WEIRD TALES DE LHORK 36, ya disponible

WT LHORK

Desde ayer se encuentra disponible en formato digital el nº 36 de la revista más longeva del panorama fantástico español: Wheird Tales de Lhork, que edita el Círculo de Lhork.

En esta ocasión, incluye una impresionante portada del dibujante de moda, José Baixauli, y un interesante contenido, que reproducimos a continuación:

WT LHORK 36

SUMARIO
Editorial
Bárbaros y hecheros hispanos: la espada y brujería en los bolsilibros pulp. Eugenio Fraile La Ossa
Espadas en la frontera. Eugenio Fraile La Ossa
El Conde de Saint Germain. ¿Estafador, vividor o iluminado inmortal? José Francisco Sastre García
El Aterrador Tacto de la Muerte. Robert E. Howard
Fantasmas del mar.  José Francisco Sastre García
Dos metros de tierra flamenca. Antonio Villegas González
Hammer films: fascinados por los vampiros. David Bardisa
Harry Potter: Magia para todas las edades (2ª parte).  Eva Sastre García
Kirowan y Conrad: detectives de lo oculto. Javier Jiménez 
“Delirio” Premio Ignotus 2013 a la mejor revistaEugenio Fraile La Ossa
Libros recomendados y novedades editoriales. Eugenio Fraile La Ossa
Podéis descargarla, en formato PDF, en la página del Círculo de Lhork, o pulsando directamente sobre la imagen de portada.

UMBERTO ECO: Historia de las Tierras y los Lugares Legendarios

Ficha ECO HTLL

Leer a Umberto Eco es siempre un placer.  Tanto en su faceta de novelista (El Nombre de la Rosa, El péndulo de Foucault, El Cementerio de Praga…) como en su papel de ensayista sobre temas diversos, entre los que prefiero aquellos relacionados con la comunicación y cultura popular, de la que él se declara admirador ferviente (Apocalípticos e Integrados, El Signo de los Tres: Dupin Holmes, Pierce…); o, como en este caso, los sitios donde transcurren las leyendas más importantes de la humanidad.

En Historia de la tierra y los lugares legendarios, Eco nos propone un recorrido por los principales mitos y leyendas soñados e imaginados por el hombre, desde el principio de los tiempos hasta la época moderna; pero sin detenerse en ellos, en sus historias (que las recuerda), sino en los sitios y lugares que los albergaron y generaron quimeras, utopías o ilusiones, porque mucha gente ha creído realmente que existen o han existido en alguna parte.  Desde las tierras de Homero, la Biblia, o las Antípodas; Atlántida, Lemuria y Mu; Última Thule o Hiperbórea; Utopía y Jauja; la Tierra Hueca del interior o el mito de los Polos y Agartha; hasta Carcasona o Rennes-le-Château, Shangri-La, Xanadú o el Aleph de su admirado Borges, sólo por destacar algunos ejemplos.  Tanto tierras imaginadas que nunca existieron (o no se encontraron) pero que pudieron ser, como lugares reales que, por imaginación o interés, entraron en la leyenda.

Antípodas

Las antípodas,  según Cosmas Indicopleustes

El Último sueño de Arturo

El Último sueño de Arturo, de Sir E. Burne_Jones

Y es que la ilusión, la quimera o el mito, la posibilidad de un más allá distinto a lo conocido es algo inherente al hombre, más allá de la época que le haya tocado vivir; y su búsqueda, su percepción o descubrimiento, su conquista y posesión, uno de los resortes que ha movido -y mueve- al mundo a avanzar.  Y el enfoque de esas tierras y lugares entonces soñadas ha sido muy dispar: desde la creación poética como exaltación del hombre, a la parábola para ilustrar; del esoterismo, religión u ocultismo, para explicar lo desconocido y crear doctrinas, al interés económico e imperialista; desde el afán por conocer, a la imaginación de soñar nuevos mundos, ya sean infiernos o paraísos…  Y todo ello compendia en este volumen Umberto Eco.

Y al hacerlo, junto a su descripción y recuerdo, el escritor italiano acompaña cada capítulo de una recopilación de textos originales donde se crea o analiza esa tierra o lugar mítico; una colección extensa de lecturas y escritos tan dispares como los de Platón o Aristóteles, Marco Polo, Dante o San Agustín; Julio Verne, Tomás Moro, Colón, Nietzsche, Burroughs o De Camp; Mdme.Blavastky, Chrétien de Troyes, Stephen Hawking, Bram Stoker, o los Hermanos Grimm… Más de un centenar de autores que concurren unidos en esta verdadera antología de textos sobre tierras soñadas.

