Trilogía EL MAR QUEBRADO, de JOE ABERCROMBIE: Medio Rey, Medio Mundo, Media Guerra (I)

Ficha Mar QuebradoCreo que fue en julio cuando escribí la reseña de Medio Rey, recién salido, recién leído y disfrutado; pero los hados de la fortuna quisieron que, ya acabada, y trabajada, la entrada se perdiera en ese limbo-cementerio de bits olvidados donde moran los escritos que nunca verán la luz, y allí sigue… hasta ahora que, terminada la trilogía, me animo a enfocarla de nuevo con referencias de entonces, y no sin miedo a que se pierda otra vez (juro que de ocurrir dejo el blog, del todo, no de forma temporal como hasta ahora).

No voy a ocultar que empezar una obra fantástica catalogada como juvenil (para jóvenes adultos -young adults-, en este caso) me ofrecía ciertos reparos.  Es normal que los que peinamos canas en esto de la fantasía (también en la realidad) nos pensemos las cosas y seleccionemos antes de iniciar una nueva serie; en este caso, el autor, Lord Grimdark (al que debía una), las críticas, y el sello que respalda la obra, me animaron a seguir adelante.  Y no me arrepiento de haberlo hecho.

Logen Nuevededos, por Craig Bailey

Logen Nuevededos, por Craig Bailey

Porque -vaya por delante- la Trilogía de El Mar Quebrado no es una obra juvenil al uso, ligera y descafeinada, suavizada en estilo, descripciones o detalles, como otras enmarcadas bajo esa etiqueta.  Admito, sí, que resulta algo más suave que obras anteriores del autor; pero no tanto.  Y lo más importante: mantiene un sello de calidad, de realismo dentro de la pura imaginación, que le confiere ese aura de interés que me hace considerarla atractiva. Porque, para mí, esa (merecida) fama grimdark (fantasía sucia, cruda, realista, amoral…) de Abercrombie no le concede un distintivo tan especial ni diferente.  Vale, sí, lo es si se compara con la High Fantasy habitual.  Pero para alguien crecido a la sombra de R.E.Howard, Logen Nuevededos no puede ser sino un Conan (bárbaro incivilizado, iconoclasta, irreverente y alegal…) arrebatado por la furia Berserkr durante el combate; y la lógica evolución de estilos en los 80 años que separa a ambos autores hace el resto.

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Portada de Medio Rey en Subterranean Press,                   por Jon McCoy

Pero si es verdad que en esta trilogía Abercrombie realiza una bajada de peldaño desde su pedestal anterior para acercarla a un público más joven (joven, pero adulto; me gusta esa definición), no lo hace bajando la calidad o el realismo en los hechos, sino con la edad de sus personajes, los protagonistas, que en la serie no son ya fieros guerreros, curtidos en la vida o el combate (que también los hay, pero a otro nivel, como secundarios), sino sus hijos, a veces huérfanos: niños o jóvenes adolescentes, que en sus manos y a lo largo de las páginas de cada volumen, emprenden un viaje iniciático, un periplo físico y de formación individual entre aventuras y experiencias de todo tipo, no siempre agradables, que les conducirá a la madurez y su definición como persona; de su personalidad, ya como adulto, pero sin dejar de ser joven (en una sociedad medieval de corte vikingo como la descrita, la madurez no tarda en llegar).  En este sentido, sí que se trata de una obra juvenil.  Curiosamente, este hecho lo convierte en una de las fortalezas de El Mar Quebrado.

1. – LOS PERSONAJES

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Interior 1, Jon McCoy

Porque uno de los puntos fuertes de Abercrombie es el diseño de los personajes, siempre interesantes, nada planos (recordad si no a Logen, o Glokta, West…) y también en este caso, en constante evolución; protagonistas cambiantes y en continuo desarrollo, de escala social diferente y distintos intereses, rodeados de secundarios de lujo, ricos en matices y caracteres propios, a veces, mucho más atractivos e impactantes que el protagonista o protagonistas de cada novela.  Así, en Medio Rey asistimos a la evolución de Yarvi, el hijo menor y lisiado del rey de Gettlandia, destinado a la Clerecía por su defecto de nacimiento, a quien un capricho del destino y la traición más cercana convierten en heredero y vengador, para ser traicionado a su vez y terminar vendido como esclavo y galeote.  Tullido, medio hombre, deberá recurrir a su astucia, formación e inteligencia para sobrevivir en un mundo donde predomina la fuerza y destreza física; y a un plantel de compañeros que marcarán su futuro: Sumael, oscura y sensual; Nada, misterioso y letal, decisivo al final; Rulf, leal y gruñón; Jaud, Ankran… Incluso su propia madre, la reina Laithlin, se yergue majestuosa cada vez que entra en escena.

Interior2, Jon McCoy

Interior2, Jon McCoy

Por no hablar de los enemigos: la capitana perseguidora Shadikshirram, trasunto femenino de un Jack Sparrow mortal;  o Grom-Gil-Gorm, el temible rey de Vansterlandia, enemigo ancestral de Gettlandia, quien porta al cuello una cadena enorme con los pomos de espada de todos sus rivales muertos; pero ante quien Yarvi no duda en arrodillarse y someterse, tal vez siguiendo sus enseñanzas de clérigo de «buscar el mal menor y el bien mayor», antes de alcanzar su reino.  Yarvi, así, resulta un héroe extraño, cercano y odioso a un tiempo, demasiado astucioso como para fiarte de él o resultar entrañable.  Y es que los personajes de Abercrombie nunca son blancos o negros, buenos o malos por completo, adjetivos dema-siado circunstanciales y cambiantes como para determinar una categoría definitiva.

Portada de Subterranean Press, por Jon McCoy

Portada de Subterranean Press, por Jon McCoy

En Medio Mundo, los protagonistas varían, pero no las circunstancias. Uthil reina ahora en Gettlandia, en ese giro (de argumento, que no del autor) imprevisible aunque válido, al final del tomo anterior, y dos nuevos jóvenes iniciarán su viaje iniciático personal: Espina Bathu, una de las pocas chicas de dotadas para la guerra pero no para las relaciones, obsesionada por vengar la muerte de su padre a manos de Grom-Gil-Gorm, y Brand, un joven guerrero que odia matar.  La guerra con Vansterlandia es inevitable, auspiciada por el Alto Rey de Casa Skeken.  Pero como «sólo media guerra se libra con las espadas«, el astuto Padre Yarvi organiza una expedición financiada por su madre la reina, en busca de aliados para la confrontación.  Espina Bathu y Brand, navegando los grandes ríos, se embarcan en un periplo por medio mundo hacia nuevas culturas, junto a una curiosa y extraña tripulación, mezcla de personajes ya conocidos o relacionados con éstos, que genera otra caterva de personajes secundarios interesantes:

Brand, forjando su leyenda, con el Viento del Sur (Jon McCoy)

Brand, forjando su leyenda,  con el Viento del Sur (Jon McCoy)

Como Koll, jovencito inquieto que talla la gesta en el mástil del Viento del Sur; Rin, forjadora de espadas; o esa inquietante y misteriosa anciana asesina que es Skifr, ladrona de reliquias élficas. Por no hablar del esperado regreso de Sumael, los enemigos, Isrium, Grom, Scaer, o el propio Yarvi, evolucionado y más astuto que nunca. Pero son Brand, y más aún Espina Bathu (protagonista principal del relato, sin duda) quienes cambian y evolucionan totalmente ante nuestros ojos en el viaje, para acabar siendo otros, al finalizar; distintos, maduros, muy lejos ya de sus dudas iniciales, y unidos para siempre en su enorme distancia personal; con una personalidad bien definida, aunque moldeada en los manejos de un gran manipulador. El giro final de acontecimientos es también inesperado, e inteligente, y abre puertas al siguiente volumen.

