Durante los años 80 fue editor de Berserkr, Fanzine de y sobre Fantasía Heroica, que aún hoy es recordado con nostalgia por muchos aficionados; en 1989, la Sociedad Europea de Ciencia Ficción, reunida ese año en San Marino, le concedía el Premio Europeo de SF a la mejor revista española de aficionados… aunque poco después dejaba de publicarse.
Entre sus páginas y las del boletín Stormbringer publicó, con su firma o bajo el seudónimo de Mario Fernández, editoriales, artículos, comentarios sobre libros, cómics y cine, y numerosas noticias, relacionados con el género fantástico en su vertiente heroica, épica o mitológica. También algunos relatos y cuentos, entre ellos los primeros del personaje Nórax de Tartessos, publicados ahora bajo el sello editorial Bubok.
En paralelo, con el avatar Galamber de Izadan, colabora y participa desde sus inicios en el Círculo de las Espadas (después Círculo de Lhork), idea de Eugenio Fraile para aglutinar a aficionados españoles a lo fantástico, inspirada en aquel famoso Círculo literario de lo fantástico que reunía, entre otros, a H.P. Lovecraft, Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long, o August Derleth.
En 1989, motivos de diversa índole le hacen abandonar la edición de Berserkr, y desaparece bruscamente del fandom. Desde entonces, como tragado por un agujero negro interdimensional, se ha dedicado a actividades profesionales, relacionadas con las nuevas tecnologías y el transporte (tal vez en otro blog, menos fantástico que éste).
Ahora, en 2009, 20 años después de aquello (como la novela de Dumas), decide dar de nuevo ese salto dimensional, y regresa a sus orígenes. De momento a través de blogs, aunque no cierra puertas.
Una de ellas, Nórax de Tartessos; personaje que nació entre las páginas de Bersekr, cuyas aventuras ha continuado escribiendo, y ahora se decide a publicar bajo sello editorial de Bubok (más información en www.norax.es)
Otras están por ver, aunque su tendencia es completar el Círculo.
Gracias por tu interés, si has llegado hasta aquí.
Manuel Berlanga, Marzo de 2009