DARK FANTASIES. Antología magnífica de Fantasía Oscura.

No siempre me han atraído las antologías.  Puede que al principio, cuando comenzaba a leer, por aquello de ampliar la base de autores y estilos.  Después, salvo excepciones (hay autores cuyo dominio del relato le hace mejor en distancias cortas), he preferido el desarrollo amplio de personajes y situaciones que permite la extensión de una novela. Sin embargo, desde hace un tiempo, vuelvo a disfrutar de las selecciones, las antologías de autores diversos, incluso relatos de un solo autor que domine el género; cosas de la edad, supongo.  También del abrir la mente a una concisión de ideas, disfrutar del impacto súbito del concepto, la genialidad de lo breve, la obtención de múltiples desarrollos en el mismo espacio que uno solo; sin desdeñar la opción alterna. Todo depende del autor, o autores seleccionados.  Y, en especial, del antólogo, su conocimiento, visión y acierto; del cariño que pone al hacerlo.

No voy a descubrir ahora a Mariano Villarreal.  Lo hice hace tiempo, con su impagable elenco de noticias, comentarios y reseñas de Literatura Fantástica, un clásico imprescindible para el aficionado al género; y, más tarde, en esa aventura de Novaficción desde el primer volumen, Terra Nova, allá en 2012, un clásico hoy, no ya por su contenido, sino por haber iniciado un camino que con Dark Fantasies alcanza ahora su séptimo paso, repleto de éxitos.  No en vano, al abrumador bagaje de premios internacionales que ennoblecen cada selección (Hugo, Nebula, Word Fantasy, British SF, Locus, Sturgeon, Stoker, Sidewise…), han de añadirse hasta 12 premios Ignotus de la AEFCFT de un total de 34 nominaciones (aún no elegidos los de este año, correspondientes a 2016), entre los cuales destaca el de Mejor Antología de los años 2013, 2014, 2015 (¿y 2016?).  Este es el escenario previo sobre el que nace Dark Fantasies, con parecido bagaje internacional a los anteriores y, para mí, candidato indiscutible al Ignotus de 2017.  ¿Por qué?  Sólo hay que analizar su contenido.

Pero antes de entrar en materia, ¿qué tipo de Fantasía Oscura, Dark Fantasy, nos vamos a encontrar?  Porque hay varias, según quien opine.

El tema de las etiquetas en el género fantástico es algo digno de estudio.  Últimamente asistimos a una proliferación de las mismas que abusan de términos de nuevo cuño,(con intención de potenciar un sub-género o autor y diferenciarlo de lo que se ha hecho antes, por motivos de marketing y promoción).  En líneas generales, la Fantasía Oscura viene a ser aquella zona del Género Fantástico que utiliza en su concepción el «horror sobrenatural» (algo más allá de la compresión humana), para diferenciarlo del «horror natural» (intrínseco al ser humano), de forma que obras con vampiros, zombies, fantasmas u hombres lobos (por acudir a los clásicos) serían Fantasía Oscura, mientras que Jack el Destripador, La Matanza de Texas o un atentado terrorista en cualquier capital serían Horror (por desgracia, por habitual, hoy un crimen de violencia de género no sorprende, ni genera miedo; pero también lo es…). En fin, etiquetas y más etiquetas, como digo…  Antes todo se englobaba, simplificado, bajo el subgénero de Terror (Cosas veredes, amigo Sancho...).

Así las cosas, tampoco el término o etiqueta ayuda a catalogar sin lugar a dudas el contenido de la selección; pues siguiendo esa premisa, tan Fantasía Oscura sería el Solomon Kane de R.E. Howard como la última de La Momia, de reciente estreno, o La Guerra de la Doble Muerte de Alejandro Castroguer.  Por lo que parece, el término fue acuñado por K.E.Wagner, aplicado a sus relatos de Kane (un guerrero espadachín estilo Conan, inmortal, errante, inteligente, instruido y bastante amoral); y, por extensión, se ha utilizado con esa Fantasía Heroica más sucia, realista o violenta que, hoy, con el transcurrir de los tiempos deviene en llamarse Grimdark (…más etiquetas veredes, amigo Sancho).  Otros lo asocian directamente al subgénero de Terror.

