JUEGO DE TRONOS 2. Nuevo teaser: «Vientos Fríos».

Esta noche pasada (madrugada en España), en horario de máxima audiencia (justo antes del final de temporada de Boardwalk Empire, su serie estrella del momento) HBO ha presentado el nuevo teaser de la segunda temporada de Juego de Tronos, con una visión de los principales personajes (los conocidos, ninguno nuevo aparece, lo que es una pequeña decepción para muchos), bajo el título Vientos Fríos, y una nueva versión del lema de los Starks que caracterizó la primera temporada: «Los vientos fríos aumentan»:

Por otro lado, gracias a Westeros.org conocemos que Juego de Tronos ha sido elegida por el prestigioso American Film Institute una de las 10 mejores series de televisión del año 2011.  Compartimos su opinión. (La lista completa, aquí).

JUEGO DE TRONOS 2: Coordinación de la lucha con armas.

Poco a poco, HBO va desvelando pequeñas imágenes del «Making Off» de la segunda temporada de Juego de Tronos: Choque de Reyes.  En esta ocasión, dedicado a la coordinación de la lucha con armas:

En él podemos observar a El Perro, o la gran corpulencia de Brienne de Tharth, interpretada por Gwendoline Christie, de 1,93 m de altura, una magnífica elección sin duda (aunque no se le ve el rostro, algo más guapa que el personaje del libro).

Y esa espada sangrienta…

PRÍNCIPE VALIENTE. 1942

EL LARGO VIAJE DE VAL.

Continúa el largo periplo del Príncipe de Thule lejos de Camelot.  En el mismo Estrecho de Gibraltar, a bordo del Drakar de Boltar (personaje carismático, que se convierte en uno de sus grandes compañeros de aventura), ayudan a un barco en peligro y su capitán, como recompensa, les indica un lugar en el Sur (África) donde pueden encontrar grandes cantidades de oro.  Así, iniciando una posible ucronía (una constante que se repite en muchas aventuras de Valiente), se adentran en una ruta poco conocida para la época donde redescubren la Isla de los Canes (las Canarias, en la imagen de abajo), atraviesan las costas del Sáhara hasta la desembocadura de un gran río (posiblemente en el actual Senegal, o tal vez Gambia).

Foster se luce en el dibujo de una vegetación tropical abundante y frondosa, así como en la introducción de imaginativas traslaciones de criaturas de fábula: dragones (cocodrilos), ogros (gorilas), unicornios (rinocerontes), serpientes que superan árboles (jirafas) o monstruos descomunales de colmillos gigantescos (elefantes), magníficamente recreados en la imaginación y miedos supersticiosos de unos hombres del siglo V, tan utilizado después, por ejemplo en muchas de las adaptaciones de Conan a los cómics por Roy Thomas y John Buscema, discípulo evidente, y maestro a su vez.

Regresan cargados de oro, atravesando sin detenerse las costas de España (por aquel entonces aún hispano-romana, con los primeros asentamientos visigodos), el cabo Finisterre y el golfo de Vizcaya hasta la Galia, donde paran a avituallarse.  Allí, por casualidad, Valiente descubre que el señor del castillo tiene prisionero a Gawain, por el que pide un rescate.  Solicita a Boltar su parte del oro y lo libera, pero el traicionero Gyu de Haakon envía a sus hombres a detenerlos más tarde, con la intención de solicitar un nuevo rescate por ambos.  No sabe que Boltar y sus hombres lo imaginan, y recuperan el oro, e incendian el castillo antes de hacerse a la mar; pero Valiente y Gawain han huido a pie, y deben realizar el regreso a casa por el interior.  Su viaje da pie a Foster para narrar diversas aventuras donde hace gala de su fino humor en el duelo entre Sir Kilos y Sir Desnutrición, resalta la galantería de Gawain con las damas, y el gran ingenio de Valiente para solventar situaciones, como la encerrona en la conquista del castillo de Sir Hubert, que convierte en victoria de los sitiados.  Destaca también el episodio de La Torre Negra, donde el autor hace gala de un estilo preciosista y la recreación de un ambiente ominoso a base de sombras y claroscuros, que tanto ha influido después en muchos otros autores; a mí me ha traído al recuerdo el Black Dragon de Claremont y John Bolton, cuya imagen de James Dunreith recibe sin duda la inspiración (tal vez inconsciente) del Sir Givric de Foster.

Tras cruzar Bretaña hasta el Canal de la Mancha, alcanzan el castillo del rey Bors, donde se reúnen con su hijo y buen amigo, Sir Lancelot.  También con Boltar, a quien han puesto precio (demasiado bajo, según él) por pillaje.  Valiente media en la disputa, y Lancelot condena al vikingo a llevar a éste y Gawain sanos y salvos a Inglaterra.  Así, tres años después de su partida (debe tener 19), Val regresa a Camelot, donde es recibido con alegría.  «Despidámonos de la paz y el orden.  El Principe Valiente ha vuelto» bromea el Rey Arturo.  Pero tras el banquete que se celebra, le encarga una misión:

EL MURO DE ADRIANO.

