JUEGO DE TRONOS (HBO). Nuevo trailer: Cuervo

Durante mi estancia en el extranjero por asunto familiar, apareció un nuevo teaser promocional de la serie que HBO rueda en Irlanda, y que en España será emitida por Canal+ (supongo que en Cuatro después, como viene siendo norma), así como comentarios de sus protagonistas y el propio George R.R. Martin, que no sólo produce y controla sino que sigue muy de cerca, y que me parece interesante recoger aquí:

Y los comentarios:

LA DAMA DEL LAGO (II): Final de una Saga magnífica.


Terminaba mi artículo sobre el volumen I de La Dama del Lago indicando que la editorial utilizaba (con maestría) el recurso de dividir en dos el último volumen de la Saga de Geralt de Rivia para «dejarnos con las mismas ganas que hace tres años»…  Estaba equivocado.

En mi caso ha servido para hurtarme la ilusión de su lectura, perder la ansiedad con que lo esperaba, vaciar de contenido ese Último Deseo insatisfecho de disfrutar su conclusión…  No me he divertido lo mismo (confieso con pena) que si lo hubiese enfocado de seguido, en un único volumen.

Inicialmente, había subtitulado esta reseña «Ilusión hurtada, Ilusión perdida«, pero no sería justo que tales palabras fuesen el resumen y mi valoración de una obra magnífica, una de las más atractivas de la Literatura Fantástica en los últimos años, así que vayamos por partes:

La Dama del Lago, en su conjunto, sin partes, representa un final más que aceptable a una extensa saga de 7 volúmenes.  El lector debe quedar contento con su conclusión, pues en él, Sapkowski cierra todas las tramas e hilos argumentales que había ido tejiendo con habilidad en momentos previos; al tiempo que completa su realismo (fantástico) con una crítica ácida sobre las guerras y los enjuagues políticos que envuelven su conclusión (la paz negociada) con una visión mordaz que resulta tan brutal como la propio crueldad y horrores de las acciones bélicas; pero, sobre todo, otorga un final válido a los personajes principales que componen la saga (quizás no tanto a los secundarios). Todo ello aderezado con la maestría propia de un autor que revolucionó en su día el estilo, lenguaje,  y forma de enfocar la Literatura Fantástica (y no sólo ésta), y que en mí, personalmente, ha dejado una huella profunda e inolvidable.

Pero terminar la lectura de este segundo volumen de La Dama del Lago de forma individual (octavo en la edición española), me ha dejado también algo de desazón amarga, una cierta sensación de ilusión perdida.

Ignoro cuánta culpa tiene de ello su publicación dividida en dos tomos, pero no poca, sin duda (esa parte de ilusión hurtada a la que me refiero antes).  Pero tampoco sería justo culpar por completo a una decisión editorial (por muy desacertada y comercial en exceso que me parezca); parte de ella podría achacarse al propio Sapkowski, un posible desvanecimiento de su frescura e ilusión personal tras tanto tiempo en la misma historia.

Es sólo una opinión personal, una sensación de pasada; pero suele ocurrir con las series largas de éxito: la expectación despertada entre lectores y crítica, el querer contar historias con mensaje (historias que se desarrollan solas, mas allá de lo planificado), la búsqueda de la perfección, la auto presión por no defraudar al final… unido a la irrupción en tu mente de otros personajes e historias diferentes que también quieres contar (la Trilogía Husita, por ejemplo) pueden generar esa perdida de ilusión a que me refiero, que el interés de la historia se venga abajo, o forzar un final precipitado, por mucho que lo tengas en mente desde siempre.  (Algo así –supongo– es lo que ha ocurrido con su traductor, Jose Mª Faraldo; o lo que muchos tememos suceda –y el propio G.R.R. Martin reconoce y confiesa temer(1)– con Canción de Hielo y Fuego).

Analizadas por separado, en la primera parte, Sapkowski apenas enfoca la trama principal de Geralt y su grupo, y alarga en exceso la historia introduciendo (eso sí, con su maestría habitual) personajes y puntos de vista nuevos sobre la guerra o tramas circulares de serpiente Ouroboros alrededor de Ciri (algunos me parecen ahora gratuitos e innecesarios, en contra de lo que pensé y escribí entonces), para forzar la unión con personajes de la trama artúrica sacados de un relato escrito fuera de contexto y tiempo(2); aunque sin duda esa era su intención e idea para el final, ya por entonces.  En su segunda parte/volumen se encuentra la verdadera resolución de la trama central, el deseado final de la saga y personajes.  Una resolución que, siendo válida y coherente para los protagonistas principales (no tanto los secundarios), leída de esta forma –dividida, y sin continuidad en el tiempo– resulta demasiado precipitada.