Para mí -y es opinión personal-, más allá de etiquetas y mezclas inter-géneros hoy tan habituales, lo que podría distinguir la Fantasía Oscura moderna de la Ficción de Terror (si tan necesaria fuera esa distinción) es su enfoque de los personajes y mitos que utiliza, sobre los que basa y concibe su historia: en el Terror (gótico, victoriano o moderno) el componente primordial es el miedo (en cualquiera de las tres acepciones propuestas por Noël Caroll en su libro The Philosophy of Horror: horror, terror y repulsión) y sus monstruos (sobrenaturales -los clásicos-, fabricados por el hombre -Frankenstein-, o de origen espacial -Alien-; incluso humanos) son el enemigo, la encarnación del Mal. En la Fantasía Oscura, sin abandonar el arquetipo, se pierde esa concepción maniquea: ya no existen buenos ni malos; el monstruo forma parte de la historia, como elemento de fondo o primordial, cuando no se convierte en protagonista innegable de la misma.  Y el lector, frente al miedo o repulsión anterior, lo contempla con naturalidad, como uno más, algo sustancial al entorno; y participa de sus vivencias, pensamientos, sensaciones, sentimientos o miedos (a veces, de la propia humanidad).  Pero vamos, eso también lo vivimos en Entrevista con el Vampiro de Anne Rice, o el mismo Frankenstein de Mary Shelley.  (En resumen, amigo Sancho, las etiquetas son modas que nos ha tocado vivir…)

Volviendo a la pregunta de antes: quienes hemos seguido a Mariano Villarreal sabemos que le gusta el término (etiqueta) Ficción Especulativa (ya sea aplicado a la Fantasía, Ciencia Ficción o Terror) con un enfoque cercano en el tiempo, que permita imaginar -especular- sobre cosas que pueden pasar en nuestro entorno más próximo. Ahí tenemos la respuesta: Dark Fantasies compila 16 relatos (17 para los que apoyamos la iniciativa en sus inicios) de Ficción Especulativa Oscura de extra-ordinaria calidad, divididos en dos partes bien diferenciadas:

  • Dark Fantasies, 10 relatos de autores foráneos, casi todos norteamericanos, ganadores de los más importantes premios internacionales
  • Oscuras Fantasías, 6 relatos de autores españoles (o en español), de calidad semejante a los anteriores, que si aún no han obtenido premios por su novedad, no tardarán en tenerlos tras su publicación

Y este es otro de los aciertos y atractivos de la antología que confecciona Mariano Villarreal en Sportula (en este y los volúmenes previos de Nova Ficción): el disponer a la par autores extranjeros de renombre y premiados en el mercado anglosajón con otros que escriben en castellano, pero cuyas obras (os lo aseguro, y lo podéis comprobar personalmente) tienen igual calidad que los anteriores.  Su publicación conjunta ofrece una visibilidad que de otra forma se antoja imposible; abre puertas difíciles de alcanzar por otros medios, y la posibilidad de que -en el futuro- el mercado español de Género Fantástico sea considerado en el exterior -nosotros ya lo sabemos- tan rico como el anglosajón; al menos, digno de ser tenido en cuenta.

No puedo sino aplaudir esta iniciativa y apoyarla sin ambages ni cortapisas; pues no es apoyo a un autor o una obra, ni siquiera a su compilador o una editorial, sino a una oportunidad inmejorable de potenciar el Género Fantástico en castellano, tanto a nivel interno como en el exterior.

De su contenido hablaré en otra entrada (y la TerMal, si procede). La tienes aquí.

LA GRACIA DE LOS REYES. «La Dinastía del Diente de León» #1, de KEN LIU.

Ficha La Gracia de los Reyes

Tenía curiosidad por esta novela de Fantasía que tanta expectación despertaba entre los aficionados.  Ken Liu, escritor chino emigrado a Estados Unidos con 11 años, ganador de todos los premios importantes del género (World Fantasy, Nebula y Hugo) con sus relatos cortos (alguno de los cuales conozco y me habían gustado), y el Locus por esta primera novela, me intrigaba y atraía.  Y no me ha defraudado: La Gracia de los Reyes, representa todo un soplo de frescura en el panorama cambiante de la Fantasía Épica actual.

Lejos de aquellos juegos de intrigas de G.R.R. Martin, o la suciedad oscura de Joe Abercrombie, diferente a los mundos complejos del Cosmere de Brandon Sanderson y el sugerente suspense de Patrick Rothfuss, Ken Liu nos ofrece al mismo tiempo un mundo tan natural y cercano al nuestro como diferente y alejado de éste, recreando una sociedad medieval de cultura oriental, principalmente la China de las grandes dinastías que le era tan cercana en su niñez gracias a los relatos (pingshu) oídos a su abuela.