Portada de Media Guerra en Subterranean Press, por Jon McCoy

Media Guerra en Subterranean Press, por Jon McCoy

Media Guerra cierra el ciclo, y desvela lo ya imaginado y supuesto, cambiando de nuevo protagonistas centrales, pero sin cambiar su enfoque primordial: juventud y evolución, unidos hasta construir una personalidad definida; rodeados siempre de personajes que conocemos, hasta conformar una autén-tica obra coral.  En este caso, le llega el turno a Skara, princesa de Trovenlandia, el tercer reino vecino enfrentado al Alto Rey y la mani-puladora Abuela Wexen: huérfana (también), convertida en heredera por el asesinato de su abuelo rey a manos de Yilling el Radiante, sicario de Casa Skeken; niña aún, deberá extraer de sí misma todo cuanto posee y le ha sido enseñado para actuar en igualdad entre dos brillantes reyes guerreros, aliados en la confrontación, a los que deberá demostrar que es digna de su cometido, e incluso superar.   Contará para ello con Raith, un pequeño cabrón sanguinario, portador de la espada de Grom-Gil-Gorm, quien es puesto a su servicio y deberá evolucionar a su lado, aunque en sentido distinto, hasta valorar lo que antes nunca llegó a considerar.  En esta ocasión contaremos con un tercer personaje que cambia y madura: Koll, el tallador, aquel niño inquieto hijo de Ankran, liberado junto a su madre por Yarvi, del que ahora es pupilo en la clerecía, pero cuyos sentimientos por Rin le dificultan seguir el camino del Padre Paz.  Y junto a ellos, más personajes secundarios de relevancia; antiguos (algunos importantes quedarán en el camino) o recuperados, como aquel Jenner el Azul que encontramos en Medio Mundo navegando el Denegado, convertido ahora por las circunstancias en salvador y mano derecha de Skara; o Skifr, determinante en la resolución del conflicto armado, aunque a costa de provocar de nuevo la Ruptura de la Diosa que cambió al mundo.  Y, como no, Yarvi, primer protagonista y siempre involucrado en los hechos, destruyendo ardides, tejiendo hilos, manejando palabras en el campo de batalla del clérigo; astucioso siempre, pero a riesgo también de ser astuciado al final…

 No sólo personajes y sus vidas conforman la Trilogía del Mar Quebrado.  Joe Abercrombie construye una historia detrás, un mundo creado sobre una sociedad vikinga evolucionada y más cercana de lo que parece, guerras de comercio y religión, y magia élfica (de las que va dejando pistas, poco a poco), ligera al principio, determinante al final; enfrentamientos armados y batallas, menos recreadas que otras ocasiones, pero descarnadas siempre; giros de argumento, como acostumbra el autor, que hacen de su obra algo inesperado… Pero deberán quedar para otra ocasión.  Siendo tres libros, esta entrada se ha hecho demasiado extensa, y merece una segunda que la complete.

(Puedes leerla a continuación, siguiendo este enlace)

Los próximos CONAN: XUTHAL DEL CREPÚSCULO

Portada de Eric Powell

Portada de Eric Powell

Volumen 19 [1] de la adaptación del cimerio al cómic por Dark Horse, y tercer arco argumental de la serie Conan el Vengador: Xuthal del Crepúsculo  (o el Anochecer, o la Oscuridad…, se ha traducido de diversas formas, pero la primera me resulta más evocadora), a cargo del guionista Fred Van Lente.  El volumen contiene dos historias en sí mismo: la que le da nombre, basada en el relato original de Robert E. Howard, y su continuación inmediata, Oasis de Sangre, que prepara y precede al siguiente volumen, verdadero peso pesado de la serie, Nacerá una Bruja, también original del autor tejano, con el que Van Lente finalizará su ciclo como guionista [2].

Ambas historias son diferentes entre sí, tanto por su contenido y origen, como por su realización gráfica: la primera, adaptación fiel del relato original de Howard y dibujada por Guiu Vilanova; la segunda, producto puro de cómic, nacido en la mente de su guionista como enlace y transición entre dos diferentes historias de su creador, dibujada por el ya conocido  (y por algunos odiado) Brian Ching. Las tratamos por separado:

XUTHAL DE LA OSCURIDAD:

CEV 13-14-15 Eric Powell

Portadas de Eric Powell (picar sobre las imágenes para ampliar)

Se trata de una de las historias más sombrías, tenebrosas y claustrofóbicas de Conan. Transcurre entre habitaciones cerradas, oscuros pasillos y mazmorras de una extraña ciudad solitaria y perdida en mitad del desierto de Kush, con extraños habitantes encerrados en sí mismos, sumergidos en el sueño autoinducido del loto negro destilado. En ella, Howard recrea un ambiente opresivo y de misterio, preludio quizás de esa obra maestra posterior que es Clavos Rojos.  Se trata también de una de sus historias con más tonos lovecraftianos, encarnados en el dios-demonio Thog al que adoran, temen yXuthal0 se someten sus ciudadanos: La Sombra Deslizante que cambió el nombre al relato publicado en Weird Tales y posteriores ediciones. Por último (así me lo pareció cuando la leí e imaginé de joven, sensación que mantengo), una de las obras más excitantes del autor, con una Thalis lasciva y malvada, y un demonio que destila lujuria por sus tentáculos sinuosos…

Van Lente adapta el relato en tres cuadernos, de forma fiel al original, pulcro hasta el extremo, sin quitar, añadir ni cambiar nada, con palabras casi iguales a las de Howard, sin pretender reescribirloXuthal00, igual que hacía Roy Thomas; una adaptación que respeta la idea inicial con que se concibió esta serie de cómics y valora al maestro en lo que es, guardando la imaginación creativa propia para historias intermedias que complementen la del cimerio entre episodios originales. Y eso, amigos -lo he comentado en alguna ocasión-, es un acierto que le honra y otorga valor (después hablaremos de fallos).