Estoy convencido de que en su formato original (al completo) sería distinto; posiblemente no estaría hablando ahora de ilusión perdida, ni hurtada al lector (al menos en mi caso), y hubiese disfrutado más el final de esta magnífica saga de literatura fantástica.

Un final en todo caso diferente al ya conocido(3) (Sapkowski advirtió que no necesariamente tenía por qué ser ese…) pero bastante cercano.  Un final comprometido; como corresponde a una serie de fantasía que introduce el realismo en mensajes y críticas frente a la injusticia, la guerra, o el totalitarismo; y que deviene en denuncia contra el racismo y el miedo a lo diferente.  Un final, en suma, bastante menos amable que aquel primero, pero muy condicionado por la existencia de éste.

Prueba de ello (además de Galahad pasmado ante La Dama del Lago) es el trato que da a los protagonistas secundarios, ese variopinto séquito de compañeros dispares del brujo; Cahir, Milva, Angouleme, Regis personajes bien conformados durante varios volúmenes, de los que Sapkowski se desprende al final como peones prescindibles, sin concederles la gracia y protagonismo que en mi opinión se merecen… No lo comprendí, hasta descubrir que ninguno de ellos aparece en el relato final previo.

Así las cosas, la pregunta que se plantea el aficionado es: si tanto se aferra a un guión previo, ¿por qué cambiarlo?…  Son sus personajes; y como dije en otra ocasión, el autor narra las historias a su estilo y forma, no bajo los cánones que nosotros, lectores inquietos, imaginamos.

Pero si me atreviese a conjeturar una posible explicación (en base a lo antes citado) pensaría que Sapkowski deseaba tiempo atrás dejar la Saga de Geralt de Rivia y pasar página, dedicarse a otras historias y personajes que bullían en su mente (Narrenturn), aunque dejando la trama y los personajes definitivamente cerrados…  Así las cosas, ¿qué mejor forma de acabar la serie que al estilo de todas aquellas otras Sagas antiguas medievales, o poemas épicos de cualquier época y lugar, en los que el héroe termina sus días en un lugar mítico, o en defensa de una causa, lejos de la paz y felicidad del hogar?  Me gusta pensar que ese podría ser el motivo de cambio de final.

Pero ¿es en verdad el final definitivo de Geralt de Rivia…?  Lanzo al aire la pregunta(4).

No quiero terminar sin citar la fuerte influencia que en el éxito de la serie en España ha tenido su traductor, Jose Mª Faraldo, verdadero artífice del traslado al castellano del renovador aporte literario de Sapkowski, y la frescura de su lenguaje.  El propio autor así lo reconoce.  Sin él, el impacto de la Saga no hubiese sido tanto.  Y su presencia, –mejor dicho, su ausencia– en este tomo se deja sentir.  Comparen si no su lectura con la de los primeros volúmenes: su frescura no es la misma.  No sé cuánto de esa pérdida corresponde al autor, su traductor, o ambos (como muestra de una sincronía perfecta).  Pero se nota; y bastante.  Y creo justo reconocerlo.

La Dama del Lago representa el final de una extraordinaria Saga de Literatura Fantástica, que supo renovar el género en su día, y goza por ello de un merecido reconocimiento entre la crítica y éxito de público; sus seguidores por todo el mundo son legión.   Y una visión en conjunto la hace más grande aún .


(1) En entrevista de Luis G.Prado, publicada en Gigamesh, 40.

(2) Algo termina, algo comienza, escrito 7 años antes, para el fanzine El enano rojo, como  «broma de famdom» (en palabras del propio autor), aunque imagino que ya por aquel entonces rondaba por su cabeza un final entroncado (con ironía y el humor fino que le caracterizan) con el mito artúrico.

(3) De nuevo, Algo termina, algo comienza, publicado anteriormente junto a otros cuentos cortos de Sapkowski, en el libro Camino Sin Retorno, de la misma editorial.  Añadido al volumen 2 de La Dama del Lago, para evitar que quede raquítico junto a los previos… O para ofrecer al lector una visión más completa de todo lo imaginado por el autor;  Quién sabe…

(4) Tal vez no: adaptaciones al cómic, juegos de ordenador, películas y series de TV, más allá de las realizadas hasta el momento, podrían forzar el regreso de un personaje tan atractivo y carismático como este Brujo de Rivia.  Un final nada explícito, y de fácil integración con su alternativa así lo permiten (como lo fue en el cómic la falsa precuela de sus padres en Camino sin retorno, bendecida después por Sapkowski).