Valiente deberá viajar al norte, donde los normandos se han aliado con los pictos y preparan una nueva invasión, y comprobar la situación de la gran muralla que tiempo atrás construyeron los romanos para contenerlos (el Muro de Adriano).  Con ello se inicia un nuevo arco argumental, en el que Val se infiltra entre las líneas pictas, pero es capturado por éstos y torturado por los normandos de Horsa hasta casi la muerte.  Será rescatado en última instancia por Gawain (arrepentido de no haberle acompañado como debía y preferir una vida disoluta) y llevado a Camelot, donde informan al Rey Arturo, quien reúne un ejército y marcha con él al norte.

Me gusta destacar la figura de Julián, el inmortal, creada por la fértil imaginación de Foster: tras la retirada romana del muro, más de 40 años atrás, Julián, un centurión herido que no pueden transportar es dejado a cargo del muro hasta el regreso de unas tropas que nunca volvieron.  Sin embargo, el centurión se recupera y cumple con el encargo montando guardia a diario en la muralla, misión que traslada a su hijo, y éste a su vez al suyo.  Todos los primogénitos se llaman Julián y mantienen la vigilancia a diario, por lo que los supersticiosos pictos lo conocen como «el inmortal» (una historia inspirada sin duda por The Phantom -el Hombre Enmascarado-,  creado por Lee Falk en 1936, otro de los personajes clásicos de la historieta y pionero del cómic de superhéroes).

Val se recupera en Camelot (entre las atenciones de las damas solteras) a tiempo de alcanzar las tropas de Arturo antes del enfrentamiento con los normandos.  En el camino, da otra muestra de su ingenio (y el talento de su creador) facilitando la toma del castillo de un señor que ha saqueado el avituallamiento de las tropas.  Los dos ejércitos se vigilan.  Cuando llega, Val presencia un duelo entre campeones de ambos bandos, que vence el normando Thundaar.  Impulsado por su insolencia y el odio hacia quienes lo han torturado salvajemente, el joven desafía al campeón normando.  La última plancha del año, con 12 viñetas, recoge el combate entre ambos y el triunfo de Valiente, quien corta de un tajo la mano de su enemigo que empuña el hacha.

NOTAS SOBRE LA EDICIÓN:

  1. Quiero resaltar -no lo he hecho antes- los artículos complementarios que preceden a las planchas del cómic en todos los volúmenes de esta edición de Planeta.  En los cinco primeros tomos, de Beatriz C. Montes, Doctora por la Universidad de Tours, y Profesora de la Universidad de la Rioja, nos ha acercado con brillantez a la figura de Hal Foster, en comparación a la de su creación El Príncipe Valiente, con el que establece de forma acertada numerosas similitudes.  Volverá más adelante.  En este sexto tomo, Pablo Kurt Rettschalg Guerrero, Licenciado en Filología Clásica, Profesor de Cultura y Lenguas Clásicas, realiza un extenso artículo sobre Europa en la Edad Media, donde transcurren las aventuras del personaje.

ALAMUT. EDICIÓN POR SUSCRIPCIÓN.

Coinciden en el tiempo varias entradas relacionadas con obras de Alamut, o la iniciativa de su editor, Luis G. Prado.

Y, antes que nada, aclarar que ni recibo servicio de prensa, ni me une a ellos nada más que ser lector de sus publicaciones, suscriptor de Las Monarquías de Dios, y el afán (de antiguo fan-editor) de dar apoyo a una iniciativa que considero ingeniosa y de futuro en los tiempos de crisis que corren y el depauperado panorama editorial de lo fantástico en España.

Dicho lo cual, confirmar que la iniciativa de garantizar la viabilidad de la edición de una obra a partir de suscripciones previas avanza con firmeza.

Ayer mismo, Luis G. Prado remitió un correo a los suscriptores solicitando su opinión sobre las posibles próximas obras a publicar bajo este formato (noticia que también podéis encontrar, completa, como entrada en el blog de Artifex, siguiendo este enlace).  Las opciones planteadas son cuatro, todas ellas interesantes:

  • A. La Trilogía de Macht de Paul Kearney (formada por Los diez mil, Corvus y Reyes del Amanecer).
  • B. La novela Neverness, de David Zindell, en el terreno de la Ciencia Ficción
  • C. La Tetralogía Shadowmarch de Tad Williams (formada por Shadowmarch, Shadowplay, Shadowrise y Shadowheart).
  • D. Tres nuevas entregas de la serie de éxito Saint-Germain de Chelsea Quinn Yarbro (Blood Games, Path of the Eclipse y Out of the House of Life), de contenido vampírico cargado de erotismo.