Xuthal1Cronológicamente, se mantiene el esquema propuesto por Dale Rippke (el anterior de Miller y Clark, seguido por Sprague de Camp y también Thomas, sitúa el relato 10 años más tarde), desde que el estudioso Joe Marek indicara que en El Diablo de Hierro se cita a «los comedores de loto de Xuthal», que Conan conocía de antes: en este episodio.

Su aspecto gráfico queda a cargo de Guiu Xuthal2Vilanova.  Y el de Barcelona sin llegar a alcanzar el canon Frazetta que define al personaje desde hace años y gusta a sus seguidores, procura un estilo más realista que el excesivamente caricaturesco de Brian Ching en la época Van Lente.  Su Conan se ve algo más cercano, joven y musculoso a un tiempo; Natala más atractiva y natural; Thalis relajada y algo viciosa, incluso despiadada y casi sensual, sin llegar a lasciva (¡ah, cómo hecho en falta a Buscema, Alcalá… o Giorello!).

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Con el difuminado de neblinas, un juego de sombras llevado hasta el contraste total en muchas de sus páginas, y ciertos reflejos de influencia de MignolaVilanova consigue recrear esa atmósfera opresiva y misteriosa del interior de la ciudad, y su monstruo cumple con el horror indefinido del sapo-sombra que describe Howard.

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No obtiene sin embargo el ritmo narrativo que posee Ching en ocasiones, en viñetas de acción; y algunas de sus interpretaciones llegan a chirríar por ucrónicas (esas grúas de construcción de la ciudad, en exceso actuales, o la inyección en vena del loto negro destilado ¿había nacido ya Miguel Servet…?).  Gráficamente, cumple sin sorprender, más que algunos de sus predecesores en esta versión del cimerio de Dark Horse.

OASIS SANGRIENTO:

Portadas de Jason Felix

Portadas de Jason Felix

Continuación inmediata del relato anterior, Van Lente construye este episodio como interludio y unión con el siguiente según Dale Rippke: Nacerá una Bruja, alguno de cuyos personajes presenta y comienza a definir en los cuatro cuadernos que lo componen.  Sin embargo, no sigue las consideraciones del ahora considerado biógrafo principal del cimmerio, quien en su ensayo La Tormenta Oscura indicó algunos de los posibles pasos seguidos por Conan y Natala tras su estancia en Xuthal: viaje hacia el Detalle periplo Dale Rippenoroeste bordeando el desierto, junto a una caravana en la que se enrola como guardia, con la que atravie-san la zona occidental de Darfar (donde conoce el culto caníbal que reencontrará más tarde en Los Antropófagos de Zamboula) y el lago Zuad (origen del pueblo Tlazitlan rebelde que se refugia en Xuchotl, según se narra en Clavos Rojos). El viaje finalizaría en Luxor, la ciudad más cosmopolita de Estigia, donde la pareja se separa y Conan parte hacia las Oasis1ciudades-estado de Shem, y de allí a Khauran. Todo un periplo de aventuras posibles por desarrollar, que Roy Thomas nunca habría dejado de utilizar, pero que Van Lentequiero imaginar que por exigencias de tiempo y el contrato firmado con Dark Horse– parece eludir y deja pasar de forma rápida, directa y nada consistente (confieso que, por lo demostrado en otros aspectos y personajes secundarios, esperaba mayor documentación y preparación del trabajo, sobre todo en lo geográfico…).

OasisEn su historia, Conan y Natala atra-viesan el desierto, en busca de ese oasis que Thalis indicó se hallaba a un día de marcha desde la ciudad. Por el camino, tras una tormenta de arena, encuentran a Valerius y un destacamento de tropas de Khauran (¿en serio…? ¿allí…? Mirad, por favor, el mapa donde recreo la propuesta de Rippke), que custodian un carruaje con cierta dama importante.  También se les une un extraño viajero solitario, Kerim Sha, que dice ser iranistaní, pero en quien reconocemos al príncipe turanio sicario de Yezdigerd, extraído de El Pueblo del Circulo Negro (primera colaboración de Van Lente para el personaje, ver reseña aquí). Juntos Oasis4alcanzan el oasis (más bien un gran lago en el desierto) y una ciudadela de torre alta, cuya llama elevada ilumina como un faro a los viajeros.  En la cercanía, los restos de una caravana quizás masacrada por los bandidos zuagirs de un tal Olgerd Vladislav.

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Oasis3La historia se hace más compleja con la presencia de la reina Taramis, una secta de monjes guerreros seguidores de Asura, cuya misión es mantener la luz del faro para combatir al demonio-sombra Nazu, su némesis; una banda de 100 mujeres asaltantes de caravanas, antiguas esclavas liberadas por Janissa, la Hacedora de Viudas [3], extraordinaria mujer-guerrera con estilo de lucha acrobática, antigua compañera de Conan y una muy digna oponente (no falta un nuevo combate entre ambos); y su anterior jefa, la Huesuda Dama de los Huesos, heraldo de dioses primigenios que, apagada la luz del faro, convoca a Nazu, el gran ancestral.  De nuevo pinceladas lovecraftianas en una historia que podría quedar mejor construida si no se saltara imposibles barreras de espacio para ganar tiempo, en esa reunión forzada de Taramis con los turanios en un desierto de Kush confundido con Shem.  Al final, Van Lente suspende en geografía Hiboria.

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Gráficamente, supone el regreso de Brian Ching, alabado en ciertos medios, y odiado Oasis2bpor viejos aficionados, que prefieren el canon clásico a su dibujo esquematizado y caricaturesco…, pero tremendamente expresivo, añadiría yo.  Y es que, una vez superada la reacción inicial contra su falta de realismo anatómico que muchos preferimos para Conan, hay que reconocerle el ritmo narrativo que imprime a sus páginas, con predominio (quizá en exceso) de la viñeta horizontal, esos cambios de enfoque y movimientos de cámara, en ocasio-nes cinematográficos, o el dinamismo de sus personajes en escenas de acción, la flexibilidad de unos cuerpos de trazo simple (y no tan simple), y la Oasis6bintensa expresi-vidad de unos rostros de gesto exagerado hasta el extremo; cualidades que, en conjunto, resultan muy efectistas.  Sí. Mirando más allá de los propios deseos se disfruta mejor de un cómic.

Natala deja a Conan para integrarse en las filas de liberación feministas de Janissa, y el cimerio se aleja hacia el horizonte de un Khauran lejano, donde le espera una cruz, y una de esas grandes historias que construyó R.E.HowardNacerá una Bruja. Confiemos en que su adaptación resulte digna…

CEV 20-25

Conan-0-Volumen[1] – 20 volúmenes, si contamos el tomo 0, Conan: Nacido en el campo de batalla, donde se narra su nacimiento, niñez y adolescencia en Cimmeria, hasta la toma de Venarium.

Una narración excelente con guión de Kurt Busiek y dibujos de Greg Ruth, que puedes recordar en este enlace a la reseña  que realizamos en su día.

