LAS MONARQUÍAS DE DIOS III – Las Guerras de Hierro.

Con cierto retraso, y superado por la realidad (hace días recibí los dos siguientes volúmenes), aquí está la prometida reseña de Las Guerras de Hierr0, tercera entrega de Las Monarquías de Dios,  de Paul Kearney, esa excelente serie de Fantasía épica que edita Alamut y hemos comentado anteriormente.  Traspasado ya su ecuador, podemos confirmar su excelencia y los adjetivos utilizados en reseñas previas, pues no sólo mantiene el interés despertado en un principio, sino que desarrolla una historia compleja con matices diferentes y personajes bien desarrollados.

Hemos de reconocer que Paul Kearney acierta en la forma en que plantea esta obra, dividida en cinco tomos; dosifica la acción, que reparte entre localizaciones diferentes, y modifica continuamente su enfoque con cambios de registro narrativo y personajes, que intercambia entre sus diferentes bloques; con ello consigue alejar cualquier atisbo de pesadez y aburrimiento, y construye una historia entretenida y ágil, de fácil acceso al lector.  Así, si en el primer volumen Hawkwood se mostraba como principal protagonista de un conjunto de buenos personajes, y repartía el segundo tomo en dos bloques donde Abeleyn y Corfe ascendían en esa escala, esta tercera entrega se centra en el último, convertido ya en protagonista casi absoluto del mismo.  Si en El Viaje de Hawkwood las intrigas religiosas y el empuje del descubrimiento centraban toda atención y presentaba el dweomer; y en Los Reyes Heréticos destacaban el conflicto político y la guerra civil, frente al nuevo mundo dominado por la magia, en Las Guerras de Hierro (título entresacado de un pasaje de Enrique IV) asistimos casi por entero al desarrollo de una campaña militar plena de estrategia y tácticas, tanto en el campo de batalla como en palacio, a veces más importantes que aquellas; sin olvidar personajes o hechos menores que apuntan a una mayor importancia futura con sus leves referencias.

Con los siguientes volúmenes en ciernes y todos los personajes dispuestos sobre el tablero, no vamos a extendernos más en la reseña de una historia, Las Monarquías de Dios, que continua manteniendo expectativas y el interés del inicio en cada tomo, unos volúmenes ligeros de lectura rápida; una historia con final garantizado en breve tiempo pese sus cinco tomos, algo que los aficionados, acostumbrados a grandes sagas -magníficas pero interminables- agradecemos sin duda.

Desde aquí felicitamos a su editor, Luis G.Prado, por el esfuerzo realizado, y su innovación al utilizar nuevos métodos de edición.  También al conjunto de aficionados que aceptamos en su día su propuesta de suscripción.  Ambos, esfuerzo y respuesta han garantizado la publicación completa en castellano de una serie que merece la pena, y -muy posiblemente- hayan abierto un nuevo cauce de publicación en España.  ¡Enhorabuena a todos!

Puedes encontrar otras referencias a la serie en este enlace.

EL HOBBIT, de Peter Jackson. Diario de Producción

Hacía tiempo que no comentábamos nada de El Hobbit.  Un viaje inesperado, que es como se llamará la primera de las dos películas en las que Peter Jackson adapta la obra del maestro J.R.R. Tolkien.  Pues bien, a través de su página en facebook , el director viene publicando un Diario de Producción que no debería perderse todo aficionado a la obra.  Recientemente acaba de subir el cuarto

Si no lo hacéis ya, animo a todos a que los sigáis (pulsando sobre cada enlace, o buscándolos en Youtube, donde se encuentran subidos).  Son los siguientes:

  • Diario de Producción 2 (08/07/2011).  Exteriores.  Donde lo acompañamos en un viaje en helicóptero para la localización de exteriores.

  • Diario de Producción 3 (20/07/2011).  En los Estudios Pinewood, «stage 007«, y entre otros, rodaje de Bilbo y Gollum en la cueva, o la partida de enanos de Thorin, ya caracterizados.

  • Diario de Producción 4 (04/11/2011).  Características del rodaje en 3D, con casi todos los personajes (y un colorido magnífico en el Bosque).

¡Ah!, y por si alguno aún no lo ha disfrutado, no dudéis en ver Tintín, El Secreto del Unicornio, ya estrenada.  Disfrutaréis como un enano (de esos que aparecen más arriba, sí).  También con vídeos.

