Ursula K. Le Guin para principiantes: LAS DOCEMORADAS DEL VIENTO (1975)

Por CARLOS DÍAZ LAGUNA

Carlos de Miguel

No es ningún secreto que todo lector constante tiene en su haber una serie de hábitos literarios (a veces una amplia gama) adquiridos a lo largo de años consagrados al incomparable placer de pasar páginas. El gusto por lo ritual eleva la experiencia lectora a los altares de lo sagrado: hay quien encuentra gozoso leer en el transporte público, hay quien lee escuchando cierto tipo de música, hay quien va alternando géneros, están aquellos que jamás abren un libro a no ser que forme parte de una trilogía o algo peor… Yo, por mi parte, desde hace muchos años y cuando se trata de un autor de ficción con cierta trayectoria al que me enfrento por primera vez, tengo la costumbre de empezar por alguna antología de relatos cortos (siempre, claro, que el autor en cuestión tenga relatos cortos en su haber). Nada como las distancias pequeñas para adentrarse en lo desconocido; por eso, cuando Manuel Berlanga, alma mater del Club de Lectura de Literatura Fantástica en Málaga, nos propuso dedicarle un homenaje a la recientemente desaparecida Ursula K. Le Guin, no me lo pensé dos veces y escogí Las doce moradas del viento de entre todas las obras que se propusieron. Jamás antes había leído a Le Guin, ergo antología de relatos. Nuestro compañero del Club de Lectura Daniel Henares también se decantó por este libro, y ha escrito un hermoso artículo para el presente Homenaje.

Las doce moradas del viento recoge de manera cronológica una selección de cuentos publicados a lo largo de una década, lo cual siempre viene muy bien a los maniáticos amantes del orden cronológico como yo y a los analistas literarios que suelen incluir en sus reseñas frases del tipo “La presente selección permite estimar la evolución estilística de la autora…”, o alguna de sus variantes. Y si bien realmente se puede apreciar una mejora entre el último relato de la antología (El día antes de la revolución, sentido cuento acerca de la senectud) y el primero (El Collar de Semley, una historia de amor, y no menos de vanidad), ya desde el segundo relato me asaltó con claridad la imagen de una creadora originalísima: Abril en París es una historia de viajes en el tiempo (¡a través de la magia negra!) que deviene en gratificante celebración de las relaciones personales. Al igual que casi cualquier puntal del género a partir de la segunda mitad del siglo XX, Le Guin se sirve del hecho fantástico para explorar las profundidades de la condición humana, pero de una manera íntima, a veces melancólica, alejada del cinismo de algunos de sus colegas de letras. Así, en la presente colección podemos encontrar parábolas sobre la necesidad de compañía (Abril en París), la búsqueda del yo (Un viaje a la cabeza), la intolerancia y la persecución de las ideas (Los maestros y Las estrellas en la roca), la dificultad o imposibilidad de entendimiento (Más vasto que los imperios y más lento), el egoísmo (el acongojante Los que se alejan de Omelas)… y luego está, cómo olvidarlo, el relato de un árbol contado por él mismo (Dirección de la carretera), una elección del punto de vista narrativo muy audaz, y lamentablemente poco practicado.

Cada lector tendrá sus relatos favoritos de la antología, así que yo no soy nadie para mostrarme categórico, aunque es probable que los más redondos sean precisamente los dos últimos, Los que se alejan de Omelas (inolvidable cuento de terror moral, como muy bien lo definió Dani Henares en la última sesión del Club de Lectura) y El día antes de la revolución.  Yo voy a subir tres a mi particular podio: Cosas, sosegado relato que se desarrolla en un ambiente preapocalíptico, dotado de una singular melancolía; El viaje, parablemente la historia sobre drogas alucinógenas más romántica jamás narrada; y, quizá sobre todos ellos, Nueve vidas, un relato acerca de la clonación que, gracias a un giro de la trama, se convierte en un estudio sobre la soledad y el aislamiento. Una paradoja manejada de manera magistral, una sensibilidad privativa de los grandes talentos del género fantástico.  Chapó, señora Le Guin.

EL OJO DE LA GARZA, de Úrsula K. Le Guin

por PEPA ARANA RUÍZ

Dentro de la dilatada trayectoria de la autora estadounidense, El ojo de la garza suele considerarse como  una de sus obras menores.

El relato está situado en el planeta Victoría, al que unos doscientos años atrás llegaron dos naves de la Tierra, transportando al exilio a unos miles de delincuentes, con un perfil que podríamos describir como violento. Un siglo después llega una tercera nave que transporta dos mil integrantes del Pueblo de la Paz, un movimiento pacifista que los gobernantes de la Tierra no ven con buenos ojos, ya que están en un periodo de guerras sobre el que no se ofrecen detalles.

