieron su visión de aquellos lugares y situaciones en épocas remotas; y carteles, portadas o interiores de revistas pulps, viñetas de cómics y fotogramas de películas que las recrearon, en épocas más recientes.  Mención aparte, y a destacar, merecen los mapas y cartografías incluidos. Mapamundis en todas sus concepciones, desde tierra plana o en T, con el río que circunda la tierra, a la visión del cosmos rectangular o el mundo como un tabernáculo. Cartas náuticas imaginarias, que intentan reproducir con base científica continentes o islas jamás encontrados, Atlántida Mu (Athanasius Kircher, 1664; James Churchwar, 1931), Taprobana (Tommaso Porcacchi, 1590), Última Thule (Olaus Magnus, 1539), o el imperio del Preste Juan (Abraham Ortelius, 1564).  También realistas, aunque plagados de monstruos marinos de toda índole surcando los mares; y otros, como los del almirante turco Piri Reis, en 1513, de precisión imposible para los medios de aquella época…  Sin nombrar numerosas aportaciones sobre teorías pseudo-científicas del mundo interior, las Tierra Hueca, Shambhala o el reino perdido de Agartha (que también buscaron los nazis, como tantos otros conceptos legendarios).

Agharta

Agharta, según Raymond W. Bernard

La Historia de las Tierras y los Lugares Legendarios de Umberto Eco, es uno de esos libros que no te gustaría ver en e-book, porque no merece la pena; y aunque se viera, no lo recomiendo, porque nunca podrás disfrutarlo con suficiente intensidad en ese formato (del que también soy usuario). Sin embargo, la edición impecable que publica Lumen (libro grande y pesado, con papel de calidad y tapa dura forrada en tela), constituye una pequeña joya en sí misma, el regalo perfecto para todo amante del libro clásico.  Porque si, como obra propia, quizás resulta la más liviana, el texto menos profundo del autor italiano, el resultado completo obtenido, su compilación con los documentos originales, las imágenes que lo acompañan e ilustran en plan enciclopedia, le otorgan un valor muy superior al inicial, un regalo de lujo para la biblioteca de todo buen aficionado (lo digo por propia experiencia).

Atlántida y Mu

Mapa de James Churchward,
en The Children of Mu, 1931

 

EL DIOS GRIS PASA, de R.E.H. adaptado por Petri Hiltunen

Ficha EL Crepúsculos del Dios Gris

Corre el año 1014. En Irlanda, las tribus celtas unidas bajo el mando del rey Brian Boru se enfrentan a los invasores vikingos ante los muros de Dublín. Hasta allí llega Conn, un guerrero y hombre del rey que ha sido esclavo, a tiempo para unirse a la batalla y buscar venganza. Pero según describe Robert E. Howard en el relato «El Dios Gris Pasa«, en la llanura de Clontarf no solo se enfrentaron celtas y nórdicos, sino el nuevo dios Blanco de los cristianos, y Odín, el dios Gris pagano de los hombres del Norte; y en el magistral relato que compone el tejano intervienen reyes, príncipes guerreros, héroes, saqueadores, razas antiguas y valquirias, que sobrevuelan el campo de batalla y recogen a sus caídos.  Y sobre ellos, el viejo Dios Gris pasa…

En El Crepúsculo de Dios Gris, Haltunen adapta con fidelidad el relato de Howard. Pero no sólo eso: sus imágenes recrean con todo detalle construcciones, vestimenta y armas de la época, que fueron investigadas a conciencia por el autor para alcanzar el máximo rigor histórico, como suele hacer en sus obras, como el estudio previo de abajo, para su adaptación de la Anábasis (La Marcha de los diez mil) de Jenofonte.

Hiltunen Annábasis

Petri Haltunen es un prolífico autor finés (con pinta de vikingo heavy), poco conocido en nuestro país, pero al que le va lo épico. En más de 20 años ha dibujado numerosas novelas gráficas, e ilustrado libros de este género, como Conan, Tarzán, o Canción de Hielo y Fuego (podéis verlos en su página, pulsando aquí).  En su dibujo, extremadamente detallista, hasta el límite de dibujar una a una las argollas de una cota de malla, abundan las viñetas cargadas de personajes.  En la obra que nos ocupa, por ejemplo, es impresionante su recreación histórica de la batalla de Clontarf, que llega a ocupar casi la mitad de las páginas.