Piri Reis

Mapa del almirante Piri Reis,                        1513

Thule

Thule, en Carta Marina de Olaus Magnus,            1539

 

          Pero si, con lo dicho, alguien imaginase un volumen insoportable, difícil de digerir, nada más alejado de la realidad: la obra resulta amena y muy ligera, de lectura amable; no ya por la prosa ágil de su autor, sino por una profusión de ilustraciones magníficas y a todo color que la acompañan: imágenes, pinturas y grabados de consagrados artistas de todas las épocas que compartieron su visión de aquellos lugares y situaciones en épocas remotas; y carteles, portadas o interiores de revistas pulps, viñetas de cómics y fotogramas de películas que las recrearon, en épocas más recientes.  Mención aparte, y a destacar, merecen los mapas y cartografías incluidos. Mapamundis en todas sus concepciones, desde tierra plana o en T, con el río que circunda la tierra, a la visión del cosmos rectangular o el mundo como un tabernáculo. Cartas náuticas imaginarias, que intentan reproducir con base científica continentes o islas jamás encontrados, Atlántida Mu (Athanasius Kircher, 1664; James Churchwar, 1931), Taprobana (Tommaso Porcacchi, 1590), Última Thule (Olaus Magnus, 1539), o el imperio del Preste Juan (Abraham Ortelius, 1564).  También realistas, aunque plagados de monstruos marinos de toda índole surcando los mares; y otros, como los del almirante turco Piri Reis, en 1513, de precisión imposible para los medios de aquella época…  Sin nombrar numerosas aportaciones sobre teorías pseudo-científicas del mundo interior, las Tierra Hueca, Shambhala o el reino perdido de Agartha (que también buscaron los nazis, como tantos otros conceptos legendarios).

Agharta

Agharta, según Raymond W. Bernard

La Historia de las Tierras y los Lugares Legendarios de Umberto Eco, es uno de esos libros que no te gustaría ver en e-book, porque no merece la pena; y aunque se viera, no lo recomiendo, porque nunca podrás disfrutarlo con suficiente intensidad en ese formato (del que también soy usuario). Sin embargo, la edición impecable que publica Lumen (libro grande y pesado, con papel de calidad y tapa dura forrada en tela), constituye una pequeña joya en sí misma, el regalo perfecto para todo amante del libro clásico.  Porque si, como obra propia, quizás resulta la más liviana, el texto menos profundo del autor italiano, el resultado completo obtenido, su compilación con los documentos originales, las imágenes que lo acompañan e ilustran en plan enciclopedia, le otorgan un valor muy superior al inicial, un regalo de lujo para la biblioteca de todo buen aficionado (lo digo por propia experiencia).

Atlántida y Mu

Mapa de James Churchward,
en The Children of Mu, 1931

 

ODISEO, de Valerio Massimo Manfredi, el mito de la inteligencia

Ficha Odiseo El Juramento

Siempre me atrajo Odiseo (Ulises, en su versión romana), el más moderno, complejo y humano personaje de los mitos, cuya concepción supone en Homero el paso del canto al héroe épico, campeón supremo, representado por Aquiles en La Ilíada, a la exaltación de la inteligencia, la paciencia o la astucia (incluido el engaño) como armas complementarias del guerrero; además, porque frente a la tragedia inherente a toda epopeya griega, tiene un final feliz.  Aún conservo en la memoria aquella sesión matinal juvenil con toda la clase, en la que el triunfo final de un Ulises personificado en Kirk Douglas arrancaba el aplauso enfervorizado de la chiquillería, incluido el mío.

Y no es que Odiseo pase desapercibido en el sitio a Troya, donde deviene uno de sus protagonistas principales: su sabiduría y consejos son habituales y continuos; consigue que Aquiles y sus mirmidones, sin los cuales no es posible la victoria, se mantengan en la coalición aquea pese a su enfrentamiento con Agamenón, o se construye el famoso caballo con el que finalmente se conquista la ciudad.  Pero La Ilíada es una obra coral, la crónica de una guerra con muchos protagonistas, entre los que sobresale Aquiles; La Odisea, por el contrario, es la obra de un personaje, una epopeya personal que completa la anterior, y se acerca a lo que podríamos considerar la primera novela de aventuras de la historia.