Dara_MapaCon la base del ciclo dinástico de la narrativa china, Liu construye la historia de Dara, un archipiélago antes conformado por diversos reinos Tiro, y desde un tiempo atrás unificados bajo el poderío militar de uno de ellos, Xana, cuyo rey se ha erigido emperador y ahora gobierna al resto como un estado centralizado (el mapa incluido como guardas delanteras y traseras del libro, aunque de extraña orientación, es un gran acierto como guía, que facilita su consulta, y debería ser imitado por otras ediciones de obras con mundos distintos).  Pero el precio de mantener un imperio es la corrupción de sus dignatarios o funcionarios, y la opresión, pobreza, y trabajos forzados para el pueblo. La rebelión es solo cuestión de tiempo.

En ese entorno, conocemos las historias de diversos personajes, construidos con la sencillez (que no simpleza) de su vida diaria, y aceptados con la naturalidad más absoluta por el lector.  Ese es uno de los puntos fuertes de Ken Liu: la fuerza de unos personalidades humanas y creíbles en un entorno muy distinto al nuestro, una tradición muy diferente a la que conocemos, basada hasta ahora en la cultura europea antigua; unas motivaciones y relaciones humanas básicas que, siendo otras, no dejan de ser las mismas de siempre y calan fácilmente.  La chispa que detona y da inicio a la rebelión frente al imperio no puede ser más simple, más humana o casual que una broma, una ocurrencia graciosa (¿inducida por los dioses…? volveremos sobre ello), pero tan válida y efectiva como la vida misma.  Y es así en toda la obra: un cúmulo de circunstancias que desencadenan otras con una naturalidad desbordante.

Cubierta de la edición japonesa de libro por Toshiaki Takayama

Cubierta de la edición japonesa de libro por Toshiaki Takayama

De entre un gran plantel de personajes (cuyos nombres abruman al principio, por diferentes, y obligan a recurrir a un muy oportuno glosario) desta-can dos: Kuni Garu, de personalidad abierta, des-carada y atractiva, bribón de tabernas pendenciero y con don de gentes, alegre y holgazán para trabajos estables, que termina siendo guardia de prisioneros para el poder dominante y, por fin, llevado por las circuns-tancias, bandolero en las montañas.  Su emblema es el Diente de León, una flor pequeña, nada importante, que se eleva en el viento y expande a todas partes. El otro es Mata Zyndu, su antítesis: de familia noble y antigua caída en des-gracia con la llegada del imperio, educado por su tío en la tradición de valores y reglas de honor y responsabilidad, un gran guerrero, un portento físico en tamaño y cuerpo y gran estratega en la batalla, que esgrime con orgullo y efectividad a Na-aroénna, la gran espada de la familia; su emblema, el Crisantemo, flor ornamental originaria de China, símbolo de nobleza y sabiduría (nótese la diferencia entre la cultura oriental y otros pueblos, ya sean europeos, africanos o amerindios, que usan un animal como tótem).  Ambos, con personalidad muy diferente y distante entre sí, irán confluyendo despacio hasta unirse como hermanos en la comunión de objetivos: la lucha contra el opresor, y el bienestar del pueblo.  También, como en toda buena epopeya, terminarán enfrentados por enfoques y decisiones, víctimas de sus propias inseguridades y defectos, tan humanos (1).  Pero en esta historia del Crisantemo y el Diente de

León no sólo destacan ellos, sino un gran conjunto de personajes secundarios, casi todos los que aparecen en el glosario; algunos de corto trayecto, otros presentes en toda la obra, su definición se construye también desde la naturalidad, y gozan de historias propias o subtramas, que ejercen una fuerte influencia en los protagonistas y determinan los hechos y acciones: Cogo Yelu, Luan Zya, los hermanos Miro; todo elenco de militares de prestigio en ambos bandos…

Jia Matiza por Jessica Liu

Jia Matiza por Jessica Liu

También mujeres, aunque en menor cuantía.  No olvidemos que la tradición china fue de orden matriarcal, y aunque éstas no ejercían el poder directo, sí contaban con una fuerte influencia en sus dirigentes, y queda reflejado en la obra con historias y personalidad propias, como los casos de Jia Matiza o la Princesa Kikomi, sin olvidar el poder decisorio de Soto o el muy especial de Risana; y aunque alguno haya deseado disponer de una guerrera como Mulan, no debe olvidar que ya la tiene en Gin Mazoti, no tan noble o directa en combate como aquella, pero elevada a las más altas cotas de la estrategia y decisión militar.