CEV 21 Michael Atiyeh[2] – Adaptación en seis cuadernos de la historia homónima de Howard, de los que hasta el momento se han publicado cuatro, con guión de Van Lente y dibujos de Brian Ching. Cinco de sus portadas a cargo de Michael Atiyeh, y una de Simon Bisley (Slaine).  

CONAN2016 Mark Schultz Variante 1Dark Horse ya ha anunciado el siguiente arco argumental: Conan the Slayer (el Asesino), con guiones de Cullem Bunn y dibujos del español Sergio Dávila (conocido por su trabajo en Red Sonja, con un estilo que gustará a más de un nostágico).  Portadas de Lee Bermejo, más una especial de Mark Schultz para el primer cuaderno, que aparecerá en julio.

Portada triple de Sergio Dávila

Portada triple de Sergio Dávila para Dynamite (Red Sonja, Vampirella y Dejah Thoris)

JANISSA Cary Nord[3]Janissa the Widowmaker (la Enviudadora, o Hacedora de Viudas), excelente personaje creado por Kurt Busiek y Cary Nord en Conan#12 (introducida en el prólogo a El Dios del Cuenco), como contrapartida a la Red Sonja de Roy Thomas en Marvel. En español, sus aventuras juntos pueden encontrarse en el volumen 2 de la colección, Conan: El Dios del Cuenco y otros relatos.

SON DE PIEDRA y otros relatos de RAFAEL MARÍN

Ficha Son de PiedraHacía tiempo que no leía nada de Rafael Marín, al que sigo habitualmente en su blog-bitácora Crisei o sus incursiones por facebook, prolífico en grupos.  Hace mucho también que nada escribo por aquí, meses, que deberían haber supuesto diversos post sobre lecturas interesantes (al menos para mí), ahora pendientes de recuperar (R.E.Howard, Joe Abercrombie, Brandon Sanderson, Steve Erikson, Leigh Brackett, Harold Lamb…).  Quería volver, pero no me decidía; o no encontraba entusiasmo suficiente para hacerlo.  Son de Piedra, que terminé ayer mismo, lo ha conseguido.

Dejé al Rafael Marín autor hace años, junto a la Ciencia Ficción, por falta de tiempo para tanto (salvo alguna incursión elegida muy de vez en cuando, para no perder las buenas costumbres); a cambio, y dejando a un lado su vertiente cómic o traducción, me perdí su obra fantástica, y su trasvase al realismo mágico de una Cádiz (Cadi, como él dice) que es una pasión en sí misma y el entorno mágico que inspira su imaginación. Agradezco a Luis G. Prado la recuperación de estos relatos desde Artifexque me han permitido acceder a una nueva perspectiva del autor y su obra, con la que he disfrutado más de lo que esperaba.

Porque Marín no sólo imagina episodios cotidianos, a los que envuelve en un contenido fantástico o mágico para crear una historia, sino que utiliza su propio entorno y vivencias personales para construirlas (todo autor lo hace, en mayor o menor medida, pero Rafa lo hace muy bien); y por encima de todo, costumbrismo o fantasía, realismo o ficción, cuenta cosas (como esas piedras que le hablan a Chloe) que suenan a cerca, a propias, a sentimiento, creíbles.  Y eso gusta.  Me gusta.

Como me gusta, y mucho, que sienta y viva su ciudad (todos los gaditanos lo hacen; lo dice un malagueño, con algo de envidia) y la tenga tan presente en su obra:  Así, Son de Piedra es un relato mágico que rememora en dos momentos de tiempo sensaciones de esa Cádiz colonial que se enlaza con La Habana, de forma similar a como Carlos Cano lo hacía poniendo música a la letra de Antonio Burgos (sobrevolaba su canto mientras Explosión polvorínleía).  Sorprende en Una Canica en la Palmera, al revivir un episodio de 1947, la explosión del polvorín de la armada, que aún hoy pervive en la memoria colectiva de la ciudad (lo sé porque mi amigo Rafa -otro Rafael, también gaditano-, me lo ha contado varias veces); pero aquí lo hace a través de unos ojos infantiles que añaden a la historia un toque toque tétrico espeluznante.  Como tétrico resulta El Último Suspiro, relato con tintes románticos becquerianos (pero más cotidiano y canalla) de cadáveres y cemen-terios, y un bareto perdido en el que Torre (sosias cercano a lo sobrenatural del propio autor devenido en demiurgo) asiste como convidado de piedra a una extraña partida de dominó, que a la postre resulta juicio espectral sobre un asesinato pendiente. Por La piel que te hice en el aire transitan todos los personajes de la movida madrileña de los ’80, que el autor confiesa no haber vivido pero retrata con acierto y una sensibilidad que conmueve, entremezclada con anécdotas reales y el fantasma trasunto de una Quimera inventada. La ciudad de su niñez cobra vida en Las Brumas de África, ya sin espectros, pero con un personaje al que nada altera su rutina habitual, y un regusto a librería de pulp y cómics perdidos que despierta añoranzas de otra época.

Ya sin Cádiz como trasfondo, por los versos sin rima de Epigramagia deambulan y transitan personajes de pulpa y tebeos, y cine, y literatura fantástica clásica, que son un guiño a sentimientos propios y compartidos y estimulan la sonrisa del lector aficionado.  Y pura historieta -novelada a falta de otro medio-, resulta Llena eres de Gracia, con la llegada de Ángela a ese trío de ángeles asesinos con patente de corso vaticana para combatir al mal demoníaco por cualquier medio (¡qué gran serie de cómic o televisión hubiera sido Ora Pro Nobis…! [1], imaginada tres años antes que la canadiense y de éxito Supernatural).   Y sobre esta piedra posee también pulsión vaticana, sólo que de corte futurista (¿premonitorio?), un space-opera un tanto sui generis y con mensaje, frente a la pura acción de la anterior: los intereses de las grandes corporaciones que dominan al mundo, incluido el Vaticano, fagocitan todo intento de buenas intenciones que posean sus miembros (hay cierta alusión al Papa Francisco en sus comentarios -y ¿por qué no? en ese Jerónimo Sierra descrito 15 años antes de su nombramiento-).  …Algo de visionario demuestra el autor a lo largo de los relatos y comentarios de esta selección.

Mención aparte merece La sed de las panteras, que debió llamarse La Maja muerta, una historia ambientada en el Madrid sitiado de la guerra civil española, donde Picasso y Alberti se convierten en personajes de un relato en el que se también se citan Mª Teresa León o José Bergamín, junto a Largo Caballero, Durruti y Miaja entre otros. Pero en el que el protagonista, además del miliciano Dumas, es Goya y el misterio tenebroso de uno de sus cuadros, desconocido y maldito, oculto en el Museo del Prado. Tan maldito que aconseja la intervención de los Ora Pro Nobis de la época. ¡Digno de un episodio del Ministerio del Tiempo, Javier Olivares!

