JUEGO DE TRONOS (HBO). Fotos Oficiales.

La adaptación a serie de TV de Juego de Tronos, primer volumen de la serie Canción de Hielo y Fuego de G.R.R. Martin, que tanta expectación despierta entre los aficionados por la calidad de series anteriores de la misma cadena HBO (ver noticias anteriores en la pestaña CDHyF), tiene ya las primeras fotos oficiales del rodaje.   La revista Entertainment Weekly publicará el próximo viernes 26, una serie completa de las mismas.  Pero, como avance, he aquí un primer juego de 10 fotografías de personajes, y algunas otras de accesorios diseñados expresamente, como esta daga de huesos de dragón, con gran detalle:

Respecto a personajes ya caracterizados, encontramos los siguientes (seguir enlaces para verlos ampliados):

No lo olvideis: el día 26, más, en Entertainment Weekly.

LE LLAMAN KVOTHE. ¿Has oído hablar de él?

«He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con Dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí».

Llevaba tiempo queriendo meterle mano a «El Nombre del Viento», de Patrick Rothfuss.  Las críticas y opiniones vertidas acerca de él –en medios muy diversos y por autores dispares– eran tan buenas que me daba miedo (la publicidad; ya sabemos de qué va…), al tiempo que me animaron a decidirme.  Aprovechando un viaje con tiempo (el libro es un tomo de casi 900 páginas), me decidí a comprarlo.  No me arrepiento; en absoluto: se me hizo corto, demasiado corto.  Tanto que me faltó libro y sobró tiempo; demasiado tiempo…

«El Nombre del Viento» (Crónica del Asesino de Reyes: primer día) es una novela  insólita, encantadora; de esas que sólo encuentras de tanto en tanto (muy pocas veces) en la vida, y te dejan satisfecho al tiempo que deseando más.  Dice de ella Rosa Montero que «está bellamente escrita»; The Thimes que «se convertirá en un clásico».  Y ambos tienen razón.  Si lo pretendiera, podría convertir este espacio en un recopilatorio de citas sobre la misma, cada cual más positiva, pero para ello sólo hay que coger la solapa del libro, o buscar en la red, y las encontrareis a millares; todas buenas y (lo más extraño) ciertas, más allá de la publicidad y el marketing editorial (que también juega un papel).  Porque «El Nombre del Viento» es, os lo aseguro, una obra sorprendente, fuera de lugar en los tiempos que corren, donde –salvo excepciones– prima la rapidez, la estandarización frente a la calidad y lo novedoso, la acción frente a los sentimientos, los estereotipos clónicos frente a la definición de un buen personaje; y Kvothe, con su pelo rojo brillante, lo es.  Tan grande como la presentación que de sí mismo hace al inicio de su historia:

Me llamo Kvothe, que se pronuncia «cuouz».  Los nombres son importantes porque dicen mucho de la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece.
Los Adem me llamaban Maedre.  Que, según como se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno, o el Árbol Partido. (…)
Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía.  Mi primera amante me llamó Dulator porque le gustaba cómo sonaba.  También me han llamado Shadicar, Dedo de Luz y Seis Cuerdas.  Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvote el Asesino de Reyes.  Todos esos nombres los he ganado.  Los he comprado y pagado por ellos.
Pero crecí siendo Kvothe.  Una vez mi padre me dijo que significaba «saber».

No todos los nombres se nos desvelan es este primer libro/día de la narración de su vida, pero sí varios de ellos, merecidos todos.  Kvothe, una leyenda viva en su propio tiempo, relata su historia completa al cronista, a condición de que sea sólo en tres días, de los que este volumen recoge el primero.  Entre sus páginas conoceremos a un Kvothe posadero, espadachín y guerrero, Edena Ruh, superviviente y ladrón, universitario arcanista, cantor magnífico de baladas con el laúd, y cazador de dragones… pero su vida y obras continuarán siendo un misterio que desearemos conocer; más allá de los secretos que oculte esa puerta cerrada en la biblioteca de la universidad, o el fuego azul que acompaña a los oscuros Chandrian, seres terroríficos de cuentos y leyendas de un pueblo ignorante y cargado de superchería… pero que asesinan a sus seres queridos siendo él niño, por un motivo que desconoce, relacionado quizá con el nombre verdadero de las cosas.

