«La barbarie es el estado natural del hombre. La civilización es antinatural, un capricho de las circunstancias. Y, en definitiva, siempre acabará triunfando».
Se trata de la adaptación de una de las últimas novelas de Conan que escribió Robert E. Howard, ya en su plena madurez como autor. A decir de muchos aficionados y especialistas, su mejor relato; quizás, junto a Clavos Rojos. Escrito sobre agosto de 1934, tras una racha de éxito personal (en esos momentos, encadena varios relatos vendidos; Conan es ya un personaje consolidado entre los lectores y lectoras) y sin necesidad económica que le acucie, decide escribir el relato que le pide el cuerpo, sin concesiones comerciales o sexuales (-1-), con un entorno que refleja sus inquietudes por aquella época (los primeros colonos americanos, que le son tan cercanos, enfrentados a los indios en la frontera de su propia tierra: Texas, Nuevo México…), y con el mensaje principal que siempre quiso transmitir, esta vez sin tapujos ni distracciones que atenúen su salvajismo: la barbarie natural, frente a la decadencia de la civilización.
Y bien que lo consigue.
Más allá del Río Negro es una obra completa, contundente, donde el tejano nos muestra la personalidad más sombría y concentrada, silenciosa, del cimmerio, acorde a las circunstancias del relato. Tan orgulloso se siente REH del resultado que así lo transmite a August Derleth y H.P.Lovecraft en sendas cartas personales. O -como recuerda Patrice Luinet, co-director de la colección-, se lo confiesa a Novalyne Price, en una de las conversaciones que recogió su amiga en su diario personal: «He escrito esta novela de forma experimental, para ver qué hacía Wright (editor de «Weird Tales«). Tenía miedo de que no la aceptara, pero la ha comprado» (-2-).
La adaptación del relato a BD que realizan Mathieu Gabella y Anthony Jean (-3-) es, como el original, contundente, una adaptación muy fiel al relato de Robert E. Howard. La pareja, cuyo trabajo conjunto se remonta a 2005, cuando deciden iniciar su andadura con La Licorne, una sola historia, una obra que, hasta el momento, contempla 4 álbumes (-4-), consigue recoger en las 48 páginas de la historia el ambiente opresivo de las selvas situadas entre el río del Trueno y el Negro, tierras pictas, la región de Conajohara, que los aquilonios empiezan a colonizar tras arrebatarla a sus dueños, al amparo del Fuerte Tuscelan, en la frontera del Rio Negro. Los pictos, pequeños clanes y tribus dispersas, no lo pueden impedir si alguien no los une. Y ese alguien será Zogar Sag, un picto ultrajado por los hombres del fuerte, que ha jurado venganza; también un mago, capaz de convocar demonios de los pantanos y bestias antiguas, que pueden desequilibrar la balanza a su favor.
El Conan que dibuja Anthony Jean es también contundente, sombrío; refleja espléndidamente el carácter rudo, maduro, cínico y a vueltas de todo y no por ello menos comprometido, del mercenario veterano en mil batallas que tan bien retrata Howard en su relato. Un Conan que, según la nueva cronología «oficial» de Dale Ripppke tiene casi 35 años (unos 40 en la de Miller y Clark, que sigue deCamp (-5-)), y ha sido de todo en la vida (bromea con que sólo le falta ser rey). Su imagen poco convencional con las sienes rapadas (tan a la moda hoy) podrá disgustar a unos y entusiasmar a otros, entre quienes me encuentro, pero fue una acción consciente del dibujante, admitida por los directores de la colección (Louinet uno de ellos), a quienes se la dedica y agradece en los créditos finales (-6-) que, además, no desentona ni con el cimmerio de REH en esta época de su vida, ni con la intención declarada para la colección de ofrecer en cada obra una nueva visión del personaje, por un autor diferente. En este caso, como digo, aciertan de pleno, pues aporta frescura a un personaje ya muy manido tanto en imágenes como en aventuras impropias.
Algo menos conseguido puede quedar el otro protagonista de la historia, Balthus, el aquilonio de Tauran, verdadero trasunto del autor, en quien se refleja (junto a su perro Patch, como Segador) y con quien el lector puede identificarse (no con Conan, demasiado elevado aquí, en su elemento, para un simple mortal). No sé si su heroísmo y actitud heroica, su concepción como verdadero hombre de la frontera en el relato, queda suficientemente patente en BD tras el brindis en su honor del cimmerio, o ensombrecido por su figura. Pero no desentona, en ese ambiente opresivo de las selvas y eriales pictos, sombríos por cerrados y en una acción que transcurre de noche.
