No siempre me han atraído las antologías. Puede que al principio, cuando comenzaba a leer, por aquello de ampliar la base de autores y estilos. Después, salvo excepciones (hay autores cuyo dominio del relato le hace mejor en distancias cortas), he preferido el desarrollo amplio de personajes y situaciones que permite la extensión de una novela. Sin embargo, desde hace un tiempo, vuelvo a disfrutar de las selecciones, las antologías de autores diversos, incluso relatos de un solo autor que domine el género; cosas de la edad, supongo. También del abrir la mente a una concisión de ideas, disfrutar del impacto súbito del concepto, la genialidad de lo breve, la obtención de múltiples desarrollos en el mismo espacio que uno solo; sin desdeñar la opción alterna. Todo depende del autor, o autores seleccionados. Y, en especial, del antólogo, su conocimiento, visión y acierto; del cariño que pone al hacerlo.
No voy a descubrir ahora a Mariano Villarreal. Lo hice hace tiempo, con su impagable elenco de noticias, comentarios y reseñas de Literatura Fantástica, un clásico imprescindible para el aficionado al género; y, más tarde, en esa aventura de Novaficción desde el primer volumen, Terra Nova, allá en 2012, un clásico hoy, no ya por su contenido, sino por haber iniciado un camino que con Dark Fantasies alcanza ahora su séptimo paso, repleto de éxitos. No en vano, al abrumador bagaje de premios internacionales que ennoblecen cada selección (Hugo, Nebula, Word Fantasy, British SF, Locus, Sturgeon, Stoker, Sidewise…), han de añadirse hasta 12 premios Ignotus de la AEFCFT de un total de 34 nominaciones (aún no elegidos los de este año, correspondientes a 2016), entre los cuales destaca el de Mejor Antología de los años 2013, 2014, 2015 (¿y 2016?). Este es el escenario previo sobre el que nace Dark Fantasies, con parecido bagaje internacional a los anteriores y, para mí, candidato indiscutible al Ignotus de 2017. ¿Por qué? Sólo hay que analizar su contenido.
Pero antes de entrar en materia, ¿qué tipo de Fantasía Oscura, Dark Fantasy, nos vamos a encontrar? Porque hay varias, según quien opine.
El tema de las etiquetas en el género fantástico es algo digno de estudio. Últimamente asistimos a una proliferación de las mismas que abusan de términos de nuevo cuño,(con intención de potenciar un sub-género o autor y diferenciarlo de lo que se ha hecho antes, por motivos de marketing y promoción). En líneas generales, la Fantasía Oscura viene a ser aquella zona del Género Fantástico que utiliza en su concepción el «horror sobrenatural» (algo más allá de la compresión humana), para diferenciarlo del «horror natural» (intrínseco al ser humano), de forma que obras con vampiros, zombies, fantasmas u hombres lobos (por acudir a los clásicos) serían Fantasía Oscura, mientras que Jack el Destripador, La Matanza de Texas o un atentado terrorista en cualquier capital serían Horror (por desgracia, por habitual, hoy un crimen de violencia de género no sorprende, ni genera miedo; pero también lo es…). En fin, etiquetas y más etiquetas, como digo… Antes todo se englobaba, simplificado, bajo el subgénero de Terror (Cosas veredes, amigo Sancho...).
Así las cosas, tampoco el término o etiqueta ayuda a catalogar sin lugar a dudas el contenido de la selección; pues siguiendo esa premisa, tan Fantasía Oscura sería el Solomon Kane de R.E. Howard como la última de La Momia, de reciente estreno, o La Guerra de la Doble Muerte de Alejandro Castroguer. Por lo que parece, el término fue acuñado por K.E.Wagner, aplicado a sus relatos de Kane (un guerrero espadachín estilo Conan, inmortal, errante, inteligente, instruido y bastante amoral); y, por extensión, se ha utilizado con esa Fantasía Heroica más sucia, realista o violenta que, hoy, con el transcurrir de los tiempos deviene en llamarse Grimdark (…más etiquetas veredes, amigo Sancho). Otros lo asocian directamente al subgénero de Terror.
Para mí -y es opinión personal-, más allá de etiquetas y mezclas inter-géneros hoy tan habituales, lo que podría distinguir la Fantasía Oscura moderna de la Ficción de Terror (si tan necesaria fuera esa distinción) es su enfoque de los personajes y mitos que utiliza, sobre los que basa y concibe su historia: en el Terror (gótico, victoriano o moderno) el componente primordial es el miedo (en cualquiera de las tres acepciones propuestas por Noël Caroll en su libro The Philosophy of Horror: horror, terror y repulsión) y sus monstruos (sobrenaturales -los clásicos-, fabricados por el hombre -Frankenstein-, o de origen espacial -Alien-; incluso humanos) son el enemigo, la encarnación del Mal. En la Fantasía Oscura, sin abandonar el arquetipo, se pierde esa concepción maniquea: ya no existen buenos ni malos; el monstruo forma parte de la historia, como elemento de fondo o primordial, cuando no se convierte en protagonista innegable de la misma. Y el lector, frente al miedo o repulsión anterior, lo contempla con naturalidad, como uno más, algo sustancial al entorno; y participa de sus vivencias, pensamientos, sensaciones, sentimientos o miedos (a veces, de la propia humanidad). Pero vamos, eso también lo vivimos en Entrevista con el Vampiro de Anne Rice, o el mismo Frankenstein de Mary Shelley. (En resumen, amigo Sancho, las etiquetas son modas que nos ha tocado vivir…)
Volviendo a la pregunta de antes: quienes hemos seguido a Mariano Villarreal sabemos que le gusta el término (etiqueta) Ficción Especulativa (ya sea aplicado a la Fantasía, Ciencia Ficción o Terror) con un enfoque cercano en el tiempo, que permita imaginar -especular- sobre cosas que pueden pasar en nuestro entorno más próximo. Ahí tenemos la respuesta: Dark Fantasies compila 16 relatos (17 para los que apoyamos la iniciativa en sus inicios) de Ficción Especulativa Oscura de extra-ordinaria calidad, divididos en dos partes bien diferenciadas:
- Dark Fantasies, 10 relatos de autores foráneos, casi todos norteamericanos, ganadores de los más importantes premios internacionales
- Oscuras Fantasías, 6 relatos de autores españoles (o en español), de calidad semejante a los anteriores, que si aún no han obtenido premios por su novedad, no tardarán en tenerlos tras su publicación
Y este es otro de los aciertos y atractivos de la antología que confecciona Mariano Villarreal en Sportula (en este y los volúmenes previos de Nova Ficción): el disponer a la par autores extranjeros de renombre y premiados en el mercado anglosajón con otros que escriben en castellano, pero cuyas obras (os lo aseguro, y lo podéis comprobar personalmente) tienen igual calidad que los anteriores. Su publicación conjunta ofrece una visibilidad que de otra forma se antoja imposible; abre puertas difíciles de alcanzar por otros medios, y la posibilidad de que -en el futuro- el mercado español de Género Fantástico sea considerado en el exterior -nosotros ya lo sabemos- tan rico como el anglosajón; al menos, digno de ser tenido en cuenta.
No puedo sino aplaudir esta iniciativa y apoyarla sin ambages ni cortapisas; pues no es apoyo a un autor o una obra, ni siquiera a su compilador o una editorial, sino a una oportunidad inmejorable de potenciar el Género Fantástico en castellano, tanto a nivel interno como en el exterior.
De su contenido hablaré en otra entrada (y la TerMal, si procede). La tienes aquí.