Hiltunen Batalla Clontarf

Hiltunen LRCN 1

Aunque su anatomía no resalte el realismo (a mí no terminan de agradarme sus rostros), sus composiciones detalladas y sombreado de trazo fino resultan impactantes. Entre sus adaptaciones al cómic se encuentra La Reina de la Costa Negra, publicada en España por la revista Sword (ahora disponible en Aleta Ediciones); una obra primeriza sin duda (1991), pero no por ello menos impresionante, con una Bêlit salvaje y despiadada como pocas.  Su evolución desde entonces ha sido constante.

Hiltunen LRCN 4Hiltunen LRCN 2Hiltunen LRCN 3

 

 

Tampoco El Crepúsculo del Dios Gris es una obra reciente, sino de 1994.  Pero no por ello dejará de impresionaros.

Hiltunen Álbumes

ODISEO, de Valerio Massimo Manfredi, el mito de la inteligencia

Ficha Odiseo El Juramento

Siempre me atrajo Odiseo (Ulises, en su versión romana), el más moderno, complejo y humano personaje de los mitos, cuya concepción supone en Homero el paso del canto al héroe épico, campeón supremo, representado por Aquiles en La Ilíada, a la exaltación de la inteligencia, la paciencia o la astucia (incluido el engaño) como armas complementarias del guerrero; además, porque frente a la tragedia inherente a toda epopeya griega, tiene un final feliz.  Aún conservo en la memoria aquella sesión matinal juvenil con toda la clase, en la que el triunfo final de un Ulises personificado en Kirk Douglas arrancaba el aplauso enfervorizado de la chiquillería, incluido el mío.

Y no es que Odiseo pase desapercibido en el sitio a Troya, donde deviene uno de sus protagonistas principales: su sabiduría y consejos son habituales y continuos; consigue que Aquiles y sus mirmidones, sin los cuales no es posible la victoria, se mantengan en la coalición aquea pese a su enfrentamiento con Agamenón, o se construye el famoso caballo con el que finalmente se conquista la ciudad.  Pero La Ilíada es una obra coral, la crónica de una guerra con muchos protagonistas, entre los que sobresale Aquiles; La Odisea, por el contrario, es la obra de un personaje, una epopeya personal que completa la anterior, y se acerca a lo que podríamos considerar la primera novela de aventuras de la historia.

El regreso de Odiseo de Marín Sauri

Ahora, Valerio Massimo Manfredi retoma el personaje y reconstruye esa novela de su vida y aventuras.  Y si alguien puede hacerlo con garantías, es él, sin duda. Profundo conocedor de la antigua cultura griega y romana por su doble condición de historiador y arqueólogo, el escritor que, entre otras obras, tan bien recreó la vida de Alejandro Magno en su inolvidable trilogía Aléxandros, enfoca la de Odiseo al completo, desde su infancia en la isla de Ítaca, hasta su regreso, de nuevo a ella, muchos años más tarde, tras su periplo personal por todo el mediterráneo, dividida en dos volúmenes:

Odiseo, El Juramento, que nos ofrece Grijalbo, donde presenta al personaje, su entorno familiar y formación personal, y los hechos que le rodean hasta el final de la guerra de Ilion-Troya (La Ilíada), y un segundo, ya publicado por Mondadori en Italia y que aquí veremos el año que viene: Odiseo, El Regreso, con su largo y accidentado retorno a Ítaca, tras la victoria, pese a los intento por impedirlo de un enojado Poseidón.

Sirenas Marín Sauri

Manfredi utiliza en ambos casos el recurso de narrar los hechos en primera persona, lo que aporta a la historia un añadido de intimismo y profundidad que humaniza al personaje y resalta su nobleza; también sus defectos y lado más oscuro. De su vasto conocimiento sobre otras obras, y los numerosos pasajes o recuerdos que Homero (o quien fuese) intercala en la propia Odisea como «flash-back» modernos, el autor extraer la base sobre la que componer la infancia de héroe, su relación familiar, o personalidad; como aquel pasaje donde visita a su abuelo Autólico y un jabalí le causa la cicatriz por la que después le reconoce su nodriza Euriclea (Odisea: XIX, 357-465). Pero no sólo eso; también se sirve de la etimología, o la existencia de un santuario en Arcadia dedicado a Licaón, para construir los hechos, y convertir a su antecesor en un hombre-lobo (Autólico = él mismo un lobo).

Pese a todo, y según él mismo manifiesta (en una interesante entrevista de Jacinto Antón en El País), Manfredi construye un relato extremadamente realista, en el que racionaliza e intenta da una explicación plausible, lógica, o fruto del sueño, imaginación o las drogas a todo hecho divino o sobrenatural. Todo un riesgo, sin duda, desproveer a La Odisea de su componente fantástico, tan inherente, tan abundante…  Pero el historiador, el arqueólogo se impone al fabulista, y piensa, como Evemero, que antes del mito existió un Ulises real, o una guerra de Troya; alguien que vivió su propia odisea y después sirvió de base para componer el canto de imaginación de un poeta.