La oferta incluye la posibilidad de recibir avances de las obras, así como descuentos acumulativos (mayores cuantas más suscripciones se realicen), o material complementario.  Recientemente, los suscriptores a Las Monarquías recibimos un anticipo de los tres primeros capítulos (30 páginas) de Los Diez Mil. (los interesados, pueden conseguirlo en este enlace).

Personalmente, me interesa la serie de Macht.  El estilo de Kearney, como sabéis por las crónicas recientes, me está encantando; y una trilogía que recrea la Anábasis de Jenofonte en clave de novela fantástica parece muy interesante (la conocida como Expedición -o Retirada- de los Diez Mil, en la que el propio historiador ateniense participó como soldado mercenario griego en las filas de Ciro el Joven contra su hermano Artajerjes II, rey de Persia, en el año 401 a.C.; tras la victoria de éste, quedarán sin empleo en mitad de Asia, desde donde inician un periplo de regreso a su tierra, perseguidos por los persas).  La serie goza de muy buenas críticas y acogida en el mercado anglosajón.

Por otro lado Tad Williams me gustó en su día con Añoranzas y Pesares (no sé hoy), y después ha colaborado con Moorcock en los Cuentos del Lobo Blanco (Elric de Melniboné).  Me informaré mejor sobre esta nueva serie de la Línea de Sombras.

Como podéis comprobar, apoyo la iniciativa abiertamente, y animo a todos a hacer lo mismo.  Si os interesa, podeis participar dando también vuestra opinión, directamente en el blog de Artifex:

 http://artifexplus.blogspot.com/2011/12/nuevas-suscripciones-3.html

LAS MONARQUÍAS DE DIOS IV – El Segundo Imperio (2).

Disculpad si me repito con una misma entrada, pero acabo de releer lo escrito en la primera reseña de este libro, cuarto de la serie, y la considero lejana y demasiado fría; que no  hace justicia a los sentimientos que dejó en mí la obra al finalizar su lectura.  Confieso haberla escrito al terminar su primera parte, El regreso del Navegante (más de dos tercios de la obra), agobiado por la falta de tiempo y pensando que sería suficiente para describirla.  Me equivoqué.  La intensidad de sus últimas 80 páginas es tal que me siento obligado ampliarla, para hacerle justicia  y transmitir al completo mis sensaciones:

La Muerte de un Soldado, título que engloba el último tercio de El Segundo Imperio, es la crónica -amena, y muy bien llevada- de una batalla, la última de una guerra entre dos pueblos, que empezó siendo santa por el enfrentamiento y odio de dos ideologías religiosas que en el fondo son la misma, y que en realidad esconde el ansia de expansión de sus dirigentes, como cualquier otra guerra santa de nuestra propia historia; narrada con maestría suficiente como para mostrar con dureza -pero sin recrearse en ella- la cruda realidad que acompaña a todo batalla o enfrentamiento cuerpo a cuerpo, y con realismo la crueldad y sufrimiento de la población civil, principalmente mujeres, a manos del enemigo.  Es la crónica, también, de un enfrentamiento desigual entre un gran ejército organizado y unido, con ánimos de conquista, y otro pequeño y débil, abandonado a su suerte por la desunión y enfrentamiento de sus reinos hermanos, en un conflicto interno que -a su vez- utiliza la máscara de la religión para ocultar deseos de poder mundano; un pequeño reino, al frente del cual se erige un hombre del pueblo llano capaz de superar las intrigas de la corte y la nobleza, o las normas de la diplomacia,  para unir al pueblo y encarar al invasor.

Para narrar esta historia renovada de David (Corfe) frente a Goliath (Aurungzeb), que comparten sin saberlo más de lo que imaginan, Kearney utiliza ejércitos numerosos y desplaza pequeños contingentes de tropas, despliega unidades o mueve batallones sobre el terreno, y nos muestra la estrategia militar y las tácticas de sus dirigentes.  También nos cuenta los sentimientos, emociones y miedos, o momentos de gloria de sus protagonistas, entre los cuales, sin duda, Corfe Cear-Inaf es el actor principal de la obra.  Como el David de la historia, surge desde abajo y alcanza las más altas instancias del reino; aunque termine pagando un alto precio personal por ello.  Un hombre cuyo trabajo, como él mismo dice, es matar hombres, deberá aprender a dirigir tropas y enviar camaradas a la muerte mientras permanece lejos, sin desenvainar su arma, aunque al final se una a ellos en el sitio de Armagedir y recuerde, en parte, a Custer, en un Little Big Horn diferente.

Emocionante y entretenida, con uno de sus frentes cerrados -al menos parcialmente- Las Monarquías de Dios (obra que recomiendo, como podéis imaginar) se acercan a su último acto.  Pensaba dejar Naves del Oeste para más tarde, intercalar entre medio otra de las muchas lecturas pendientes.  No puedo.  Quiero llegar al final.  Y voy a hacerlo.