BLACK DEATH (La Muerte Negra) en Canal+

Destacada en Sitges, y premiada con el máximo galardón del público de la XXI Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, Black Death es una coproducción anglo-alemana ambientada en la Europa medieval azotada por la peste (la muerte negra) que, además de una brillante factura y ambientación, para los aficionados a la Fantasía Heroica y Juego de Tronos de G.R.R. Martin en particular tiene el aliciente de sus protagonistas: Sean Bean-Ned Stark (ya confesó que le gustaban este tipo de papeles) y Carice Van Houten quien, en la segunda temporada de la serie de HBO, interpreta al carismático personaje de Melissandre (¿verdad que se ajusta al mismo a la perfección?), además de Eddie Redmayne (Los Pilares de la Tierra).

Black Death (2010), cuenta la historia de Osmund, un joven monje (en quien algunos han recordado a Adso de Melk de El Nombre de la Rosa), que debe guiar a Ulric, un temible caballero y su banda de guerreros al servicio del obispo, hasta un pueblo donde, dicen, los hombres comen hombres y los muertos retornan a la vida gracias a la magia negra.  Allí encontrarán un pueblo guiado por una hechicera, que viven felices una herejía pagana cercana a la naturaleza, sin Dios, lejos de la epidemia y el poder dominante de la iglesia.  El conflicto de creencias está asegurado, en una película cargada de acción y magia, donde conceptos clásicos del género de Espada y Brujería se entrecruzan con un realismo cruel y el lado más sucio y salvaje de la Edad Media; si bien, al final, se intenta racionalizar en parte todo componente sobrenatural, algo que al parecer no ocurría en la versión inicial del guión.

Su director, Cristopher Smith, abonado hasta ahora al género de horror con Creep (2004), Desmembrados (2006), o Triangle (2007), escrita por él mismo con ribetes de terror psicológico, se adentra aquí también en el género de espadas en la Edad Media, donde permanece, pues en la actualidad dirige la serie de televisión The Labyrinth, adaptación de la novela El Laberinto de Kate Moss, en torno a la búsqueda del verdadero Santo Grial y la herejía y exterminio de los cátaros en Carcasone.  Estará protagonizada por el veterano John Hurt y Sebastian Stan (Bucky en Capitán América)

A pesar de su interés, Black Death fue lanzada directamente al mercado doméstico en DVD.  Canal+ la emitió el pasado día 9, y repite el próximo 18 (12:15  h.), en Canal+ Xtra.

Este es su trailer:

WEIRD TALES de LHORK, nº 33

Una de las revistas más veteranas y longevas de nuestro país es Weir Tales de Lhork, que alcanza en estos días su número 33.   Dedicada a lo fantástico, está editada por El Círculo de Lhork, colectivo inspirado en aquel otro que formaron en su día H.P.Lovecraft, R.E.Howard, C.A.Smith, F.Belknap Long y otros, y recibe su nombre en homenaje a aquella otra mítica revista pulp, Weird Tales, donde publicaron tan fantásticos autores.

La revista se distribuye gratuitamente en formato digital, y puede descargarse directamente de su página (siguiendo este enlace o haciendo clic sobre la imagen de abajo), donde también es posible encontrar los números previos.

El contenido de sus más de 100 páginas es el siguiente:

WEIRD TALES DE LHORK Nº 33

Editorial

Bajo dos banderas. Eugenio Fraile

Tiempo de cosecha. James H. Schmitz

El árbol de las chuletas de cerdo. James H. Schmitz

Ciencia Ficción y Fantástico. Eduardo Frank

¿Quien es humano? Philip K. Dick

La luna de Audrey. Thomas Kersh

Diez valientes. Eugenio Fraile

El tigre y la mariposa. Eugenio Fraile

Lem Ryam, la fantasía en el bolsillo. Eugenio Fraile

El armario de ébano. José Fco. Sastre García

Hombres de hierro: bárbaros y boxeadores. Eugenio Fraile

La isla de la serpiente emplumada. Gianluigi Zuddas

Vlad el empalador. Del sadismo histórico al terror literario. J.Fco. Sastre García

Publicaciones del fandom

EL PAÍS DE LOS ESPÍRITUS, de Miguel Ruíz Montañez

«Un espíritu en Haití es mucho más que un espíritu. Es un alma libre, una corriente de energía que escapa de los templos, circula por doquier, anida en los rincones de las casas y se aloja en el interior de las personas. Hay muchas religiones en el mundo, pero ninguna como el vudú, donde el dios, el loa se monta en el creyente, lo toma, lo maneja, lo mima y si el espíritu quiere, le trae el bien.  O el mal…».

Haití («Tierra de Montañas»), posiblemente el país más pobre y castigado, el más misterioso y olvidado de cuantos nos son -o han sido algún día- cercanos, es el entorno elegido por Miguel Ruíz para ubicar su tercera novela; un país al que el vudú hermana con lo oculto y misterioso, lo sobrenatural, el mundo de los espíritus, que el autor asocia de forma racional a vivencias que sueñan sus protagonistas… pero deja intuir algo más.