Nuevas páginas y secciones.

Durante este tiempo fuera he decidido remodelar los contenidos del blog, a fin de que, junto a las entradas que en ella se incluyan, queden también resaltados aquellos temas, personajes o series que por distintos motivos (gusto, impacto, o porque me afectan directamente) más me afecten en el terreno de «lo fantástico», para los cuales iré creando páginas específicas donde recopilar la información y mi opinión.

Así, junto a temas propios, como Berserkr (motivo inicial de esta página, que he ido olvidando), Nórax (incluso Lhork), o recurrentes como Conan y R.E. Howard (todo un clásico), incluiré las de aquellas series significativas o personajes que más afecten en cada momento, entre las que ahora destacan (y seguirán haciéndolo por un tiempo), Canción de Hielo y Fuego, de G.R.R. Martin, Geralt de Rivia, de Andrzej Sapkowski, y Kovthe, Crónica del Asesino de Reyes, de Patrick Rothfuss, que me ha sorprendido en estos días, y recomiendo.

Junto a ella se irán agregando otras nuevas, o clásicas, conforme surjan o sienta necesidad de hacerlo.  Echaré en falta una dedicada a El Señor de los Anillos y Tolkien, pero poco nuevo queda ya por escribir al respecto…

Animo a todos a descubrirlas.

Regreso con alegría.

Me he pasado un tiempo en el extranjero.

Cuando a un padre le dicen que su hija de 12 años no está bien y puede ver afectada su calidad de vida en el futuro, lo deja todo y hace lo imposible por cambiar ese destino.

Cuando, después de adoptada esa decisión importante, decisiva y tomada sin tiempo para meditar, descubres que todo ha salido bien de momento, sientes una enormemente satisfacción y vuelves lleno de agradecimiento.

Gracias a todos los que conocíais el tema, por vuestro apoyo en este tiempo.

LOS TIEMPOS DEL ORÁCULO. De Ramón Ramos

A camino entre la Fantasía y la Ciencia Ficción, Ramón Ramos inicia con «Los Tiempos del Oráculo» el primer volumen de la saga «La Era del Cometa».

En un país de gente sencilla y ambiente medieval humilde, el edificio del Oráculo se yergue majestuoso, brillante, misterioso e ignoto, cambiante y en movimiento, vestigio remoto de antecesores perdidos y un pasado olvidado; sus burbujas errantes se abren y cierran periódicamente sin sentido aparente, incomprensibles.  Nadie conoce su historia o significado, disipado en la memoria del tiempo; sus sacerdotes dan guía y consejo al pueblo, nunca explicaciones, pues nadie las comprendería y ellos mismos las ignoran.  Sabios y eruditos de otras tierras peregrinan para observar y estudiarlo.  En ciudades lejanas se guardan crónicas escritas de su descripción y presencia, su correlación con hechos pasados o los diferentes pueblos.  Y hechiceros y magos, o países poderosos, le temen y envían ejércitos a conquistarlo… sin éxito.

«Los tiempos del Oráculo» comienza en una de esas conquistas baldías que sólo obtienen destrucción de vidas sin sentido, en el año séptimo de la Era del Cometa.  Tras el ataque y la pérdida de su hogar, seres queridos, y el estilo cotidiano de una rutina diaria, dos vecinos de la ciudad emprenden el camino de su nueva vida; ambos al mismo tiempo, aunque por separado.  Jaspe, de quince años –ambicioso, inquieto, inconformista, ávido de conocimientos–, hacia el interior del Oráculo, en una de aquellas burbujas errantes que se revelan puertas abiertas a otros mundos y eras distintas.  Tilo, rondando los treinta –tradicional, resignado, amante y feliz esposo,  padre de dos pequeñas, las tres ahora muertas– hacia el exterior, lejos, en tierras remotas y solitarias, plagadas de «presencias» y espíritus naturales que le harán evolucionar.