Dejo para el final Bibliópolis -el único relato de los que componen el libro que conocía-, por lo de majestuoso que tiene la idea y su concepción, no sé si onírica o sutilmente imaginativa, pero impresionante siempre: esa «ciudad de mármol, infinita, llena de libros» donde se encuentran las historias no escritas (aún o nunca) de todo autor.   Una idea tan genial (y concebida dos años antes) como el Cementerio de los libros olvidados de Ruíz Zafón, solo que sin su tirada ni reconocimiento mediático (aunque con ese premio especial y único de haber dado nombre a una editorial).  Sólo por su concepción -o sueño- Rafa Marín es un genio, si no lo fuera también por el resto de sus historias y personajes de toda índole, género o medio en el que se aventura a escribir.

No os lo perdáis.  Y disfrutad.

[1] En estos días que Dolmen Editorial anuncia la publicación de Iberia Inc. integral (la mejor serie de superhéroes españoles, ¿para cuándo Triada Vértice?), voto por que Rafa Marín se anime a continuar OPN (mejor si es historieta, pues así es como la he «visto» mientras la leía…).

Iberia Inc

EL PIRATA NEGRO, de Arnaldo Visconti. Aventura para el verano.

Ficha  El Pirata Negro

Nombrar El Pirata Negro consigue que en nuestra memoria despierten recuerdos vívidos de incansables aventuras en mares lejanos, Caribe o Antillas de aguas azules; abordajes, persecuciones navales, batallas entre embarcaciones desarboladas, olor a pólvora, y el sonido metálico de sables o espadones entrechocados y cruzando fintas; pillaje y saqueo en poblaciones costeras que arden, ron antillano, crueldad y honor entrelazados, sin faltar El Corsario Negro Salgarimujeres bellas en peligro, o peligrosas como ellas mismas. Todo ello desde que Emilio Salgari escribiese en 1898 (antes que Sandokán, su mayor éxito), Il Corsaro Nero, la historia de un noble italiano que deviene en filibustero movido por la venganza sobre el asesino de sus hermanos. O en 1926, cuando Douglas Fairbanks da vida a The Black Pirate, de Albert Par-ker, la primera película del gé-nero, con una historia de cor-te similar, que dio inicio a un sin fin más de aventuras de entorno y nombre similar, Capitán Blood (1935), El Cisne Negro (1942), o El Temible Burlón (1952), por citar sólo algunos ejemplos más carismáticos y de grato recuerdo personal.

Pero en España fue Carlos LezamaEl Pirata El_pirata_negro-FairbanksNegro quien enarboló como ninguno el pabellón de la aventura allende los mares, en un entorno que necesariamente debía sentirse cercano, por cuanto formaba parte de la gran -y ya decadente- corona española de los Austrias.  En 1943, en la España de la post-guerra y el estraperlo, la represión y el espionaje, Pedro Víctor Debrigode Dugi (un hombre culto al que la guerra impidió terminar sus estudios de derecho), comenzó a escribir desde la cárcel novelas detectivescas y de espías (él mismo había sido acusado de serlo).  Lo hizo bajo seudónimos, el más conocido de los cuales, Peter Debry, es ya un clásico, pionero de la novela negra española; pero también escribió obras del oeste, aventuras, incluso justicieros enmascarados bajo influencia de La Sombra y Doc Savage, cuyas traducciones impactaban en un país necesitado de evasión y justicia. Eso sí, siempre, bajo nombre imaginario, de corte extranjero: P.V.Debrigaw, Arnold Briggs, Geo Marvik, Peter Briggs, V.Debrigaw, o Vic Peterson.  Pero no sería hasta El Pirata Negro Joan Mundet1946 cuando, ya en libertad, se publicó la primera novela de El Pirata Negro, ahora bajo seudónimo de Arnaldo Visconti, su otro gran alter-ego, que le elevó a las cumbres del éxito popular como escritor de aventuras.

Con una producción que supera el millar de títulos, Debrigode y sus seudónimos fue uno de los más significativos autores de la novela popular española de los años 40 y 50.  Su facilidad para crear historias (85 novelas completas de El Pirata Negro en tres años¹ ), varias a un tiempo, y de distintos personajes y géneros, no impedía que estuviesen dotadas de calidad literaria, datos y situaciones creíbles más que suficientes como para impactar en un público de cientos de miles de lectores que recreaban sus ensoñaciones en paisajes lejanos y aventuras sin límites.  Por eso, la edición de Darkland Editorial representa todo un acierto, que recupera para el público de hoy uno de los más prestigiosos y aclamados personajes del siglo pasado, y reivindica a un autor que hoy, salvo en el mundillo del aficionado al pulp y el bolsilibro de antaño, resulta prácticamente desconocido.  Y es de justicia reivindicarlo.

EPN-1 Provensal

La edición de Darkland recupera, bajo el título genérico de El Pirata Negro, las cuatro primeras novelas del personaje.  Aventuras diferentes, pero enlazadas entre sí, que constituyen una secuencia temporal completa, donde conocemos al personaje, un pirata atípico, más justiciero de los mares que saqueador, que enarbola con orgullo el pabellón español -incluso frente a otros espa-ñoles- de la justicia, la nobleza, y la defensa del pueblo llano frente a cualquier opresor; caballero sin ser noble (¿o sí?), desprendido sin desdeñar un buen botín, jamás asaltará a pillaje una población -antes, al contrario, defenderá al criollo- ni violentará a mujeres; su carácter inquieto, extrovertido, pendenciero y fanfarrón en gran parte, y una fuerte personalidad, le lleva a ser adorado por unos hombres que le siguen sin cuestionar sus órdenes, convencidos siempre que son la mejor opción.  Cuando lo conocemos, en La Espada Justiciera, ya es perseguido por las autoridades españolas por piratería (más adelante se sabrá que debido a una acusación injusta), al tiempo que se ha labrado una fama entre los habitantes costeros e indígenas de pirata bueno yEPN1 Joan Mundet noble, una espada justiciera.  La historia transcurre en Panamá, en 1693, cuando Carlos Lezama tiene ya 33 años, y donde posee una de sus bases secretas casi permanentes.  Allí deshará una intriga de suplantación del Virrey por parte del malísimo secretario D’Almeida, su mano derecha, coronel de la guardia portuguesa, quien actúa en colaboración de la bellísima Olinda, la hechicera india que vive en la selva.  Lo hará a petición de Blanca de Viala, decidida hija del Virrey, y el apuesto y noble capitán Raúl de Montemar.  Y, por supuesto, sus piratas del «Aquilón«: «Cien Chirlos», segundo al mando, tan feo y bruto como leal; Tichli, el timonel, un gigantesco negro cubano, o Juanón, el esforzado pirata con cara de angelote inocente, al  que -por eso- utiliza siempre como espía.  Personajes, todos, estereotipos de fácil identificación, que consiguen pronto el posicionamiento del lector, a favor o en contra, pero envueltos siempre en una aventura continua, de buen ritmo narrativo y trama a veces sencilla y en otras compleja, bien elaborada, hasta completar un folletín aventurero propio de la época, presentado con magníficas portadas ilustradas a color por un genio como Provensal.