El regreso de Odiseo de Marín Sauri

Ahora, Valerio Massimo Manfredi retoma el personaje y reconstruye esa novela de su vida y aventuras.  Y si alguien puede hacerlo con garantías, es él, sin duda. Profundo conocedor de la antigua cultura griega y romana por su doble condición de historiador y arqueólogo, el escritor que, entre otras obras, tan bien recreó la vida de Alejandro Magno en su inolvidable trilogía Aléxandros, enfoca la de Odiseo al completo, desde su infancia en la isla de Ítaca, hasta su regreso, de nuevo a ella, muchos años más tarde, tras su periplo personal por todo el mediterráneo, dividida en dos volúmenes:

Odiseo, El Juramento, que nos ofrece Grijalbo, donde presenta al personaje, su entorno familiar y formación personal, y los hechos que le rodean hasta el final de la guerra de Ilion-Troya (La Ilíada), y un segundo, ya publicado por Mondadori en Italia y que aquí veremos el año que viene: Odiseo, El Regreso, con su largo y accidentado retorno a Ítaca, tras la victoria, pese a los intento por impedirlo de un enojado Poseidón.

Sirenas Marín Sauri

Manfredi utiliza en ambos casos el recurso de narrar los hechos en primera persona, lo que aporta a la historia un añadido de intimismo y profundidad que humaniza al personaje y resalta su nobleza; también sus defectos y lado más oscuro. De su vasto conocimiento sobre otras obras, y los numerosos pasajes o recuerdos que Homero (o quien fuese) intercala en la propia Odisea como «flash-back» modernos, el autor extraer la base sobre la que componer la infancia de héroe, su relación familiar, o personalidad; como aquel pasaje donde visita a su abuelo Autólico y un jabalí le causa la cicatriz por la que después le reconoce su nodriza Euriclea (Odisea: XIX, 357-465). Pero no sólo eso; también se sirve de la etimología, o la existencia de un santuario en Arcadia dedicado a Licaón, para construir los hechos, y convertir a su antecesor en un hombre-lobo (Autólico = él mismo un lobo).

Pese a todo, y según él mismo manifiesta (en una interesante entrevista de Jacinto Antón en El País), Manfredi construye un relato extremadamente realista, en el que racionaliza e intenta da una explicación plausible, lógica, o fruto del sueño, imaginación o las drogas a todo hecho divino o sobrenatural. Todo un riesgo, sin duda, desproveer a La Odisea de su componente fantástico, tan inherente, tan abundante…  Pero el historiador, el arqueólogo se impone al fabulista, y piensa, como Evemero, que antes del mito existió un Ulises real, o una guerra de Troya; alguien que vivió su propia odisea y después sirvió de base para componer el canto de imaginación de un poeta.

Creo que voy a disfrutar la lectura de esta nueva obra de Valerio Massimo Manfredi; tanto o más que otra anterior.  Odiseo es uno de mis personajes preferidos, pues, junto al guerrero, el héroe homérico, representa al hombre: tenaz y constante en su empeño, valiente y decidido en la adversidad, curioso y arrojado frente al peligro, lo desconocido; sabio y cabal cuando se le requiere; mentiroso y astuto, imaginativo, en la necesidad… o la venganza.  Y, además, un personaje que a Manfredi le encanta y apasiona, se nota en sus palabras.  Y eso es importante.

Sólo encuentro un defecto en la edición española: el cambio de título, su traducción como «Odiseo«, un nombre que, comercialmente, nos sitúa en el héroe, la propia obra, sin duda atractiva.  Pero el título original «Il mio nome è Nessuno» (Mi nombre es Nadie), es en sí mismo un canto a la imaginación, a la astucia, a la inteligencia de un personaje que es, por encima del héroe, el más humano y cercano de cuantos ha creado el mito clásico.  Y eso, lo hemos perdido.

Il mio nome é nessuno

Ilustraciones:  Odiseo, de J.M. Martín Sauri

STORMBRINGER. Visiones de la espada negra que bebe almas.

Una de mis muchas deudas (la más importante quizás) es no haber dedicado ninguna entrada a Michael Moorcock o alguna de sus muchas encarnaciones del Campeón Eterno: (uno de mis personajes de fantasía épica favoritos), Corum, Erekosë, Hawkmoon, Von Beck…  Pero eso va a cambiar, (me) lo prometo.