Porque la historia que narra «Los tiempos del Oráculo» es, sobre todo, la transformación personal que sufren sus protagonistas a la sombra alargada de un misterioso edificio, incólume al paso del tiempo y cuanto le rodea; ajeno –en principio– a todo cuanto sucede a su alrededor, personas, pueblos, ejércitos o civilizaciones.  Y con ella, Ramón Ramos nos propone seguir la estela individual de dos personajes, los primeros de una posible larga lista en el futuro, pues el volumen (que finaliza y cierra historias en sí mismo) es el inicio de una saga que puede (y debe) dar bastante más de sí:

Tilo y Jaspe, movidos por acontecimientos que no han provocado, avanzan por caminos diferentes en esa especie de huida hacia delante que emprenden al mismo tiempo, y se convierte para ambos en un viaje iniciático.  Curiosamente, quien más se aleja del Oráculo será quien más se acerque a su conocimiento; y aunque no llegue a entenderlo, obtendrá en su recorrido un estado de sabiduría que supera a cuanto podría alcanzar de no haberlo iniciado.  Por el contrario, quien se sumerge en su interior y dispone de los medios para dominar el presente mediante el conocimiento futuro, será quien termine enrocado en sí mismo, marcado por la ambición.

El personaje de Tilo recuerda un poco a Sócrates (curiosamente, una vida marcada también por el oráculo, según la tradición popular).  Si el sabio de Atenas encontró sabiduría en la ignorancia («sólo sé que no sé nada»), Tilo se hará sabio intentando profundizar en su desconocimiento; y al igual que aquel creó la “mayeútica” inductiva como método, Tilo intentará que otros alcancen el conocimiento y la verdad desde el interior, por sí mismos… sólo para descubrir que los hombres prefieren que sea otro quien les ofrezca respuestas.  Jaspe, al contrario, encuentra y dispone demasiado pronto del conocimiento, y pretende utilizarlo para decidir su destino futuro.  Al final se dará cuenta que es el Destino quien decide; y que por muchas vueltas que de a lo largo del tiempo para evitarlo, existe una lógica congruente –incluso en las paradojas–, y el Destino siempre te alcanza…

Porque aunque la colección Excalibur se apellide fantástica y Ramón Ramos parte de la Fantasía (Alta, no Épica) para ambientar su historia, la obra utiliza y debe inscribirse bajo el criterio de paradoja temporal que suele ser más propio de la Ciencia Ficción (sin quedar definido, el buen aficionado puede encontrar en el Oráculo reminiscencias de aquella Eternidad del maestro Asimov); dicho esto no en clave excluyente, sino como elemento ecléctico que enriquece la propuesta:  Tilo y Jaspe parten de una raíz común con destinos separados, para vivir vidas excluyentes y distantes; pero gracias a las burbujas errantes del Oráculo y el hechizo de unas palabras susurradas bajo el miedo, fluyen en círculos y se entrecruzan una y otra vez, sin saberlo, en el espacio y el tiempo, hasta desembocar en un final no tan inesperado como sorprendente.

«Los Tiempos del Oráculo» es el primer volumen de una saga.  También una novela cerrada en sí misma, que permite su lectura independiente, sin dejar cabos sueltos (más allá de los misterios propios del Oráculo, y una posible interrelación futura de personajes en los círculos concéntricos de otras vidas, enlazadas por la paradoja oracular del tiempo).  Se trata de una obra ligera, de pocas páginas, que permite ser acometida sin miedo.  En teoría, debería facilitar una lectura rápida.  Sin embargo, por momentos –quizás debido al estilo excesivamente medido de su autor, y frases demasiado cortas–, la transición de la historia y sus personajes se hace lenta, incluso algo pesada, y hechas en falta un poco más de dinamismo y acción, un devenir de los hechos no tan relajado y calmo.   Confiemos que así sea en el futuro.

Habrá que estar atentos a las siguientes entregas de «La Era del Cometa», la saga que Ramón Ramos nos introduce con esta primera novela; un mundo fantástico que, tras lo visto, admite mucho por descubrir.  Una propuesta imaginativa y ecléctica, inteligente; pues parte de una buena idea, apenas desarrollada aún, que ofrece a su autor la posibilidad de construir a su alrededor numerosas historias, variopintas, diferentes, incluso navegar entre géneros…

Quedamos a la espera.

Los Tiempos del Oráculo, de Ramón Ramos. Ilustración de Marcelo Buchelli.  Grupo Editorial AJEC, colección Excalibur Fantástica. Granada, 2009. 174 págs. Tapa blanda con sobrecubierta. ISBN: 978-84-96013-79-7.