Más allá de cómo dibuja Jean la figura humana o su realismo, agrada la definición de página que utiliza la pareja, en composición individual -ninguna página doble al estilo de Brugeas y Toulhoat, como en el álbum anterior- en la que se intercalan y alternan de forma sucesiva viñetas horizontales o verticales, entre 6 y 10 por página que no por ello resultan sobrecargadas, gracias a un dibujo fino y puntillista que, en ocasiones, resulta grandioso: grandes espacios naturales, abiertos en planos generales y lejanos, al tiempo que opresivos, incluso asfixiantes, en la mayor cercanía del plano medio y americano. Todo en el diseño genera una sensación de movimiento y dinámica; una acción que, lejos de utilizar las descripciones y narrativa de Howard -como hacía en abundancia Roy Thomas-, deja paso a una sucesión de viñetas mudas, sin palabras, en la que el propio dibujo, con cambios continuos en planos y enfoques, se erige en protagonista único de la acción y consigue un dinamismo extraordinario. El resultado es excelente, a mi entender, hasta el punto de que, sin ser perfecto, lo considero el mejor álbum de los publicados hasta el momento.
Un álbum que, al igual que los anteriores, se ofrece en dos versiones, en edición estándar (a color, 64 págs. 24×32 cms. 14,95 €) y en edición coleccionista (blanco y negro, 64 págs. a mayor tamaño: 27,5×36,8 cms. y tirada limitada, por 29,50 €). Ambos incluyen el habitual artículo de Patrice Louinet: tres páginas en la que sitúa al lector en el contexto de la obra y Howard en el momento en que escribió el relato; una amplia galería de dibujos y estudios de personajes de Anthony Jean, y otra con sendas láminas de seis dibujantes: Mikaël Bourgouin, Laurence Baldetti, Cristophe Regnault, Yann Tisseron y Jean-Baptiste Andreade.
Tanto una versión como otra no desmerecen su contenido: en una, el trazo fino y sombreado detallista en blanco y negro de Jean resalta con fuerza; en otra, el color suave que él mismo aplica en tonos casi pasteles y distintos degradados, contrasta con las tintas sin ocultarlas. Para que podáis comprobarlo y decidir cuál os gusta más incluimos dos planchas en ambos formatos (se amplían al pinchar en ellas).
Curiosamente, de este álbum se ha editado por Bruno Graff una tercera versión, de lujo, con las siguientes características:
– Edición limitada a 300 ejemplares
– Nuevas ilustraciones de portada (abajo) y contraportada
– 24 páginas adicionales en color no publicadas previamente
– 96 páginas en blanco y negro con el story-board y las planchas entintadas
– La historia en color publicada en el álbum de Glénat
– Un ex libris firmado por Anthony Jean
Eso sí, al módico precio de 109,00€ …
NOTAS:
- -1- Muy al contrario de lo ocurrido en sus inicios, sus primeras obras, como se ha comentado en la reseña anterior, para El Coloso Negro.
- -2- Sin duda, Farnsworth Wright era consciente de su calidad, pero no llegó a encontrarle suficiente «punch» comercial hacia sus lectores, pues publicó el relato dividido en dos números de WT (mayo y junio de 1935), y en ninguno le concedió portada (previamente, parecía abonado a las portadas «picantes» de Margaret Brundage).
- -3- Fichas en Wikipedia de Mathieu Gabella, y Anthony Jean, autores desconocidos en España, excepto por su obra conjunta El Unicornio, a continuación. De este último incluimos aquí un enlace a su blog, donde se recoge un reportaje fotográfico sobre la exposición de planchas del álbum en la Galería 9ºArte, así como numerosas muestras de éstas.
- -4- El Unicornio integral, publicado en España por Ponent Mon en 2018, en base al volumen francés de 2014, que reúne los 4 álbumes previos: 1 – El último templo de Asclepios (2006), 2 – Ad Naturam (2008), 3 – Las aguas negras de Venecia (2009) y 4 – El día del bautismo (2012).
- -5- Miller y Clark sitúan a Conan en este relato con casi 40 años y poco antes de hacerse con el trono de Aquilonia; una solución factible, teniendo en cuenta que es mercenario de sus tropas en la frontera. Pero en el esquema original de la cronología que ambos remiten a Howard y éste acepta, no aparecen los últimos relatos que escribió, algunos sin publicar en ese momento; entre ellos, El Negro desconocido, íntimamente ligado a éste, y donde se ofrece información adicional:
- DeCamp alteró después el relato a su conveniencia y lo publicó como El Tesoro de Tranicos, en el que, sin reparo alguno para cambiar su final, utiliza dicho tesoro (que no pueden conseguir en el original) para financiar la campaña de Conan contra Numédides.
- En El Negro desconocido queda claro que tanto Zarono como Strom conocen a Conan, como capitán pirata de la Barachas. También se indica (capítulo V) que el hundimiento del Wastrell, el barco del que es capitán (tras El Estanque del Negro), acontece tres años antes de los hechos que
aquí se narran. Conan tiene unos 32 años cuando pierde su barco. - Cierta información sobre un personaje que aparece en Lobos Más allá de la Frontera (fragmento incompleto de unos hechos que suceden mientras Conan asciende al trono de Aquilonia, y Miller y Clark no llegaron a conocer) y que recuerda los hechos de Conajohara siendo un niño hace pensar que han pasado 5-6 años desde entonces.
- -6- «Gracias al equipo editorial, Benoit, Jean-David y Patrice, por confiar en este álbum y permitirme ofrecer un nuevo corte de pelo al cimmerio más conocido del planeta».