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En la segunda novela, La Bella Corsaria, Debri-gode (Arnaldo Visconti), apuesta fuerte por el melodrama y consigue que nuestro brioso pirata, (desplazado a París para obtener información de un cargamento de oro francés que piensa abordar), se enamore de una bella dama admirada por toda la nobleza francesa, Jacqueline de Brest… y ella le corresponda.  La segunda parte de la novela transcurre en los mares de Las Antillas y tierras de Haití, enfrascado en la búsqueda y obtención del tesoro francés,  y más tarde su pérdida a manos de La Corsaria Bretona, (presentada como personaje real del S.XVII, tan temido como los famosos EPN2 Joan MundetMorgan, Drake… o el mismísimo Pirata Negro) y que no es otra que… (¡sí, claro, ¿quien si no?).  La trama se complica con la solicitud de ayuda de una criolla frente el gobernador de Haití, Hugues Doorn, un holandés sin escrúpulos, al que el altruismo de Carlos Lezama no puede evitar enfrentarse; para encontrarlo aliado a La Cosaria Bretona, que lo aprisiona. Líos, enredos, huidas, duelos, giros de acción y la devolución de Port-au-Prince a los haitianos, agrandan la figura del Pirata Negro como Espada justiciera de los criollos frente al opresor extranjero, pero no conseguirán evitar la huida de La Bella Corsaria, cuyo barco persigue nuestro héroe, sin éxito.

EPN-3 ProvensalLa siguiente aventura Sucedió en Jamaica, lugar donde Carlos Lezama persigue a La Corsaria Bretona, pensando que se esconde en alguno de sus puertos o radas.  No dará con ella, pero contacta con Thomas L’Agnelet, uno de los más temidos bucaneros franceses, ya retirado, quien llegó a burlar por cinco veces la horca (El Pirata Negro sólo tres hasta entonces). Pero será capturado por las tropas inglesas al mando del teniente Clerk y conducido a Kingston; si bien, promete seguir los pasos de l’Agnelet y volver a encontrarse.  No sólo consigue cumplir su promesa, gracias a las intrigas y enfrentamientos entre las familias del gobernador actual y el anterior, sino que se verá envuelto en un juego de circunstancias similares a las de la primera aventura en Panamá, en las que vuelve a asumir el rol de pirata bueno y comprometido –espada de la justicia– que le antecede, y en EPN3 Joan Mundetuna repetición a la inglesa de aquella trama, entremezclará la huida sorprendente por pasadizos secretos, lucha con un salvaje jaguar en la selva (de la que obtiene un cachorro, que conservará), la complicidad de dos bellas damas de diferentes edades y el secuestro fingido de una tercera, el restablecimiento de la legalidad y la justicia escarnecidas por el egoísmo y la avaricia de un bribón elegante, y el secreto reconocimiento de su nobleza por parte de las autoridades inglesas.  De vuelta al mar, a bordo del «Aquilón», los náufragos de una balsa que encuentran le informa del saqueo de Cayo Santiago por parte de las fuerzas aliadas del inglés Gorman, el francés Curbec, y la Corsaria Bretona, y dirige hacia allí su barco.

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Brazo de Hierro es el apodo que recibe Héctor Curbec, un francés implacable y frío, imagen clásica del pirata cruel y despiadado, que luce, además,  un terrible y efectivo garfio de hierro en lugar de su mano izquierda amputada.  También el título de la novela que cierra el volumen, donde Arnaldo Visconti deja -al fin- libre las riendas de su mejor narrativa y describe con todo detalle el saqueo y pillaje de ciudades a manos de los filibusteros, el descarnado enfrentamiento entre tripulantes de naves piratas en alta mar, o el asalto de una ensenada donde se esconde el galeón que contiene el inmenso tesoro obtenido tras el saqueo de Cayo Santiago.  Bergantines al pairo, baterías de cañones que escupen fuego, EPN4 Joan Mundetsangre, duelos personales, cuerpos mutilados, cabezas cercenadas, marinos devorados por tiburones, o ajusticiados colgando bocabajo de los mástiles… rodeados de acción y aventura a raudales; y aderezado con la trágica historia de dos enamorados en bandos contrarios, que se ayudan y sacrifican sin resultados hasta el final.  Un final inesperado, que añade intriga y dolor al corazón de Carlos Lezama, quien vuelca sus caricias en el cachorro de jaguar que es su única compañía en el camarote.  No sería, sin embargo, la última vez que Jacqueline de Brest se pasee por las páginas de El Pirata Negro.

Todo eso aguarda entre las páginas de esta edición histórica de Darkland (es la primera vez que se reimprimen las novelas desde que fueron publicadas en 1946), una propuesta refrescante de lectura para el verano: aventura al más viejo estilo; personajes -maniqueos, sin duda- en la que el malo es malísimo, cruel y El Pirata Negro recortedespiadado, y casi siempre extranjero, y el bueno noble y defensor de la justicia, y casi siempre español; unas damas sumisas, como corresponde a la época, pero también intrépidas y decididas, que no dudan en abandonar el recato en pos del bien natural, cuando no transgredirlo de forma inocente o descarada. El buen hacer de Debrigode consigue presentar a todos ellos rodeados de un halo histórico que les confiere credibilidad; como hace creíbles sus ciudades y puertos del siglo XVII, por mucho que no sea así (Cayo Santiago es, supuestamente una de las ciudades más ricas del Caribe; cuando en realidad se trata una pequeña isla solo habitada por monos, conocida como La Isla de los MonosThe Monkey Island).  El estilo literario de Arnaldo Visconti mezcla un lenguaje floreado, hiperbólico y cuajado de arcaísmos, con una narrativa ágil, que consiguió el favor del público rápidamente.  Leído hoy, te deja el regusto añejo de una antigua película de piratas, en blanco y negro o technicolor. ¡Pero qué grandes películas de aventuras se hicieron entonces!

EPN-1Av ProvensalNo conozco el resto de novelas de El Pirata Negro (pese a mis años, no alcanzo edad para hacerlo), pero sabiendo que Debrigode le hace navegar por los siete mares del mundo, rodeado de personajes pintorescos de toda índole, mujeres intrépidas y esa aventura imparable que he leído, sería de agradecer que Darkland continuase la recuperación de más novelas del personaje, aunque sea en formato digital.  Ya lo ha hecho, con La Primera Aventura, la primera de cuatro novelas que supuso el regreso del personaje en 1952 dentro de la Colección Iris, con personajes todos de Arnaldo Visconti (también Diego Montes, El Halcón, y El Aguilucho, éste de nueva creación). En esta aventura se cuenta el origen de Carlos Lezama, el porqué de su nombre: el del mismo del rey de España (un posible error del autor²), su acusación (irreal) como pirata, y el porqué de su apodo, El Pirata Negro.  Animo a todos a conocerla, pues se puede descargar gratuitamente de la página web de la editorial.