Porque la historia de Kvothe, por encima de los muchos episodios de su agitada vida, es la del pueblo que le rodea, sus tradiciones, su folclore y música; una historia de sentimientos.  Contada con soltura y naturalidad; una narrativa tranquila y bella que consiguió trasladarme muchos años atrás, a esas mismas sensaciones agradables que obtuve con la lectura de «Un Mago de Terramar», de Ursula K. Le Guin, sin taoísmo.  Y no ya porque la historia de Kvothe sea la de una iniciación -como la de Ged, o su madurez en la magia –cuya base se encuentra aquí en el estudio y la ciencia, pero también en el nombre cierto de cada cosa–; sino por ese estilo de narrativa serena que ambos autores dominan.  «El Nombre del Viento» contiene algo más de acción, pero no es una novela épica o de gesta, sino casi “costumbrista”; cuyo autor, para deleite de aficionados, eligió la Fantasía como vehículo para contarla, pero que tendría igual éxito (o más) bajo cualquier otro género.  Algo parecido a lo sucedido con Carlos Ruiz Zafón y «La Sombra del Viento» (la similitud en los títulos es simple anécdota), por su facilidad narrativa y prosa hermosa, accesible a todos.

Patrick Rothfuss con esta novela (la única hasta el momento) ya ha sido comparado con G.R.R. Martin (supongo que por el carácter renovador y calidad de sus propuestas, que no las historias) y con J.R.R. Tolkien (¡el gran precursor de la fantasía moderna!)…  No sé qué deparará el futuro; pero de momento necesita escribir más de novela para ser comparado al maestro, salvo por compartir profesión: Rothfuss es, como Tolkien, profesor de lengua y filología inglesa, en este caso de la universidad de Wisconsin.  Eso si, bastante menos convencional (sólo hay que ver sus fotos, o leer su biografía y aficiones; un tipo friki, simpático y familiar).

Pero admito que Rothfuss, con «El Nombre del Viento» sienta las bases para convertirse en un clásico.  Es, sin duda –como Ruíz Zafón–, un artista; un poeta de la prosa sencilla y ágil, y un buen narrador de historias; y en su caso, sobre todo, un artesano de la palabra, que con su pluma alcanza poder.

Uso el término artesano de forma deliberada: antes de ser publicada, trabajó la obra durante 14 años; y lleva 3 más puliendo su continuación(1), «El temor de un hombre sabio», segundo día de la crónica, que ya tenía acabada (la portada está lista, como podéis comprobar).  Es de agradecer esa dedicación, que los lectores disfrutaremos después en la lectura, aunque la paciencia alcance límites.  La literatura de calidad requiere tiempo, y Patrick confiesa que su padre le enseñó «que si tenía que hacer algo, debía tomarme mi tiempo y hacerlo bien».  Deseemos que tenga también perfilado el tercero (la historia, cerrada en tres volúmenes, parece que sí), y sólo le reste dedicar varios años a su perfección.

En cualquier caso, os recomiendo con pasión «El Nombre del viento», una de esas joyas de la Literatura Fantástica que el buen aficionado no puede perderse, y necesita tener en su biblioteca.   El tiempo, y quienes ya la han disfrutado, me darán la razón.

  1. Patrick Rothfuss es un perfeccionista.  Entregó un manuscrito en la editorial en mayo de 2009.  Desde entonces lo ha reescrito varias veces. (Última noticia, de 7-11-2010, pulsando aquí).


«El Nombre del Viento», de Patrick Rothfuss. Ilustración de Laura Brett.  Plaza Janés, Random House Mondadori. Barcelona, 2009. 880 págs. Tapa blanda con sobrecubierta. ISBN: 978-84-01-33720-8.

Noticia sobre «El Temor de un Hombre Sabio»

Patrick Rothfuss, autor de «El Nombre del Viento» es un perfeccionista.  Entregó el manuscrito de su segunda crónica de Kvothe en la editorial en mayo de 2009.  Desde entonces lo ha reescrito varias veces.

Hoy mismo (7-11-2011), ha comentado en su blog que está por entregar el manuscrito que servirá para imprimir las copias de lectura previa del libro (aún no la definitiva…).

Demasiado lento para los aficionados, pero «El Temor de un Hombre Sabio» cada vez está más cerca.

EL CAPITÁN TRUENO, la película (…25 años después)

Iniciada la recuperación de momentos de BERSERKR, aprovecho para comentar una noticia de actualidad, que no es nueva, aunque en esta ocasión sí se hace realidad: la adaptación al cine de El Capitán Trueno.

Hace 25 años, el número 2 de Berserkr (julio de 1985) la recogía así en su última página, que reproduzco:

Han debido transcurrir 25 años para que la idea tomara cuerpo.  Sólo espero, y deseo con interés, que haya merecido la pena.