 

Junto a unos personajes humanos (muy humanos), Liu imagina un panteón de siete dioses, patrones de los distintos reinos, humanizados también, pues no son sino representaciones antropomórficas de poderes naturales.  Dioses que no son chinos, y más recuerdan al panteón Olímpico de los griegos antiguos, aunque no se sitúan en lo alto de un monte, ni interactúan personalmente (bueno, alguno sí que lo hace, al parecer a escondidas de otros, incitando a realizar acciones, incluso el asesinato); casi siempre opinan entre ellosy toman partido por uno u otro bando, y «sugieren» más que obran.  Su presencia es casi testimonial, más una representación imaginaria de los cambios o decisiones que adoptan los hombres.

Lo que sí es chino es el concepto de Gracia que aparece en el título, referida a reyes o emperadores.  Pero también occidental, como fórmula de gobierno «por derecho divino», no propio (en nuestro país disponemos de numerosas muestras de este don para la monarquía absolutista, desde la Edad Media hasta Franco (incluso la RAE recoge hoy el término Por la Gracia de Dios como fórmula que acompaña al título de rey).  También los antiguos emperadores chinos acuñaron el término 奉天承運, «por la gracia de Dios», o «del Paraíso».  Y se usa en la novela:

«La gracia de los reyes no es igual que los valores morales que gobiernan a los individuos».  Luan Zya, para justificar a Kuni la traición de un rey.

Visión de Francesca Myman

Visión de Francesca Myman

Con todo, y aparte de una mitología light, la pregunta clave sería ¿hay elementos fantásticos y magia en la novela?  La respuesta es no. O sí, pero aparte de algún animal imaginario, elementos no mágicos. Liu utiliza en cambio una suerte de ciencia ficción especulativa, lo que sería un posible steampunk medieval: la anticipación imaginaria a ciertos elementos futuristas para la época, siempre teñidos de ese componente orientalizante que caracteriza la novela: grandes cometas de seda utilizadas como armas voladoras individuales, globos aerostáticos -más bien zeppelines- confeccionados a base de bolsas de seda con gas y alas de plumas, que surcan los cielos a remos; mangueras de chorros a presión para desgastar la roca, vapor de agua para mover objetos complejos… un componente imaginativo, una apuesta por el progreso, que marca y decide la contienda. Un nuevo estilo que el propio autor ha definido como silkpunk (de seda), en contraposición al grimdark oscuro y sucio ahora en boga (aunque también aquí exista la traición o la crueldad, no se recrea en ella; como no lo hace en la descripción de batallas y sangre, por las que a veces pasa de puntillas, sin detenerse).

La Gracia de los Reyes es una epopeya de tiempos cambiantes. Narra el ocaso de un imperio y el nacimiento de otro, surgido de sus cenizas, desde la perspectiva humana del hombre sencillo, el pueblo llano, al tiempo que la nobleza más elevada o los funcionarios corruptos, en una recreación imaginaria y fantástica del gran imperio chino antiguo de las dinastías; la tradición oriental, imbuida del más puro espíritu épico de las gestas occidental, algo nuevo y diferente al tiempo que cercano, que sorprenderá a más de uno por la forma en que se cuenta.

diente-de-leonPorque lo más llamativo de Ken Liu es el estilo que usa: conciso y breve, sencillo, sin extensiones o grandilocuencias innecesarias. Maestro del relato corto, donde tales características son necesa-rias, en esta su primera novela utiliza iguales términos, de forma que cada capítulo constituye casi un relato corto, autoconclusivo, de acción cerrada.  Una fórmula que tiene dos componentes contrarios: de un lado, hace que la novela, de más de 600 páginas, resulta ligera y su lectura no pesa; de otro, subyace la sensación de que el autor hace trampas (aunque sea con elegancia), que no existe planificación previa y todo se construye sobre la marcha, ya sean por los saltos en el tiempo (lógicos tal vez, en esta especie de epopeya de vivencias), o esos cambios de criterio, sensaciones y pensamientos que desarrollan los personajes (y en la novela hay muchos, demasiados quizás, planteados y resueltos cada uno de ellos en un mismo capítulo), lo que genera la sensación de que abundan las soluciones «deus ex machina». Supongo que se trata de algo que mejorará con el tiempo, fruto de la madurez y evolución natural del autor.  Pero hoy me ha parecido un defecto; el único que le encuentro.