Las cuatro novelas del volumen se encuentran también disponibles en formato electrónico (de forma individual; la edición de papel es una recopilación de las mismas, de ahí que en el libro cada una reinicie la numeración de sus páginas), adornadas con esos dibujos a plumilla de Joan Mundet, en recuerdo de aquellas ilustraciones interiores de Cifré o Bernet. 

DARKLAND_LOGO_WEB-10Darkland Editorial surge como iniciativa de unos apasionados de las novelas pulp, que sin duda hay que apoyar, pues recoge y recupera muchas de aquellas novelas populares de origen patrio que incentivaron la imaginación de nuestros padres o abuelos (y también, hoy, la nuestra), junto otras extranjeras consideradas clásicas o de calidad (más no por ello mejores) como las de Salgari, Sabatini, D.Hammet, Carter Dickson o Maxwell Grant (La Sombra).

Recomendamos a todos los interesados un paseo por su página web, pues la mayoría de ellas se encuentran disponibles gratis, para su descarga en formato electrónico.

  1. La relación completa de los 85 títulos de novelas de El Pirata Negro puede encontrarse en el blog dedicado al excelente ilustrador que fue Jaume Provensal i Bau, quien dibujó todas sus portadas, obra de su nieta Diana (seguir este enlace).

  2. Debrigode se equivoca por poco, o induce al error: Carlos II, el último de los Austrias, no reinó hasta 1665, siendo Felipe el nombre de sus antecesores.  Según cuenta «Mamasita» Frijoles a Tato del Volcán, le puso «el nombre del dueño de las Españas y estas tierras» (Panamá).  Encontró al niño «cuando lo abandonaron, al apenas abrir los ojazos», y la historia se inicia en 1670, cuando Carlos tiene 10 años… A no ser que con dueño se refiera al Príncipe de España, no al Rey (de hecho, llama a Carlos «principito«…)

Los próximos CONAN: LA HORDA MALDITA. Van Lente se hace con el personaje.

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Portada de La Horda Maldita,    por Dan Scott

Digamos de inicio que el segundo arco argumental de Conan el Vengador: La Horda Maldita, no contiene ningún relato o fragmento original de Robert E. Howard, aunque sí una versión de los sucesos previos a Xuthal del Anochecer (que llegará en el siguiente volumen) que se citan en dicho relato y concluyen con la huida de Conan y Natala en solitario hacia el desierto. Su guionista, Fred Van Lente, utiliza de hecho las tres primeras páginas del tomo y las cinco del final, para situar a la pareja a las puertas de la ciudad de los durmientes comedores de loto y la Sombra Deslizante.  Entre medias, el volumen reconstruye -como en el relato original de Howard– un largo flashback del bárbaro, que recuerda su paso por el ejército mercenario del príncipe rebelde Almuric de Koth, enfrentado al rey Strabonus, su saqueo de ciudades fronterizas de Shem, Estigia y Kush, antes de ser aniquilado por las fuerzas combinadas estigias y shemitas, y una extraña plaga negra convocada por los estigios(1). Al mismo tiempo, se las ingenia para relacionar estos hechos con los sucesos del volumen anterior, Sombras sobre Kush (reseña aquí), haciendo que Diana y Natala sean hermanas, conocedoras del paradero de un antiguo y

Portada de John Picaccio

Portada de John Picaccio

fabuloso tesoro estigio, que el bárbaro no puede dejar de buscar.  Pero también para enlazar con hechos previos del personaje en Dark Horse (2), que enriquecen y aportan continuidad a la serie.

Salvando algún que otro cambio menor (3) de importancia secundaria en la historia y personajes en pos de la construcción de su narración, reconozco que esas primeras sensaciones positivas sobre el trabajo de Van Lente que refería en la reseña anterior se van confirmando, pues el uso de guiños y referencias a situaciones conocidas demuestra un buen conocimiento y documentación sobre el personaje, que los seguidores siempre agradecemos.

Portada de Daryl Mandryk

Portada de. Daryl Mandryk

En el primer cuaderno, Conan, con algo más de 25 años, abandona Shumballa junto a la esclava Diana, los restos de la guardia real (un grupo llamado ahora «los bastardos de Amra«), y la intención de conseguir el fabuloso tesoro estigio, en busca de Natala, esclava en la ciudad shemita de Nippr (un claro remedo de la sumeria Nippur). En el camino se toparán con una extraña partida de salvajes ligurianos (¿?) al mando de un cimmerio renegado, Eamon el Desollado, que forma parte del ejército mercenario del príncipe Almuric.  Cuando éste se entera de la existencia del tesoro, a Conan y sus hombres no les queda más remedio que integrarse en el ejército rebelde para asaltar la ciudad donde se encuentra Natala.

Batalla de Nippr

Portada de Steve Ellis

Portada de Steve Ellis

Los dos siguientes cuadernos, aparte de reflejar intereses personales de algunos actores secundarios (alguno de ellos, estereotipos un tanto exagerados) de la trama, que la enriquece y consigue que no resulte plana en una sola narración, se centra en la conquista y saqueo de la ciudad de Nippr, descrito de forma ágil y violenta en diversas páginas dobles de acción intensa. También el encuentro entre las hermanas, la coalición de ciudades estados de Shem contra el ejército mercenario, y la entrada en liza de los estigios, centrado en un personaje que difícilmente un guionista de Conan podría dejar de utilizar: Thoth-Amon del Anillo Negro, convertido en el cómic en el enemigo excelso (aunque no directo) del cimmerio; en este caso por su interés por el tesoro estigio que persiguen, pues contiene algo que todo buen hechicero desea conseguir: el mítico libro de Skelos.

Thoh-Amon

Plaga NegraEl desarrollo de Thoth-Amon es curioso, pues es presentado como un ser de gran poder, envuelto en un enfrentamiento ancestral con otros príncipes y sacerdotes estigios a través de eones, que enlaza con la lejana Liguria o aliados arcanos de reminiscencias lovecraftianas, como Nyarlathotep. No es ésta una de las peores concepciones del personaje que he visto: al considerar que puede obtener un poder superior, se implica personalmente en los hechos, tanto en la eliminación del ejército que invade Estigia como en la captura de Natala, quien puede guiarle hasta el ansiado tesoro de poder ancestral.  Suyas son la nube de peste negra que asola la mitad de las tropas, o la intriga que consigue enfrentar a los supervivientes, más allá del truco (no por conocido menos efectista) de convertir en serpiente la espada de Conan.  Su presencia es tal que se erige en protagonista de los tres últimos cuadernos de este arco, aunque sus planes  no culminen con el éxito esperado, debido -como es de esperar- al cimmerio, pero también a Natala.