En Victoria, los primeros colonos han fundado una ciudad, donde rige un régimen aristocrático fuertemente patriarcal, que curiosamente tiene como máxima expresión tecnológica la de la época medieval, lo que hace, de alguna manera, similar el desarrollo técnico y social. Las costumbres de este grupo, ya asentado en el planeta, desplazan a los nuevos al entorno rural de la ciudad, el Arrabal, donde viven sometidos políticamente a la ciudad, sin representación ni opción de tenerla; casi como si fueran vasallos medievales.

Una parte de los habitantes del Arrabal tiene la intención de fundar una segunda colonia en un valle lejano, lo que es considerado como un desafío por el poder establecido, que se niegan  siquiera a discutir la cuestión con los líderes campesinos.

Se produce, evidentemente, un fuerte choque entre dos conceptos diferentes de interpretar la convivencia: por un lado  la ciudad, la imposición violenta (definida como “masculina”) de su postura; por otro, el Pueblo de la Paz, tiene como base ideológica la resistencia pasiva y la desobediencia civil  (curiosa la mención a líderes terrestres de esta tendencia como Gandhi o Martin Luther King)

Justo en medio de este conflicto está Luz Marina Falco, la sin duda protagonista de la historia, con ideales feministas que no casan con el modo de vida de la ciudad. Luz, tras conocer a Lev, uno de los líderes campesinos, se decide a tomar una postura más firme que le hace romper con todo y huir buscando una vida nueva y mejor. Desafortunadamente, la novela no termina de decidirse sobre dónde centrar su atención, lo que termina por afectar al ritmo de la narración: hay escenas que podrían haber sido cruciales en un segundo plano que no se termina de entender. Pero la traslación del protagonismo a mediados de la novela entre Lev, y Luz (por otra parte la hija del poderoso consejero Falco), resulta tan patente que convierte la breve novela en casi dos historias que a veces dan la impresión de correr paralelamente.

Es innegable la preocupación de la autora por el papel de la mujer en la sociedad (ya reconocida en otras obras), y por el conflicto de la interacción entre sociedades con concepciones diferentes de la convivencia, aspecto sin duda muy influido por sus conocimientos de antropología.  También queda muy clara su postura política (apoyo al anarcopacifismo), ya que da la sensación de no esconder sus simpatías por los arrabaleros.

EL NOMBRE DEL MUNDO ES BOSQUE una novela de Úrsula K. Le Guin

por LAURA MORALES PERALES

Nos encontramos en Athshe, un planeta lleno de árboles donde se encuentran tres colonias procedentes de la Tierra; el objetivo, explotar uno de sus recursos más valiosos, la madera, que se vende a precio de oro en el planeta azul, debido a la desaparición de los árboles y, en consecuencia, de la mayor parte de las especies vivas de la misma.

Sin embargo, este planeta no se encuentra carente de vida inteligente, una especie de humanos de color verde que vive en armonía con la naturaleza, desde el punto de vista de los colonos jamás duermen y no son violentos. Como es costumbre de toda especie invasora, los terráqueos los toman como mano de obra para construir sus colonias.

Durante la historia destacan tres personajes, el primero, Server, uno de los athshianos, y capitán de la revolución de los pobladores natales del planeta, para luchar contra los colonos. Éste sufre la humillación por parte de Dadvison, alto cargo militar y dirigente de uno de los campamentos colonizadores, cuyo comportamiento y pensamiento se basan en un total convencimiento de su propia superioridad sobre el resto de personas que lo rodean. Sus pensamientos psicóticos, racistas y casi delirantes, le llevarán a una confrontación que roza la obsesión por defender aquello en lo que cree sobre el bien común.

En un punto casi intermedio, encontramos a Lyubov, un científico cuya misión es comprender el resto de culturas que conforman el nuevo lugar donde se encuentran y poder establecer vínculos de comunicación, así como realizar un estudio sobre los indígenas del lugar y enviar los informes a la tierra.

La historia es un entramado con una única línea, la lucha por la dominación de un territorio, por parte de los recién llegados y la resistencia de los que allí viven por conservar su forma de vida, quedando impresos en ellos unas nuevas costumbres y formas de actuar que, hasta entonces, no conocían. En ella queda latente el miedo hacia lo nuevo y lo desconocido, el subestimar a otras especies considerándolas inferiores y con el derecho a tomar todo aquello que no les pertenece, por el simple hecho de creerse superiores a todo lo demás, sin importar las consecuencias que estas acciones conlleven al planeta o a sus habitantes.