La novela (que aunque trilogía, es autoconclusiva y se lee de forma independiente The Wall of Storma su continuación, ambientada años más tarde) supone un soplo de frescura y originalidad en el panorama fantástico actual, plagado de copias de estilos y entornos premiados, autores que repiten sin descanso ni compasión fórmulas previas, y otros que alargan en exceso (eternamente) su éxito.  Y el cambio se agradece, en la esperanza de que incluso vaya a mejor.

No tardaremos en comprobarlo: en la página del autor se anuncia para octubre la segunda parte de la trilogía, El Muro de las Tormentas (2), que incluso se encuentra en pre-venta en Amazon, y aparecerá en castellano en 2017.

Mientras tanto, mi recomendación es que os hagáis con esta primera parte y la disfrutéis. Quedaréis satisfechos.

NOTAS:

(1) – No he podido sustraerme a la comparación de ambos personajes con Conan, emblema por excelencia de la fantasía épica (me pasó durante la lectura, y he querido recordarlo ahora); y en parte con cualquiera de los héroes de gesta tradicionales, que aúnan características que ambos poseen: poderío físico que impresiona y nobleza de espíritu, al tiempo que truhán o bribón tabernario, pendenciero y vividor, no exento de un código de honor y valores propios elevados.


(2) Sinopsis de La Dinastía del Diente de León, volumen 2:

Kuni Garu, conocido ahora como Emperador Ragin, rige el archipiélago de Dara, esforzado en mantener el progreso al tiempo que su visión de mejorar las necesidades del pueblo. Pero una fuerza invasora inesperada procedente del imperio Lyucu, en el lejano oeste, alcanza las costas de Dara y genera el caos. El emperador no puede enfrentar en persona la amenaza, dirigida contra sí mismo y un imperio en construcción, por lo que se ve obligado a enviar a las únicas personas que gozan de su confianza, en la esperanza de que su inteligencia y astucia consigan librar a Dara de unos invasores invencibles: sus propios hijos, ya crecidos, listos para dejar su huella en la historia.

 

EL TAPIZ INVISIBLE, de Juan Antonio Fernández Madrigal

Ficha El Tapiz Invisible

Fantasía especulativa o prospectiva es un termino que no existe (o no se utiliza), lo reconozco; pero quiero usarlo -conscientemente- porque resulta difícil clasificar esta obra de Juan Antº. Fernández Madrigal, autor fácilmente catalogable como de Ciencia Ficción por su obra previa, que sí se enmarca en este género (con el adjetivo o subgénero [Space Opera, New Wave…] que cada cual decida aplicar, que tampoco ahí nos pondremos de acuerdo). Pero, si bien en algún momento El Tapiz Invisible posee reminiscencias de Dune, que el autor reconoce sin ambages y con orgullo, creo que la Space Opera (donde muchos la incluyen no sin polémica) no le es aplicable.  Y aunque en el prólogo se la cataloga como Fantasía («épica o alguna de sus variantes»), tampoco puedo estar de acuerdo con mi admirada y sabia Gabriella Campbell.  Así que, para no cometer un error involuntario de catalogación incorrecta, y sabiendo que será tema y polémica alguna tarde en la TerMal (se hablará de ello, estoy convencido), me decido por ese subgénero ecléctico inventado, no sin pedir disculpas previas por la arrogancia.

AcomtéY es que en un principio la acción de El Tapiz Invisible discurre por caminos cercanos a la fantasía, (una tribu primitiva, errante y nómada en el desierto, con la misión «divina» de seguir siempre un mismo rumbo guiado por su shamán, el único que regresa cada tiempo para recibir instruccio-nes; y otro pueblo de corte feudal, organizado en un acomté disperso en distintas ciudades rodeadas de hierma venenosa, en la que que una clase, los uremos, somete a otra, los altenos, gracias a unos collares que leen o dejan leer, respectivamente, las mentes).  Pero con el transcurso del tiempo y las páginas, alcanza terrenos cercanos a la Ci-Fi soft (esos collares, restos de una tecnología que nadie sabe de dónde proviene; La Mina, de donde se extraen artilugios de un pasado perdido que utilizan como armas; o Esfinge, de quien no voy a seguir hablando, os lo aseguro, y tendréis que descubrir vosotros mismos).  Para terminar enlazada en esa Saga de las Víboras de las Formas que compone la obra del autor, aunque se puede leer por separado (sinopsis editorial aquí).