Creo que voy a disfrutar la lectura de esta nueva obra de Valerio Massimo Manfredi; tanto o más que otra anterior.  Odiseo es uno de mis personajes preferidos, pues, junto al guerrero, el héroe homérico, representa al hombre: tenaz y constante en su empeño, valiente y decidido en la adversidad, curioso y arrojado frente al peligro, lo desconocido; sabio y cabal cuando se le requiere; mentiroso y astuto, imaginativo, en la necesidad… o la venganza.  Y, además, un personaje que a Manfredi le encanta y apasiona, se nota en sus palabras.  Y eso es importante.

Sólo encuentro un defecto en la edición española: el cambio de título, su traducción como «Odiseo«, un nombre que, comercialmente, nos sitúa en el héroe, la propia obra, sin duda atractiva.  Pero el título original «Il mio nome è Nessuno» (Mi nombre es Nadie), es en sí mismo un canto a la imaginación, a la astucia, a la inteligencia de un personaje que es, por encima del héroe, el más humano y cercano de cuantos ha creado el mito clásico.  Y eso, lo hemos perdido.

Il mio nome é nessuno

Ilustraciones:  Odiseo, de J.M. Martín Sauri

ELRIC: el Trono de Rubí. Versión gráfica definitiva del personaje

Ficha ELRIC 1 - El Trono de Rubí

Cuando un personaje te gusta, cuando una obra tiene calidad suficiente para traspasar fronteras de tiempo y lectores hasta alcanzar el reconocimiento general de ellos y la crítica, también te gusta que su encarnación a imágenes (ya sea en el 7º arte, el cine, o en el 9º, el cómic) tenga también calidad suficiente como para identificarte con ella, sentirla tuya.

Así ocurre con Elric, El Trono de Rubí, primer volumen de la nueva adaptación al cómic de la Saga más conocida de Michael Moorcock, que publica Editions Glénat en Francia y Yermo Ediciones en España, y que es, sin duda, la versión gráfica definitiva del personaje.  No es que yo lo diga (que también); es la opinión del propio autor, en su prólogo a la obra:

«He visto algunas interpretaciones visuales de Elric realmente magníficas… y siempre me ha costado escoger mi preferida. Hasta ahora. Entre todas las adaptaciones gráficas de las historias de Elric, hay una muy cercana a la visión original del personaje.  Es la que tienes en tus manos.»

Con tales palabras de presentación, se corre el riesgo de elevar mucho el listón, crear tantas expectativas, que el aficionado que accede a la obra podría llevarse una decepción al contemplarla.  No es el caso.  O no ha sido mi caso, al menos.

Porque ¿qué es Elric: El Trono de Rubí, qué encontramos en este volumen?

Dragones

De inicios, una nueva adaptación al cómic de la novela Elric de Melniboné, que da comienzo a la serie; en concreto, su primera mitad, porque es imposible condensar en formato álbum europeo (46 planchas) toda la intensidad de la obra (la adaptación anterior de P. Craig Russell, en formato cómic-book USA, ocupó 6 números, unas 180 páginas).  Esto hace que el álbum se nos haga un tanto corto, escaso, que deseemos más…y no porque su adaptación elimine partes o episodios de la novela, sino lo contrario: considero que el guión de Julien Blondel es excelente, condensa de forma exquisita el contenido original al espacio requerido, y mantiene una intensidad narrativa que, al finalizar su lectura, te hace pedir más… Una adaptación que, siendo fiel a la novela original, introduce -con el consentimiento de Moorcock (él mismo no ha dudado en modificar una obra previa del ciclo para coordinarla con otra posterior, o a la concepción del multiverso)-, pequeños cambios en la historia que la enriquecen, actualizan, y le dan una visión acorde a los tiempos que corren, más de 40 años después de su creación.