Stormbringer Raven

Sin embargo, ninguno de ellos será protagonista -de momento- de este espacio, sino Stormbringer, la espada negra grabada con runas, la bebedora de almas, protagonista también ella misma, de la Saga de Elric. En España ha sido llamada Portadora de Tormentas o Tormentosa (¡que nombre horrible para una espada, por Arioch y todos los dioses del Caos!, qué poca sonoridad, y pocas sensaciones transmite…).  Yo la prefiero sin traducir: su nombre original transmite mucha más profundidad, y es bien conocido su significado.  Le ocurre como a la Singing Sword del Príncipe Valiente, que traducida como Espada Cantante pierde todas sus sensaciones y -como dice Rafa Marín-, ese sonido sibilante que acompaña a la hoja al ser deslizada.  Y Stormbringer suena rotunda, impactante, peligrosa… (pero ya no tiene arreglo).

Sí.  Stormbringer es peligrosa.  Para cualquiera que esté cerca, incluso su dueño -su portador, mejor dicho-.  Es peligrosa para la vida, que arrebata sin pudor; y también para la muerte, pues bebe y posee el alma de quien conquista, se alimenta de ella, y dota a su enfermizo poseedor de la vitalidad que necesita.  Para Elric es una droga:no puede vivir sin ella, y odia sus resultados, sus consecuencias; lucha contra sus efectos y, durante un tiempo, conseguirá vencer; pero -personaje trágico donde los haya- como buen drogadicto, terminará por ceder, porque la necesita, porque es su destino: Elric, con todo su poder, es un títere, una marioneta en mano de los dioses, que ve morir por su mano a quienes ama. Y Stormbringer se erige en protagonista absoluto del drama; posee entidad propia, decide por su cuenta y, en el fin de los tiempos, cuando todo acaba, se alzará al cielo con gozo impío y una carcajada diabólica, para reírse de ese nuevo Equilibrio Cósmico alcanzado.  Ella… o ello, el ente que asume la forma de espada, será el único que continúe viviendo en la nueva era que nace…  Y aquí lo dejo.

ST

Pero ¿qué imagen tiene Stormbringer? ¿Cuál es su figura, o diseño…?

Moorcock es parco al respecto, no la describe en su narración; quizás de forma consciente, para provocar una imagen imprecisa, personal de cada lector.  Y así ha ocurrido: cada uno de los autores gráficos que han dado vida a la espada rúnica la representa de forma distinta, según su genio y creatividad; unas más acertadas que otras, o más particulares; pero casi siempre original y distinta, considerando que no se trata de una espada normal.  Demos un breve repaso (incompleto, sin duda), por algunas de estas visiones conceptuales:

Stormbringer Cawthorn-Druillet-W.Smith

En comics, James Cawthorn, amigo personal del autor y su primer dibujante, la concibe como espadón imponente, absolutamente triangular.  Primerizo también fue Phillippe Druillet, en 1971, amigo de diseños psicodélicos, que incorpora en su hoja una extraña estructura totémica; difícil de manejar, supongo.  Poco después, Barry W.Smith, en la visita de Elric a la Era Hyboria de Conan, además de cubrir al albino con ese extraño cucurucho de aprendiz de brujo, no le confiere a la espada negra ninguna distinción especial, más allá del tono oscuro y ciertos adornos junto a la guarda.

Stormbringer Frank Brunner 3

En 1979 Frank Brunner realiza para Star*Reach una excelente interpretación  de Elric, que daría paso a otras ilustraciones y un portafolio del personaje.  Con él, la espada tiene ya esa cruz en forma de tridente acabada en uña de dragón, con piedra roja incrustada entre runas, que se va convirtiendo en clásica (creo que fue el primero en usarla, aunque aceptaré correcciones).

Elric P.Craig Russell 3

P.Craig Russell es posiblemente el artista que más ha tratado al personaje en cómics.  Lo ha dibujado durante casi 20 años; desde 1981, que adaptó junto a Roy Thomas La Ciudad de los Sueños en novela gráfica para Marvel, hasta 1998, que publicó Stormbringer, pasando por adaptaciones previas de otras novelas del canon principal de la obra, para First Comics o Dark Horse.  Su imagen es, posiblemente, la más conocida en cómics hasta el momento (la nueva colección francesa de Elric, de la que hablaremos en breve, va a cambiar este hecho).  Su espada negra es simple pero singular: de gran empuñadura y amplias guardas tachonadas de rubíes, y runas grabadas en la hoja.