CiudadesSí coincido con Gabriella en que, más allá del género utilizado como trasfondo de su relato, lo que realmente persigue JAFMA (acrónimo del autor) es contar una historia, tejer un tapiz de interrelaciones personales en principio inconexas pero más unidas de lo que parecen, y en cierto modo predefinidas por el tejedor del tapiz. Historias de relaciones entre sociedades diferentes, o las formas de dominio de unos grupos sobre otros. Historias individuales de crecimiento y superación, en unos jóvenes adolescentes que no comprenden cuanto ocurre con sus vidas, pero que aceptan -o se somenten a- la misión que se les encomienda.  Una misión más allá de individualismos concretos, en aras de una colectividad que, en el macrocosmos creado por el autor y la evolución de su obra resulta -por lo que intuyo-  la opción definitiva.

En este caso, además, el ecosistema, la naturaleza y sus otras formas de vida, son un componente importante.  Y los animales… (¡ah, los animales!)  Creo que en algún lugar del libro falta una recomendación importante, implícita en la ilustración de portada, y que el propio autor resalta en la presentación de la obra (enlace al vídeo aquí): prestad atención a los animales, cada uno de ellos, su más mínima presencia, pues son determinantes.

El Tapiz Invisible es, curiosamente, la primera obra escrita por el autor, hace más de 20 años; una obra de juventud (que entonces era sólo de fantasía), remozada con el tiempo y hábilmente engarzada en ese macrouniverso espacio-temporal (ya sí de ciencia ficción) que conforma el resto de su obra; novelas diferentes, pero enlazadas en un continuum progresivo y diferentes épocas de una humanidad que evoluciona.  Es verdad que esta novela puede leerse de forma separada a las anteriores de la Saga (de la que, por el momento, sería la última, cronológica-mente hablando). Pero estoy convencido que se disfruta más si se conocen las anteriores.  Y os animo a embarcarse en esa aventura completa.

No quiero dejar de indicar, por significativas, las citas que inician el libro:

«Decidme, ¿cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia?»

«Cualquier tecnología excesivamente avanzada es invisible»

Y, por último, su dedicatoria inicial:

«A aquellos tejedores de mundos que todavía no han aprendido:  ningún tapiz es invisible»

Animales 1

Doctor Ingeniero en Informática, profesor titular  e investigador en robótica e inteli-gencia artificial en la Universidad de Málaga, Fernández Madrigal, como autor de ficción, ha sido galardonado con diversos premios, nominado al Ignotus de la AEFCFT, y elogiado en las críticas por su enfoque original y cuidado de las formas y el lenguaje. Incluso se le ha definido como «uno de los aportes más novedosos y necesarios para la moderna ciencia ficción española» (1).  Personalmente, tenía bastante interés por acceder a su obra, que desconocía más allá de algún relato concreto (algo que ahora lamento y voy a solucionar, os lo aseguro).

Su lectura, sin embargo, no es fácil.  Tampoco complicada: su narrativa es fluida.

Pero no resulta cómoda o sencilla de leer, aunque sus planteamientos enganchen, sino densa (más en estructura que en estilo), algo críptica en sus propuestas (originales sin duda), y dosifica en exceso la información que ofrece al lector (juega con describir pensamientos de los personajes, pero sin compartir cuanto imaginan o saben). Requiere, por tanto, un esfuerzo añadido por parte de quien la lee (aunque después lo agradece).  Si queréis, está enfocada a un lector inteligente, esforzado, que se trabaja la historia.  Un perfil que el autor mismo requiere cuando confiesa buscar que su obra, que admite densa, pueda leerse de forma fluida (2).

Animales 2

No quiero dejar de indicar (vicio de antiguo fan-editor) la excelente edición de la obra que realiza El Transbordador: como editorial pequeña -pero arrojada- que es, transpira cariño, y ganas de hacer bien las cosas.  Desde la suave textura de su portada a la ilustración doble que la ilumina, obra de Juan Carlos Rivas, muy implicada en su contenido; sin olvidar los dibujos de animales (¡ah, los animales…!) que animan el interior, esos ideogramas de las dieciséis ciudades del Acomté al frente de cada capítulo, o la vidriera-mapa del mundo, al inicio (todos dibujados por el propio escritor, 20 años atrás).