Lo más curioso es que la noticia dada entonces permanece vigente hoy.  Tanto que, salvo localizaciones, incluso vale el título en inglés (Thunder Captain, como podéis comprobar más abajo, en el póster conocido hasta el momento), o lo comentado sobre el guión, que guarda gran relación con el original, aunque en esta ocasión alimentado con referencias esotéricas más de moda, como el Grial.

Para los despistados, comentar que el rodaje de El Capitán Trueno y el Santo Grial comenzó el pasado 16 de agosto, en diferentes provincias españolas, como Madrid (El Escorial), Jaén (Baños), Ciudad Real (Calatrava) o Alicante, aprovechando el extraordinario patrimonio medieval de nuestro país.

La película está dirigida por Antonio Hernández, con producción de Maltés Producciones y Sorolla Films, y la participación de RTVE y Canal+. Sus principales protagonistas son:

  • Capitán Trueno: Sergio Peris Mancheta
  • Goliath …………: Manuel Martínez («Supermanolo»)
  • Crispín …………: Adrián Lamana
  • Sigrid …………..: Natasha Yarovenko (sí, yo también prefería Elsa Pataki…)

Los interesados en seguir las noticias y evolución del rodaje pueden dirigirse al sitio oficial de la película.

Primer poster de la película

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO – La Historia en Poniente.

Poniente (Westeros en el original) es el continente principal de un mundo imaginario, de corte medieval.   Su historia, viva y en continuo cambio, no es única, sino múltiple, la de las diferentes casas nobles (y algo del pueblo llano) que lo habitan; historias entrecruzadas de alianzas y enfrentamientos, amistades y odios, amor, sexo, poder y ambición, elevados a límites tan extremos y naturales como la vida misma.

George R.R. Martin, conocedor profundo de la Historia medieval europea, reproduce y unifica en su mundo imaginario acontecimientos basados en contiendas famosas del nuestro: La Guerra de las Dos Rosas, de Inglaterra, entre las casas de York y Lancaster, trasladadas a Poniente como Stark y Lannister; o La Guerra de los Cien Años, que en su día asoló media Europa, que recrea con un sinfín de casas nobiliarias principales o secundarias, banderizos y vasallos de unos y otros, herederas de antiguos reinos unificados, o la antaño dominante casa Targaryen, tan extinguida ahora como los dragones que la encumbraron y conforman su enseña y blasón. Historias cruzadas que no sólo transcurren en tempo real de la narración, sino que enlazan con hechos históricos previamente acontecidos, o tejen y moldean –lenta e inexorablemente– ese nuevo futuro que se presiente tras “la llegada del Invierno”.

Martin construye su historia sobre la base de una credibilidad intensa.  Pero la reviste también de un suave velo de magia, muy leve; tan liviano que apenas afecta al realismo conseguido, que ensalza con naturalidad al quedar siempre en segundo plano: presente aunque a distancia, distante pero ineludible.

Poniente es un continente en el que las estaciones no transcurren o se suceden como en el nuestro, sino que duran años, muchos años.  Y ahora, tras un largo periodo de verano, nadie recuerda el feroz invierno que, desde la desaparición del último dragón, doscientos años atrás, ha iniciado su regreso; salvo los Stark de Invernalia, en el Norte, cuyo lema es precisamente ese, «se acerca el invierno».  Y cuando lo haga lo peor no será su crudeza, sino que con él regresan todos los miedos de las antiguas leyendas confinados más allá de El Muro… y los Otros.

La obra se inicia en un periodo de paz no demasiado extenso: sólo 15 años después del derrocamiento de la ahora extinguida dinastía Targaryen, que antaño unificase los siete reinos de Poniente gracias el poder y fuego de sus dragones.   Robert Baratheon es ahora el rey único, aceptado, carismático y jovial; pero en manos de los Lannister, a través de su mujer, la intigante Cersei, y Jaime, gemelo y amante de ésta, apodado el «Matarreyes».  Y él lo sabe.  Por eso al morir John Arryn, su Mano (Primer Ministro), en extrañas circunstancias, no duda en solicitar a su camarada y amigo de juventud Eddar Stark que lo sustituya.  Y cuando éste, por amistad leal pero a regañadientes, deja Invernalia y acepta trasladarse a la corte en Desembarco del Rey, los Lannister no pueden consentir que su poder real y secretos queden al descubierto.  Las intrigas palaciegas, los arreglos económicos y favores políticos, el folletín cortesano, están servidos; el Juego de Tronos ha iniciado su partida, una Canción de Hielo y Fuego predestinada, que conduce inevitable hacia un Choque de Reyes, una Tormenta de Espadas que trae la guerra y la muerte, con su Festín de Cuervos.  Y Ned Stark, quien parecía poseer todas las opciones para convertirse en protagonista indiscutible de la serie, deberá salir de escena y permitir que sus hijos, los lobos huargos, y otros personajes, crezcan.