El País de los Espíritus cuenta la historia de dos hermanos, una familia, los Acevedo, de origen y apellido ancestral, enraizada no sólo en aquellos conquistadores hispanos que bautizaron la isla con el nombre de La Española (primer asentamiento de Colón en su llegada al «nuevo mundo»), sino también con aquellos indios taínos que la habitaban entonces y a quienes llevaron al exterminio.  Una historia que se inicia en 1995, con Hugo y María Acevedo, aún niños de una familia pudiente haitiana, que a la muerte de su padre -¿mediante el vudú?- han de huir hacia Estados Unidos, junto a Bob, un niño de arrabal, que desde entonces se convierte en su nuevo hermano, en un país diferente.  Allí se formarán, y 15 años más tarde, en 2010, los tres regresan a Haití para reintegrarse en la dura realidad actual de un país en el que se ceba la desgracia; donde el dolor, la pobreza, y una cierta esclavitud latente -la femenina hacia el hombre- se unen a los espíritus, el vudú… y la esperanza.

Pero Miguel Ruíz también cuenta, a través de sus protagonistas, una historia de la isla; una versión reciente, más conocida, y otra lejana, de sus primeros moradores taínos, mediante visiones oníricas de los espíritus -siempre presentes- de  la antigua raza.  Y entre sueños, accederemos a la historia del cacicazgo de Jaragua; de Anacaona, Flor de Oro, de Boechío y Caonabo, Higüemota o Mencía, Hatuey y Guarocuya, a quien Fray Bartolomé de las Casas llamó después Enriquillo; y, fuera de ellos, nos introducimos en ritos y costumbres de la magia y el vudú, la religión sincrética de un pueblo ecléctico que aúna el cristianismo de los conquistadores, las creencias de los esclavos, y la religión animista y espiritual de los nativos taínos; un vudú desmitificado, que nos hará familiares términos como loas, hounganmanbo, o bokor.

La Española actual y cacicazgos de La Hispaniola (fuente Wikimedia Commons)

Engarzando todo ello, Miguel nos conduce entre páginas por una gira de aventuras, misterio e intrigas políticas y económicas, que nos imbuye en la vida de Haití, un pueblo acostumbrado a vivir entre la miseria del pobre y la riqueza de unos elegidos; un pueblo donde la mujer se convierte en heroína a diario, con sus hechos cotidianos; un pueblo inestable, olvidado, que necesita ayuda exterior para paliar su desgracia -ampliada con el terremoto del año pasado-, pero que quiere y sabe hallar humanidad en la miseria, y está dispuesto a resurgir, a encontrar su estrella, gracias al compromiso y trabajo de los propios haitianos.  Ese y no otro es el mensaje final que el autor traslada a los lectores en El País de los Espíritus.

Un mensaje que no es gratuito, sino conocido sobre el terreno.  Miguel Ruíz es profesor asociado en la Universidad de Santo Domingo (en la otra zona de La Española), donde acude regularmente; y utiliza su propia experiencia y vivencias en la isla para transmitirlas al exterior, como improvisado embajador literario de un país necesitado de ayuda.  No es casualidad, por tanto, que a la presentación de la obra en Madrid acudiese, junto al Alcalde de la capital, la propia embajadora de Haití en España, Yolette Azor-Charles, o que parte de los beneficios obtenidos con la obra se destinen a proyectos educativos de ayuda a la infancia haitiana, plagada de huérfanos tras el terremoto….  como en la novela.

Confieso que esta tercera novela de Miguel Ruíz me ha sorprendido agradablemente.  Tras el éxito impactante de La Tumba de Colón, y cierta decepción encontrada en El Papa Mago, de la que esperaba más, El País de los Espíritus resulta una obra bastante más profunda y madura que aquellas; lejos de perseguir un enfoque decidido hacia el best seller de acción trepidante y misterio, refleja -sin abandonar el empeño- una apuesta decidida  por su contenido.  Con una prosa cuidada, un lenguaje accesible y ligero, el autor experimenta un nuevo registro en su forma de enfocar la historia, narrada en primera persona y desde tres puntos de vista distintos, que nos acercan a una percepción diferente de la realidad que viven sus protagonistas.  También supone la consolidación de un estilo bien definido, que sobre una base histórica muy documentada, no duda en utilizar el misterio y lo sobrenatural (también la acción, pero más dosificada) como señuelo para narrar una historia; una buena historia, que no es sólo la de sus protagonistas, sino una visión -dura y esperanzada- de un país, Haití, donde los hombres conviven con los espíritus.