¡Qué gran suerte has tenido, Juan Antonio!.

Si un día publico un libro, también quiero que me traten así.

NOTAS:

  1. Literatura Fantástica (2004). Mariano Villareal, en la reseña a su novela «Umma»
  2. Literatura Prospectiva (2010). Entrevista al autor, con motivo de la publicación de «Fragmentos de Burbuja»

CIUDAD DE HERIDAS, de Miguel Córdoba

Ficha Ciudad de Heridas

«A la ciudad de Gran Salto acaba de llegar un forastero. Es un tipo muy alto —casi parece un zancudo—, viste de negro y lleva puesta una ridícula chistera. Sus ojos, de un extraño color violeta, contienen todas las estrellas del cosmos. Lleva consigo una maleta pasada de moda donde guarda el destino de cuatro chicos, una cuchilla con la que cortar una sonrisa y un plan para que se deje de construir la ciudad. Ha venido a curar viejas heridas.»

Ciudad de Heridas sorprende.  En muchos sentidos: resulta una obra difícil de clasificar a priori dentro de un género definido, por cuanto en sus planteamientos utiliza el terror (psicológico y urbano pero, a veces, también gore; sin olvidar esa cuchilla para cortar la sonrisa oculta en Los Cantos de Maldoror, de Lautréamont) y la confusión que genera un surrealismo que no es tanto, sino el desarrollo de unos personajes-escritores cuyas vidas forman parte de historias escritas dentro de otras historias que se entremezclan y conviven entre realidad y ficción (¿confuso?, no te preocupes, así se pretende, pero todo se aclara), y como desenlace la Ficción Especulativa (una rama de la Ciencia Ficción), para ofrecer una explicación.

ChisteraSorprende, por la portada simple y magnífica de María Delgado, con esa mirada enigmática del zancudo de chistera y ojos violetas que es parte del surrealismo (que luego se aclara); el suspense que genera ciertos hechos inexplicables conexionados entre sí, o los sobres con frases que definen el futuro de los personajes, uno de ellos desconocido hasta el final.

Un final que también sorprende, por lo acertado que resulta como explicación a todo lo que de otra forma sería una paranoia del absurdo, que sin embargo, termina por encajar y se justifica a la perfección. Una propuesta de desenlace bastante imaginativa, y que a muchos agradará, es lo que me ha decidido finalmente a catalogar la obra como Literatura Prospectiva, según el término propuesto por Julián Díez (A.C. Xatafi) (1).

No he podido dejar de intuir planeando sobre Ciudad de Heridas la sombra alargada de Stephen King.  Y no tanto en esos perros-zombies que al principio me hicieron temer lo peor (un Cujo multiplicado por mil, que gracias a dios no lo fue y tienen más de Los Pájaros, de Daphne Du Maurier), sino en el tratamiento de los Ratas Azules, la pandilla joven de protagonistas que marca su desenlace futuro, como en It.  Pero no por la inevitable influencia del maestro (si la hay) deja de ser una obra personal. Sus personajes están bien construidos y resultan cercanos (apellidos nacionales se entremezclan con foráneos), como cercano resulta el entorno (que la ciudad de Gran Salto recuerde una de esas en las que transcurren las series americanas, es explicable); y se intuyen reflejos del Miguel Córdoba familiar en el Daniel Mustieles escritor de ficción (como me ha sido imposible no evocar con el nombre de la escritora ficticia a esa otra Gabriela, literaria y tertuliana, que conocemos).

Ciudad de heridas bubokComo digo, Ciudad de Heridas sorprende.  Y se lee de un tirón. Porque no puedes dejar de saber qué ocurre realmente con esos personajes que son escritores y a su vez lectores de una obra (escrita por uno de sus personajes) en la que ellos mismos son protagonistas; hechos descritos en obras de juventud, que toman cuerpo y suceden ahora, en la vida real… y una maleta antigua… y esa lechuza…

Miguel Córdoba es un autor novel.  Esta es su primera novela publicada (aunque antes pasara por la autoedición).  Pero no es un novato.  A sus espalda arrastra varios premios o menciones en concursos de relatos.  Y habrá que estar muy atentos a su evolución, porque estoy convencido de que volverá a sorprendernos gratamente con su próxima obra; madera no le falta para hacerlo.