Porque la historia de Poniente no se limita a la corte e Invernalia, sino que contempla diferentes arcos argumentales.  El primero de ellos, la Guerra de los Cinco Reyes muestra la lucha por la sucesión al Trono de Hierro que mantienen los Lannister, que apoyan al hijo de Robert y Cersei, con los hermanos del rey Baratheon : Stannis, en Rocadragón, y Renly, el menor,  apoyado por las casas del sur; ambos reclaman para sí la corona y sucesión, pues mantienen (acertadamente) que Joffrey no es sino hijo del incesto entre la reina y su hermano.  Al tiempo, Robb Stark es nombrado Rey en el Norte, que desea la independencia, y Balon Greyjoy se proclama rey de las Islas de Hierro y también reclama el trono.  Junto a ellos destacan otras casas, familias y personajes diferentes, desperdigados a lo largo de los reinos y geografía de Poniente (muy similar a la del Reino Unido, pero en grande).  Ya desde el primer volumen Martin va sembrando semillas que germinan y florecen con personalidad y semblante propios a lo largo de los siguientes; casas menores, banderizos y señores de dudosa lealtad a veces, en otras inquebrantable, llamados a jugar un papel destacado en el desenlace final (como el de los Reed lacustres, ya veréis).

Un segundo arco argumental recoge, por separado, la atribulada historia de la casa Targaryen (en realidad, sus restos) en el exilio; en el lejano continente oriental de Essos, al otro lado del mar Angosto, con etnias y pueblos ajenos a Poniente; el crisol donde se moldea la nueva estirpe de dragones bajo la impronta de Daenerys, última descendiente de la antaño casa real.  La vida de la princesa es dura, desagradable; vendida por su hermano como esposa a un caudillo nómada a cambio de su ayuda para recuperar la corona perdida de su familia; muy joven, casi niña, tímida y sumisa a su destino.  A lo largo de la serie asistiremos a su evolución personal hasta eclosionar en reina libertadora, señora de nuevos ejércitos y dragones, decidida en la distancia a reclamar el trono de su herencia arrebatada y hacer realidad la profecía visionaria de su familia: «Él es el príncipe prometido, y suya es la canción de hielo y fuego».

El tercer arco argumental desarrolla la trama más cercana a lo mágico (aunque una magia distante, como amenaza en ciernes, que no daña el realismo de la historia), y transcurre en el norte, en El Muro.   Si la configuración de Poniente recuerda la de Gran Bretaña, su Muro es, necesariamente, reflejo de aquel otro Muro de Adriano construido por los romanos como defensa frente a los Pictos y demás pueblos bárbaros del norte; sólo que éste es de hielo, y mide 500 Kms. de largo por 300 varas (casi 250 metros) de alto.   Construido miles de años atrás en el extremo superior del continente (donde nace el temido Invierno y reside el horror) para contener tras él al pueblo libre; y a Los Otros, entes terroríficos de leyendas y cuentos, que hacen retornar a los muertos convertidos en seres malignos; con la llegada del invierno al continente regresan ellos también.  Su historia es la de la Guardia de la Noche, que viste de negro como contrapartida al blanco de la llamativa Guardia Real. Antigua orden de caballeros juramentados (en sus votos citan también la Canción de Hielo y Fuego) en la defensa del reino frente al mal que acecha al otro lado, en la actualidad, cuando será más necesaria, se encuentra empequeñecida (de los 14 castillos construidos a lo largo del muro sólo persisten tres) y compuesta en su mayoría por inútiles y maleantes que han conmutado su pena por aquel exilio.  Es también la historia de Jon Nieve, hijo bastardo de Eddard Stark y del misterio (nadie sabe quién fue su madre, excepto –tal vez– los Reed), y su sorprendente ascenso en la Orden; o la de Benjen Stark, su tío, desaparecido tras el Muro; la tercera visión de su hermano Brandon, o los sueños de lobos huangos…

Queda aún demasiada historia por contar.  Y con G.R.R.Martin, que se desvela maestro en el arte de introducir cambios drásticos en la narración y personajes, en aras del realismo y la perfección de una buena historia, nada puede darse por seguro (¡No sabes nada, Jon Nieve!, decía Igrytte).  Pero nadie duda que los tres argumentos, que cohabitan y avanzan por separado (aunque con cruces leves e historias dependientes), llegarán a unirse en algún punto (dos de ellos han comenzado a hacerlo).

Cuando ocurra, su confluencia puede ser grandiosa.