Escena

Elric estudio

En la parte gráfica, El Trono de Rubí es una obra impactante.  En su inicio, grandes imágenes a página completa, de fuerza rotunda y claroscuros marcados, nos introducen de golpe en la civilización decadente, inmoral, depravada y cruel de Melniboné, el antiguo imperio que dominó el mundo durante 10.000 años y perdió su mando en los últimos 500; en la hermosa Imrryr, la Ciudad de los Sueños, capital de la Isla del Dragón, centro del mundo conocido, y en quien la gobierna, Elric, 428º descendiente directo del primer Emperador Brujo aliado del Caos que creó la dinastía; un hombre (aunque no del todo humano) poderoso, hechicero, erudito y letrado, pero atormentado y con dudas, pues desprecia aunque tolera la depravación que le rodea, inherente a su pueblo; un hombre débil también, albino y enfermo de nacimiento, que necesita magia y sangre vertida para mantener su vigor, hechizos y sacrificios en ceremonias, que en esta adaptación oficia la propia Cymoril.

Elric Oscuro

Y ese es uno de los cambios que introduce Julien Blondel, con aquiescencia de Moockock: un papel más activo de la mujer, un tanto difusa en la novela original.  Así, la huida romántica de ambos amantes a una cueva escondida junto al mar en la novela, se cambia aquí por una ceremonia sangrienta en un manantial natural, donde la Cymoril hechicera mantiene y limpia la sangre maldita de Elric a base de un lujurioso sacrificio sangriento de vírgenes humanas, acorde a la naturaleza vil y depravada de los melniboneses.

Depravación

Y esa es otra de las características, y el mayor acierto gráfico de la obra, que tanto ha agradado a su autor: la representación decadente del imperio de Melniboné (Moorcock, un anarquista romántico desde su juventud, siempre quiso representar en su obra una alegoría de aquellos viejos imperios británico y germano-nazi -o el más moderno estadounidense- dominantes del mundo, dominadores del Caos, que a él le hubiese gustado destruir; y destruye La Ciudad de los Sueños, de la mano de Elric).  En una conjunción no frecuente en Europa, tres dibujantes, Didier Poli a los lápices, Robin Recht en la tinta, y Jean Bastide que da color y dispone de libertad completa para realizar los retoques que sean necesarios, obtienen para Elric un desarrollo gráfico sorprendente, de imágenes rotundas, oscuras y nítidas a un tiempo, y tremendo impacto para el lector.  Con un estilo realista, y en unas planchas que necesariamente han de huir de aquellos experimentos oníricos que tan bien sabía componer P.Craig Russell, y comprimir numerosas viñetas donde recoger el intenso contenido de la novela, Poli mantiene la tensión narrativa con planos contrapuestos y focos cambiantes, picados y contrapicados que se suceden e intercalan entre planos generales frente a primeros y primerísimos planos, sin que falten viñetas grandiosas de sorprendente realismo; todo ello remarcado por unas tintas y colores en claroscuros que otorgan profundidad a una puesta en escena espectacular.

Straasha

La conjunción de autores adquiere estilo propio, aunque no exento de influencias, que no dudan en reconocer: la grandiosidad de Druillet, combinada con un estilo narrativo clásico -en el que personalmente he encontrado tintes de Bilal y Giraud– o el detallismo de Laufray; la incorporación de imaginería gótica y sadomaso-quista, o el fetichismo de Clive Baker, hacen que de su mano los melnibonenses adquieran tintes maligno y recuerden a los cenobitas de Hellraiser; Yyrkon se ve poderoso, y el Doctor Burlón aterra…

Yyrkoon

Sus dioses no adoptan ya rasgos parecidos a humanos, sino que recuerdan a horrendos mitos lovecraftianos, como el terrorífico Aaven’kar que conjura Yyrkkon, o Straasha, señor de los océanos, un remedo pulposo de Cthulu sin miembros humanos, con cohorte de medusas… Y para representar a Arioch se decantan por la imagen más espeluznante de cuantas transmiten maldad:un tierno infante, de hermoso rostro que se transforma.

AAvenkar

Y aunque no aparece en el volumen (aún no es hora), una parte importante de la serie será Stormbringer (Tormentosa, de nuevo, qué le vamos a hacer…). Enlazando con una entrada anterior de este blog sobre sus visiones, en la nueva serie su imagen no será estática, sino cambiante, en función del estado en que se encuentre (en reposo, ávida, en combate, o saciada) según se muestra en un estudio preliminar sobre el arma y el personaje.  Confieso que me gusta la idea, sí.

Elric y Stormbringer - Estudio

En resumen: una obra altamente recomendable, que viene a representar la imagen definitiva de un personaje siempre atractivo. Un solo defecto le encuen-tro: al ritmo normal de publicación, tendremos que esperar un año para disponer de su continuación, 16 años para completar las 8 novelas del canon central del personaje. A no ser que la unión de tres dibujantes consiga acelerar el proceso…

El Trono de Rubí recorte