Portada de Anthony Palumbo

Portada de Anthony Palumbo

Ese es otro de los elementos que quisiera destacar: el papel que Van Lente otorga a las mujeres, al menos hasta el momento, lejos del rol pasivo que suele corresponder en otras ocasiones a las compañeras de Conan (más allá de las que son mujeres guerreras, y con la excepción -claro está- de la Devi Yasmina).  Tanto Diana como Natala han sido esclavas, y como tal se han visto obligadas a adoptar una actitud sumisa; pero cuando las circunstancias cambian y lo permiten, o es necesario, se rebelan y demuestran su personalidad, con un arrojo y valor que les ayuda a contrarrestar su indefensión.

Gráficamente, más allá de las buenas portadas que reproducimos, el dibujo de Brian Ching sigue el estándar que Dark Horse parece haber adoptado para el cimmerio en esta etapa de su vida (4): alguien mas joven y flexible, menos robusto y musculado, tal vez cercano al de Barry W. Smith de los orígenes (aunque ni por asomo comparable), dibujado también por jóvenes promesas como lo fue aquel.  El problema es que Smith evolucionó hacia una grandiosidad estética y estilística que no poseen los actuales dibujantes; la imagen del cimmerio se relaciona con unos estándares diferentes, y eso descuadra al aficionado. Comparemos si no la misma escena de inicio por Brian Ching y Alfredo Alcalá, y los rostros que ambos dibujantes aportan al personaje en un mismo momento.

Comparado Ching Alcalá

Todo es cuestión de estética, estilos, o gustos si queremos; por supuesto, considerando épocas y técnicas diferentes, color incluido.  El Conan de Ching no es el enclenque que imaginas de inicios, por mucho que lo parezca en alguna viñeta de dibujo excesiva-mente esquematizado; tampoco esa formidable mole de músculos que dibuja Alcalá o Valor DianaBuscema. Es el estilo lo que los hace diferente, mucho más dotado de realismo y cercano a la ilustración en el caso anterior. Sin embargo, el rostro de Ching corresponde a alguien más joven (más dotado también de cinismo que el siempre amenazador de Alcalá), apropiado para alguien con 25 años (5). Cuestión de gustos, ya digo.  Lo esencial en un cómic es que consiga transmitir sensaciones que construyan una buena historia.  Y hay que reconocer que, por momentos, Brian Ching lo logra, combinando escenas ágiles de acción, páginas dobles, cambios de vistas, e imágenes impactantes, por mucho que yo prefiera la estética realista del canon anterior, e incluso me disgusten algunos de sus dibujos, esquematizados en exceso, hasta un extremo caricaturesco.  Se pueden conseguir cuerpos jóvenes y elásticos, cargados de expresión, con un buen dibujo de estilo realista.  Quien lo dude, puede repasar los bocetos y dibujos de Greg Ruth para el volumen 0 de Conan: Nacido en el Campo de Batalla.

Horda1-2

Respecto a la historia, ya comenté que, de momento, y tras lo visto en otros casos, Fred Van Lente me despierta sensaciones positivas, que espero mantenga.  Me basta con que no pretenda reescribir a Howard, y sí complementarlo, utilizando para ello recursos y Sueños de papá herreroreferencias del mismo autor tejano (la muerte de Almuric, descrita en el texto en una referencia posterior; lo comentado de La Hora del Dragon…), al tiempo que suyos propios.  Y en este sentido, más allá de ciertos personajes demasiado estereotipados (la locura de Aemon; el noble Almuric, estúpido y odioso; Shuma, de exagerada venganza), me llama la atención la utilización de nuevo del inconsciente para recibir consejos o comentarios vitales de un padre herrero olvidado, que se aparece a Conan en sueños. Un recurso de reminis-cencias bárbaras, que me ha gustado. También esos giros de guión por los que un Thoth-Amon que se considera superior al salvaje, no le da muerte y deja opción a salvarse por sus medios, pero lo condena a la plaga y la rebelión de los suyos, para verse obligado después a salvar su vida, tras luchar codo a codo contra la Horda Maldita.

Parece que Van Lente le ha cogido el pulso al personaje y la serie. Le doy un voto de confianza, a la espera de su Xuthal del Anochecer (o el Crepúsculo) finalizado en junio.

Portadas de los tres números , por Eric Powell

Portadas de los tres números , por Eric Powell

NOTAS:

  1. En los recuerdos de los hechos que Conan realiza mientras se encamina hacia Xuthal del Crepúsculo no se menciona el uso de la magia negra estigia como motivo de la derrota. Pero sí en La Hora del Dragón, cuando los narra a Pallantides tras su pesadilla en el valle de Valkia, poco antes de la batalla contra el ejército de Tarascus«¡No! La Peste Negra no es una pestilencia común.  Acecha en las tumbas de Estigia y sólo acude al llamado de los hechiceros.  Yo era soldado de a pie en el ejército del Príncipe Almuric que invadió Estigia, y de los treinta mil hombres que formaban, quince mil perecieron bajo las flechas, y el resto de una peste negra que calló sobre nosotros en alas de un viento del sur.  Sólo yo sobreviví».  Van Lente así lo cita y utiliza, siguiendo a Dale Rippke, cuya nueva cronología sobre el cimmerio sigue Dark Horse.
  2. Se remonta a los orígenes de la serie, aún a cargo de sus creadores, Curt Busiek y Cary Nord.  En el tomo 2, donde se adapta El Dios del Cuenco, Conan protege a Kalanthes, sacerdote de Ibis, frente a Thoth-Amón, que utiliza para perseguirlos una plaga negra mortal de insectos y escarabajos.
  3. En los relatos originales, tanto Diana como Natala son esclavas, originarias de ciudades «civilizadas».  Pero si bien esta última es, en efecto, britunia, en la sinopsis de Howard Natala es descrita como nemedia, por lo que nunca podrían ser hermanas.
  4. Desde que Tomás Giorello dejó la serie, en el tomo 10, tras la adaptación de Sombras de Hierro en la Luna.  Es posible que su dibujo, cercano al de Buscema en la época de Marvel, y siguiendo también el estandar Frazetta se adaptase mejor a épocas más maduras del personaje, y eso que ha ganado la serie Conan Rey.
  5. Es cierto que la historia Xuthal del Crepúsculo / La Sombra Deslizante se sitúa en una época diferente, unos 10 años más adelante (tras El Pueblo del Círculo Negro), en la anterior cronología oficial, de Miller y Clark que sigue Roy Thomas en su época de Marvel.  Pero Joe Marek descubrió que en El Diablo de Hierro se cita a los comedores de loto de Xuthal, que Conan debía conocer, por lo que Dale Rippke la re-situó en esta época en su esquema revisado, hoy considerado oficial.