LOGO_EltransbordadorY a  la joven editorial malagueña que ha arrancado con una fuerza inusitada en el último año, le corresponde el mérito de haberlo sacado a la luz.  Esta fue su primera obra publicada, hace unos meses. Desde entonces le han seguido otras cuatro, todas ellas de género (Supermalia, relatos de 16 autores; Deriva, de Magín Méndez; Relatos del Universo Lejano, de Carlos Almira; y El Tapiz Invisible, de J.A. Fdez.Madrigal), y está en capilla Las Tostadas de la Libertad, de Fran Romero.

¡Impresionante!

Estragos Literarios: El Club de la Lucha entre dos libros de género.

Hoy he vivido en directo una experiencia curiosa e inolvidable:un Estrago Literario ¿Que qué es eso? Nada más y nada menos que un combate entre dos libros, un enfrentamiento pugilístico verbal entre dos publicaciones de género, enfrentadas en el ring acogedor de la librería especializada En Portada cómics:

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A un lado del ring, y en representación de Orciny Press, su editor Hugo Camacho, esgrimiendo citas de la novela Fantasma, de Laura Lee Bahr, nominada este año al premio Ignotus en la sección novela extranjera; de otro, y con el factor cancha a favor, representando a Ediciones El Transbordador, Pilar Márquez, su editora, armada con los textos de su primera novela, Ciudad de Heridas, de Miguel Córdoba, que si no está nominada, lo merece igual (para quienes no estén familiarizados con las obras y editoriales, he puesto enlace a sus páginas o reseñas sobre las mismas, a los que acceder como información).

IMG_20160604_194028Así que una vez hechas las presentaciones (la de Orciny Press y sus obras; que Ediciones El Transbordador ya es conocida en Málaga, y más por la peña de TerMal que allí nos encontrábamos), los contrincantes se dirigieron a sus puestos (en pie), y tras una obligada ceremonia de iniciación (pues no se puede participar en un Estrago sin ser invitado, ni previamente iniciado en sus ritos), dio comienzo el debate, en el que tanto Hugo como Pilar cruzaron citas elegidas (en su caso por el propio autor, Miguel Córdoba, ausente por motivos laborales) de sus respectivas novelas, en el sano intento de hacerlas atractivas a los oyentes. Y he decir que ambos cumplieron con brillantez su cometido, resaltando frases y momentos álgidos, describiendo los personajes a partir del texto, en base a una lectura dinámica y entretenida gracias a una buena entonación (a veces, incluso, interpretación).

IMG_20160604_191801Reconozco que me ha resultado una experiencia estimulante, más allá de la tradicional presentación de un libro por su autor (o en su caso editor) que cuen-ta, desde su punto de vista particular -e interesado-, las maravillas de una obra (su obra).  Este nuevo formato resulta refrescante y un magnífico complemento a la presentación clásica, pues es la propia obra la que habla sobre sí misma y describe hechos o protagonistas de una forma real y cierta, con sus propias palabras, su propio texto, en boca de un defensor.  Si, además, son dos obras las que compiten en este Club de Lucha literario, en el que el enfrentamiento más que combate deviene en duelo dialéctico para resaltar virtudes, los oyentes -potenciales lectores y compradores-, salimos ganando (además de pasar un rato divertido).

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La idea de Estragos Literarios surge de Sven Jorgensen y Orciny Press, como forma de hacer más amena y diferente la presentación de un libro. Y a fe mía, lo han conseguido.  Comenta Hugo Camacho que éste es ya el cuarto combate que se realiza, y que el formato está concebido para que se transmita y expanda a todos cuanto lo quieran utilizar.

Reglas de un Estrago Literario

Reglas de un Estrago Literario

No puedo sino dar la bienvenida -y enhorabuena a sus creadores- a este tipo de formato, que consigue hacer más divertida la cultura.

Ediciones El Transbordador ha recibido el testigo, y ha sido iniciado en este Club de la Lucha tan especial.  Es de desear, y espero, nuevos combates literarios por su parte (prefiero llamarlos duelos).  Aquí en Málaga lo tiene fácil, con GasMask (o entre dos autores de la misma editorial).

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Es curioso -lo hemos comentado- que este primer combate en Málaga se haya producido en un día muy especial, el del fallecimiento de alguien muy especial, en el cuadrilátero y la vida: Muhammad Alí, Cassius Clay.  No soy especial seguidor del boxeo, pero es justo recordarlo.

Estragos 1