Esta novela puede tener dos lecturas, una desde el contexto histórico, ya que toma como base la colonización de América, donde los indios fueron masacrados, esclavizados y expulsados de sus tierras; y, desde otro lado, la denuncia del miedo hacia todo y la resistencia al cambio, el uso de la fuerza para ocultar la propia ignorancia de la persona y llevar unas creencias hasta sus últimas consecuencias, fruto de la rigidez mental y la falta de interés hacia un mundo que nos rodea: diverso, multicultural y lleno de riquezas, donde la comprensión y la paz serían posibles siempre que ambos bandos estuvieran de acuerdo en entenderse y tolerarse mutuamente, siendo la estupidez humana aquella que pone de manifiesto la falta de sensibilidad y la incapacidad para adaptarse a nuevos entornos y conservar aquello que los mantiene vivos.

LOS DESPOSEÍDOS, unos breves comentarios.

By PACOMAN

Ursula Kroeber Le Guin tenía 45 años cuando en 1974 escribe The Dispossesed: ambiguous utopia, traducido al castellano como Los desposeídos por Matilde Horne, en la única traducción que existe de esta joya. Traducción desafortunada (por no decir mala) que todo hay que decirlo. En 1983 se editó por primera vez en castellano, se ha vuelto a editar hasta en cinco ocasiones, siempre por Minotauro y siempre con la misma traducción de Matilde.

A mi pobre entender estamos ante una de las obras cumbres de la ciencia ficción madura, pasada ya la época dorada del ingenierismo pueril de Asimov, Clark y Heinlein llega la madurez de mano de Bradbury, Le Guin , Pohl y Herbert todos ellos coetáneos de los anteriores pero con sus épocas de influencia en el fandom posteriores a estos. Ciencias (y algo con menor rango científico como la economía política) y no delirios ingenieriles desplazan el centro de atención de la ciencia ficción americana, y por ende mundial.

En 1974 los EE.UU. son la primera potencia mundial pero la URSS le sigue muy de cerca los pasos y dista mucho de estar derrotada o vislumbrarse su derrota. De hecho en el Pacífico los americanos siguen encajando duros reveses y el desastre de Vietnam es ya una realidad. El tramposo Nixon se ve obligado a dimitir, ese verbo que los herederos del tardofranquismo (el régimen político en España en el 74) se niegan a conjugar a pesar de que se les sorprenda mintiendo, robando y violando la ley sistemáticamente.

En esa misma época una madura y clarividente Ursula nos regala una magnífica novela sobre dos modelos económicos antagónicos: el capitalismo-consumista  del Planeta Urras y el comunismo (anarquía para los que confunden socialismo real con comunismo) del satélite Anarres. A través de los ojos del físico anarquista Sherek que como un disidente es acogido por los americanos (¡uy! ¿en que estaré pensando?) por los urras y es a través de esos ojos limpios de hechos dados por descontado como se pone en evidencia lo atroz de nuestro consumismo, del machismo galopantes de los setenta y demás críticas furibundas. En capítulos alternos nos narra la infancia del protagonista en su luna comunista que dista mucho de ser un paraíso.  En esta fase más crítica de la novela el taoísmo y feminismo de la autora se percibe con más fuerza, aunque en honor a la verdad es la estulticia humana lo que abochorna al lector página tras página, como si de un periódico español de 2018 se tratara.

Y a media novela el espectador Sheveck se convierte en protagonista del más importante avance científico del ciclo Hain (en que se inscribe esta novela): el ansible.

Úrsula no se complica la vida, la llegada de los disidentes anarquista a la Luna no es más que un remedo de la expulsión de los puritanos a America, y así con casi todo. El foco lo pone en otro sitio, en la facilidad con que plantea la bisexualidad, la ausencia de religión, el igualitarismo, el equilibrio con el medio ambiente y no en el mero attrezzo de la historia.

En resumen, literatura, pero literatura de la buena. Da la casualidad  que es ciencia ficción, pero no permitas que el árbol o el nombre del mundo no te deje ver el bosque.

¿PRIMERA VEZ EN LEGUINLAND?

Por JUAN ALBERTO GUZMÁN

—¿Primera vez en Leguinland? −Preguntó el droide.

Trabajaba frenéticamente en una consola, de espaldas a mí.  Activaba sensores, consultaba diagramas.  Era un clase 3, quedaron obsoletos para cumplir funciones militares, de protocolo o meramente administrativas… y acabaron gestionando las cabinas de implantación sensorial que, esparcidas por todo el sistema, otorgaban a aburridos usuarios cómo yo el escape de una no menos anodina realidad.