Stormbringer PCR

Más recientemente, en 2004, Walter Simmonson realizó Elric: La forja de un hechicero, con guión del propio Moorcock, que es una precuela a la historia oficial, su formación como futuro emperador del Melniboné, en la que realiza viajes oníricos por el multiverso, donde también encuentra a Stormbringer, que en sus manos se convierte en un enorme espadón.  Una última versión aparece en 2011, en El Balance Perdido, serie dibujada por Francesco Biagini, y portadas de Erik Jones, que cruza las múltiples encarnaciones del Campeón Eterno de todos los tiempos.  Aquí, Stormbringer vuelve a adoptar el estilo tridente con gema incrustada.

Elric El Equilibrio perdido

En cuanto a ilustraciones, son muchas las que han adornado las portadas de los libros, o portafolios de Elric, incluso cubiertas de cómics, que últimamente -como en la serie de arriba- gozan de ilustraciones por artistas separados.  Junto a la de Brunner ya señalada, causaron sensación las ilustraciones coloristas de Rodney Matthews, cuya Stormbringer, de factura un tanto clásica y cintura estrecha, marcó una etapa aún recordada.

Elric Rodney MatthewsPero las que a mí personalmente me marcaron fueron las de Michael Whelan, cuya representación de Elric daba la imagen perfecta del personaje, delicado, pero tal vez musculado en exceso. Sus imágenes transmiten acción y fuerza… Stormbringer es negra en profundidad, rotunda, ligera y poderosa, de ala ancha, gavilanes abiertos con uña de dragón, y piedras azules engarzadas.

michael_whelan__elric 2 michael_whelan__elric 1Después vinieron otros, como Gerald Brom, con su Lobo Blanco, de espada similar a la anterior; John Picacio con su espada encendida de rubí profundo; Chris Achilleos, cuyo mandoble contiene el rostro tenebroso de un demonio en la cruz; Robert Gould, con un concepto diferente, cruz dorada y simple y runas encendidas en reluciente escarlata… o tantos otros, imposible de destacar.

Brom - PicaccioAchilleos - Gould

Como veis, nada definitivo por el momento; aunque eso puede cambiar: recientemente se ha iniciado un Francia una nueva serie que adapta la saga de Elric en cómic, y promete ser la imagen definitiva del personaje, la que mejor refleja en imágenes las sensaciones que Moorcock pretendía transmitir en sus textos (así dicho por el propio autor).  Su primer volumen, El Trono de Rubí, acaba de ser publicado en España, y pronto hablaremos sobre él.

Pero no acaba aquí esta recopilación de visiones, nos falta la fabricación de Stormbringer: hay reproducciones de la espada negra, que responden también a conceptos de su autor.  Algunas de ellas hechas por aficionados, evolucionada, transformadas desde otras previas, como estas dos que hemos encontrado y reproducimos, de Rick Barret, y Khan Raider, basada en la de Gould (aunque no parece de metal):

Stormbringer Rick BarretStombringer por Khan Raider

Y como abundan las reproducciones de espadas famosas fabricadas de forma artesanal, o comercial (de eso saben bastante en Toledo, aunque no es el caso), existen también versiones de Stormbringer para la venta al público. Hemos encontrado dos, ambas de Raven Armoury, casa artesana especializada en armas hechas a mano, de Essex, Inglaterra, cuyo enlace podéis seguir en el nombre, o las espadas.  Ambas son de tirada muy reducida y alta calidad (y alto precio, más de 5.000 € con impuestos).

La primera, reproduce la versión de Rodney Matthews (picar sobre la imagen para acceder a la página oficial):

Stormbringer Raven Rodney MathewsLa otra es una versión propia de la espada (algo parecida a la de Whelan, sin ser ella), en acero inoxidable, ennegrecida en grafito y con zafiros incrustados, y guarda completa formando la garra de un dragón.  Se ofrece en dos tamaños, 48″ y 53″, con plata ennegrecida en el mango.

Según indican, esta reproducción está aprobada por Michael Moorcock, con quien han trabajado desde el inicio para su diseño, por lo que sería la versión más oficial de Stormbringer hasta el momento.

Disponen también de su gemela, Mournblade, con guarda y pomo ennegrecidos con bronce y granates.

Stormbringer y Mournblade Raven

(Picar sobre la imagen para acceder a la página de Raven Armoury, con mayor información y detalles.  Las imágenes se reproducen «sin permiso expreso», aunque con cariño, y esperamos su comprensión…)

¡PATRICK ROTHFUSS en España! Del 6 al 8 de noviembre

1 y 2 Rothfuss en negro

Cuando conocí la noticia, días atrás, no lo podía creer: Patrick Rothfuss, uno de los mejores escritores actuales, con una prosa exquisita, visita por primera vez España (Barcelona y Madrid, cómo no) en unos días… y no podré asistir.

No es que me ilusione demasiado estar junto él, fotografiarme a su lado  (el genio no me resulta demasiado atractivo, aunque sí parece buena gente, y admito que la foto luciría bien en estas páginas), pero tener los libros de un autor al que admiro firmados de su propio puño y letra, eso sí que me atrae… y mucho.  ¡Qué se le va a hacer… otra vez (¿?) será…!  🙁

Para los que puedan sentirse afortunados (tras una cola eterna, imagino) y aún no se hayan enterado, este es el programa previsto:

  • Miércoles 6 de noviembre, Barcelona, 19 horas: encuentro con los lectores en el Auditorio de Random House Mondadori (Travessera de Gràcia, 47-49), donde responderá a diversas preguntas sobre su obra (¿dará fecha para Las Puertas de Piedra?  ¡¡Qué más quisiéramos!!)
  • Jueves 7 de noviembre, Barcelona, 17 horas: firma en Casa del Llibre (Passeig de Gràcia, 62, Barcelona)
  • Viernes 8 de noviembre, Madrid, 19.30 horas: firma en Forum de FNAC Callao (Preciados, 28)

Marc SimonettiMark Simonetti

El Nombre del Viento y El Temor de un Hombre Sabio, primer y segundo libro/día de las Crónicas del Asesino de Reyes se han convertido en poco tiempo (no tan poco ya, para sus ilusionados lectores) en un verdadero fenómeno literario, con más de 2,5 millones de copias vendidas (800.000 en castellano); su personaje, Kvothe (que se pronuncia «cuouz» y significa «saber»), en uno de los más atractivos, enigmáticos, e ilusionantes de la literatura fantástica; y su autor, Patrick Rothfuss, en uno de los más admirados, seguidos, y esperados (de espera, que no esperanza) por sus (desesperados) lectores (casi a la altura de G:R.R.Martin…). 35 países han adquirido los derechos de traducción de su obra, mientras que los audiovisuales han sido comprados por New Regency / 20th Century Fox, posiblemente para su adaptación a serie de TV.

Kvote composición con dibujos de Laura Brett y Kim Kincaid

Sobre este último extremo prefiero no pronunciarme; tengo sentimientos encontrados:

  • Por un lado, temo llevarme gran una decepción.  No ya por por la imagen del personaje que cada cual tenemos en nuestra mente y particular concepción (al fin y al cabo, hay ya varias representaciones pictóricas que nos condicionan), sino por la dificultad añadida de trasladar al medio audiovisual la exquisita prosa y narrativa excelente de un autor muy, muy, cuidadoso de su obra, trabajada al límite, de forma casi artesanal, o esas canciones y música que forman parte intrínseca e indefectible de ella, esencia misma y sensación del propio personaje y su historia…
  • Por otro, quiero ilusionarme y pensar que -teniendo siempre a mano la obra original en papel-, tras el resultado obtenido por la adaptación realizada por HBO de la obra de Martin, y lo cuidadoso que ha resultado ser Rothfuss (su padre le enseñó que «si tenía que hacer algo, debía tomarme mi tiempo y hacerlo bien») sepa, al igual que el bueno de George, controlar el resultado final y encontrar alguien tan enamorado de su creación (como Dan B. Weis y David Benioff de Canción de Hielo y Fuego, como Peter Jackson de la obra de J.R.R.Tolkien), así como presupuesto suficiente para permitir una recreación digna y tan exquisita como merece. Últimamente se han hecho cosas buenas, como las que cito, y quiero confiar en que así ocurrirá con Kvothe.  Ojalá no me defraude…