—Funciones corporales correctas −musitó el droide−. Permítame explicarle el contenido de su senso pack:

»Vd. ha comprado una experiencia sensorial de nivel 2 basada en la obra de la escritora y antropóloga Ursula K Leguin y centrada en una de sus obrasfamosas, La mano izquierda en la Oscuridad.  Las experiencias de Nivel 2 le permitirán acceso a estímulos como sentir sabores, olores, placer y dolor atenuados así como sonido ultron x.  La imagen será 10K.  Será vd sujeto pasivo e invisible en la trama, la cual paso a resumir: acompañará a Genry Ai en misión diplomática del Ekumen (más información en el archivo principal, emitido por nuestro sistema Berlangatron 400) al planeta Gueden el cual se encuentra en perpetúa era glacial.  La misión es convencer a los guedenianos para que se unan a la confederación de planetas del Ekumen, para lo cual deberán entrevistarse con el monarca local.  Su contacto será el primer ministro Derem Estraven. El objetivo, entrevistarse con el rey Argaven. A partir de ahí comenzará una subtrama de intrigas palaciegas y aventuras a lo largo y ancho de Gueden que no podemos desvelar.

»La principal peculiaridad de los guedenianos como especie es su androginia. Biológicamente, son bisexuales alternos. Durante 3 semanas al mes son biológicamente neutros y en la última semana se desarrollan como machos o hembras según el compañero que tengan cerca. Cuestión de feromonas. Esta fase se denomina Kemmer y puede ser controlada, cambiada o suprimida mediante drogas .

»No dudamos que encontrará múltiples relecturas, tanto psicológicas cómo antropológicas. Una sociedad en la que se alternan los roles sexuales tiene una pulsión distinta a la hora de afrontar cuestiones bélicas, geográficas o educativas.  Incluso religiosas.  De hecho los guedenianos desconocen el concepto de guerra así que arreglan sus diferencias internas con una mezcla de diplomacia pasivo-agresiva y delicadas intrigas palaciegas. Hay una escala de grados sociales y castas muy sutil, que varían considerablemente según la región en que nos encontremos.

Otro aspecto interesante es su religión es cercana a la filosofía Zen. Defiende que el individuo es Dios en si mismo. A lo largo de la obra leeremos varios poemas que ilustran esta idea.  Del siguiente está sacado el título:

«La Luz es la mano izquierda de la oscuridad,y la oscuridad es la mano derecha de la luz.  Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en Kemmer, como manos unidas, cómo el término y el camino».

»Pero no se preocupe, no encontrará aquí farragosas disquisiciones filosóficas. Todos estos conceptos la autora los sugiere en una trama que acelera en su segundo y tercer acto que incluirán intrigas palaciegas y novela de aventuras (los inmensos parajes helados le evocarán otras sensoexperiencias, como la de el sistema Jack London el mes pasado).

»No encontrará en esta sensoaventura sistemas altamente tecnificados, batallas espaciales o dispositivos casi mágicos tan caros a este género. Los guedenianos pertenecen a la rama retrofuturista vista en sagas como El Libro del Sol Nuevo de Gene Wolfe. Quizás lo que encontrará más sorpresivo es el uso del Ansible, dispositivo que permite la comunicación interplanetaria al instante y que ha sido utilizado en obras de otros autores. La creadora del ciclo Ekumen relata la invención de este dispositivo en su novela Los desposeídos.

»La novela fue galardonada con un Hugo y un Nebula y fue catalogada como ciencia ficción feminista… pese a que Ursula rechazara este tipo de clasificaciones.

»Poco queda por explicar en esta ligera introducción.  A continuación le induciremos un estado de sedación ligera. Sentirá unos clics, son argollas inmovilizadoras para su completa seguridad… ¿Se encuentra cómodo, Sr. Runciter?

“Lo que me encontraba era harto” pensé….fuí elegido para probar este sensopack, de haber podido elegir habría escogido una experiencia XXX como en aquellas viejas holocintas porno de los 90.  Lástima que fueran carísimas y no me las pudiera permitir.

—Ahora que se encuentra inmovilizado debo informarle de algo, Sr. Runciter. En realidad ha sido vd. seleccionado para un programa de eutanasia selectiva basada en la productividad.  Sus códices de cambio arrojan unas cifras muy pobres.  Solo si sobreviviera a este sensopack de sensorialidad total se le daría una última oportunidad…  3, 2, 1, disfrute la sensoexperiencia.

¿A qué me enfrentaba? ¿zombis, vampiros? ¿Tribus indígenas cerca del río? Ha-ce falta valor¡¡¡

Todo estaba a oscuras,se entreabrió una puerta y de ella surgió una horrible marioneta vestida de etiqueta y pedaleando en un triciclo…  Por Drokk, ¿qué ciberdemonios era aquello?

Empezó con esta frase: ”Glenn Runciter, vamos a jugar a un juego”.

Sería una noche muuuuyyyyy largaaaa…

         Gueden, por Milan Dubnicky